Mimado
Era hora del almuerzo, madre y padre nos advirtieron que nos iban a dar un anuncio muy importante para lo cual debíamos llegar inmediatamente al comedor.
Padre había firmado un pacto de alianza para formar junto a uno de los reinos más poderosos del mundo, un nuevo reino al cual pensaba bautizar con el nombre de Konoha, y cuyo reino aliado no era nada más y nada menos que el reino del Remolino, o como otros lo conocen: el Reino Uzumaki.
Sasuke, mi madre y yo felicitamos a padre por haber logrado tal hazaña, más, el asunto no termiaba ahí.
- Sasuke- llamó padre, ante lo cual, mi hermano colocó toda su atención en él.
- ¿sí?- cuestionó
- Sé que deseas poder tomar el mando del reino algún día- mi hermano escuchó más atento ahora- sé que tienes lo necesario para gobernar…- sus ojos se iluminaron por breves segundos-… más, solo eres mi hijo menor y por tanto dicho puesto le corresponde al primogénito, es decir, a tu hermano Itachi- su mirada se opacó ante lo cual solo asintió con desgano, ante lo cual padre se apresuró a decir: sin embargo…- ahora todos miramos expectantes a padre, incluyendo los sirvientes- … te quiero dejar el trono del nuevo reino a ti, Sasuke…
Sinceramente aquello no me lo esperaba… madre miró con dulzura a su esposo y luego a mi hermano.
- ¿En serio?- preguntó incrédulo Sasuke, aquello que tanto anhelaba, lo estaba consiguiendo finalmente. Padre por fin logró reconocer a mi hermano. Me sentía tan feliz por él.
- Así es- afirmó padre a la vez que se limpiaba con la servilleta después de haber pasado el bocadillo de su boca.
Sasuke se emocionó y madre le felicitó con un gran y cálido abrazo. El resto de la servidumbre miraba a mi hermano con una sincera sonrisa en sus rostros.
- Pero…- al pronunciar aquello padre, Sasuke lo miró aún alegre- debes cumplir una condición- habló padre mirando fijamente a Sasuke.
- La que sea- respondió decidido mi hermanito- ¿cuál es?- preguntó expectante.
- Debes casarte con el hijo de Minato, el príncipe del reino del Remolino…- hubo un silencio incómodo, todos callaron. Padre seguía comiendo tranquilamente su plato, yo solo observaba un poco tenso aquella escena, al igual que madre.
Lo siguiente que se vio fue a Sasuke levantarse de la mesa en silencio y salir corriendo del lugar, a lo que padre lo llamó recibiendo de respuesta una negativo de parte de Sasuke. –
¡SASUKE!
-¡NO! ¡NO QUIERO!
Padre se levantó para dar alcance a mi hermano, más madre lo detuvo con el agarre de su mano para después mirarme.
Ya lo entendía, no había necesidad de pronunciar palabra alguna, debía hablar con Sasuke.
Por lo cual, me levanté con tranquilidad de la mesa sin antes limpiarme algún rastro de comida que hubiese por mis labios y sus alrededores.
Caminé despacio por los pasillos del castillo hasta finalmente llegar al área verde del lugar. Me detuve por un momento.
- A ver… si fuera un hermanito estúpido con aires de grandeza, ¿dónde me escondería?- solté alto al aire.
- ¡¿CÓMO QUE ESTÚPIDO CON AIRES DE GRANDEZA?!- bingo… te pillé.
“Oh mierda…” sí, eres muy predecible hermanito…
Llegué hasta dónde estabas, sobre el árbol de cerezo, escondido en una esquina de aquella pequeña casa de madera donde solíamos jugar de pequeños.
Me senté a tu lado. Permanecimos en silencio por unos instantes.
- No quiero casarme con otro que no seas tú…- rompió el silencio con aquella frase a la cual ya estaba acostumbrado, desde que nuestra prima Hinata huyó con Neji.
- No sabes lo que dices- solté sin ninguna pisca de remordimiento
- ¡JODER! ¡¿ACASO ME CREES CAPAZ DE BROMEAR CON ESTO?!- me miró con cólera para después calmarse y mirarme de manera contraria:- te amo… solo a ti…
Se acercó levemente a mi rostro, a pocos milímetros de mis labios se hallaban los suyos.
- Aún así…- susurré bajo, mirando directamente sin sentimiento alguno en mis pupilas- … no, somos hermanos y lo sabes…
Sasuke enfureció:
- ¡¿Y QUÉ?!- me agarró fuertemente la cabeza para dirigir su mirada a la mía- Hinata se casó felizmente con su primo, Neji; ¿porqué nosotros no?
- Sasuke… ellos no se casaron felizmente, huyeron, pese a que eran primos de tercer grado, todos apuntaron aquello como una deshonra recriminando incesto- suavizó el agarre poco a poco- y nosotros, hermanos de sangre, de la misma madre y padre… simplemente no se puede.
