PARTE III
LAS BARRERAS HACIA TU AMOR
Cuando se ama sinceramente no existe barrera capaz de separar a dos amantes.
Una frase muy famosa como “Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”; cuantas no ha sido escuchada y a veces sentida en el corazón de las personas, la misma que nos lleva a reflexionar si lo que estamos haciendo estará bien o no.
Las palabras de Woltorama shokearon completamente a Yuuri “Futuro prometido” su mirada se dirigió al hermoso rubio quien dormía con una sonrisa mientras el mayor acariciar sus rubios cabellos.
─ ¿Prometido? —Pregunto levemente Yuuri.
─ Si Majestad, tomando en cuenta que usted termino con él no quería que la reputación de mi sobrino decayera por eso decidí comprometerlo con Adalberto. —Respondió con una sonrisa el rubio.
─ Entiendo yo… —Volvió a mira a su EX prometido– Los dejo solos luego vuelvo.
Woltorama miraba con una sonrisa la reacción del rey.
─ Tu plan funciono. —Comento Adalberlo, mientras acariciaba los cabellos del rubio.
─ Lo sé, nunca pensé que resultaría a pedir de boca. —Sonríe satisfecho– Lo bueno que Wolf no escucho nada.
─ Tienes razón en ese instante hubiera reaccionado sorprendido, Prometido. —Rió al recordar las palabras del rubio– Viniendo de mi sería imposible, aún vive en mi corazón Julia, además él es su niño adorado. —Sonreía al observar al menor– Siempre quiso mucho a Wolfram.
─ Lo recuerdo perfectamente. —Mira con una sonrisa a su sobrino– Solo ella era capaz de romper esa coraza tan dura que había ganado de niño.
─ Si, debemos decirle a Wolf cuando despierte. —Observa al rubio– ¿Seguimos con el plan no?
─ Claro que sí, esta de ver a qué punto llegan los celos de nuestro rey.
Mientras ambos rubios formulaban su plan, en otra parte del castillo un moreno estaba lleno de tristeza y frustración ante la noticia de que su amado rubio tenía a alguien a su lado.
─ Así te sentías Wolfram cada vez que alguien se me acercaba. —Comentaba para sí mismo el rey cabizbajo– Wolf…te perdí.
─ ¿Majestad? —Yuuri alza la mirada encontrándose con Conrad– ¿Qué paso Majestad?
─ Wolfram…Conrad….Perdí a Wolfram.
─ ¡¿Qué?! ¿Cómo que lo perdió? ¿Qué le paso a mi hermano? —Pregunta preocupado.
─ Él está bien. —Contesto– Junto a su tío y su…nuevo prometido.
─ ¡Prometido! —Abre sus ojos lleno de asombro– ¿Cuál prometido?
─ Adalberto. —Mira al castaño– Me acabo de enterar que Adalberto será su futuro prometido.
─ No lo sabía, ¿Qué hará Majestad?
─ Aun no lo sé. —Medita un momento soltando un suspiro.
─ Yuuri. —Conrad mira preocupado a su ahijado– Debes saber algo sobre ella.
─ No me interesa. —Responde serio al recordarla.
─ Está en prisión.
─ ¿Qué? ¿Por qué? —Abrió sus ojos llenos de sorpresa ante la noticia.
─ La tropa Bielefeld la había estado buscando por estafar al hijo de un terrateniente de las tierras, según las investigación ella iba de pueblo en pueblo extorsionando a los jóvenes guapos y con dinero hasta dejarlo en la ruina, Yuuri tú.
─ Fui su víctima. —Mira a su padrino– Conrad todo fue parte de su plan y yo caí como un tonto perdiendo a Wolfram. —Coloca sus dos manos sobre su cabeza en símbolo de desesperación.
─ Majestad.
─ Tranquilo, es mejor volver al trabajo. —Sugiere con desgano.
─ Hai.
Las horas pasaban en pacto de sangre tranquilamente en especial para cierto rubio que apenas había despertado de su sueño.
─ ¿Dónde estoy? —Se preguntó a si mismo algo desorientado.
Con sumo cuidado Wolfram detallaba la habitación donde se encontraba, ante su primera mirada sus ojos se abriendo ante la sorpresa de volver a reposar en aquella que alguna vez fue su habitación junto al rey, de pronto su mirada se posó en la puerta, la misma que se abría dejando visible a su rey.
