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NO ES REAL por DRAGIOLA

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Notas del fanfic:

Bueno no hay mucho que decir con excepción de que por fin me tome un tiempecito para editar esta historia que tenia en la compu hace un par de meses y por ello la subo esperando que sea de su agrado.

Notas del capitulo:

Harry Potter no me pertenece, sino a J.K. ROLLING quien hace unos meses se cambio de editorial dejando en claro que le daria un giro a su carrera dejando no solo el mundo del HP de lado por un buen tiempo, sino tambien el infantil, sinfff, me pregunto como seran sus novelas de indole adulto o si seguira por el lado juvenil?  Bueno al grano, no me pertenece y el relato que leeran a continuacion es sin fines de lucro y con el unico fin de entretener.

NO ES REAL

 

 

 

 

 

 

Corro hasta mi cuarto, me encierro en el, no deseo que nadie me interrumpa, no deseo que nadie sepa de mi desgracia. Me quito la ropa  que antes me daba abrigo con repulsión, esta mal tratada, rota, recuerdo de algo que mi memoria desearía olvidar.

 

El agua que antes simplemente servía para bañarme ahora cumple una función mucho mas importante, borrar la tortura viviente que ha sufrido mi cuerpo. Paso la esponja con fuerza por cada parte en donde sus manos estuvieron hasta que mi piel grita por piedad, arde mas no me importa, es necesario que su esencia desaparezca.  Siento como de mi entre pierna algo se desliza y con temor paso mis dedos por esa zona y antes que el agua de la ducha lo haga desaparecer veo de que se trata y siento asco.  Intento limpiar aquella zona muchas veces ignorada pero que  ahora es parte de una de mis peores vivencias. Duele, duele demasiado.

 

Enjabono la esponja y noto como esta se ha manchado de sangre, entonces, solo entonces me doy cuenta que no solo ese líquido blanquecino es el que sale de mi parte inferior y me aterro, porque solo hasta ese momento me doy cuenta de las repercusiones de la pesadilla que he vivido.

 

Siento asco, mi estomago esta revuelto y desearía estar muerto, no lo puedo evitar, lloro, lloro como un niño, lloro como nunca lo hice y me odio por eso, me odio por ser débil, me odio por no ser alguien que los demás creen, me odio por las decepciones que he causado, me odio por el simple hecho de respirar un oxigeno que podría servir para ha alguien que en realidad podría serle útil e intento lo impensable.

 

Me abofetea, no entiende porque he hecho esto, no después de todo lo que hemos vivido, me insulta diciéndome si en realidad haría feliz a mis padres con esto y aunque quisiera responderle que si, las palabras no salen de mi boca por que un maldito nudo lo impide y las lagrimas, esas malditas traicioneras que ya no controlo se desbordan de mis ojos para horror de mi compañero que jamás creyó verme en ese estado, al meno no en su presencia.

 

 

Los días pasan, intento seguir con mi vida, no recordar, olvidar, pensar que todo se trato de una horrenda pesadilla y funciona, hasta que llega la noche y no tan solo las pesadillas me rondan sino también las sensaciones del ataque, el miedo se hace constante y el pánico me va robando lo único que en realidad me importaba, el orgullo. 

 

Ya no tengo dignidad, me la arrebataron de un solo golpe sin la más mínima consideración y la extraño, la extraño como jamás lo habría imaginado.

 

El mundo parece tan irreal a mí alrededor que quisiera gritar, golpear, hechizar, maldecir, porque todos siguen sus vidas como si el mundo fuera perfecto y ¡no lo es!

 

Ella me sonríe como si nada y me pregunta si deseo pasear a su lado, apenas me roza y no puedo evitar quitar mi brazo horrorizado, ella lo nota, como no hacerlo si me conoce desde hace años.

