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Persiguiendo a Naruto por Musa Lockheart

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Notas del capitulo:

Notas de Mus:

Siiiii señor, después de años, siglos y milenios, el destino quiere que siga traduciendo este fic. ¿Motivo? Que vivo en Londres, he de mejorar mi ingles, y trabajo 12 horas al día en las que casi no hago nada. Así que tengo que hacer algo provechoso, y ¿qué mejor que dar a conocer al mundo la historia de esta gran mujer?

Aquí está el segundo capítulo. Espero que lo hayáis disfrutado tanto como yo.

Musa Lockheart.


 

 

Sasuke Uchiha no se pone nervioso. Normalmente no se enfada, ni forma escándalos, ni se siente ansioso. Pero puede, y de hecho, se molesta bastante cuando alguien llega tarde a un encuentro y se lo reconoce a sí mismo en silencio.

 

Así que si por algún momento pareciera como que estaba andando hacia delante y atrás, mirando su reloj y murmurando por lo bajo, probablemente es que tú estarías perdiendo la cabeza.

 

-Son casi las cuatro, joder –farfulló mientras disfrutaba de un rápido e innecesario paseo hasta el final del pasillo lleno de libros antes de decidir volver atrás- ¿Dónde demonios está?

 

El sonido de la puerta de la biblioteca le hizo pararse y mirar hacia ella. Avistando una mata de pelo rubio en el proceso, Sasuke rápidamente dio una zancada hacia atrás, se sentó a la mesa y enterró la nariz en el libro mientras esperaba a que apareciera. Ignoró el sonido de pasos que se acercaban a él.

 

-¡Sasuke! Aquí estas- sonriendo tímidamente, Naruto dejó la mochila en la silla que estaba al lado de Sasuke y se apoyó en la mesa- Siento llegar tan tarde. No te imaginas lo que ha pasado-

 

-Entonces ahórramelo –Sasuke ni siquiera levantó la vista de su libro, y por su tono, Naruto bien podría haber sido un pedazo de chicle pegado a su zapato- haz algo útil y búscate un libro.

 

-Vale, vale –resondió Naruto, moviéndose para buscar los libros que había disponibles- No se por qué me molesto en disculparme contigo, tendría más posibilidades convenciendo a Grim Reaper de que es una bailarina que haciéndome un hueco en la enorme muralla de Sasuke el ofendido.

 

Sasuke levantó los ojos del libro tras ese comentario, con una mirada lo suficientemente fría como para enfriar a Satán- Llegas cuatro horas tarde, Uzumaki.

 

-Lo se, y lo siento –cogiendo un libro, Naruto se sentó al lado de Sasuke- Lo cierto es que perdí la noción del tiempo.

 

Satán empezó a estornudar.

 

-¿Cómo pierdes la noción del tiempo de cuatro horas?

 

Naruto le miró, aparentemente decidiendo si decírselo a Sasuke o estarse calladito. Tras un momento, el rubio simplemente le dedicó una encantadora sonrisa.

 

-No lo sé, tienen la tendencia de escurrírseme entre los dedos –sostuvo sus manos en alto moviendo los dedos para demostrarlo- En serio, creo que necesitaremos una red o algo así para atrapar esas horas traicioneras.

 

Sasuke le dedicó una mirada de indiferencia, pero una parte de él estaba intrigada.

 

¿Por qué no me lo dice? Pero decidió no preguntar.

 

-Quizás simplemente deba soldarte un reloj al brazo –dijo, disfrutando en secreto de la mueca de dolor que acompañó a su declaración y volvió a trasladar su atención a la búsqueda de libros.

 

-Creo que deberíamos hacer el trabajo sobre Cristóbal Colón –agregó Sasuke mientras recorría un dedo sobre el lomo de varios de ellos. Cuando Naruto hizo una risita burlona, Sasuke le miró.