─ ¿Yuuri? —Susurro observando a su ex prometido.
─ Wolfram.
Sus miradas por un corto tiempo, pero el suficiente para sentir a sus corazones completos por la presencia del otro, Yuuri se acerca lentamente hacia su ex prometido con una sonrisa en sus labios.
─ Me alegra que estés mejor. —Comento con una sonrisa en sus labios– Durante estos días he cuidado de ti.
─ Yo…
La sorpresa era muy grande de parte de Wolfram al enterarse que su ex prometido lo había cuidado en los días consiguientes que se mantuvo inconsciente, una extraña alegría llenaba su corazón pero al mismo tiempo esa alegría desaparecía al recordar que ahora no eran nada.
─ Lamento las molestias que le cause. —Hablo educadamente molestando un poco al rey.
─ No me llames de usted, dime solo Yuuri como siempre. —Pidió Yuuri amablemente.
─ No podría, usted es mi Rey. —Indico calmadamente.
─ Wolfram.
Le dolía, simplemente no podía soportar el hecho que Wolfram quien siempre lo trato como un enclenque ahora lo llame tan educadamente, al final de cuenta él era el único causante de la nueva actitud de su ex prometido.
─ Podría. —Empezó hablar el rubio– Llamar a mis hermanos.
─ Claro enseguida los llamo. —Se aleja un poco.
─ Me quiero cambiar de habitación. —Aquellas palabras detuvieron a Yuuri– No quiero causar más molestias.
─ No las causas. —Giro rápidamente Yuuri.
─ A su prometida dudo que le guste que yo este aquí. —Comento con cierta molestia en su voz.
─ Entiendo. —Yuuri se acerca a la puerta– Ya los llamo, por cierto. —Gira levemente mirando a Wolfram con una sonrisa– Rompí mi compromiso con ella desde hace una semana, permiso.
Aquellas palabras atravesaron el corazón de Wolfram haciéndolo latir rápidamente y una pequeña sonrisa adorne sus labios.
─ Yuuri es libre. —Susurro levemente conteniendo su alegría.
Yuuri por su parte caminaba desanimado por los pasillos, le costaba admitir que sus tonterías machistas lo llevaron a cometer muchos errores con Wolfram, tanto le costó aceptar que lo amaba desde el primer día que ahora su amado rubio se cansó de esperarlo.
─ ¿Eh? —Su mirada se posó en el futuro prometido de su amado– Adalberto. —Llamo la atención del mayor.
─ Alteza, ¿En qué puedo ayudarle?
─ Wolfram acaba de despertar. —Anuncio seriamente.
─ Ya veo, me alegro tanto, voy a pasar a visitarlo si no le molesta.
─ Para nada, quiere que lo cambien de habitación. —Dijo con enojo en su voz provocando una sonrisa en los labios de Adalberto.
─ Me lo imaginaba. —Suspira cansado– Justamente le estaba comentando esa posibilidad a Gisela de cambiarle de habitación ya que no se ve bien que mi futuro prometido duerma en sus aposentos.
─ Eso no…
─ Le dije Adalberto que por el momento es imposible moverlo su estado aún es muy delicado no olvidemos que acaba de despertar de un coma, moverlo a otra habitación puede traer consecuencias en su salud —Interviene con una sonrisa la peliverde– Majestad espero que no le moleste tener en sus aposentos a su Excelencia cinco días más.
─ ¿A mí? No, no me molestad. —Contesta Yuuri con una sonrisa.
─ Le comunicare a Wolfram sobre el cambio de habitación. —Se acerca al rey– Majestad el tiempo es amigo muy confiable, no lo vuelva su enemigo.
Las palabras de Adalberto dejaron a Yuuri completamente asombrado ¿Acaso podía conquistar a Wolfram en una semana?
Mientras tanto Adalberto le daba las buenas nuevas a su “prometido”.
─ Hola Wolf. —Entra con una sonrisa el mayor.
─ Adalberto. —Sonríe levemente Wolfram aun un poco débil– ¿Vienes a sacarme de aquí?
─ Lo siento pero no. —Wolf abrió sus ojos asombrado– Gisela indico que aun estas muy débil no puedes salir así por así, Wolf estuviste una semana en coma. —Toma una de sus manos.
─ Quiero irme. —Expresa decaído.
