Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Entre hermanos. por PuppyShining

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Esto salió cuando recordé lo unida que era con una prima,

y por una discusión "fuerte" dejamos de serlo.

Claro, que es diferente, estos son hermanos, y el final es más bonito que el mío xD

Vale, ya no los aburro más u.u

 

Por cierto, en la historia los chicos tienen 17 y 16 años.

Notas del capitulo:

Entonces...

Aquí va...

A leer...

Entre hermanos.

 

—Entonces… ¡ésta! —exclamó emocionado, levantando una carcasa de DVD con la carátula de una película de horror.

—¡No! Olvídalo, veamos una de comedia —comenzó a buscar entre la pila de películas que tenían guardadas.

—Pero… KiBum~ —hizo un puchero—, es de día, no dará miedo.

—No importa, veremos una de comedia, he dicho —finalizó la conversación con el entrecejo fruncido, y con su hermano atrás mirándolo con un puchero formado en su rostro y su mirada de cachorro perfectamente practicada para estas ocasiones—. ¿Qué tal ésta? —volteó encontrándose con la mirada del mayor—. No, no me mires así, no funcionará —amenazó apuntándolo con su dedo índice.

—KiBummie~ —alargó la última sílaba, meloso—. Por favor, ¿si? —se acercó abrazando al menor por las caderas—. No te dará miedo, es de día —comenzó a restregar su mejilla en el hombro de su hermano menor.

—Pero ahora quiero reírme, Jjong —lo tomó por los hombros comenzando a empujarlo, logrando alejarlo un poco. JongHyun miró por sobre el hombro de KiBum las películas y luego apuntó una.

—¡Oh, oh! ¡Esa, esa! —se acercó al mueble, y tomó la película entre sus manos.

—¡NO! —exclamó enseguida el Kim menor, tomando el objeto de las manos de su hermano y dejándolo donde estaba.

—Pero esa no es de terror, KiBum. Es de suspenso —alegó de inmediato.

—¡Es lo mismo! —alzó un poco la voz, sobresaltando al más bajo.

—¡No lo es! —se sentó en el sofá bruscamente, cruzándose de brazos—. Está bien, busca la que quieras —finalizó un poco molesto. Pero su molestia se esfumó de inmediato al ver la sonrisa de satisfacción en el rostro de su hermano. Amaba verlo feliz.

KiBum buscó alguna película de comedia, y cuando dio con una la insertó inmediatamente en el DVD, y fue a sentarse al lado de su hermano que no dejaba de mirarlo con el ceño fruncido, fingiendo enfado. KiBum ni siquiera se inmutó por la expresión del mayor, sólo se acomodó, tomó la fuente con las palomitas y comenzó a comer tranquilamente. Después de 15 minutos viendo la película y que JongHyun no le quitara la vista de encima se cansó y volteó a verlo, frustrado.

—Deja de mirarme. Sé que soy hermoso pero no es necesario que me mires todo el tiempo —al notar que JongHyun no iba a dejar de hacerlo, bufó, y se levantó dejando la fuente sobre la mesa de centro. JongHyun lo tomó del brazo y lo jaló para sentarlo nuevamente en el sofá, haciendo que en el proceso KiBum se golpeara la cabeza contra el respaldo—. ¡Ah! ¡Bruto! —en el lapso de tiempo en el que el menor se sobaba la cabeza JongHyun se acomodó sobre él y comenzó a llenarle la cara de besos, siempre lo hacía cuando su hermano estaba molesto o triste, aunque el causante no siempre era JongHyun—. ¡Basta! ¡Sal! —KiBum trataba inútilmente de sacárselo de encima empujándolo por los hombros, o golpeándolo en las piernas y abdomen, pero JongHyun se afirmaba fuertemente al respaldo del sofá—. ¡Quítate! ¡Ya! —al contrario de hacerle caso JongHyun sólo se alejó un poco y lo miró sonriendo burlón.

—¿Quieres que salga?

