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Destino, ¿ podría ser menos cruel? por Morphie

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen solo los tomo prestados para escribir

¿SABIAS? EL DESTINO ES CRUEL

Prologo:

Alguna vez han escuchado decir que el destino es cruel, pues heme aquí reiterando ese rumor, que no es solo un rumor, el destino es demasiado cruel, tanto que podría hacerte llorar, odiar, amar, olvidar, y recordar todo al mismo tiempo, tanto que puede volver loco al más cuerdo, y darle la mente mas lucida a un loco incurable. Que mas puedo decir, no hay nada más, no si lo hay, como que sus caprichos no tienen igual, jamás oirás decir que hay ser capaz de igualar su volubilidad, te arrastra cual montaña rusa, subiendo y bajando a toda velocidad, dejando tu alma tan confundida que jamás sabrá como llego a donde se encuentra hoy. Y aun así la llaman y proclaman como a la mejor dama, lloran por su auxilio cuando ya todo está escrito, así es el destino.

No puedes luchar, no puedes huir, y tan solo dejarte llevar no es la opción, lo único capaz de cambiar el destino del hombre, desde que el planeta puede recordar, es simple, y se reduce a una palabra AMOR, es lo único que romperá las cadenas del destino, si estaba escrito que fueras feliz te traerá desgracia y un sinfín de dolor, si estaba escrito que fueras infeliz te traerá dicha sin igual, así de fuerte es el amor, que como conjuro escrito con sangre cambia el destino, es solo una coma agregada en el escrito, pero cambia todo lo que antes fue, transformándolo en lo que será.

Así es como comienza esta historia, pasando a embarcar la vida de un simple y común chico, a la aventura más loca, que jamás pudo imaginar, pero esta historia no es como otras que comienza con un gran amor que es reciproco, no esta es una historia donde el amor nace de una serie de eventos desafortunados que guían al protagonista a la mas alocada pesadilla que es su vida, tratando de sobrevivir el día a día, ocultando un secreto que a cualquier otro hubiera vuelto loco.

 

Capítulo 1 Un gran cambio

Naruto Uzumaki un joven rubio de apenas 15 años, de buena apariencia física, alto de buen porte, con una sonrisa angelical que cautiva a cualquiera que lo viera, y un par de zafiros azules por ojos que hechizaban a todo aquel que viera, tan potente era su hechizo que en su pueblo natal no había mujer y cabe explicar mujer porque venía en todo el contexto femenino desde niñas hasta ancianas, que a sus pies no cayeran rendidas, pero eso era en su pueblo natal, donde paso la mayoría de su vida. En la ciudad otro cuento era este, que hacía creer al pobre muchacho que su antigua vida no era más que puro engaño. Lo que este pobre desdichado no sabía era que su vida cambiaria, sin poder detener las cadenas del destino lo arrastraban a su pobre porvenir que lleno de aventuras acabaran por volver loco a más de uno de todos su amigos, que junto a él se verán arrastrados en el capricho de la dama del destino, que es muy confundida con su hermana la buena suerte.

Naruto no tenia padres, y no es que estuvieran muertos, ambos eran científicos y habían desaparecido después de que se cancelara un gran proyecto que llevaban, estos se fueron con el cuento de encontrar otro patrocinador y no habían vuelto ni aunque años pasaran y tormentas llegaran a la vida del pobre niño que por hijo tenían, dejándole en manos del comedido de su profesor y este para des fortuna del ahora muchacho le habían ofrecido un trabajo en una universidad de la cuidad principal de su pequeño país, un sueño hecho realidad para el hombre llamado Iruka, que sin vacilar había aceptado planeando llevar junto a él al joven de caballera dorada, lo que este no contaba es que no podían juntos viajar y desesperado acudió a el primo de Naruto que por nombre llevaba Gaara. Este listo y presto se lo llevo con sus abuelos para que se encargaran del huérfano que de padres vivos era, pues sus padres como el humo habían vivido sin poder ser contactados nunca en diez años.

Le habían otorgado el ático de la casa donde sus padres antes vivían y ahora en ella sus abuelos habitaban puesto que la suya en reparaciones se hallaba, el ático era la mejor habitación que en aquella casa había tenía un gran ventanal que a la luz de la luna dejaba entrar, era amplia y sin igual, antes era el lugar donde sus padres investigaban en casa, aun quedaban algunas huellas de este hecho que Naruto no presto atención y sin seguir el consejo de su abuela no los desalojo, oh condenado estaba al no quitar esos venditos químicos de su cuarto, ya que esto lo condenaría sin más remedio.