─ Lo sé. —Acaricia sus cabellos rubios– Por tú bien debes permanecer aquí.
─ No quiero estar aquí. —Lo mira suplicante– Por favor Adalberto sácame.
─ Wolf estate tranquilo. —Besa la frente del menor– No va pasar nada, yo estaré a tu lado te lo prometo.
─ Gracias Adalberto. —Sonríe levemente.
Mientras aquellas palabras eran expresadas libre y honestamente dentro de aquella habitación, las mismas llegaron a los oídos del Rey.
─ Wolf. —Susurro dolido Yuuri– ¿Tanto daño te hice?
Llevaba tres largos años conociéndolo y era la primera vez que lo veía tan vulnerable, aun recordaba en su mente las veces que le prometió protegerlo de todo y todos a los que quieran hacerle daño, en ese tiempo nunca se preocupó en proteger a su prometido ya que él expresaba una fortaleza incomparable, dicha fortaleza que ahora hacia desvanecida.
Débil.
Era una palabra muy cruel para un demonio orgulloso, aunque Wolfram aparentaba debilidad no podía negar que su fortaleza seguía ahí donde siempre ha estado.
Yuuri suspiro al recordar lo fácil que antes fue amarlo y ahora por su propia culpa era difícil llegar al corazón de su demonio, pero eso no significaba que se iba dejar vencer, lucharía esos pocos días para llegar a él y amarlo como se lo merece sin importar quienes se le atraviesen en el camino.
─ Wolfram prometo que esta vez yo luchare, tengo cinco días mi favor.
Cinco días sonaba mucho tiempo, pero el tiempo también se vuelve muchas veces un enemigo muy poderoso al momento de luchar.
La noche reinaba en pacto de sangre y los integrantes del mismo descansaban en sus respectivos aposentos, Yuuri por su parte de dirigía al suyo con los nervios a flor de piel al imaginarse que compartiría después de un largo tiempo el mismo lecho con Wolfram, en su interior se sentía tonto luego de tres años de dormir en la misma cama los nervios ahora se hacían presentes, al ingresar a su habitación la única luz encendida era la de mesita de noche que estaba junto a Wolfram al acercarse noto como su rubio dormía plácidamente.
─ Descansa mi amado. —Beso delicadamente su frente– Aún quedan cuatro días.
Su primer día había muerto así como la leve esperanza de hablar esa noche con su ex prometido, aunque le doliera no podía despertar así como así a Wolfram era consciente del cansancio del rubio no le quedaba más que dejarlo reposar.
El segundo día había llegado, apenas despertó observo como Wolfram aun dormía tranquilamente ignorando todo a su alrededor, una pequeña sonrisa nació en los labios del rey al recordar que él siempre fue así, recordando sus obligación se adentró a la ducha a tomar su respectivo baño matutino, al salir planeaba hablar con Wolfram quien seguramente había despertado pero su suerte estaba en su contra.
─ Buenos días Majestad. —Un castaño lo saludo con una sonrisa en sus labios.
─ Buenos días Conrad, ¿Qué te trae tan temprano? —Pregunta interesado.
─ Vine a ver como amaneció. —Contesta observando a su hermanito dormir– Hoy como es mi día libre, me encargare de cuidarlo mientras Woltorama está en la reunión de consejo.
─ Entiendo
Con pesadez y molestia salió de sus aposentos, se había olvidado completamente de aquella reunión con las Diez Familias, no es que los odiara pero estar atado a una silla dando vueltas mientras todos hablan no era nada divertido para él, definitivamente su segundo día no avanzaría nada nuevamente.
El día pasó rápidamente entre reuniones y toneladas de papeles para firmar cuando menos lo espero la noche nuevamente se hacía presente en el cielo, cansado, física y mentalmente se adentró a sus aposentos sabiendo que no tuvo oportunidad de hablar con Wolfram en todo el día.
─ ¡Que día!. —Comento para sí mismo mientras entraba a la habitación, se acercó a Wolfram observándolo como dormía– Descansa. —Acaricio sus rubios cabellos.
Ya vestido con su piyama se recostó en la cama evitando hacer el menor ruido posible para no despertar a su acompañante, apenas su cabeza toco la almohada se entregó a los brazos de Morfeo.
Yuuri.
Yuuri.
