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Con el permiso de Sasuke por Higary

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Notas del capitulo:

Holi hola, gente bonita!! Mañana se cierra el Festival Literario Sasunaru 2012!!! Hoy es el último día para votar por sus fanfics favoritos, y con tal motivo les traigo este fumado oneshot que se me ocurrió tras una conversación con mi amigo Sora XD (Kyuu: Si se entera de que contribuye con tu vena yaoiesca, le dará un ataque ¬¬0). También hoy subí el cuarto capítulo de Un año contigo, para que sigan llorando, digo, disfrutando con esa historia también n.n Como siempre saben que esperaré sus comentarios con saludos, golpes, pedradas, felicitaciones, amenazas, cebollazos, flores, bombas, jitomatazos y demás. De mi parte es todo, así que por ahora: ¡¡a leer!!

 

Disclaimer: Como todos saben, los personajes pertenecen a Kishimoto. La idea de este oneshot surgió por las anécdotas de un amigo, jeje.

CON EL PERMISO DE SASUKE

 

Más de dos años habían transcurrido desde el final de la Cuarta Gran Guerra Ninja. La aldea de Konoha era un lugar próspero recuperado de la destrucción vivida a manos de Akatsuki. Su gente cambió mucho de actitud gracias a la influencia y perseverancia del gran héroe del mundo shinobi: Uzumaki Naruto. El rubio era ahora un hombre no solo poderoso, sino también atractivo, además seguía siendo amable, alegre y conservaba su corazón de oro. Todo esto provocaba el interés de un sin fin de mujeres que estaban deseosas de cortejarlo y ser alguna la elegida a quien desposara.

 

Hasta ahora ninguna de sus tácticas de seducción había resultado y ello lo atribuían a que se decía que el corazón del rubio desde que era un niño tenía dueña: Haruno Sakura, la ex compañera de equipo y entrañable amiga de Naruto. De modo que las admiradoras del Uzumaki decidieron encararla, ya que ella nunca le hizo caso y no querían que su ídolo siguiera aferrado a esa mujer.

 

Sakura caminaba rumbo al hospital de la aldea cuando fue interceptada por un grupo de quince chicas, de distintas edades y apariencias, pero todas la miraban con enfado.

-¿Puedo ayudarlas en algo? –les preguntó

-Ya lo veremos –contestó una

-Queremos saber cuáles son tus intenciones hacia Naruto-san.

-¿Eh?

-No te hagas –habló otra-. Todas sabemos que él estaba enamorado de ti, pero nunca aceptaste sus sentimientos y a pesar de eso te la pasas muy cerca de él.

-Si no quieres a Naruto-kun más que como amigo, entonces deja de provocarle falsas esperanzas. No lo merece.

-Antes que nada, tranquilícense –pidió la pelirosa-. Yo no le estoy dando esperanzas ni nada de eso, yo rechacé a Naruto hace mucho porque amaba a otro hombre que me rechazó a mí, supongo que me lo merecía. Por eso sabía que, cuando me di cuenta del verdadero valor de Naruto, ya era demasiado tarde. Precisamente por la forma en que lo traté no soy la adecuada para él. A mi parecer ninguna de nosotras es digna de alguien como Naruto, la única que merece su amor es Hinata, ya que ella lo ha amado desde mucho antes de que se convirtiera en un héroe admirable.

Las chicas intercambiaron miradas incómodas. Varias de ellas habían crecido considerando a Naruto como un monstruo, según las ideas inculcadas por sus padres. Fue después de que él salvó a Konoha de Akatsuki que comenzaron a fijarse en su persona. Lo que Sakura decía tenía mucha razón, ya que ellas también se habían percatado de la devoción con que Hyuuga Hinata siempre observaba al chico de ojos azules.

-Yo tomé una decisión hace tiempo –dijo Sakura-: apoyaré a Hinata para que por fin ella y Naruto estén juntos. Si de verdad lo quieren, hagan lo mismo y preocúpense por su felicidad –dicho eso se marchó

-... Creo que Sakura-san tiene razón.

-Hemos sido muy egoístas. No habíamos pensando en qué era lo mejor para Naruto-kun.

-Hyuuga-san es una mujer hermosa y amable. Odio admitirlo, pero sería una fantástica esposa para él.

-Tal vez nosotras también deberíamos animar a Hinata-san para que se decida a hablar con Naruto-kun. Son amigos desde hace muchos años, dudo que él la rechazara.

-Siendo así, entonces deberíamos...

-¿Piensan rendirse tan fácilmente?