 

-Colón era un imbécil. Si vamos a hacerlo sobre un explorador, mejor sobre Marco Polo o algo así. Al menos él tiene un juego que lleva su nombre –Naruto empezó a revolver las hojas del libro que había encontrado. Alzando una ceja, Sasuke se volvió apoyándose sobre los libros.

 

-¿Sabes quién es Colón?

 

-Sep –Naruto respondió de forma suave, con la atención centrada en lo que fuera que estaba leyendo- viene, no en tres barquitos pequeños, sino con todo el apoyo de España y se pone a cagarla, incluso comienza el comercio de esclavos en las Américas- sacude la cabeza y pasa la página- no voy a escribir un trabajo sobre lo fantástico que era.

 

Sasuke parpadea, sorprendido.

 

-Hm.

 

Naruto le mira.

 

-"Hm" ¿qué?

 

-Nunca te hubiera tomado por el tipo de persona que sabe esas cosas.

 

Naruto frunció el ceño.

 

-No soy tan ignorante como la gente se piensa que soy, Sasuke. Sé prestar atención –claramente irritado por la sorpresa pintada en la cara de Sasuke, se volvió hacia el libro que estaba leyendo- No creo que haya nada utilizable en este -murmuró por lo bajo.

 

Escaneando los libros de historia que había tras Sasuke, Naruto apremió- Esos deben tener algo acerca de Marco Polo…

 

Dando un paso hacia delante, miró a Sasuke.

 

-¿Te vas a mover o no?

 

Sasuke parpadeó. Huh. Hace bastante tiempo desde la última vez que Naruto se enfadó conmigo. Por algún motivo, eso le divertía. Cruzando los brazos, sonrió a Naruto.

 

-Estoy seguro de que no lo necesitas. ¿No puedes escribir simplemente el trabajo de memoria?

 

-No. No puedo. Ahora, ¿podrías moverte de una vez?

 

-Y yo que pensaba que estábamos en la zona "libre de ignorancia".

 

-Muévete, Uchiha –el ceño fruncido de Naruto creció al comprobar que Sasuke simplemente cruzaba más los brazos y se acomodaba más sobre la estantería llena de libros- En serio, de todos los momentos que podías elegir para decidir tener sentido del humor… -farfulló.

 

Sasuke reprimió una risita al ver la mirada mosqueada de Naruto. ¿Es así como él se siente cada vez que se mete conmigo? No me extraña que lo haga tan a menudo. Permitiéndose dejar escapar una sonrisa engreída, Sasuke le dedicó una mirada de reto a Naruto.

 

-Bueno, siempre te pavoneas de ser un poco más alto que yo. Estoy seguro de que puedes alcanzar el libro conmigo aquí.

 

Farfullando por lo bajo, Naruto se acercó.

 

-Está bien, demonios –se estiró para agarrar el libro que estaba en lo alto de la estantería, pero su mano no estaba ni siquiera cerca de conseguirlo. Respirando hondo, Naruto se acercó aún más.

 

Y más.

 

La sonrisa desapareció de la cara de Sasuke cuando se vio rodeado de una repentina vista demasiado cercana del pecho de Naruto. Los músculos del rubio se tensaron bajo la camisa negra mientras él se estiraba hacia arriba, y la boca de Sasuke se quedó completamente seca cuando éste se acercó un poco más. Tragando saliva, reprimió el impulso de apartarse.

 

Mierda, huele bien.

 

Un ligero olor a miel y cítricos se abrió paso por la nariz de Sasuke mientras se apretaba contra los libros. Naruto estaba casi haciendo un sándwich con él y la pared, con unos preciados escasos centímetros entre ellos. Apartando la cara, Sasuke tuvo que contener el insano impulso de agarrar la camisa de Naruto, enterrar la cara en el pecho del chico e inhalar profundamente.

 

Joder, ¿qué DEMONIOS pasa conmigo?¡Solo es un chico!

 

Sasuke se retorció de nuevo contra los libros y cerró los ojos cuando Naruto introdujo una pierna entre las suyas para impulsarse hacia arriba.

