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Esperando a que te conectes... por SeptimaKolera

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Notas del capitulo:

OLI!!! MÁS TARDE SUBOn"CRECIENDO JUNTOS" 

BYE BEE

Desde hace un rato que se había formado un silencio, pero lo que más me molestaba de ése silencio era que no era común, no era incómodo, era casi necesario, él parecía disfrutarlo. 

—¿Qué escuchas? —Por fin habló. 

—Massive attack

—¡Me encanta! ¿cuál escuchas?

—Paradise Circus.

—¿Sabes? Siempre que escucho Massive Attack mi mente se prepara para ver House MD. Obviamente con Teardrop (Base para el opening de House MD), pero también me pasa con otras canciones, extraño, ¿no?, mi mente dice “¡Hey! Prende la televisión, tenemos que ver al sexy y cruel doctor cojo” —Me pasa lo mismo…

—No puede evitar hablarme en ése tono “pedagógico” ¿verdad?

—¿En tono pedag…? Jajajajajaja, si, la verdad no puedo. Mucha gente me dice que tengo la mala manía de ser redundante en mis explicaciones, por eso mi gente más cercana me incitó a tomar el puesto de profesor.

Callé unos segundos y lo miré directamente a los ojos. Tiene unos ojos negros muy profundos, me producen cierta desconfianza, pero su sonrisa es tan cálida y sincera que te invita a simpatizarle como sea.

—¿Por qué insistió tanto en salir conmigo a solas?

—Primero: porque eres mi alumno y me preocupas. Segundo: porque eres mi amigo y me preocupas.

—¿Su amigo?

—¡Claro!, ¿me has visto hablar con otro alumno de esta manera?, me caes bien, eres especial, los demás alumnos sólo son eso. Creo que tus duras experiencias de vida te forjaron una madurez inusual, pero al mismo tiempo tu inherente inocencia me fascina, me da la sensación que por más mal que la hayas pasado, aún sigues siendo un niño que en esencia es terco y alegre.

Sus palabras me sonrojaron, Itachi-sensei es excesivamente directo, no tiene filtro para expresarse… me recuerda a… Cuervo. ¿Qué será de él?, no he tenido tiempo de conectarme y una de las tantas estupideces que hizo mi alterego, entre atravesarme las muñecas con los pedazos de un espejo roto, fue romper mi IPhone.  Debe estar preocupado… creo. O quizás está muy ocupado con lo de su madre, si es que la sigue buscando… apenas llegue a casa me voy a conectar, muero de ganas de hablar con él. Me siento tan fuera de lugar en esta cafetería con Itachi-sensei, convenció a mi padre para que me dejara venir con él. La verdad me sorprende, mi padre me dijo que desde que notificó al instituto sobre mi estado de salud, Itachi-sensei fue todos los días al hospital. ¿Por qué se preocupa tanto por mí? La mesera llegó con lo que pedimos, eso interrumpió mis pensamientos. Apagué mi Ipod y me saqué los audífonos para recibir mi orden.

—¿Estás seguro que sólo quieres eso Naruto-kun?, ¿no crees que los niños lindos como tú se verían más dulces y tiernos comiendo una copa de helado gigante con muchos colores?, siento que eso iría más acorde a tu imagen enternecedora en vez de ese austero té…

—¿Niños lind…?, pervertido. Siento que mi papá nunca debió dejarme salir contigo. Además… no es un “austero té”, es té a la marroquí.

—¿Cuál es la diferencia con el té inglés?

—Todo, es completamente diferente, desde la preparación, la cantidad… —Empecé a servirme té en la taza que me habían traído junto con una tetera de porcelana. Pedí 3 hojas de menta fresca para poder aromatizar el té una vez puesto en la taza—. Como vez, este té implica ser colado 2 veces antes de servirlo. Además que la temperatura al momento de ser preparado debe fluctuar entre los 70 y los 85 grados.

—¡¿Quieres decir que no hacen hervir el agua?!

—Si lo hacen, pero esperan a que se enfríe un poco.

—¿Por qué?

—Hay bolsas de té que están diseñadas para recibir ese calor. Pero las hojas de té tienen pocos procesos encima, especialmente si son orgánicas como las que pedí, su sabor cambia demasiado al quemarlas con 100 grados.

—Wow no tenía idea… espera, ¿porqué un niño de tu edad tiene idea de estas cosas?, ¿tomaste un curso de “geisha” por internet?