—Ahora —respondió enseguida KiBum, tratando de matarlo con la mirada aún sabiendo que eso era imposible, pero no le costaba nada intentarlo ¿verdad? JongHyun hizo el ademán de levantarse, pero en cambio sólo tomó a KiBum por los hombros y lo tumbó sobre el sofá, quedando encima, sonriendo con sorna. KiBum lo miró sorprendido y enojado, pero su expresión cambió al instante al sentir unas manos colarse bajo su camiseta para comenzar a hacerle cosquillas—. ¡NO! —gritó de inmediato, comenzando a reír fuertemente, tratando de formular alguna frase que le era imposible decir a causa de la risa. Trataba de empujarlo pero no tenía fuerzas suficientes. JongHyun se reía de él al ver los intentos fallidos por botarlo o decir algo.

El sonido de la puerta abrirse hizo que las cosquillas disminuyeran un poco. KiBum aprovechó de tomar aire, el suficiente para seguir viviendo, y la voz de una mujer se dejó escuchar.

—¿Qué le estás haciendo, Jjongie? —habló divertida, al ver tal escena en la sala de su casa. Dejó el abrigo en el perchero al lado de la puerta y se acercó a ellos.

—¡M-MAMÁ! —gritó enseguida KiBum tratando de empujar a JongHyun, que al notar que volvían las fuerzas de su hermano, volvió a atacarlo con cosquillas y besos—. ¡Me quiere matar! ¡Mamá!

—¡No exageres! —exclamó JongHyun entretenido sin detenerse en sus acciones.

—Ya, Jjongie. Deja que respire —trató de detenerlo colocando una mano en el hombro de su hijo mayor.

—¡Aish! Está bien, ya, te dejo —dijo saliendo de encima de KiBum y sentándose en un extremo del sofá. El menor al verse libre se sentó como pudo y comenzó a regular su respiración.

—¡Idiota! —exclamó KiBum mientras lo golpeaba en el brazo.

—Prepararé la cena —dijo entre risas la mujer mientras se dirigía a la cocina.

JongHyun miró a su madre un momento y luego a KiBum, que lo miraba con el entrecejo fruncido, sobándose el estómago por el dolor que le habían provocado las risas.

—Igual me quieres —lo molestó mientras se acercaba al menor, lo abrazaba por los hombros y dejaba un beso en su mejilla.

—Imbécil —susurró dirigiendo su atención al televisor, notando que la película aún estaba reproduciéndose—. Me hiciste perder mitad de la película —se quejó.

—Eehh, no exageres, no fue tanto… Además, ¿a quién le importa? —habló despreocupado, tomando las palomitas y comenzando a comerlas.

—¡A mí! —alzó la voz, y se levantó bufando para dirigirse a la cocina a ayudar en la cena. Dejando atrás a un sonriente JongHyun.

 

 

••●●••

 

 

Al día siguiente JongHyun estaba entretenido mirando una película que pasaban por la televisión, cuando el sonido del timbre hizo que se levantara del sillón molesto. «Justo cuando la película estaba en la mejor parte», pensó. Abrió la puerta encontrándose con una figura alta. —MinHo… que sorpresa. Ah, pasa —se hizo a un lado, dándole la pasada al pelinegro—. ¿Qué te trae por acá?

—Mm… este, ¿tu hermano está? —preguntó rascándose la nuca, visiblemente nervioso.

—¿KiBum? Sí, en… la habitación —respondió confundido, indicando las escaleras—. Puedes pasar si quieres.

—Gracias —susurró avergonzado, yendo hacia las escaleras para comenzar a subirlas. Al encontrarse frente a la habitación de KiBum suspiró pesadamente. Nervios era lo único que sentía en ese momento. Muchos nervios—. ¿KiBum? —preguntó mientras golpeaba la puerta despacio.

 

 

Unos minutos después de haber abierto la puerta escuchó unos pasos en los escalones y se volteó, vio a MinHo dirigiéndose a la puerta de salida.

—Oye, ¿ya te vas? —preguntó mientras se levantaba, entonces notó el brillo en los ojos de MinHo—. ¿Pasó algo? ¿Estás bien?

—Sí, JongHyun hyung, no es nada… —una lágrima cayó y MinHo se la secó inmediatamente—. Ya… ya tengo que irme. Adiós —y abrió la puerta para salir de allí rápido.