 

Jesús…

 

Tratando de controlar su respiración, Sasuke miró hacia Naruto. Su cara tenía una mueca, con la lengua ligeramente hacia fuera y apuntando hacia arriba por su labio mientras Naruto se concentraba en alcanzar su premio. El corazón de Sasuke empezó a pegar saltos mientras apoyaba las sudorosas palmas de sus manos contra el mueble. Cada hueso de su cuerpo le estaba pidiendo que acercase a Naruto hacia sí, le recorriera el torso con las manos y le agarrase del cuello para propinarle un beso furioso, ¡algo!

 

Oh dios, me siento atraído hacia él. Me atrae Naruto Uzumaki.

 

Apurado por esta revelación, Sasuke casi no escuchó a Naruto susurrar.

 

-Oh, al carajo.

 

Casi no le dio tiempo a mirar cuando Sasuke se encontró aplastado contra la estantería, con toda la longitud de Naruto pegada a él. Aún siendo esto lo suficientemente embarazoso, un pequeño chillido se escapó de entre los labios de Sasuke cuando su ya medio frito cerebro registró la sensación del duro y tonificado cuerpo de Naruto apretándose contra el suyo.

 

Sasuke tragó saliva, con la cara presionada contra la oreja y mandíbula de Naruto.

 

Solo… piensa en cosas buenas. Cosas puras. Encuentra un momento Zen. Mientras Naruto se apretaba contra él, Sasuke cerró los ojos y pensó con desesperación: ¿Cuál es el sonido de una sola mano aplaudiendo? Si un árbol cae en medio del bosque, y no hay nadie alrededor, ¿hace algún sonido?

 

¿Va a apartarse de encima mía antes de que me avergüence a mi mismo?

 

Antes de que el pánico de Sasuke pudiera salir a la superficie, Naruto soltó un sonidito triunfante y agarró el libro, apartándose. Lo meneó con mofa por delante de Sasuke.

 

-¡Ha! ¿qué te parece esto, eh, Sasuke?

 

Sasuke abrió la boca para responder, pero lo único que consiguió fue suave y sofocado sonido antes de empujar a Naruto fuera de su camino y moverse hacia la mesa. Empezó inmediatamente a recoger todas sus cosas, tirando sus notas descuidadamente dentro de la mochila y encajándose varios libros de historia que había encontrado bajo el brazo.

 

Naruto parpadeó mientras observaba los repentinos y frenéticos movimientos.

 

-¿A dónde vas?

 

-Tengo otros compromisos, Naruto –Sasuke escupió friamente. Poniéndose derecho, pasó como un temporal junto a la mesa- La próxima vez, te sugiero que llegues a tiempo.

 

Y se fue, ignorando la sorprendida mirada de Naruto. No puedo sentarme a su lado. No ahora que se que estoy…que quiero…Un sonrojo apareció por toda su cara mientras agitaba la cabeza y le echaba un ojo a sus libros. Joder…¿cómo voy a poder mirarle a la cara?

 

Y aceptando los libros de la encargada, Sasuke salió de la biblioteca.

 

-¡Teme! Espera un maldito segundo.

 

No, no, no, no puedo lidiar contigo ahora, no, no, no…

 

Sasuke había conseguido poner una mano en la puerta cuando la de Naruto le agarró del brazo. ¡Mierda!

 

-¿A dónde demonios te estás escapando? Se que he llegado tarde, pero tenemos trabajo que hacer y-

 

-Empezaré a buscar online y indagar varias fuentes –paró un momento- por el contrario que tú, yo ya he estado aquí un buen rato y me voy a casa.

 

Suéltame. Solo… ¡déjame irme!

 

Naruto dudó, pero finalmente soltó su brazo.

 

-Está bien. Te veo mañana, Sasuke.

 

El otro chico simplemente hizo un sonido dudoso como respuesta, abriendo la puerta y huyendo de él.