 

Es inevitable lo se, algún dia no tan solo él sospecharía algo por lo que estuve a punto de hacer, ahora ella también lo ha hecho,  le llama presentimiento, se toca el pecho justo donde se supone esta su corazón y veo lágrimas en sus ojos. Intenta acariciar mi rostro pero no lo consigue, me alejo antes, me pide que confié en ella, que jamás me traicionara pero a esas alturas no es eso lo que realmente me importa. Veo lastima y rabia en sus facciones, no puedo mas y me encierro en mi habitación que se a transformado extrañamente en mi santuario.

 

Los días son negros aun cuando el sol predomina en ellos, las risas son crudas, los gestos amables son repulsivos y la amistad ya no significa nada más que un peso a mis espaldas. A caso no entienden que deseo estar solo, en paz. Esta simple palabra les produce escalofríos y el me mira con temor, se lo que piensa mas ese momento de valentía suprema jamás volverá a suceder, porque la cobardía a regresado a mi ser de una forma innombrable.

 

El dolor se hace insoportable, mas que en otras ocasiones y mi cabeza no es la única que siento a punto de estallar, mi espalda me duele horrores tanto que de mi garganta sale un grito horroroso que casi rompe mis tímpanos. Me oculto con dificultad en un área en desuso del castillo, caigo de rodillas sin aguantar mas, siento como se mojan mis pantalones y quedo horrorizado por ello, intento limpiarme con un simple hechizo pero no puedo, el dolor es demasiado intenso y solo logro dejar caer mi varita. Algo no esta bien, lo se, algo no es correcto y duele, duele mas que un maldito cruciatus, duele mas que ser menospreciado por quienes amas, duele, duele tanto que hasta mi conciencia se nubla y solo los gritos terminan acompañando mi terrible agonía…Y creo que estoy soñando, creo que todo es parte de mi enferma imaginación, que finalmente mi cordura ha caído presa de mi desgracia y termino por sacarme los pantalones que llevo puestos bajo la túnica. Y lo veo… rojo…asqueroso… feo… y  chillando como una asquerosa banshee por atención. Intento alejarme, quiero levantarme pero estoy débil, me arrastro lo mas lejos que puedo y noto para mi horror como un cordón de carne sale de entre mis piernas. No, me digo, imposible, quedo en shock, la pared de piedra frente a mí parece interesante hasta que en ella comienzo a ver imágenes incesantes de historias escuchadas en mi niñez, horripilantes, indignas, asquerosas tal como esa cosa que no para de llorar.  Y el rostro de mi abuelo descompuesto aparece ante mi y me grita ¡promiscuo!, ¡sucio!, ¡anti natura! ¡Y deseo callarlo, deseo dejar de escuchar su voz! ¡Le imploro por ello pero no me hace caso y cada vez es más fuerte! ¡Ya no más, suplico, ya no más! ¡Pero no para, no para! ¡Y comienzo  a golpearme la cabeza con ambos puños y ya no solo esa cosa chilla!

 

No es real, esto no es real, nada de esto es real, es imposible, imposible, a mi no me puede suceder algo asi, a mi no, no a mi, a cualquiera menos a mi, solo es una pesadilla, otra maldita pesadilla, nada mas que eso, nada mas y por ello lo abandono, lo dejo para que esa bestia lo devore, para que lo borre de la faz de la tierra porque no merece vivir, no merece existir, porque jamás debio nacer.

 

Regreso con dificultad a mi cuarto metiéndome enseguida al baño, necesito borrar cualquier recuerdo de mi ultima pesadilla, necesito que el agua me limpie, me purifique, porque me siento sucio, tan sucio como meses antes. Pierdo el equilibro y la oscuridad me abraza.

 

Despierto confundido, alguien apenas toca mi brazo, sabe que aquello me desagrada y noto en sus facciones la preocupación latente que por tanto tiempo he visto plasmada en su rostro. Me da a beber una poción, me regaña por no cuidar de mi salud y entonces me siento de golpe para caer nuevamente sobre la cama por un mareo. Le doy las gracias por no haberme llevado a la enfermería, más por no notificar a Pomfrey y me dice que a quien debo dárselas es a ella, porque de ser por él me hubiese llevado hace tiempo de una oreja. La veo en el umbral de la puerta con los brazos cruzados, con aquella mueca que ha intentado imitarme pero que no le sale, me hace una seña y extrañamente se lo que significa, asiento y para ella eso es suficiente.