El mayor se quedó allí, pensando en el porqué del llanto de MinHo. Entonces fue escaleras arriba corriendo, llegando hasta la habitación de KiBum, abriendo sin importarle tocar y se encontró con KiBum sentado a los pies de la cama, con su espalda apoyada en la pared, mientras abrazaba su almohada. Se miraron un segundo, y el menor desvió la vista hasta sus pies, comenzando a moverlos despacio.

—¿Qué pasó? —como respuesta sólo recibió un cabeceo negativo, dándole a entender un «nada»—. KiBum… —susurró acercándose al castaño y sentándose a su lado, para abrazarlo por los hombros—. MinHo se fue triste, estaba llorando —KiBum lo miró sorprendido con sus ojos brillosos—. Si quieres contarme en alg- —el menor sólo lo interrumpió mientras bajaba su vista.

—Se me declaró —dijo rápido, sorprendiendo a su hermano—. Dijo que yo le gustaba, y que… quería salir conmigo —el más bajo sólo pudo asentir levemente, y comenzar a acariciar un poco su espalda—. Pero yo… le dije que lo sentía… —ambos suspiraron, uno con alivio y el otro con pesadez—. Lo quiero.

—¿Lo quieres? —preguntó sorprendido—. Entonces… ¿por qué le dijiste que no? —indagó un poco más, dejando de abrazarlo, para ahora tomar su mano y entrelazar sus dedos. Ambos miraron esa unión por unos segundos y KiBum prosiguió.

—Estoy enamorado.

—Lo sé, lo recuerdo, tu amor imposible —sonrió un poco, recordando esa conversación en la que KiBum le decía que por más que quisiera no podía estar con esa persona, y JongHyun insistía que no era imposible, aún sin saber de quién se trataba. La conversación terminó con un: “Olvídalo, sé que lo es, fin del asunto”. Su sonrisa se ensanchó un poco más al recordar el sonrojo y el puchero que adornaba el rostro de su hermano en ese momento.

—Iba a decirle que sí, Jjong, pero no pude hacerlo —un sollozo escapó de su boca, y JongHyun se levantó jalando un poco a KiBum para que hiciera lo mismo—. Me siento mal, le dije que me gustaba alguien más y con eso terminé de romper todas las ilusiones que seguro tenía conmigo. Lo hice llorar —formó un puchero, apenado, dejándose levantar.

—No es tu culpa… —le dijo, mientras hacía que se recostara en la cama y él mismo se acomodaba a su lado, abrazándolo.

—¡Además…! —exclamó de inmediato, aferrándose al cuerpo de su hermano—. Lo rechacé por alguien que ni siquiera se fija en mí —escondió el rostro en el pecho contrario, comenzando a llorar—. Me siento pésimo —susurró.

—N-No llores —tartamudeó JongHyun de inmediato, ¿hace cuanto no veía llorar a su hermano? Muchos años, y se preocupó inmensamente al no saber qué hacer—. Por favor, KiBum, no es tu culpa —lo abrazó más fuerte, acariciando su cabello.

—¿Qué hago, Jjong? Me siento estúpido.

—Basta, KiBum —se alejó un poco y comenzó a acariciar su rostro, secando las lágrimas—. No digas esas cosas, por favor. Si él no te gusta no puedes obligarte a intentar algo, aunque lo hagas sentir mal.

—Pero Jjong… —reclamó, con nuevas lágrimas en su rostro—. Sé lo que se siente no ser correspondido, y no es agradable.

—Es inevitable. Nadie escoge de quién enamorarse ¿cierto? —el menor sólo asintió despacio, dejándose acariciar el rostro—. Nadie escoge su amor. Ni el momento, ni el sitio, ni la edad, ni la persona… —el menor volvió a asentir, y JongHyun dejó un beso en la punta de su nariz—. Ahora deja de llorar —le dijo sonriendo, sin alejarse demasiado.

—No puedo… —habló bajo, cerrando sus ojos.