 

Necesito alejarme de él hasta que sepa qué está pasando.

 

No fue hasta medio camino cerca de su casa cuando Sasuke se dio cuenta de que había olvidado la cartera.

 

¡Mierda!

 

-

 

Los dioses le sonreían a Neji hoy.

 

El pálido chico había decidido visitar la biblioteca, no pensando realmente en buscar algo, cuando de repente se encontró con Uzumaki Naruto. Estaba sentado solo, mordiendo alternativamente su lápiz y su labio mientras escribía algunas notas en un libro. Y Uchiha no parecía estar a la vista.

 

Permitiéndose una pequeña sonrisa, Neji se dirigió hasta donde estaba Naruto y miró el libro que éste estaba leyendo. Naruto no parecía haber notado su presencia, tan metido como estaba en su trabajo. Después de permitirse mirar al chico un par de veces, Neji decidió hacer constar su presencia.

 

-Nunca antes te había visto tan estudioso.

 

-Ya, parece ser el consenso general –respondió Naruto.

 

Neji levantó una ceja. ¿Él ya sabía que yo estaba aquí?

 

-¿Y haces algún progreso?

 

Naruto paró por un momento, dejó su lapiz en la mesa y se recostó sobre la silla.

 

-Sep, he conseguido algo de información aprovechable –cruzando los brazos por detrás de su cabeza, la echó hacia atrás y miró a Neji mientras le sonreía- Y, ¿qué te trae por estos lugares?

 

La pequeña sonrisa de Neji se ensanchó.

 

-Solo deambulaba por la zona –cuando Naruto asintió y se puso en pie, Neji dudó. ¿Debería preguntárselo ahora? El chico escurrió las manos dentro de sus bolsillos. Supongo que es tan buen momento como cualquier otro y Uchiha está ausente, por una vez.

 

Aclarando su garganta suavemente, Neji se aventuró a dejar salir unas cuantas palabras.

 

-¿Estás ocupado este fin de semana, Naruto?

 

Interesado, Naruto se volvió para mirarle, apoyando un brazo sobre el asiento de la silla.

 

-No particularmente, no. ¿Por qué?

 

-Tengo una entrada de sobra para el concierto de Yellowcard, y había pensado que igual querrías-…

 

-¿YELLOWCARD?¿HABLAS EN SERIO? –Naruto agarró los hombros del sorprendido Hyuuga- ¿Tienes entradas para Yellowcard!?

 

-Si…-Neji respondió despacio, mirando los ojos brillantes de felicidad de Naruto- ¿Debo tomarme eso como que quieres ir?

 

-¡DEMONIOS, SI! –sonriendo como un maniático, Naruto apretó el agarre en los hombros de Neji- ¡llevo semanas intentando conseguir entradas, eres oficialmente el tipo más genial de todos los tiempos!

 

Intentando suprimir una sonrisa y fracasando estrepitosamente, Neji se rió ligeramente.

 

-Me pasaré a recogerte el sábado a las 6, ¿te parece bien?

 

La sonrisa de Naruto estaba en proceso de partir su cabeza en dos.

 

-Neji, acabo de descubrir algo. ¡Te quiero con toda mi alma y mi corazón! –rodeó con los brazos al chico pálido y apretó con todas sus fuerzas.

 

Sonrojándose un poco, Neji permitió a Naruto abrazarle. Si hubiera sabido que era así de fácil ganarse su afecto, lo habría hecho hacer MESES.

 

Su mirada se distrajo al captar movimiento a su derecha.

 

Uchica Sasuke estaba parado tan solo a unos cinco pasos de ellos, con las facciones congeladas. Neji le guiñó un ojo y luego se permitió una sonrisa de medio lado. Esta se esfumó cuando Naruto se apartó de él, sonriendo feliz.

 

-Te veo el sábado, entonces –dedicando una mirada seca a Sasuke, Neji añadió- podemos ir a cenar algo antes. Yo invito.