 

Cuando por fin puedo levantarme de la cama solo se habla de una cosa y no es precisamente de mi salud. Todo el mundo parece estar escandalizado por el hallazgo que ha hecho el inútil del semi gigante, tanto que no se habla de otra cosa. Pansy esta indignada y al parecer no es la única, pues cada chica del castillo ha sido citada en la enfermería en un acto  según ella de lo mas ultrajante que da como resultado solo una gran incógnita.

 

Por fin la tortura en la que se ha transformado Hogwarts termina, la ceremonia me pasa casi desapercibida y los sueños que tenia de esta no son  mas que eso, sueños, todo parece tan irreal.

 

Continúo mi vida como si nada, existo, punto, no hay mayor anhelo en mi corazón, no tengo motivo para continuar adelante, más que mi familia o lo que queda de ella.

 

El Profeta tiene en su portada al Gran Héroe del Mundo Mágico, otra vez, con una nueva escusa como si no hubiese nada mas importante que la vida diaria de este, en esta ocacion la escusa es el funeral del que según esas hojas fuera un miembro de la mítica Orden del Fénix, héroe de guerra. Reiría sino fuera porque aquello solo me produce agruras, ya que a esas alturas cualquiera que fuera amigo del cara rajada seria elevado a mártir, mientras que a los míos solo a asesinos.

 

Me desagrada salir de mi hogar, he intentado de superar este sentimiento de pánico que se apodera de mí desde el término de la guerra, mas no puedo evitarlo, todos se encargan de recordármelo, aun sin decírmelo, lo veo en sus ojos, en sus actitudes, hasta en la forma en que me hablan. Y para mi desgracia me topo con él, quien no duda en saludarme esperando como siempre mi eterna gratitud por lo que según el y muchos otros le debemos tanto mi madre como yo. Como es mi costumbre solo le regreso el saludo fríamente disponiéndome en seguida a retirarme de la tienda pero entonces la voz infantil de un niño atrae mi atención y no puedo evitar sacar un comentario mordaz de esos que tanto me acompañaron en mi infancia. El me mira con algo de resentimiento, aprieta los dientes, quiere decir algo y por primera vez en años vuelvo a sentir poder sobre el y me encanta, hasta que el niño me saca de mi error y no puedo creer que ese parecido sea solo una mera casualidad.  Veo como le da al niño un sickle y como este le da las gracias por algo tan mísero. Mi brazo esta a punto de ser roto por el agarre del maldito patán que no duda en llevarme hasta una esquina bien oculta de esa pocilga donde en mala hora se me ocurrió meterme, me advierte que si llego a abrir la boca  el innombrable se vera como un santo al lado suyo. No entiendo porque lo dice y él lo nota soltándome en medio de disculpas que no entiendo.

 

La buena de Pansy como siempre me saca de mi ignorancia social dándome a conocer la verdadera historia del niño que acompañaba a Potter, que en primer lugar no es su hijo, sino su protegido según ella.  Me sorprende el saber que hasta Hagrid tuviera un hijo y me extraña el que ese niño sea tan pequeño para ser hijo de un semi gigante, mas otra vez ella me saca de mi error contándome que aquel niño no es otro sino él bebe que este salvara de las fauces del perro de tres cabezas. Siento el mundo girar a mi alrededor, me levanto con lentitud mientras ella continua con su relato, me sirvo una copa de wiski de fuego a duras penas, mis manos tiemblan sin control en la parte en la cual dice que el semi gigante pidió la custodia del pequeño, mis labios apenas alcanzan a sentir el liquido quemante del licor cuando ella con una mano en el corazón llega a la parte de su muerte, mi cabeza esta a punto de estallar cuando dice porque Potter decide quedarse con su custodia y para cuando ella relata melodramáticamente como esto le trajo problemas con su eterna novia, no puedo mas y pierdo el conocimiento.