—KiBum…

Luego de escuchar su nombre susurrado por la boca de su hermano, lo único que sintió fue como JongHyun se acomodaba sobre su cuerpo para alcanzar todos los lugares de su rostro con besos. No sabía qué más hacer para que el menor dejara de llorar así que optó por esa opción, pero al notar que no funcionaba, recordó la táctica que utilizaba cuando ambos eran pequeños. Cuando KiBum comenzaba a llorar porque se caía o golpeaba, JongHyun lo único que hacía era darle un pequeño beso en la boca y con eso KiBum lo quedaba mirando extrañado, y luego sonreía. Así que eso fue lo que hizo. Juntó sus labios, apenas una leve presión de sólo un segundo. KiBum abrió sus ojos encontrándose con los de JongHyun mirándolo lleno de ternura, esperando alguna reacción. Al no ver ninguna dejó otro beso sobre sus labios. KiBum llevó sus manos hasta los hombros del mayor y lo miró esperando otro movimiento, cuando el más bajo se acercó otra vez, KiBum cerró sus ojos ansioso. Al finalizar el tercer toque JongHyun habló.

—Ya no lloras —ambos sonrieron. JongHyun volvió a acomodarse al lado de KiBum, abrazándolo por la cintura, dejando que descansara un momento.

 

 

••●●••

 

 

Escuchó el sonido de la puerta de entrada al abrirse, e inmediatamente tomó su móvil para ver la hora: 05:21 a.m.

—Tendría que haber llegado antes de las dos —se dijo a sí mismo, bajo. Se mordió el labio inferior fuertemente, reteniendo las ganas de llorar, mientras dejaba el móvil sobre la mesita de noche nuevamente.

Los últimos dos meses, desde que habían iniciado las vacaciones de invierno, no sabía qué era lo que había pasado con JongHyun, no era el mismo, había cambiado drásticamente. Antes siempre estaban juntos, no había momento en el que JongHyun no quisiera estar con él, y de pronto, de un momento para otro ya no quería tener que compartir espacio con el menor. Y eso le dolía tremendamente, en realidad, a ambos. JongHyun había comenzado a ir a fiestas regularmente, y KiBum comenzó a pasar más tiempo con su amigo TaeMin, y el novio de éste, JinKi. Sus padres notaban aquel cambio en sus hijos pero preferían dejar que ellos solucionaran sus cosas solos.

Se tapó completamente con las cobijas, cerró los ojos fuertemente y luego se relajó, preparándose para dormir, pero el sonido de la puerta de su habitación lo sobresaltó y se destapó un poco. Vio a su hermano cerrar la puerta y comenzar a desvestirse para quedar sólo en su bóxer y la camiseta que llevaba puesta. Se acercó a la cama del menor y disponía a abrir las sábanas cuando escuchó la voz de KiBum.

—¿Qué haces? Vete a tu cama —se quejó despacio.

—No quiero. Hoy quiero dormir contigo —respondió acomodándose al lado de su hermano de todas formas. KiBum se dio la vuelta para darle la espalda a JongHyun, y éste lo abrazó por la cintura.

—Vete. Hueles a cigarrillo y alcohol, dejarás ese olor impregnado en mis sábanas.

—No importa —susurró apegándose más al menor.

—¡Sal! ¡Ahora! —alzó un poco la voz mientras se volteaba y comenzaba a empujar un poco a JongHyun.

—Pero KiBum~.

—¿Bebiste? —se sorprendió al sentir el aliento de su hermano.

—Sólo uno o dos vasos —respondió despreocupado.

—Sabes que no puedes hacerlo —lo regañó—. Papá se molestará cuando lo sepa, además debiste haber llegado mucho antes de-

—Lo sé, pero ni papá ni mamá se enterarán de esto ¿verdad? —preguntó, cómplice, sabiendo que el menor no diría nada. O al menos eso pensaba y esperaba.

—¿Estás seguro? —preguntó mientras se sentaba bruscamente—. Porque yo no planeo estar protegiéndote.

—¿Por qué no? —se sentó también, mientras hacía un puchero.

—¡Eres un imbécil! —casi gritó, sin importarle despertar a sus padres. Empujó un poco a JongHyun para que quedara recostado de nuevo y se sentó sobre él mientras golpeaba su pecho, no demasiado fuerte, no tenía intención de lastimarlo tampoco—. ¡No estoy aquí para protegerte! ¡Bebiste, fumaste, seguro te revolcaste con alguna zorra también! ¡¿Por qué debería ocultarle algo a papá?! ¡Ni siquiera me has tratado bien últimamente! ¡Así que olvi-!