—Estoy débil ¿sabes?, me vendría bien que no se burlaran por las cosas que me enseña mi abuela. Ella siempre tuvo el miedo de que no pudiera desarrollar mi lado femenino gracias a la ausencia de mi madre… ¡Qué equivocada estaba!…

—¿Lo dices por tu homosexualidad?

—No tiene importancia… 

—Me ocultas algo.

—Todos ocultamos algo. 

—Voy al grano: ¿por qué lo hiciste? —Definitivamente me tomó por sorpresa su pregunta.

—¿No puedo estar acaso cansado de vivir?

—No lo creo, las cosas iban mejorando, ya no te golpeaban en la escuela desde la última clase en que te hice cantar. 

—Es verdad… a todo esto ¿por qué me hiciste cantar frente a todos?, eso fue muy cruel.

—No lo fue, te ayudó, nadie te tocó ni un pelo esa semana, es cierto que seguían mirándote con desdén y haciéndote bromas, pero ni una sola agresión física. No pongas esa cara, tú ya lo habías advertido. Que hablaras al frente de todos, que cantaras, que trasmitieras una emoción les recordó aquello que tú mismo te esmeraste en hacer que olvidaran: eres humano, igual que ellos. Tantas veces te golpearon y tú no te quejabas, decidiste que fuera así por orgullo, pero no te das cuenta que eso los alejaba más de ti, te veían como un ser casi extraterrestre, sin sentimientos. Al ver lo nervioso que estabas, al ver lo bien que puedes trasmitir emociones se acordaron de que estaban frente a un ser, que aunque no les guste, es igual que ellos. Por eso lo hice.

—No necesito que me ayudes… —Me sonrojé y traté de mirar hacia otro lado ocultando mi cara, pero obviamente él se dio cuenta.

—Con un “gracias” bastaría.

—Pero aún no entiendo porque quieres ayudarme.

—¿Por qué no querría ayudarte?

—Nadie más en la escuela me ha ayudado…

—¡Uf! No me compares con esos enfermos por favor. Me caes bien Naruto-kun eso es todo. Además me intrigas. Me parece extraño que te hayas intentado matar… ¿pasó algo con el chico a quién le enviabas un mail ese día que rapté tu IPhone?

—Eres un entrometido.

—¡Vamos! Sé que no le puedes contar esto a cualquiera, menos a tu padre, ¿no te importaría tener una segunda opinión?, ¿o es que acaso mi idea de que le cantaras algo no resultó? —Recordé cuando le canté “Creep” a cuervo… lo extraño mucho—. Vamos, sé bueno y cuéntame, ¿pasó algo con él?

—No… como tú dijiste iba todo bien con todo… con el chico del mail, con mi padre… hasta como tú mismo dijiste, en el instituto las cosas también iban de maravilla…

—¿Entonces qué pasó?

—No lo sé… —Me empecé a sentir débil y vulnerable, sentía muchas ganas de decirle lo que me pasaba, porque tenía miedo, esto ya se había salido de control—. No fui yo quién lo hizo.

—¿A qué te refieres? ¿No estabas consciente mientras lo hacías?

—No…

—¿Tomaste alguna droga o algo?

—No…

—Si no fuiste tú… ¿quién?

—Un fantasma….

—¿Un fantasma?

—En mi cabeza.

—¿Una voz en tu cabeza te dijo que lo hicieras?

—No… simplemente… se apoderó de mí y ya no recuerdo nada.

—No lo recuerdas, ¿tu cabeza dolía antes de caer en la inconsciencia? —Asentí—. Trastorno de  identidad disociativa.

—¿Cómo lo sabe?

—Estudié un par de años la psicología. Tienes que tratarte medicamente.

—No quiero, no quiero que me droguen otra vez.

—¿Estás consciente de que puedes tener esquizofrenia?

—¿A qué te refieres con “puedo”?, ¿No es un hecho?

—No, y mucho menos a tu edad, puedo contar con los dedos de las personas sentadas en esta cafetería los casos de esquizofrenia infantil a nivel mundial registrados. No creo que sea tu caso, pero si sigues sin medicación ni tratamiento alguno es probable que derives en una esquizofrenia.

—Pero… no quiero…

—¿Desde qué edad tienes los cuadros sicóticos?

—No lo sé… quizás desde los 11… la verdad sé que empecé a cambiar desde la muerte de mi madre.

—Mientras estabas inconsciente tu padre me contó que perdiste a tu madre a los 9 años, dijo que murió frente a ti para…

—Protegerme… Si… desde entonces… hago locuras…

—¿Locuras como cuales?