Las chicas voltearon alrededor hasta que se encontraron a un alto y serio azabache cruzado de brazos sobre la rama de un árbol: ahí estaba Uchiha Sasuke, antiguo criminal rango S, pero liberado de todos los cargos gracias a sus acciones durante la última Guerra Ninja y el incondicional respaldo de cierto rubio.

-¡Uchiha-san!

-¿Qué hace aquí?

-De casualidad escuché su conversación –bajó del árbol y las observó con sus fríos ojos-. Así que piensan dejarle el camino libre a Hyuuga, ¿no? Para su información, a quien Naruto elija como pareja no sólo será decisión suya. El usuratonkachi valora mucho mi opinión y yo no considero a esa mujer como la esposa adecuada para él. Si ella se le declara, esa es la opinión que le daría y evidentemente él la rechazaría.

Las chicas se sorprendieron por sus palabras, aunque tampoco era algo tan raro. Todos se habían dado cuenta que tras los sucesos vividos durante la guerra, la relación entre Uchiha y Uzumaki se estrechó aún más, al punto en que Sasuke se volvió sumamente protector con su amigo. Claro, eso no cambiaba el hecho de que siguieran discutiendo e insultándose por cualquier cosa.

-No dejaré que cualquiera salga con mi mejor amigo –continuó el azabache-. Antes necesitan mi permiso porque el dobe es como mi familia.

-¿Tu permiso?

-Si es una mujer a quien yo considere como candidata adecuada y le dé mi visto bueno, Naruto se planteará seriamente salir con ella y tal vez incluso casarse.

Las jóvenes volvieron a intercambiar miradas y esta vez los ojos les relampaguearon. Si así estaban las cosas, entonces no iban a renunciar a Uzumaki Naruto tan pronto.

 

Aquello desencadenó una nueva batalla. Las admiradoras hacían hasta lo imposible por ganarse la aprobación de Sasuke: las que eran kunoichis se esforzaban más en sus entrenamientos para demostrar que eran fuertes, las otras pulían sus artes en la cocina y demás tareas del hogar para probar que serían esposas atentas y dedicadas. Debido a esto Sasuke siempre tenía comida caliente y su casa aseada, alguna chica se ofrecía a hacer sus tareas cotidianas o realizar tediosos informes.

-¿No sabes preparar un ramen decente? –preguntó con enojo a una de las chicas- Bueno, no dirás que no sabes cuál es el platillo favorito del dobe, ¿verdad? ¿Cómo piensas hacerlo feliz si ni quiera sabes cocinar eso?

-¡Lo siento mucho, Uchiha-sama! ¡Le prometo que estudiaré!

 

Todas estas situaciones eran presenciadas por el resto de los aldeanos, provocando mayor atención de parte de Sai, Kakashi, Shikamaru y la propia Sakura.

-¿Qué se supone están haciendo? –preguntaba Shikamaru

-A lo que he entendido –explicó Sai-, cada una de ellas se está esforzando por ganar la aprobación de Sasuke para que él recomiende a alguna ante Naruto como posible novia.

-Sasuke-kun se preocupa mucho por el bienestar de Naruto –sonrió la pelirosa-. Esto demuestra que es muy buen amigo.

-Claro que no –respondió Kakashi-, él no sabe lo que es ser un buen amigo. ¿No conoces esa frase, Sakura? Ten a tus amigos cerca y a tus enemigos aún más cerca.

-No entiendo, ¿eso qué tiene que ver aquí, sensei?

Los tres varones la observaron y suspiraron, moviendo las cabezas en forma negativa. Se suponía que Sakura era observadora, pero al parecer ella tampoco se había dado cuenta de la verdad: que en el fondo Sasuke estaba enamorado de Naruto y no iba a dejar que alguien se lo robara.

 

Luego de otro arduo día de evaluaciones y demostraciones de talento por parte de las chicas, el Uchiha se encaminaba hacia el Ichiraku porque le informaron sobre cierta persona que acababa de regresar de una misión.

-¡Hola, teme! –saludó Naruto con alegría- Ven a cenar conmigo.

-Dobe, ¿qué tal la misión?, ¿no la arruinaste?

-¡Por supuesto que no, idiota! Fue muy divertido –le sonrió, radiante-. Ojalá hubieras ido, Sasuke.

-Hum, si tú lo dices.

-¿Y tú qué hiciste en la aldea durante mi ausencia?

-... Nada que valga la pena mencionar.

Sí, Uchiha Sasuke estaba irremediablemente enamorado de Uzumaki Naruto. Sólo sería cuestión de tiempo, y paciencia, para que el usuratonkachi y ninja número uno en sorprender a la gente se diera cuenta de que correspondía a sus sentimientos. Y claro, las admiradoras del rubio no tenían por qué enterarse de todo antes de tiempo.

 

FIN

THE END

OWARI


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