 

Sé que mi comportamiento es insano, sé que esta fuera de los limites de la cordura pero no puedo evitarlo, le sigo, no porque desee saber que es de su vida, no porque me interese lo que haga, solo necesito verlo una vez mas, una sola vez para estar seguro que todo aquello no se trato mas que de una cruel pesadilla y que no es quien me imagino.

 

Me sorprende y me increpa, intento de inventar una escusa que por supuesto no cree, me amenaza, me recuerda que él es uno de los mejores magos del mundo y que si se lo propone terminare en Azkaban. Ingenuamente piense que voy tras el para vengarme por lo sucedido con mi padre y no puedo mas que sonreír, lo cual no le hace gracia.

 

Me refugio en mi Mansión, una buena copa del mejor coñac me acompaña frente a mi chimenea. Intento refugiarme en las llamas de esta, intentando de pensar en cosas mucho más importantes que el mocoso que vive con Potter pero no puedo, como no puedo evitar volver a seguirle.

 

 

Encuentro increíble que su hogar sea la Ancestral Casa de los Black, mis antepasados por parte de mi madre deben estarse revolcando en sus tumbas por las decisiones tomadas por el ultimo de su estirpe. Recuerdo entonces la furia de mi tía alegando como Sirius Black había manchado el apellido heredándole sus raíces a un asqueroso mestizo y ahora entiendo el porqué de la furia de Potter tras su muerte.

 

Por fin le veo después de semanas de seguimientos, tan pequeño, tan inocente ante los ojos de cualquiera pero no ante los míos, porque yo sé que es en realidad, un monstruo. Y como la primera vez que lo vi, se lo que tengo que hacer.

 

No es fácil, pero gracias a esa porción de sangre Black que corre por mis venas logro entrar al que fuera hogar de mis ancestros maternos.

 

El oxigeno apenas llega a mis pobres pulmones mientras el aire se hace cada vez más denso a mí alrededor. Cada pisada que doy es como un yunque sobre cristal. Mi cabeza adolorida por los recuerdos que se aglomeran incesantemente ante el crimen que voy a cometer me repiten que estoy en lo correcto, que no debo retroceder en mis actos, que debo hacerlo, que debo acabar con el, con esa atrocidad, porque una vez que deje de existir seré libre, estaré en paz y por fin podre dar vuelta la maldita pagina para ser un mago normal.

 

Mi mano tiembla, él juega en el suelo, le apunto directo a la nuca, la maldición esta casi en la punta de mi lengua y el voltea mirándome con esos grandes ojos de color metálico que tanto me recuerdan a  mi padre. Tomo un sorbo de aire pero de nada sirve porque siento que me asfixio cada vez mas en su presencia. Y lo veo con mayor detenimiento de pies a cabeza y aunque es indudable mi sangre en el, también lo es de aquel vil ser que me ultrajo.

 

He entrado en pánico y ni un solo musculo de mi cuerpo logra moverse, siento como mis mejillas se mojan, escucho pasos aproximarse y ni aun asi logro terminar con lo que me he propuesto.

 

Esta horrorizado por lo que presencia de seguro piensa que tenía razón y se arrepiente de no haber actuado antes dejando que me pudriera en Azkaban bajo cualquier escusa, pero es tarde, ya estoy ahí y no me iré sin hacer lo que me he propuesto.

 

Ambos estamos sorprendidos al escucharle decir papá y no puedo evitar mirarlos con mas detenimiento, mi corazón palpita a mil por hora, mi pecho duele por el poco aire que reciben mis pulmones, mi mano ya no tan firme se alza con algo de duda y escucho a Potter gritarme que el niño no tiene la culpa y sus ojos siguen fijos en mi como la peor de las maldiciones escudriñándome hasta el fondo de mi ser.