 

-¿En serio?¿Consigo ver a Yellowcard y además comida gratis? –Naruto rió, dándole una palmada a Neji en el hombro- ¿Dónde has estado toda mi vida?

 

A su espalda, Sasuke estaba rechinando sus dientes en silencio y apretando los puños.

 

Sonriendo, Neji se fue alejando de ellos.

 

-Es una cita, entonces –le divertía personal y enormemente la mirada pobremente reprimida de furia que tenía Sasuke pintada en la cara. Murmurando para sí, Neji abandonó la biblioteca.

 

Si, definitivamente, los dioses le sonreían hoy. Había conseguido fácilmente una cena y un concierto en compañía de Naruto mientras además le tocaba las narices al Uchiha.

 

No le extrañaba que su horóscopo tuviera cinco estrellas hoy.

 

-¡Te veo luego, Neji! –volviéndose, Naruto agitó la mano efusivamente hacia Neji mientras se encontraba con un furioso Sasuke- ¡Ey! ¿Cuándo has vuelto tú?

 

-Más o menos en mitad de tu declaración de amor eterno e incondicional –escupió Sasuke. Una parte de él le estaba acusando de dejarse llevar demasiado por sus emociones, pero al resto de él le importaba bien poco. Acercándose, Sasuke cogió su cartera de la silla, se volvió y salió andando como un temportal de nuevo- Que te lo pases bien el sábado –dijo sarcásticamente.

 

Maldito capullo, gilipollas... Neji se puede ir al infierno.

 

Y montado en su propio enfado, Sasuke pudo escuchar a Naruto murmurar: ¿pero qué demonios pasa con él hoy?

 

Sasuke permitió que su pelo crease sombras sobre su cara.

 

maldito seas, Naruto.

 

Maldito seas por hacerme sentir así.

 

Unas tres horas después, Naruto descansaba tirado en su cama, mirando al techo.

 

Me pregunto qué demonios es lo que le ha picado hoy. ¿Qué he hecho que le ha molestado tanto?

 

Frunciendo el ceño, el rubio repasó los eventos del día. No estaba muy seguro de qué es lo que había hecho estallar a Sasuke la primera vez, aunque imaginaba que podía atribuirse a haber llegado tarde. Sasuke podría llegar a ser extremadamente sensible con cosas como esa… pero aquello no excusaba por qué se había cabreado la segunda vez.

 

Honestamente, Naruto no era capaz de adivinar cual había sido el problema. Lo único que Sasuke había visto al llegar había sido a él haciendo planes con—

 

-Oh, por el amor de dios, ¡Neji! –Naruto se dio una palmada en la frente, ganándose una mirada extraña por parte de Kiba, que estaba tirado en su propia cama con un libro sobre perros en las manos.

 

-¿Qué pasa con Neji?

 

Naruto sacudió la cabeza.

 

-Simplemente, he caído en la cuenta de por qué Sasuke está enfadado conmigo –esos dos se odian a muerte. No me extraña que Sasuke estuviera mosqueado.

 

Kiba resopló, devolviendo su atención al libro.

 

-¿Desde cuándo necesita Sasuke una excusa para estar enfadado contigo? Vive así.

 

-Cierto –rió naruto ligeramente- no es que yo no le anime a cada instante del día.

 

-¿Por qué le provocas, de todas formas? Acabarás con su puño metido por la garganta en algún momento si sigues así.

 

-Ya hemos pasado por eso –respondió Naruto. Tomando una decisión, se incorporó y sonrió- por otro lado, es demasiado divertido contrariarle.

 

Kiba hizo un pequeño sonido de reconocimiento en su garganta cuando vio a Naruto ponerse algo de ropa y coger una chaqueta.

 

-¿Dónde vas?

 

-Voy a entrenar un poco.

 

-¿Otra vez? –Kiba frunció el ceño- Ya estás tallado en piedra, ¿para qué demonios necesitas entrenar?

 

Con una sonrisa monumental, Naruto se volvió, alzó un brazo e hizo notar el músculo.