—¡¿KiBum?! —la puerta de la habitación se abrió de repente mostrando al padre de ambos chicos, que los miró curioso—. Hijo, si quieres asesinar a tu hermano, hazlo mientras con tu madre no estemos durmiendo, por favor —imploró, dejando sorprendido a KiBum, y un poco asustado a JongHyun, que pensaba que tal vez habría escuchado algo de lo que KiBum decía, o más bien, gritaba—. Kim JongHyun, ¿a qué hora llegaste? —ahora preguntó mientras bostezaba—. No te escuché entrar.

—Hace unas horas, pá’ —contestó tranquilo el mayor, aún con KiBum sobre él.

—¿Bebiste o fumaste algo?

—No, nada —negó con la cabeza, sonriendo inocente.

—¿KiBum? —KiBum hizo un sonido haciendo entender que lo escuchaba—. ¿A qué hora llegó tu hermano? —le preguntó ahora a él, para asegurarse, ya que KiBum les decía siempre la verdad respecto a JongHyun sin importarle si castigaban al mayor.

KiBum miró a JongHyun, y luego a su padre—. No estoy seguro, vi la hora cuando llegó pero no la recuerdo, sólo sé que antes de la hora acordada.

—Bien, ¿y se siente si bebió?

—No, sólo su ropa está con ese olor —respondió tranquilamente.

—Ok, entonces los dejo, traten de no hacer tanto bullicio, que en un rato nos levantamos con su madre.

—Sí~ —ambos respondieron al unísono, y vieron cómo su padre cerraba la puerta de la habitación.

JongHyun recibió la mirada de odio de su hermano, y un nuevo golpe, más fuerte que los anteriores. Y entonces KiBum se volvió a acomodar en el lado que ocupaba anteriormente.

—Gracias —susurró el más bajo, abrazando a KiBum por la cintura.

—Tonto, por tu culpa le mentí a papá —suspiró cansado tratando de quitar los brazos de JongHyun de alrededor suyo, y luego agregó—: No volverá a pasar. No volveré a salvarte el trasero cuando vayas de fiesta.

—No volveré a hacerlo si te molesta. No iré a más fiestas, ¿bien? —trató de convencerlo, abrazando aún más fuerte a su hermano.

—¿En serio? —KiBum se volteó, sorprendido, dejándose abrazar—. ¿Ya no irás? —el mayor sólo negó con la cabeza, sonriendo.

—Sólo si no estás molesto conmigo.

KiBum inmediatamente frunció el ceño. —Eso es tu culpa, es porque ahora me tratas mal —JongHyun iba a rebatir pero KiBum se le adelanto—: No me interesa si te emborrachas, fumas hasta matarte, o tienes sexo con quien se te cruce en frente, pero no quiero que sigas comportándote así conmigo, como lo has estado haciendo últimamente.

—Ya no lo haré —susurró, atrayendo a KiBum hacia él, quien lo abrazó efusivo—. Pero… ¿de verdad no te interesa que haga esas cosas? —preguntó mientras comenzaba a acariciar el cabello de su hermano.

—Claro que me importa, tonto, tampoco quiero que lo hagas —respondió abrazándose más a su hermano, haciéndolo sonreír, ya que hace mucho no tenían un contacto así.

—No lo hago. Sólo bebo un poco, no fumo, no he tenido sexo —habló dejando de acariciar a su hermano, besándole la frente y acomodándose para dormir.

—Me alegro —susurró, para después dormirse.

 

 

 

Al abrir sus ojos, notó que el cuerpo de su hermano menor no se encontraba a su lado. Se sentó mientras se estiraba, frotó sus ojos con sus dedos y bostezó. Tomó el celular rosa que se encontraba sobre la mesita de noche y vio la hora. 09:11 a.m. A esa hora KiBum acostumbraba tomar desayuno, pero se extrañó de que no lo despertara. Así que se levantó para ir a buscarlo a la sala, y escuchó su risa estridente en la habitación contigua. Se dirigió hasta allá aún en bóxer y camiseta sin importarle el frío, y lo encontró acostado en su cama riéndose de un programa que pasaban por la televisión.