 

Mis rodillas tocan de golpe el suelo, Potter grita algo que no entiendo, unas manos pequeñas acarician mi rostro y dejo que el llanto se apodere de mi adolorida alma, ya no puedo mas, no puedo, aunque se lo que debo hacer no puedo, no soy un asesino, no lo fui antes y sé que aunque lo desee, aunque lo necesite no lo seré ahora.

 

 

Todo fue un sueño, lo se ahora, nada fue real, ni la guerra, ni los juicios, ni mi obligado regreso a Hogwarts, ni la condena de mi padre, ni la muerte de mi madre, ni siquiera aquella pesadilla que por tanto tiempo creí real, nada, nada era cierto, nada, ni siquiera el que aquellas esmeraldas ya no me miren con odio contenido, nada es real, nada………..

 

 

Siento algo frio en mi frente, creo que he perdido nuevamente la conciencia, tal vez Pansy tenga razón y deba ir a ver un Mendi mago. Mi cuerpo se siente pesado y me siento perdido, nada a mí alrededor me parece familiar y cuando una voz se alza desde una esquina del cuarto en donde reposo todo regresa de golpe. Intento incorporarme pero la cabeza me pesa demasiado para conseguirlo, le escucho acercarse lentamente, me mira de una forma que no podría explicar.

 

Comienza a hablar y tanto parloteo me recuerda a Pansy. Repite lo que alguna vez  dijo en Hogwarts, como todos habíamos terminado siendo victimas de la guerra, como todos merecíamos una segunda oportunidad sin importar en que lado estuviéramos y sus ojos se clavan en mi. Respira profundo y me comenta de la conclusión que sacara la sangre sucia de su amiga en el ultimo año de colegio, le ignoro olímpicamente pero aun asi el sigue con su relato y no me gusta, lo detesto, lo odio porque con cada palabra va rompiéndome un poco mas y el dolor regresa de una forma que jamás pensé sentirlo.  Y él lo nota, se pone nervioso, toma un baso con agua e intenta dármelo a beber junto con una poción que me niego a tomar aun sin tener las fuerzas necesarias para esto.

 

Cuando vuelvo a estar consiente reúno todas mis fuerzas para ponerme de pie a duras penas, no puedo continuar ahí, no me fio de Potter, menos cuando he estado a punto de quitarle la vida a su protegido y me pregunto si realmente se ha dado cuenta de mis verdaderas intenciones.

 

Bajo trastabillado las escaleras de la mansión Black, sé que no conseguiré desaparecerme hasta mi hogar, aunque tuviera mi varita en mi poder. Debo llegar hasta la sala en donde vi la chimenea, debo conseguirlo antes de que Potter se dé cuenta y se arrepienta de tratarme con bondad, entonces escucho voces y me detengo de golpe porque se de quienes se trata y sé que a diferencia del cara rajada ellos no tendrán la mas mínima consideración conmigo.

 

Continuo mi camino lentamente sin prestarles mayor atención, para cuando llego en donde esta la maldita chimenea estoy muerto de cansancio tanto que me veo en la nada grata tarea de arrastrarme de rodillas hasta llegar a ella para descubrir que no hay polvos Flue en la ánfora en donde se supone debería estar. 

 

Me seco la frente con la palma de mi mano, respiro hondo, me hace falta, deseo estar en mi hogar y me imagino en la comodidad de mi cama con mi madre haciéndome compañía tal como cuando era un niño.

 

Las energías me han abandonado y ahora hasta reabrir mis ojos me cuesta. Una imagen borrosa se forma ante mi, veo una bolsa de piel que aun estando cerrada por el simple olor que despide sé de que se trata. Estiro mi mano para tomarla y le veo…sonríe, me sonríe.

 

Y me pregunto que debo hacer…esta tan cerca…seria tan fácil… aun sin varita…seria tan fácil…solo tomar entre mis manos su pequeño cuello…romperlo…y por fin conseguir la paz que me arrebato tras su nacimiento.