Entre sueños claramente podía escuchar la melodiosa voz de su amado, el tacto suave y delicado que brindaba su piel, todo parecía tan real que no podía creerlo.
Yuuri despierta.
¡Enclenque!
─ ¡Eh! —Aquella palabra lo hizo despertar rápidamente– ¿Wolfram? —Miro a su lado encontrándose con un par de ojos verdes que lo miraban fijamente– ¡¿Qué paso?! —Se sienta para mirarlo mejor– ¿Te duele algo? ¿Llamo a Gisela?
─ Agua, quiero agua. —Susurro levemente.
─ ¿Agua? —Reacciono aliviado el rey– Ya te paso. —Se levantó de la cama en busca del agua que se encontraba en la mesilla, tomo un vaso para llevársela a su ex prometido– Aquí tiene. —Levanto un poco la cabeza de Wolfram para darle de beber.
─ Gracias. —Expreso con una sonrisa el rubio luego de terminar el vaso con agua.
─ No es nada. —Sonrío el moreno mientras lo acomodaba nuevamente en la cama– Estoy para lo que necesites.
La tranquilidad entre ambos era evidente no sabía cómo iniciar una conversación con el rubio, sentado en su cama lo miraba fijamente mientras él se iba entregando poco a poco al mundo de los sueño, contrariado por su reacción siguió los paso de su amado.
La mañana nuevamente había llegado y con ella el tercer día, para este tercer día la frustración era evidente en los ojos de Yuuri al observar como la Cherry-sama entraba a sus aposentos dispuesta a cuidar de su Honey-chan, adoraba a la reina, pero su presencia en estos momentos solo arruinaban el momento entre ellos.
En ese día estaba llegando a la conclusión que Shinou definitivamente lo tenía que odiar o se estaba burlando de él, eso debía ser el gran Rey estaba jugando con su destino poniéndole todo tipo de barreras frente a su descendiente evitando a toda costa que ambos puedan hablar y solucionar sus problemas.
Para este día en las fronteras se presentó un percance obligando la presencia del Maou urgentemente, aquella noticia llego para Yuuri como un balde de agua fría, todo el día se encontró resolviendo los problemas de otros mientras no podía hacerse cargo de los suyos, cuando todo al fin se resolvió regreso a Pacto de Sangre muy entrada la noche cuando su rubio nuevamente estaba dormido.
─ Se nota que odias. —Comentaba derrotado mientras su miraba dirección al templo Shinou.
…………….
En el templo Shinou dicho Rey miraba con una sonrisa su bola de cristal donde se reflejaba un moreno deprimido por sus intentos fallidos.
─ No te odio, solo me divierte verte sufrir. —Comento lleno de diversión– No dejare que así de fácil te acerques a Wolf-chan, caso contrario Rufus nunca me lo perdonaría.
Divertido y concentrado en su juego Shinou planificaba lo que sería el cuarto día.
………………….
Cuarto día.
En este día la desesperación empezó a carcomer a Yuuri en los últimos días no había tenido la oportunidad de acercarse a Wolfram, su trabajo lo tenía completamente ocupado y cuando tenía un poco de tiempo el rubio estaba acompañado tal como pasaba en este día.
Daba el mediodía y en tiempo récor había terminado todas sus actividades pendientes de ese día, pero Shinou nuevamente interfería en su camino alejándolo nuevamente de Wolfram, en su habitación estaba Woltorama, Adalberto, Cherry, Conrad, Gwendal y Gisela junto a Wolfram.
─ ¿Qué está pasando aquí? —Pregunta asombrado por la presencia de todos.
─ ¡Oh! ¡Majestad! Hoy mi Honey-chan se va levantar de la cama. —Exclama emociona la rubia.
─ ¿Hoy?
─ Si Majestad. —Le mira Gisela– Su Excelencia está listo para ponerse de pie, vamos Wolfram esto es fácil. —Le ayudan a sentarse al rubio– Párate.
─ Hai. —Con algo de esfuerzo Wolfram se pone de pie.
─ Intenta caminar unos pasos. —Indica nuevamente Gisela.
─ Claro.
Wolfram con un sobre esfuerzo para su cuerpo que reposo por casi dos semanas se le hacía difícil caminar, inconscientemente se iba dirigiendo hacia Yuuri quien lo miraba emocionado al verlo caminar.
─ Wolfram. —Susurro Yuuri.