—¿Qué haces? —preguntó serio.

KiBum lo miró y alzó las cejas. —Viendo TV —respondió, obviándolo. Tapándose aún más con las cobijas a causa del frío de la mañana y regresando su vista al televisor.

—¿Desayunaste? —el menor sólo cabeceó afirmativamente—. No me despertaste —reprochó molesto—. Encima, ni siquiera fuiste a acostarte conmigo de nuevo y desordenaste mi cama —le dijo, dándole a entender su molestia.

El menor lo miró sorprendido, se destapó y sentó bruscamente, para luego cambiar su expresión a una seria. —Disculpa —dijo irónico—. Se me olvidaba que yo fui el que te despertó a las cinco de la mañana, hice que mintieras a nuestros padres y dejé tu cama con olor a alcohol y cigarrillo.

—No es necesario que me eches esas cosas en cara, y no tienen nada que ver con lo que te dije —respondió apretando los puños—. Creí que habíamos dejado las cosas claras anoche, que ya estaríamos mejor —prosiguió dolido.

—Lo hicimos… pero no esperes que te trate bien si tú me sigues tratando igual o peor a como lo hacías antes. ¡Todo lo que hago te molesta, Kim JongHyun! No importa si es lo más mínimo, siempre es razón de discusión entre nosotros. ¿Qué demonios te está pasando? ¡Antes no eras así! —exclamó con los ojos más brillosos de lo normal, y con un peso menos encima al decirle lo que pasaba por su cabeza hace tiempo.

—¡Las cosas cambiaron! ¡Eso pasa! —respondió, alzando la voz, sorprendiendo a KiBum—. ¡Si me alejo tú no haces nada por acercarte a mí! ¡¿Por qué debo ser siempre yo el que vaya hacia ti?!

—¿Perdón? —dijo sarcástico—. ¿Que no me acerqué a ti? ¡Lo hice! ¡Y ahora noto que no tú no te diste cuenta! ¡Claro que me acerqué a ti! ¡Pero cada vez que lo hacía tú te molestas o te ibas y no me decías nada! ¡Me dejabas ahí como imbécil!

—¡Claro que sí! ¿Qué más podía hacer? Yo siempre estaba contigo, y de pronto me alejo un poco y tú no te esfuerzas para volver, sino que te vas a juntar con cualquiera.

—¿Que yo qué? ¡Jamás he hecho algo así! —iba a seguir hablando pero el mayor lo interrumpió.

—¡Que sí! ¡No te esforzaste ni un poco en volver a hablar conmigo, en que las cosas siguieran como antes!

—¿Y cómo hacerlo? Yo no fui el que se alejó de un momento a otro, el que comenzó a ir a fiestas todos los días e ignoraba a su hermano, el que no decía ni buenos días —dijo dolido—. Si yo me acercaba y te decía algo, tú te molestabas.

—¡Esa no es razón para ir y encaramarte a cualquiera! —mintió. Mintió descaradamente, ya que ver a su hermano cariñoso con sus amigos no le agradó para nada, y menos si ellos dos estaban más alejados en ese entonces. Pensó que a KiBum no le importaba la relación que mantenían desde siempre. Y ahora no pensaba en lo que decía, sólo quería ganar esa estúpida discusión que no llevaba a ningún lado.

—¡Kim JongHyun, yo no-!

—¡ESO HACÍAS! ¡ERES UN PUTO! ¡ESO ERES! ¡Y ME PROVOCAS NÁUSEAS!

Aquello dejó anonadado a ambos, se miraron sorprendidos, uno por lo escuchado, y el otro por lo dicho. KiBum rio sardónico, con los ojos acuosos.

—Bien… —dijo al fin, reteniendo el llanto, desviando la vista un momento y volviéndola a clavar en la de JongHyun—, pues entonces… —suspiró pesado—, no me mires, no me dirijas la palabra, no te me acerques, haz como si no nos conociéramos, como si no fuéramos hermanos. Así tal vez deje de darte asco —finalizó pasando por su lado, chocando sus hombros en el proceso.