 

Interrumpe mis pensamientos con su desagradable voz, me dice que ha soñado conmigo desde que me vio, que desde antes veía una silueta idéntica a la mía en sus sueños y deseo gritarle que se vaya al diablo que yo no soy quien el cree y que si no se aleja de mi lo mato, pero ni una sola silaba sale de mi garganta. Con torpeza tomo un puñado de polvos Flue y me meto en la chimenea  con la clara convicción de no volverle a ver nunca más.

 

 

 

Están furiosos, no solo no me he comunicado con ellos, sino que me he ido de viaje sin siquiera avisarles, los miro desafiante y por todos los años que nos conocemos adivinan lo que estoy pensando sin la necesidad de decirlo.  El me llama irresponsable, mientras ella me observa con preocupación preguntándome por qué ahora y no antes, por supuesto no le respondo, no tengo porque hacerlo.

 

Francia es un país maravillo y desearía haber vivido ahí desde mi nacimiento, no me explico porque mis ancestros decidieron emigrar hasta un país tan inhóspito como lo es Inglaterra pero eso ya no importa, no regresare, aun si los fantasmas de mis ante pasados me persiguen para que lo haga, no lo hare, porque aquí he conseguido algo que ahí no tenia, paz.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

He vuelto a tener el mismo sueño, si es que puede llamarse asi, he bajado las escaleras  de Grinmuld Place lentamente encontrándome con el en la sala, esta parado en medio de esta mirándome con esos grandes ojos que son mis gemelos, le miro detenidamente intentando de encontrar alguna otra similitud pero no la encuentro y aquello me da fuerzas. Levanto la varita ya sin miedo y con la clara convicción de que hago lo correcto, la maldición sale de mi boca pero en vez de llegarle revota y me golpea tirándome al suelo. Siento como mil cuchillas me atraviesan sin darme un mísero respiro y estoy devuelta en donde todo comenzó. Se ríe en mi cara llamándome cualquiera, quiero insultarle pero mi garganta adolorida no me permite emitir ni un solo sonido, me toma de la cabellera casi arrancándomela y me obliga a tragar su miembro en mi boca, estoy a punto de vomitar y con las que creo son mis ultimas fuerzas lo muerdo. El aúlla furioso y me lanza lejos provocando que mi cabeza retumba en el suelo de piedra. Me digo que no debo perder la conciencia, que debo huir, que debo reunir fuerzas pero es tarde, muy tarde, porque el ahora no para de patearme y cuando se cansa me lanza maldiciones que aunque son mas suaves que un cruciatus no por eso duelen menos. Cuando nota que ya no doy mas me lanza un enérvate y me dice que aun no acaba, rompe mi túnica, me arranca los pantalones y me pone boca abajo.  Separa mis piernas y hunde sus dedos en mis nalgas, siento algo duro y caliente en la entrada de mi ano, él me dice al oído que ahora descubriré lo que es ser realmente útil, no entiendo lo que pretende, tengo miedo, él lo nota y ríe, ríe, ríe.   Siento como me desgarra por dentro, duele, me tortura, quiero escapar, grito, lloro, suplico, mas el solo ríe mientras se entierra cada vez mas hondo de mí ser, mientras me lacera sin ningún sentido gimiendo en mi oído extasiado y drenándose en mi interior para finalmente salir de la misma forma en la que entro, sin el menor cuidado.

 

Lo escucho caminar a mi alrededor,  continua burlándose, no tiene piedad, ni por mi cuerpo, ni por mi alma, ha pisoteado todo lo que me queda de dignidad y ahora me siento hueco…no soy nada….no tengo nada…..

 

Esta parado a mi lado, puedo sentir sus cálidas manos en mi rostro, me niego a verlo, no puedo hacerlo porque cada vez que lo hago me recuerda al canalla que asesino mi alma. Alzo mi rostro y en vez de ver al del pequeño monstruo con esos ojos que son copias de los míos veo un par de esmeraldas llenos de lastima y no puedo evitar romperme.