 

-Eh, mantener este hermoso y atractivo cuerpo –tomó una pausa para darse un beso en el bicep- toma mucho trabajo, cuidado y amor.

 

Soltando un bufido seguido de una risa, Kiba hizo rodar sus ojos.

 

-Anda, ve, Narciso.

 

Naruto se rió y salió por la puerta justo cuando una almohada voló hacia él. Cerrándola tras él, se echó la bolsa de gimnasia al hombro y se encaminó hacia el gimnasio.

 

Quizás allí consiga pensar en qué hacer con el príncipe Uchiha.

 

-

 

-If you're sexy and you know it clap your hands! (T:¡Si eres sexy y lo sabes, da una palmada!) –Naruto cantaba desde el suelo, levantando sus piernas y parte baja del cuerpo en el aire alternativamente- If you're sexy and you know it clap your hands! If you're sexy and you know it, and you really wanna show it (y quieres enseñarlo), If you're sexy and you know it—

 

-Está bien, suficiente, Uzumaki.

 

-Ey, no me odiéis por ser bello –respondió Naruto, disfrutando de la ronda de risas y bufidos que acompañaron su apreciación. Con una sonrisa en la cara, hizo otras diez repeticiones antes de bajar las piernas y ponerse de pie de nuevo. Nada le satisfacía más a Naruto que entrenar un poco—bueno, salvo el ramen. La sensación de llevar su cuerpo al límite, acabando todo sudoroso y dolorido al día siguiente en sitios que ni siquiera sabía que estaban ahí.

 

Y bueno, era un gran día para quemar un poco de frustración sexual. Incluso con todo lo hermoso que era, Naruto todavía no solía—y para ser honesto, no quería—apuntarse muchos tantos. ¿Qué mejor forma de liberar tensión que golpear un saco de boxeo?

 

Por supuesto, ahora que ese saco ya no era Sasuke, Naruto tenía que usar el del gimnasio.

 

Mientras cogía una pesa y empezaba a trabajar sus triceps, Naruto se puso a pensar de nuevo en por qué dejó de pelear con Sasuke. No estaba realmente seguro, pero así de repente, parecía ser… incorrecto. Estaba cansado de pelear con alguien que simplemente estaba pretendiendo odiar, y estaba harto de la "te-odio-así-que-haré-todo-lo-posible-para-joderte" especie de relación que tenían.

 

Así que… la cambió.

 

Naruto tenía que admitir, que ser amigo de Sasuke en lugar de enemigos le hacía muchísimo más feliz que si fuera de otra manera. Pasar el tiempo con el bastardo (y flirtear con él, tenía que admitirlo. La cara que ponía Sasuke siempre, es que… no tenía precio). Era como darle luz al día. Y el hecho de que Sasuke estuviera bueno ayudaba, por otra parte. Personalmente, Naruto prefería las chicas, pero hey… un tío bueno es un tío bueno, ¿verdad? Riéndose, Naruto flexionó los brazos, tratando de imaginar qué diría Sasuke si Naruto alguna vez le soltase eso.

 

Un suave crujido hizo a Naruto levantar la vista. Gaara miraba impasible hacia él, vestido con una camiseta roja y calzonas negras. Naruto le sonrió.

 

-Yo, Gaara,. Todavía flacucho, por lo que veo.

 

Los ojos de Gaara se entrecerraron ligeramente.

 

-Naruto. Todavía con un sentido del gusto atroz, por lo que veo.

 

La sonrisa de Naruto se ensanchó.

 

-Ey, me importa bien poco lo que digas. El naranja me sienta de vicio.

 

Antes de volverse, Gaara le echó una mirada rápida al cuerpo de Naruto. Embutido en una camiseta naranja deportiva y con un pantalón corto azul, Naruto debería lucir terriblemente mal, pero de alguna manera se las arreglaba para que le sentara bien. Gaara meneó la cabeza suavemente, moviéndose hacia un banco para sentarse cerca del rubio y coger otra pesa él mismo. Es una de las características de Naruto Uzumaki, supongo…

 

Tras unos minutos de silencio, Naruto habló.