Un año llevaba ya el blondo en aquella ciudad si poder ver a su mentor por su ocupado horario, las chicas lo odiaban y repudiaban al pobre que no sabía porque lo hacían, solo entendía que el chico más popular de su actual colegio había dicho nada más él llegar un despectivo comentario, poniendo a toda la población femenina en contra del pobre chico, tenía unos cuantos amigos, pero estaban en distintos cursos, pues en su infancia los había conocido y re encontrado a esas alturas de su vida, esa era la historia de su vida. Estaba en segundo lugar en notas, y en lugar de alabarlo lo despreciaban seguramente por envidia, era algo torpe cuando con nervios estaba y todo su curso con odio lo veía haciendo de este pésimo en cultura física, explicando que en segundo lugar en notas estaba pues lo único que de sus padres agradecía era su brillante mente, eso y sus grandes conocimientos en química y física, lo que no entendía es porque también sabia cosas místicas pues no recordaba haberlas aprendido.

Un día en el que su abuela y abuelo a una fiesta habían ido, en conmemoración de un premio que había obtenido su abuelo por sus libros escritos, aun no lo entendía, lo que él escribía era pura porquería, pero al parecer a los adultos les gustaba, en fin Naruto solo en su casa estaba y sin tener que hacer del aburrimiento entre los sobrantes de los experimentos de sus padres se puso a hurgar. Encontrando una botellita con una única píldora que decía, decía, algo decía pero no lo lograba leer, con curiosidad lo saco de su envase y lo olfateo pero no tenia olor alguno, no se explicaba porque a algo tenía que oler pero nada, entonces como sabría que era lo que había en esa diminuta pastillita, probo saborearla para averiguar qué era lo que contenía, por su color no podía averiguar que era pues era transparente, y en su sabor nada encontró relevante para saber qué elementos lo componían y oh para sus sorpresa que su abuela había llegado con su secretaria, ambas estaban muy borrachas

-Naruto ven baja que te quiero presentar- dijo a todo pulmón haciendo que el pobre de Naruto se tragara la pequeña pastilla, alarmado bajo corriendo a pedir auxilio y que de su cuerpo sacaran ese extraño objeto

- Tsunade-oba-chan, Tsunade-oba-chan auxilio- gritaba en pánico corriendo por las escaleras para alcanzar a su abuela

-que sucede Naruto- de repente la borrachera se le había ido y ahora estaba consciente y atenta a lo que su nieto hacia

-me trague un pastilla- le dijo desesperado

-oh solo era eso, no creo que nada de lo que tengo en casa te haga daño Naruto- le dijo mas aliviada dirigiéndose a la despensa por una botella de alcohol para volver a su estado de embriagues, su secretaria en el sofá estaba dormida y su abuelo en la puerta se había quedado

-no, Tsunade-oba-chan lo que me trague fue uno de los experimentos de mis padres,- le dijo chillando ya desesperado

-que, que dijiste Naruto esas cosas son muy peligrosas, que fue lo que te tragaste

-si lo supiera no estaría tan desesperado- le dijo ya a punto de tener un ataque, no sabía qué hacer

-lo primero es sacarte esa cosa que fuera que te tragaste, dime hace cuanto lo ingeriste

-cuando me llamaste, me asuste y sin querer me lo trague

-bien ve al baño y trata de vomitarlo, vamos rápido

El blando rápidamente actuó y con su cepillo de dientes se produjo el vomito pero la condenada pastillita no había salido, lo sabía, porque al tragarla le había dejado un regusto a fresas en la boca y no sentía que algo así saliera de su interior, regreso a la sala donde su abuela había despertado a su secretaria y habían sacado implementos médicos para examinar a Naruto, esa casa parecía un hospital.

-como te fue, salió- le dijo mientras le examinaba el pulso y la dilatación de las pupilas

-no, no salió, Tsunade-oba-chan tengo miedo no sé que me trague-

-tranquilo lo que sea que fuera, no dejare que te lastime- le hiso unos exámenes y nada parecía anormal

-sexy no jutsu, eso es lo que dice el frasco que encontré en la habitación de Naruto- dijo muy serio su abuelo

-que es eso- pregunto al ver que todos los adultos se ponían pálidos –Ero-sennin que significa, que fue lo que me trague- no hubo respuesta haciendo que el menor se asustara –es que me voy a morir- lloriqueaba sin entender lo que sucedía