 

Despierto bañado en lagrimas otra vez y lo odio, porque yo no debería estar huyendo, porque a esas alturas debería estar casado, con un digno descendiente de la casa Malfoy que me llene de orgullo pero no puedo, simplemente no puedo, no porque no quiera, sino porque el mas mínimo toque ajeno al de mi persona me aterra y es entonces cuando recuerdo aquellas cálidas manos en mi rostro y algo despierta en mi interior.

 

 

 

 

 

Ha crecido, ya no es el niño con el cual sueño a menudo, siento algo extraño en mi pecho al enterarme que esta en la casa de las serpientes, no se como llamarle mas sé que es algo bueno.

 

Comienzo a moverme de a poco, no deseo llamar demasiado la atención, no son muchos los que saben de mi retorno de mi auto exilio como lo han llamado mis amigos y pretendo que siga siendo asi por un largo tiempo.

 

Los negocios de la familia no podrían ir mejor y pienso en si mis padres estuvieran vivos se sentirían orgullosos por lo que he conseguido, aun dejando las ansias de poder en un segundo plano.

 

He intentado de borrar  las malas acciones que han enlodado nuestro nombre a veces siendo felicitado y en otras ocasiones siendo repudiado, mas no me interesa porque no es eso lo que deseo conseguir con mis acciones.

 

Como todo lo referente a Potter su vida no puede dejar de aparecer en la primera plana del Profeta, ya sea porque se tropezó en plena vereda o porque choco volando con un Hada, todo, absolutamente todo aparece ahí, aun si no tiene la mínima importancia, siendo en la mayoría de los casos detestable, mas no en esta oportunidad.

 

Intento  tranquilizarme, mantener la mente fría, recordarme que no fui a parar a la maldita casa de los Hufflepuff por un buen motivo pero nada de eso funciona cuando por primera vez siento que su muerte no borrara nada, sino que lo empeorara todo.

 

No tengo escusas para estar ahí, creo una, dos, tres, no importa que piensen que me he vuelto paranoico o hipocondriaco, no me importa, solo deseo saber de él.

 

Me escabullo a la primera oportunidad, nadie dice nada cuando me ven en aquel pasillo, no como a un muchacho que ni siquiera finge estar perdido y al cual le decomisan una cámara mágica. Sigo mi recorrido y me detengo en seco al ver cierto nombre en una puerta. El apellido resulta ser el de mi peor enemigo y el nombre aunque parezca mentira es el de una estrella.

El pecho me duele, no sé que hacer, no sé que decir, como actuar y por primera vez en años la cabeza me duele horrores y deseo desfallecer. Automáticamente doy dos pasos hacia atrás chocando con alguien que me detiene preguntándome si me siento bien, doy media vuelta para disculparme encontrándome con un par de esmeraldas que me penetran enseguida.

 

La cobardía tan característica en mi se hace presente una vez mas ordenándome retirarme.

 

Me llama por mi nombre mas no le hago caso, me grita cobarde, lo soy, por lo cual no me detengo, me amenaza con contar todo y siento como mis pies son clavados al suelo por algo más poderoso que la magia.

 

Se acerca hasta mí para decirme que puedo visitarlo cuantas veces quiera, tanto ahí como en su hogar, me pregunta si deseo comenzar en ese momento… y yo… le respondo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fin

Notas finales:

Para serles franca el titulo no me convence mucho, mas debia tener uno y no sabia que otro ponerle, bueno tenia dos alternativas mas pero solo recuerdo uno mas "NO ES VERDAD", tampoco era muy bueno en todo caso, en fin espero de corazon que se hayan entretenido con esta historia.

Como siempre muchas gracias a quienes leyeron mi historia y mucho mas para quienes se tomaron la molestia de dejar un comentario.


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