El sonido de un portazo hizo a JongHyun reaccionar al fin, y se dirigió a la habitación de KiBum en un instante, trató de abrir pero ésta tenía seguro.

—¿KiBum? —preguntó golpeando un poco la puerta—. No quise de-

—¡VETE! —gritó con todas sus fuerzas el menor—. ¡NO QUIERO VERTE! —tomó todo en su camino y comenzó a lanzarlo contra la puerta: ropa, cojines, cobijas, móvil, porta retratos, mando del televisor, hasta que tomó el portátil y despertó. Por nada del mundo tiraría el portátil. Lo dejó donde estaba y se tiró en la cama llorando, iba a tomar el cojín para abrazarse a algo y notó que no estaba, se incorporó un poco, miró hacia la puerta y vio el desastre que provocó segundos antes. Frustrado golpeó la pared fuertemente, escuchando a su hermano del otro lado de la puerta. Sin importarle, sacó su reproductor de música del cajón y sus audífonos, para irse de ese mundo por al menos unas horas.

Mientras, JongHyun del otro lado trataba de abrir, o convencer a su hermano de calmarse y abrirle. Hasta que dejó de escucharlo, golpeó un poco más y no recibió respuesta. Se sentó en el piso, y comenzó a idear un plan para poder entrar.

«¿Y si entro por la ventana?», pensaba. «Eso, con las escaleras de papá. No, no, olvídalo, de seguro KiBum abre la ventana sólo para empujarme sin importarle si me parto la cabeza o no en la caída». Suspiró. «Si tiro la puerta abajo papá me regañara. Y…» ¡Eso! —exclamó de pronto, tapándose la boca de inmediato esperando que KiBum no lo oyera. Se levantó rápido y se dirigió a la habitación de sus padres—. ¿Dónde las guardan? —susurró para sí mirando en todas direcciones, hasta que su vista se posó en el mueble donde su madre guarda su ropa interior—. Supongo que allí… después de todo mamá guarda dinero allí también —se acercó para abrir el cajón. Cerró los ojos por un momento, suspiró, y volvió a abrirlos. «¿Por qué mamá tiene tanta ropa interior?», pensaba mientras metía sus manos para buscar el objeto deseado. «Jamás las encontraré aquí». Suspiró, aún revolviendo las cosas. «Deben estar hasta el fondo». Llevó sus manos hasta el final del cajón y escuchó el sonido tintineante de—: ¡Las llaves! —exclamó feliz, sacándolas de su lugar. Comenzó a buscar alguna marca, o algo que indicara cual de las 5 llaves era la de la habitación de su hermano. Hasta que encontró una con una papelito pegado que tenía la letra “K”.

Caminó hasta estar frente a la puerta cerrada, e introdujo la llave lentamente, tratando de hacer el menor ruido posible, después de todo, no quería ser recibido con algo golpeando su cara. Cuando sacó el seguro, abrió la puerta, costándole gracias a todas las cosas que estaban al otro lado. Una vez hecho el espacio para entrar, trato de no pisar nada y se acercó a la cama de su hermano. Encontrándolo mirando hacia la pared, durmiendo con los auriculares puestos.

—Bebé —susurró quitándole un audífono—. No quise decir eso…

Entonces KiBum comenzó a removerse incómodo, volteó un poco el rostro encontrándose con el de su hermano muy cerca. Se sorprendió y lo apartó de un empujón, haciéndolo trastabillar.

—¡Aléjate! —se sentó rápidamente en la orilla de la cama y lo miró molesto—. Mantente lejos, no quiero darte asco.

—No quise decirte eso —trató de acercarse, pero KiBum se levantó y le dio otro empujón.

—Pero lo hiciste. Lo hiciste de todas formas —de sus ojos comenzaron a caer lágrimas que JongHyun se moría por secar.

Se mordió el labio inferior, dudoso, y se acercó un poco haciendo que KiBum lo mirará desafiante. —Lo siento… no estaba pensan-

—Hipócrita —susurró de pronto. JongHyun lo miró sorprendido, dando a entender que lo había escuchado, haciendo que KiBum continuara—. ¿Qué? ¿Es mentira acaso? Porque eso es lo que eres: un hipócrita. Todo este tiempo… —se detuvo ya que los sollozos le impedían seguir hablando.