Wolfram quien entre nervioso y emocionado por volver a caminar ante el llamado de Yuuri alzo su mirada encontrándose con los ojos negros de su Rey.
─ Yuuri. —Susurro– ¿Eh? —De pronto sintió como su piernas perdían fuerza sintiendo como su cuerpo caía lentamente.
─ ¡Wolfram!
El grito de todos los presentes llego a sus odios, pero solo un par de brazos llegaron a él evitando su caía.
─ ¿Estas bien? —Aun cerrado los ojos la pregunta llego a sus oídos reconociendo al instante al dueño de dicha voz.
─ Yuuri. —Susurro al sentirse en los brazos del Maou.
─ ¿Te lastimaste? —Pregunto preocupado por la salud del rubio.
─ No, estoy bien. —Respondió con una pequeña sonrisa en sus labios.
─ Me alegro. —Cargo entre sus brazos al rubio para regresarlo a la cama.
Todos los presentes miraban a la pareja con una sonrisa olvidando por un instante que ya no son una pareja.
─ Excelencia todo está bien. —Dice Gisela luego de revisarlo– Tenga paciencia poco a poco pobre caminar libremente.
─ Gracias Gisela. —Sonrío el rubio.
─ No es nada, me retiro mañana vendré a verlo.
Al instante que Gisela se retira todos se miraron a la cara sospechosamente.
─ Sobrino espero que no te moleste que te deje un momento debo atender un asunto importante junto a Adalberto. —Dice Woltorama mientras sonríe a su sobrino.
─ Tranquilo Tío ve con cuidado. —Responde calmadamente– Los veo más tarde.
─ Más tarde vengo a verte Wolf-chan. —Le da un beso en la frente Adalberto.
─ Nosotros también nos retiramos Honey-chan para que puedas descantar. —Cherry besa la mejilla de su hijo.
─ ¿Eh? Hasta luego. —Sonríe a todos aquellos que se retiraron– Solo. —Susurra sin percatarse que no todos se habían retirado.
─ Casi solo.
─ ¿Eh? —Mira a un lado encontrándose con el Maou– Yuuri. —Susurra al verlo– No me percate de tú presencia.
─Me alegro ver que te recuperas rápidamente. —Se acerca con una sonrisa– Wolfram me gustaría ha….
─ ¡Heika venga conmigo es urgente!!! —Aparece de la nada Gunter llevándose de la mano a Yuuri y dejando a su rubio asombrado.
¡Wolfram!!! Fue el grito interno que salía de Yuuri al perder la única oportunidad de hablar con él, y con esta intervención ahora aseguraba que Shinou lo odiaba.
…………………
─ Muajjj. —Reía el Gran Rey frente a su bola de cristal dándole un aspecto algo terrorífico con rayos a sus lados.
─ ¡Que cruel eres! —Exclama Murata con una gota bajando por su sien al observar las crueldades que le hace al Maou.
─ Para nada mi querido Murata solo estoy haciendo justicia ante el dolor que tuvo Wolfram por todos estos años. —Respondió calmadamente.
─ Ojo por ojo, diente por diente, traición por traición, ansiedad por ansiedad, dolor por dolor. —Comento el moreno con sus lentes blanqueados.
─ Amigo. —Sonrío arrogante el Rey mientras observaba a su gran sabio.
…………….
El cuarto día se iba perdiendo entre las montañas y con él las esperanzas de reconciliarse con su rubio, ante de la cena llego a sus oídos la noticias que Woltorama volvía a las tierras junto a Wolfram muy temprano en la mañana, aquellas palabras desbastaron moralmente al Rey.
Yuuri caminaba desanimado a sus aposentos deseando llegar temprano para convertir el mismo lecho con su rubio por última vez, entre dando un profundo suspiro.
─ Bienvenido Yuuri. —Una alegre voz acompañada por una tierna sonrisa levantaron su ánimo.
─ Wolf. —Susurro al observa su prometido con su camisón rosa y un libro en sus manos.
─ Grata estuvo hace un momento quiso que le lea un cuento. —Comenta con una sonrisa.
─ Wolfram yo…
TOC-TOC —Nuevamente fue interrumpido su mala suerte estaba latente en ese día.
─ Adelante. —Indicó el rubio.
─ Buenas noches Excelencia su cena. —Ingreso Sangría.
─ Gracias. —Acerco la charlo donde estaba el rubio.