—Eso no…

—Está bien, no me lo cuentes. Pero dices que el fantasma en tu cabeza es…

—Mi madre.

—Estás consciente de que no lo es, ¿verdad?

—¿A qué te refieres?

—A que el fantasma en tu cabeza no es tu madre, ni siquiera es su recuerdo. Dudo que una mujer que dio la vida por su hijo le incite a atravesarse el antebrazo con pedazos de espejo. 

—¡No la recuerdo! ¿okay? —Le grité. Me dieron ganas de salir corriendo, pero no  lo hice, ya que sus siguientes palabras me sorprendieron.

—Eso es obvio. Tenías 9 añitos y sufriste un trauma muy grande, no es tu culpa no acordarte de ella. Lo que hay en tu cabeza no es un fantasma, es tu deseo de haber sido tú el que muriera. Es tu deseo de que tu madre siga viva, es tu deseo de ver a tu padre feliz con ella de nuevo. Es tu deseo de… llenar todos los espacios que ella dejó. Naruto-kun, no te estoy pidiendo que te mediquen toda tu vida, eres joven y el trauma es puntal, se pueden hacer cosas al respecto. Te pido que verifiques hasta qué punto es reversible el daño, verás… conozco un amigo que es psicólogo y es confiable, ¿qué dices?, ¿le puedo hablar de tu caso?

—Haz lo que quieras.

—Quiero que tengas un par de sesiones con él, ¿te parece?

—Está… bien…

—¡Vamos! ¡Con más energía y determinación!, piensa que hay mucha gente que quiere verte bien. Tu padre, yo y el chico con quien hablas por internet.

—¡¡¡¡¡¡Realmente eres un entrometido-dattebayo!!!!!!!!

—Jajajaja te saqué de quicio, me encanta cuando dices “Dattebayo” —Me sonrojé, recordé a cuervo y sentí un fuerte dolor en el pecho. Creo que la anemia me está afectando. Tengo la urgencia de ir a mi casa a descansar y a hablar con Cuervo. Itachi-sensei lo notó y se paró de su asiento para sentarse a mi lado, me abrazó—. ¿Quieres que te lleve a casa Naruto-kun?, ¿te sientes mal? Estás hecho un témpano de hielo.

—Sólo algo cansado. Creo que sí, es mejor que me lleve a casa. 

Me levantó tomándome desde los hombros y pagó la cuenta, me llevó todo el tiempo abrazado pero no me importó, me sentía débil. Cuando llegamos al auto noté que Itachi-sensei se quedó mirando un rato calle abajo mientras me ayudaba a abrochar mi cinturón, siguió a una persona con la mirada pero no pude ver a quién. Le pregunté qué le pasaba, pero en lugar de respuesta se limitó a sonreírme.

Una vez puesto el auto en marcha me relajé un poco más “voy a casa”, pensé. Itachi-sensei me extendió una botella con agua con la mano libre del volante.

—Dentro de la guantera hay pastillas de hierro, mi hermano menor solía tener anemia. Son difíciles de tragar, pero te vas a sentir mejor.

—Gracias —tomé una pastilla—. Supongo que el psicólogo del cual me hablaste es un amigo que conociste ese par de años en la facultad de psicología.

—Sip, el mejor de su clase.

—¿Por qué te brillan los ojos cuando hablas de él?

—Es especial… de hecho, es más especial de lo que debería ser.

—¿No correspondido?

—Exacto.

—¿No es gay?

—Si lo es, de hecho se acuesta conmigo de vez en cuando.

—¿No crees que le acabas de dar demasiada información a un alumno?

—Eres especial.

—No tienes filtro…de hecho me recuerdas a… ahora que lo pienso… el hermano mayor del chico a quién conocí por internet también se llama Itachi.

—Jaja, es un nombre muy común. Es como cuando a los primogénitos les llamaban “Ichiro” o “Ichimaru”.

—Es mi idea… ¿o esa fue una risa nerviosa?

—Jajaja no es por eso, la verdad es que el tema de Deidara me complica.

—¿Deidara?

—El psicólogo, ya lo conocerás.

—¿Lo amas?

—Mucho…

—¿Y por qué él no a ti?, ¿le hiciste algo?

—Buena pregunta…

—¿Por qué te saliste de la escuela de psicología?

