Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La eternidad de lo efímero por pineapple

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

¿cuanto dura un beso? ¿y cuanto dura una caricia? ¿y un abrazo? ¿y que me dices de las mariposas en el estomago? Segundos, minutos tal vez... es todo efímero... pasajero ... sin embargo, lo que realmente inmortaliza esas sensaciones es el recuerdo, las imágenes grabadas a fuego en nuestras memorias, en nuestras retinas... es nuestro cerebro quien se encarga de eternizar lo que es puramente efímero...

El eco de sus pasos retumbaba en los largos túneles del suburbano. Estaba completamente solo, tal como había calculado, a esas horas de la noche, en esa estación, no habría nadie como testigo de su pecado. Miró el panel luminoso que colgaba desde el techo, y, con un par de centenares de lucecitas LED de color amarillento, indicaba con dudosa precisión cuánto tiempo faltaba para la llegada del tren.

10 minutos.

"Por favor, permanecer tras la linea hasta que el tren haya abierto sus puertas" rezaba la linea roja en el suelo de mármol, brillante y pulcro. Colocó sus talones sobre las silabas "vor" y "ma" con meticuloso cuidado. Era lo ultimo que iba ha hacer. No podía fallar en ningún misero detalle.

Una gota de sudor se deslizo desde el nacimiento de su flequillo hasta su barbilla, deteniéndose allí unos segundos hasta que decidió saltar y entonces, y solo entonces, lo hizo. Saltó. Se precipitó a ese vació donde su cuerpo acuoso y salado dejaría de ser cuerpo. ¿cual era la diferencia entre esa gota y él mismo?

Tragó saliva. Casi podía oír el eco de su respiración acelerada. Sus jadeos.

9 minutos.

Apretó los puños con fuerza, clavándose su propias uñas. El tiempo no parecía querer avanzar. Era irritante. 

Su vista se clavó en las metálicas vías. Seguro que actuarían cual guillotinas en cuanto este quedase bajo las ruedas, también metálicas del gigante transporte. No había lugar para el dolor. No necesitaba más dolor. No podría soportarlo.

Esta vez fue una lagrima la que se deslizó por su acalorada piel.

-¿De verdad piensas hacerlo? - Se giró rápidamente. Incluso perdió el equilibrio, faltándole poco para caer a las vías antes de lo planeado. - No parece que seas capaz.

El nuevo viajero retiró su flequillo decolorado de su rostro, sentado tan anchamente en los fríos asientos de espera, como si estuviese sentado en su propio salón, mirando al suicida con una suave sonrisa burlona. Parecía tranquilo, fresco... le hablaba con aquella naturalidad propia de los amigos de toda la vida.

8 minutos

-Déjame en paz ¿y que si lo hago? - El muchacho limpio sus lagrimas, sorbiendo por la nariz sin quitarle la mirada de encima.

- ¿Y que? Nada. A mi me da igual lo que haga un niño con su vida.- Se encogió de hombros, divertido, al tiempo que se ponía de pie, metiéndose las manos en los bolsillos despreocupadamente, sin borrar aquella sonrisa burlesca de su rostro. - Sin embargo, estoy seguro de que no lo has pensado bien. ¿Como te llamas, niño?



Sus miradas se encontraron largos segundos, mientras que el nuevo viajero esperaba una respuesta, sin borrar su sonrisa, sin quitarse esa aura despreocupada y tranquila. Demasiado tranquila. Cuando quiso darse cuenta, el del flequillo decolorado se acercaba lentamente, aun con las manos en los bolsillos.

7 minutos

-¡No te acerques! ¡Si te acercas voy a saltar! -Su sonrisa se amplió, dando lugar a una carcajada que hizo eco en todo el desierto túnel. -¡te juro que saltaré!

-Salta – Dijo como si se lo ofreciese, colocando una mano suavemente en su hombro, de forma amigable - ¿no has venido a eso?

El joven suicida mordió su labio inferior, bajando la mirada. Se sentía estúpido, sentía como toda su determinación y voluntad ante aquella difícil decisión se veía menospreciada por alguien al que ni siquiera conocía. Alguien que parecía despreocupado y tranquilo. En su interior sentía rabia, sentía celos. ¿Por que él no podía ser igual? 

6 minutos 

Vio como el joven de cabellos decolorados se encendía un cigarro, tuvo que insistir para conseguir llama del encendedor, luego, lo lanzo sin cuidado alguno al otro lado del arcén, una vez más, como si se encontrase en el salón de su casa. Dio una profunda calada y alzó la mano con la que había lanzado el mechero, señalando una esquina de la estación.

-¿Ves allí? Una cámara -señalo entonces la esquina opuesta– Otra.... y podría señalarte más. Si realmente quisieras hacerlo, habrías caído en esos detalles... - soltó el humo casi en su rostro – no te abrías presentado 10 minutos antes y habrías sido tan evidente ¿No te das cuenta de que solo buscas llamar la atención? Bien... ¿como te llamas, chico?