Retiró sus manos, a la vez que se alejaba de mí para cubrirse el rostro con sus manos y empezar a sollozar.
- Sasuke…- odio hacerte llorar, pero no podemos. No puedo darte el gusto como quisiera.
Me acerque a ti y tú apenas sentiste aquello te aferraste a llorar en mi hombro mientras yo te resguardaba en mis brazos.
- Sasuke…- susurré preocupado.
- Te amo… te amo… te amo…- sollozaste sin parar.
- Tal vez, es algo pasajero Sasuke…- ante aquello dejaste de llorar y me miraste
- Eso igual pensé, sin embargo…
- Quizás debe ser tu impresión por lo sucedido con nuestra prima ¿no?- traté de calmarte
- Eso igual dije, más… te amo desde pequeño, solo que… pensé que era solo admiración hacia ti el sentimiento que siento por ti.
- ¿y si tal vez si lo es?- cuestioné
- No, no lo es- negó con total seguridad
- ¿cómo lo sabes?- pregunté intrigado.
- Lo sé, porque lo descubrí el día que luchaste contra el duque del Reino del Sonido, Orochimaru… - escuché atento y calle para que siguiera- … al comienzo pensé que era una preocupación normal como hermano al saber que te hirieron gravemente en la batalla- su mirada estaba algo ida- pero me sentía morir y en ese entonces, luego de pasar noches en vela me di cuenta que te amaba más que un hermano…
Hubo un silencio incómodo
- Sigues confundido- le advertí, increíblemente, esta vez no se enojó como otras veces lo hacía. Al contrario, se acomodó en mis brazos y dirigió su boca a mi oído.
- Tú eres el confundido- me susurró suave a mi oído- sé que me espías en las noches- palidecí… - y sé…- empecé a temblar- que me besas en la oscuridad como ahora- acercó lentamente sus labios...
Esto es prohibido, no está permitido ante Dios ni el diablo mismo. Somos hermanos, nos une una relación sanguínea, no una amorosa y menos carnal…
Sin embargo… en este momento, mis sentidos me traicionan, dejándome conducir por tus labios.
Te aferras aún más y aprovechas para frotar tu pelvis contra la mía. Tramposo…
Apenas nos separamos, diriges tus labios nuevamente a mi oído:
-Itachi…- gimes mi nombre, esto está mal- … déjame perderla contigo…- no lo hagas por favor- … déjame… tener un hijo tuyo… Itachi…
- ¡BASTA!- me miras asustado, no… te grité…. ¿cómo pude?- tal vez… solo necesitas revolcarte con otro para que se te pase- no, no…. No lo hagas… no llores…- de verdad, yo creo que debes casarte, así tendrás con quien hacerlo y me dejes en paz…
-¡IDIOTA!
Siento mi mejilla arder… me lo merezco… te hice llorar… soy un completo imbécil.
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- Itachi-sama, su padre le llama- me avisó la ama de llaves
- En seguido voy- le contesté para que me dejara solo y pudiera cambiarme después de haber tomado un baño
Al llegar a la sala de estar, en la cual se hallaba mi padre y mi madre sentados sobre el gran sofá de terciopelo rojo, me senté pasivamente frente a ellos en el sillón individual del mismo material.
Al mirar a mi lado, tanto mis padres como yo notaron mi incógnita sobre el paradero de mi hermano, a lo que mi madre se adelantó:
- Está alistando sus maletas- me avisó, al tiempo que yo la veía algo confuso… ¿no que se había negado a casarse? Entonces… ¿para qué alista sus maletas?... sé que mi hermano es lo suficientemente cuerdo como para huir de casa y lo suficientemente testarudo para aceptar el casarse con un desconocido… entonces… ¿Qué pasa?
- Mañana parte al reino del Remolino- mencionó padre, dejándome aún más confuso.
- Pero…- dudé un momento, ante lo cual, padre se adelantó tal y como había hecho antes madre.
- Sé que se niega a casarse, más el acepto a cambio de un acuerdo- me miró, creo saber a qué va todo esto
- ¿Qué tipo de acuerdo?- cuestioné a padre
- Acepta casarse con la única condición de que…- padre se detiene y deja que madre continúe…
- …tú le acompañes y seas su acompañante en el otro reino, al menos hasta que nazca su primer hijo- ¿cómo?...
- Será por un largo tiempo, pero no indefinido hijo- acató mi padre al notar mi asombro.
- Además de estar consciente que debes regresar para así poder acceder a la corona cuando nosotros no podamos- continuó mi madre.
- Así que…- padre dudó unos segundos…
- Itachi, ve a hacer tus maletas. Uno de los mayordomos te ayudará, partes mañana al alba- ordenó imperativamente mi madre.
No me quedó más que aceptar aquello y despedirme de mis padres para así poder retirarme a hacer mis labores recién asignadas…
Sasuke… sí que sabes jugar sucio…