—Te equivocas, yo no-

—¡Te detesto! Te odio, de verdad te odio… —llevó una de sus manos hasta su rostro para secarse las lágrimas que estaban cayendo, ante la atenta mirada del mayor.

—KiBum, no digas eso, por favor —comenzó a suplicar JongHyun, con la vista nublándose a causa de sus propias lágrimas.

—Lo digo porque es lo que siento. Te odio, Kim JongHyun —el mayor se acercó rápido y abrazó a KiBum por los hombros fuertemente, enterrando su rostro en el espacio entre su brazo y el cuello de él—. Suéltame.

—Te quiero y lo sabes. No sabía lo que decía. No estaba pensando.

—J-Jamás piensas, imbécil —dijo al final dejándose abrazar y sin importarle seguir llorando, aferrándose a los costados del cuerpo de su hermano.

—Lo sé, soy un tonto que dice y hace cosas sin pensarlas antes —respondió rápidamente recordando que esas palabras KiBum ya se las había dicho anteriormente en una discusión menor—. Estaba celoso, es todo… detesto que seas tan cariñoso con los demás, sobretodo porque en ese momento yo ya no me acercaba tanto a ti, sentía que no te importaba para nada —un suspiro salió de la boca de ambos—. Comencé a ir a fiestas porque… —se mordió el labio inferior, dudoso. Se alejó un poco tomando el rostro de KiBum entre sus manos—. Te amo, lo sabes ¿no? —le dijo mirándolo fijamente a los ojos.

—Lo sé. Y yo también te amo, aunque seas un perro-dinosaurio deforme que no piensa —una sonrisa triste apareció en los labios del mayor.

—No me has entendido, KiBum —dijo dejando desconcertado al menor. Bajó un poco el rostro, y suspiró, dándose ánimos. Entonces su mirada volvió a clavarse en los ojos de su hermano—. Te amo, te quiero… me gustas, KiBum. Como hermano, amigo, pareja. A eso me refiero —el rostro de KiBum denotaba sorpresa, e iba a decir algo pero el mayor se le adelantó, queriendo aclararlo todo de una vez—. Sé que está mal, somos hermanos y ambos hombres. Pero eso es lo que siento por más que trate de cambiar mis sentimientos. Comencé a ir a fiestas pensando que así tal vez encontraría a alguien que tuviera un mínimo parecido contigo, pero fue imposible… completamente. Pensé que alejándome de ti cambiaría algo de lo que siento, pero sólo me hacía sentir más seguro al respecto. Te amo, y aunque todos estén en contra, me odien, o aunque tú me odies, seguiré amándote de esta forma —terminó de hablar, y acarició las mejillas del menor, tratando de secar las lágrimas que caían de sus ojos sin saber el porqué. Entonces KiBum se abalanzó sobre él, escondiendo su rostro en el cuello del más bajo.

—Eres un imbécil, un completo imbécil —sollozaba, tratando de regular su respiración para seguir hablando—. Y yo un cobarde… que siempre pensó que sería imposible que tú pensaras en mí de esa forma y por eso jamás te dijo nada al respecto… pero ahora veo que no es así…

—Te lo dije, tu amor imposible… no era tan imposible, bebé —lo estrechó aún más contra sí, con una nueva sensación invadiéndolo completo.

—Ahora lo sé.

JongHyun se alejó un poco, tratando de ver el rostro de su hermano, quien estaba sonrojado, con las mejillas húmedas y los ojos brillosos. Se miraron por un momento, ambos con sonrisas y bastante nerviosos. El mayor pegó su frente a la de su hermano. —Te amo, nunca lo olvides —y se acercó a su boca, compartiendo el primer beso, al cual le seguirían muchos otros.

 

—Fin—

Notas finales:

Ok, eso ha sido todo ^^

Por cierto, eso que le dijo Jonghyun a Key en un momento... duele, de verdad, sobretodo cuando es mentira. Créanme ;n;

Bueno, espero que les haya gustado.

Saludos :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).