-¡No busco llamar la atención! Y-y no pienso decirte mi nombre...

Se encogió de hombros, acercándose donde anteriormente se encontraba él, acuclillándose con el cigarro entre los labios, mientras miraba la distancia que separaba el arcén y las vías del suburbano. Dio otra de sus hondas caladas, llenando sus pulmones de nicotina mientras tarareaba de forma muy entonada. Tenía una voz preciosa a pesar de los cigarrillos.

5 minutos.

-Hay dos metros de distancia, aproximadamente – Comentó – te vas ha hacer daño, niño sin nombre – Volvió a mirarle, sentándose en el arcén, con las piernas colgando - ¿De verdad que no me vas ha decir tu nombre? 

Un pequeño suspiro fue la única contestación del joven suicida, al tiempo que apartaba la mirada avergonzado. Aquel desconocido estaba allí, siendo testigo de su pecado, observándole y juzgándole... Salvándole...

-¿No me lo vas ha decir, entonces? Bien.

4 minutos.

Apoyándose en su brazo derecho, aun con el cigarro entre los labios, y dejando salir el humo por la nariz, saltó dentro de las vías, parándose en medio de estas, sin borrar su amplia sonrisa mientras le miraba desde abajo.

-¿¡Que haces!? ¿Estás loco?

-¿Me lo dice un suicida? - Otra carcajada inundó el vacío – Dime tu nombre y subo, si no, podemos morir los dos aquí abajo ¿Que te parece?

Su joven mirada se clavo en el panel luminoso, 4 minutos... faltaba poco, y ahora ya no se veia con fuerzas para llevar a cabo su cometido. Lo único que le importaba realmente era que aquel joven alocado, subiese nuevamente al arcén, donde estaría a salvo.

-¡ Lee Taemin! ¡Me llamo Lee Taemin! ¡Ahora sube!

Otra carcajada, esta vez llena de satisfacción. 

3 minutos

-Muy bien, Lee Taemin, yo soy Kim Jonghyun. Y esta noche tu no te vas a suicidar. - Frunció el ceño mirando al joven, serio...muy serio. -¿Me has oído?

-¡Si, si! ¡Pero por dios, sube!

El rostro de Jonghyun volvió a suavizarse, regalándole al joven Taemin otra de sus perfectas sonrisas. Aquello, de alguna extraña forma, le tranquilizaba, aun cuando se encontraba todavía entre las vías del suburbano. 

Caminó con lentitud hasta el arcén, subiendo no sin hacer algo de esfuerzo con los brazos para conseguirlo. Tras ello, lanzo un largo y prolongado suspiro, mirando al panel luminoso mientras tiraba la colilla de aquel cigarrillo.

-Bien, Lee Taemin, ahora tienes que prometerme que no vas ha volver siquiera a pensarlo. -Hablaba sin mirarle, tan solo observando las luces amarillentas que indicaban el paso del tiempo - ¿Sabes? Todos tenemos problemas... mucho... muchos problemas... y no te digo que el suicidio no sea una opción, si, la es... pero es solo para los cobardes. Tu no eres un cobarde ¿verdad? Saldrás adelante... La adolescencia es complicada, pero tú puedes con ella.

-¿Por qué haces esto? ¿Por que me has salvado?

2 minutos.

Giró su rostro lentamente, mirándole con una sonrisa completamente bacía de sentimientos, una sonrisa que heló la sangre del joven Taemin. No era el tipo de sonrisas que había estado regalándole hasta ahora, no lo era para nada.

1 minuto

La mezcla del ruido metálico, y el suelo vibrando bajo sus pies, incrementaba a cada segundo, indicaba, de forma mucho más eficaz que aquel panel luminoso, que faltaban tan solo algunos segundos para que el tren llegase a la estación.

-Este es mi tren, Taemin. - Ase acercó a la esquina del arcén, de espaldas a las vías, sin dejar de mirarle – El tren de los cobarde. - Sonrió más ampliamente, esta vez con pequeñas lagrimas en sus ojos, ¿Cuanto llevaban allí? - ¿Por qué te he salvado? Porque esta es mi noche. No la tuya.


¿Cuanto dura un salto? ¿una mirada llena de dolor? ¿y el ultimo aliento? Efímero... Todo es efímero... Sin embargo, aquella, la noche de Jonghyun, a pesar de que se trató de solo 10 veloces minutos, se grabó para siempre en la memoria del pequeño Taemin.

Tal vez no fueron más de 3 segundos lo que tardó en morir. Tres eternos segundos, disfrazados de la más reducida efimeridad.

Notas finales:

Si habeis llegado hasta las notas finales, esque habeis leido ya todo el One-shot. Gracias!!!!

Agradezco a los lectores, pero aun más a los que comentan, pues un escritor que no recibe comentarios se pone triste DDDDDDD: 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).