—Ya entiendo, ya entiendo. ¿Es mi turno de contestar después de todas las preguntas que te hice en la cafetería? —Asentí—. Está bien… mis padres me obligaron a estudiar eso, apenas murió mi padre me salí de la facultad y me puse a estudiar música. Antes de eso,  Deidara y yo estábamos a punto de ser novios, nos gustábamos mucho. Nunca pensé que el hecho de que yo me cambiase de carrera provocaría que nos distanciáramos de esa manera…

—Mmm…¿A él le gusta ser psicólogo?

—¡Claro que sí! Es el mejor de su generación, te lo dije.

—Eso no implica que realmente le guste ser psicólogo. ¿Había otra cosa que le gustara tal y como a ti te gusta la música?

—Ahora que lo mencionas… el arte, en realidad las artes plásticas.

—¿Por qué no estudió arte?

—Porque es huérfano, no tiene mucho dinero y para retribuir al orfanato en el cual estuvo toda su vida, decidió estudiar algo que pudiera dejarle un buen dinero y al mismo tiempo ayudar psicológicamente a los niños del lugar… hasta el día de hoy trabaja ahí.

—Ósea… que tu despreciaste algo que le costó tanto conseguir como es que una persona huérfana entre a una universidad en una buena carrera, para poder perseguir tu sueño… y él se quedó ahí sin poder perseguir los suyos, ¿no lo habías visto desde esa perspectiva?

—La verdad… no.

—Ósea que en otras palabras, él se acuesta contigo pero no es tu novio, porque no quiere estar con alguien en una relación que vive feliz su sueño… aunque no sabría decir si lo hace por celos o por no amargarte la vida con sus problemas, al fin y al cabo, no te lo hace notar, pero me imagino que debe estar sufriendo mucho. Quizás está esperando hasta ver realizado su sueño y así sentirse de igual a igual, quizás no se sienta merecedor de alguien que tuvo la valentía de arriesgarlo todo por un sueño. Debe ser frustrante…

Me detuve, Itachi-sensei se quedó completamente mudo mirando el camino, su cara era de dolor, de pronto aparcó, aún estábamos lejos de mi casa. Posó su cabeza un instante en el manubrio y respiró muy fuerte. No supe qué hacer. Pero al rato se sobrepuso y se dirigió a mí con una sonrisa triste en su cara.

—Gracias, Naru-chan.

—¿”Naru-chan”?, ¿Qué te has creído-dattebayó? —Rompí el hielo

—Jajajajajaa, me sorprendes ¿sabes?, ahora más ganas tengo de que te cures y ver si el verdadero Naruto es tan gracioso y sorprendente como éste.

Se acercó a mí y me abrazó.

—¡Oe! No te pongas tan cariñoso ¿Quieres?

—¡Es que eres taaaaaaan lindo!, Hasta te pareces un poco a Dei-chan 

—¡¡¡¡No me revuelvas más el cabello-dattebayó!!!!, ¡¿Quieres soltarme de una vez profesor pervertido?!, ¡Me sofocas!.

—Jajajajaaja, me haces reír.

Continuó manejando. Al llegar a casa papá me esperaba con la cena lista. Papá me pidió quedarme con él esa noche (creo que tiene miedo a dejarme solo y que en un descuido intente suicidarme nuevamente). Creo que esta noche tampoco podré hablar con Cuervo… bueno no importa… papá prometió llevarme mañana a comprar un nuevo IPhone.


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Narrador Itachi:

Definitivamente, Naruto-kun acaba de pasar la prueba, quiero que él sea mi cuñado, no me importa la edad que tenga. No hay nadie que le haría mejor a Sasuke que Naruto-kun. ¡Imaginar que ninguno de los dos tiene noción de lo cerca que están! ¿A Sasuke le importará lo pequeño que es Naru?, ojalá que no, es un gran chico. Ojalá se cure pronto, así ambos estarán bien y felices juntos… de lo contrario… ambos podrían potenciarse en su depresión y… ¡No! Eso no pasará, Naruto y Sasuke superarán esos problemas. Ya quiero ver el desenlace de esto…

También quisiera saber… qué habrá pensado Deidara el día de hoy cuando a la salida de la cafetería me vio abrazando a Naruto y metiéndolo a mi auto. ¡Qué mala suerte tengo!, cuando  Naruto-kun me preguntó qué me pasaba no pude más que sonreírle. Vi como Deidara nos miró con sorpresa para luego mirar al piso. Dio media vuelta y salió corriendo en dirección contraria, me dieron muchas ganas de seguirlo pero Naruto temblaba en mis brazos, se veía pálido, no podía dejarlo solo... ojalá… que esto no termine mal y mucho menos que ahora sé cómo se siente Dei-chan…


Continuará…

Notas finales:

:)


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