 

-Bueno, ¿Qué me cuentas? No has estado viniendo al gimnasio muy a menudo últimamente.

 

Gaara hizo un ligero sonido gutural como respuesta, pero cuando Naruto frunció el ceño y empezó a hacer soniditos con el pie, Gaara entornó los ojos.

 

-He tenido muchos exámenes y trabajos estas dos últimas semanas –dijo finalmente. Naruto pareció animarse de repente.

 

-¿Ves? No es tan difícil darle a la gente una respuesta directa –Naruto sonrió mientras Gaara simplemente le dedicó una mirada asesina- no necesitas convertirte en un papagayo como yo para ser capaz de llevar una conversación decente.

 

Gaara le miró.

 

-Parece que hoy estás de buen humor –comentó.

 

-¡Por supuesto que lo estoy, voy al concierto de Yellowcard con Neji el sábado!

 

Gaara se quedó petrificado con la pesa levantada.

 

-¿Con Neji?

 

-¡Sep! Apuesto a que no imaginabas que el chaval no era tan estirado como parece –Naruto sonrió, reanudando el movimiento de las pesas para trabajar sus biceps.

 

Gaara dudó.

 

-Vas a un concierto… ¿solo eso?

 

-Bueno, primero cenaremos algo –Naruto percibió el entrecejo arrugado en la cara de Gaara- ¿Por qué?¿Hay algo malo en ello?

 

-¿Estás seguro que es… una quedada casual?

 

Naruto soltó una risotada.

 

-¡Claro que sí! ¿Qué otra cosa podría ser?

 

Gaara le miró durante un momento.

 

-Podría ser una cita.

 

Un completo silencio se hizo en el espacio que había a su alrededor antes de que Naruto estallara en carcajadas. Golpeándose la pierna, Naruto echó la cabeza hacia atrás mientras se desataba en su ataque de hilaridad.

 

-¿Neji?¿Pidiéndome una cita?¡Tienes que estar bromeando!

 

Gaara frunció el ceño ante la reacción de Naruto.

 

-¿Por qué no habría de hacerlo?

 

Lentamente recobrando el control de sí mismo, Naruto se frotó los ojos.

 

-Porque Neji es un colega, nada en ese sentido. Y de hecho, si alguna de las chicas con las que él ha salido te oyese decir eso… -continuó riéndose alternativamente.

 

Gaara miró hacia otra parte. Las relaciones de Neji con chicas nunca han sido serias. Siempre han roto con él porque nunca hacían nada juntos. No creo que sea una evidencia muy fuerte a favor de Neji. El frunce de su entrecejo se acrecentó. ¿Ha decidido ponerse en marcha con Naruto…tan pronto?

 

Naruto vio la mirada en la cara de Gaara y su sonrisa poco a poco fue desapareciendo.

 

-¿Gaara?¿Qué pasa?

 

Tras un momento, el otro chico simplemente agitó la cabeza, dejó la pesa en el suelo y se puso en pie.

 

-Tengo que irme –dijo simplemente. Sus pálidos ojos verdes miraron hacia Naruto de forma solemne durante un largo rato.

 

Naruto levantó una ceja.

 

-¿Qué?

 

-Como no he podido venir mucho últimamente… -Gaara frunció el ceño ligeramente antes de relajar sus facciones- ¿Entrenarías conmigo?

 

-¿Compañeros de entrenamiento? –Naruto sonrió- ¡Dalo por hecho! Me encargaré de arrastrar tu trasero hasta aquí y darte lo tuyo.

 

Gaara parpadeó pero no dijo nada, volviéndose con un leve asentimiento y saliendo del gimnasio. Parándose en la entrada, se tocó la nariz con cuidado y se miró los dedos.

 

Sep… sangre.

 

 



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