-no Naruto claro que no, es solo que esa pastilla tiene unos efectos un poco molestos diría yo- trato de explicarle la rubia sin saber como

-veras Naruto esta pastilla, transforma a la persona que lo tomo en alguien del sexo opuesto, no sé porque tu padre lo nombro así, o porque tu madre lo invento, solo sé que en cualquier momento te vas a transformar en mujer, una de tu misma edad, o mejor dicho tu versión femenina, en todo contexto- sin tacto lo dijo solo soltando un balde de agua fría al pobre chico que ahora deseaba que la condenada pastillita lo matara, como que se iba a transformar en chica, cuando, cuanto tiempo, podría regresar a su forma normal

-Naruto tranquilo no te alegra que no peligre tu vida, es mas esto no afectara en nada tu salud, solo tal vez cuando te transformes perderás tamaño- le dijo sonriente su abuela

-pero qué coño, como puedo estar tranquilo, me voy a volver una chica, cuánto tiempo-

-bueno cariño eso no lo sé muy bien- le responde algo preocupada su abuela

-yo sé un poco pero no estoy seguro- dijo su abuelo de cabellera gris y larga

-que es dime, quiero saber- le suplico el menor de los presentes

-bueno, según entendí lo que me conto tu padre, pues te transformaras sin previo aviso, los tiempos son variables no sabemos cuánto durara la transformación, y volverás a ser hombre en cualquier momento, no es algo permanente solo tendrás que esperar a que pase el efecto y listo, pero- le dijo con la mirada preocupada

-pero que, ese pero no me gusto, que es lo que pasa

-bueno, hay un detonante, si te encuentras con un chico que tenga altas feromonas que atraiga al sexo opuesto, no mejor dicho unas feromonas tan fuerte que incluso atraiga a animales y los de su mismo sexo, te transformaras en chica y no volverás a ser tu hasta que te alejes de ese hombre, y el efecto varia de persona a persona, Naruto puede que se te pase el efecto en digamos un día, una semana, un mes, un año, o tal vez mas unos no se diez años, jejejeje- una risita nerviosa se soltó de los labios del anciano

-que diez años estas bromeando verdad- seguiría gritando si no se hubiera dado cuenta que su voz, había cambiado, de la gruesa y clara voz que tenia, ahora tenía una voz dulce y cantarina, no solo eso, noto como su tamaño se redujo y como un calor en el pecho lo inundo en el cambio, como por su espalda algo se extendió, con sus manos lo agarro y era suave y liso, era cabello, le había crecido el cabello, a la altura de su cintura, quiso gritar pero se contuvo ya que no sería su voz la que gritara.

-Naruto tendrás que aprender a vivir con ello, solo es cuestión de adaptarse y si no te gusta investiga un antídoto por tu cuenta, tienes un buen cerebro puedes hacerlo- le dijo su abuela tratando de animarlo

-ten Naruto, mmm creo que debemos ponerle otro nombre a tu versión femenina seria un escándalo si la gente se enterara- entregándole dinero, el peligris le estaba dando dinero

-¿qué?, para qué es esto- pregunto la rubia menor, que recién estaba recuperándose del shock

-para que compres ropa claro está, no puedes ir por ahí con esa ropa, no luciendo como una chica- le dijo con una mirada un poco pervertida –me recuerdas a Tsunade cuando era joven, también era plana jajajaja- fue golpeado muy fuerte y lanzado al otro lado de la habitación.

-Aoi-chan quieres que te acompañe a comprar ropa mañana, como es feriado sería perfecto no crees- le ofreció la secretaria de su abuela

-porque la llamaste Aoi- pregunto curiosa la rubia mayor

-bueno es que sus ojos son tan azules como el cielo, y solo recordé la letra de una canción y ya- dijo la pelinagra un poco avergonzada del mote que le había puesto –en fin de compras mañana

-gracias Shizune-san – le dijo con una débil sonrisa, ya se había resignado a su des fortuna y quejándose no solucionaba nada si en un mes no se le pasaba los efectos se dedicaría a hacer el antídoto, rogaba porque no durara tanto su suplicio –mañana cierto, entonces iré a dormir- y se fue a su alcoba, se sentía el mismo y a la vez no, sentía que su percepción de las cosas había cambiado un poco ahora que era una mujer, sumido en estos pensamientos se durmió deseando con todo su corazón que no sucedieran mas infortunios.

Desgraciadamente el destino le tenía preparado muchas sorpresas, que no solo voltearían su vida al revés si no que cambiarían muchas cosas que creía y pensaba.


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