─ Majestad le esperan para cenar, o ¿Desea cenar aquí con su excelencia? —Pregunto con una sonrisa llena de complicidad la joven.
─ Voy a cenar aquí. —Respondió levemente.
─ Hai. —Salió corriendo y menos de un minuto entraba con nuevos platos y un par de velas, las mismas que las acomodo en la mesa que había en la habitación, se acercó donde Wolf y acomodo los platos del mismo en la mesa– Servido, que la cena sea de provecho. —Sonrío dejando a solas a la pareja.
El silencio se hacía presente en la habitación, Yuuri se acercó a Wolfram para ayudarlo a llegar a la mesa, ambos comían en silencio hasta que Yuuri decidió romper el silencio.
─ Escuche que te vas mañana, ¿Estas en condiciones para viajar? —Pregunta preocupado.
─ Gisela le dijo a mi tío que mi condición era favorable que si podía viajar debo ir con mucho cuidado.
─ ¿Por qué no te quedas unos días más? —Insiste ante la preocupación que le ocurra algo malo.
─ Lo haría pero mi tío no puede quedarse, y quedarme aquí solo no quiero. —Baja un poco la mirada recordando como su familia siempre pasa ocupada en especial que lo traicionaron con su compromiso.
─ Todos te cuidaríamos, yo te cuidaría. —Sonríe levemente.
─ No lo creo, en esto días ni siquiera te he visto. —Reclamo su falta de atención.
─ He estado muy ocupado pero yo…
─ Igual que todos.
TOC-TOC.
─ Perdón traía el postre.
─ Gracias Sangria. —Lo recibe Wolfram– Puedes retirar la comida.
─ Hai.
Yuuri observaba claramente como trataba con respeto a Sangria, en esos instantes volvió a su mente como había traído a su casa aquella mujer que solo le daba problemas con la servidumbre por los malos tratos que les daba, cosa que él se negó aceptar hasta el final.
La cena había terminado y los platos retirados, la pareja se acomodaba en la cama esperando el momento que Morfeo los seduzca llevándolos al mundo se los sueños.
Yuuri no encontraba las palabras para dirigirse a Wolfram sin antes morir calcinado por sus dragones de fuego, Wolfram por su parte no podía concentrarse completamente ante la mirada que le dirigía el moreno a cada momento, hace unos meses le hubiera emocionado la idea que lo mirara, pero ahora que no eran nada en cierto modo lo incomodaba, de un momento a otro observo como el moreno se levantaba para empezar dar vueltas cerca de la cama.
─ Yuuri podrías…
─ ¡Perdóname! —Escucho de repente el grito del Rey cuando dejo su lectura a un lado abrió los ojos llenos de impresión al encontrarse con su ex prometido arrodillado completamente en el piso con la cabeza inclinada hacia el piso─ Perdóname por favor.
─ Yuuri yo…
─ Perdóname por todo el daño que te hice, estuve ciego no me daba cuenta de las cosas solo hasta que te perdí, ¡Perdóname! —Suplicaba el rey desde el suelo.
─ Yo…. —Mantenía la mirada baja tras escuchar las suplicas de Rey– ¿Por qué hasta ahora? ¿Por qué no decirlo antes? —Recrimino al rey.
─ Porque. —Se levanta mirando aun desde el piso al rubio– Soy un idiota que solo se da cuenta de las cosas a las malas. —Sonríe tristemente.
─ ¿Perdonarte? Cuando me dejaste por una desconocida, no escuchabas nada lo que decía. ¿Cómo te puedo perdonar? Ahora que el dolor ha cesado un poco. —Lo mira con sus ojos llenos de tristeza.
─ Ahora. —Se levanta del suelo sentándose junto a Wolfram y tomando una de sus manos– Soy yo el que está rogando por ti, quien no quiere volver a perderte, quien se muere de celos al ver como alguien más muestra amor hacia ti. —Sonríe levemente– Quien te amara por siempre.
─ Yuuri yo…
─ Sé que es difícil creer en mis palabras ahora. —Acaricia una de sus mejillas– Deja que te lo demuestre con hechos. —Se acerca lentamente a los labios de Wolfram rosándolos levemente– Déjame amarte Wolfram.
Sus labios se unieron en un tierno beso que con un simple rose sintieron como sus corazón se volvían uno solo y recuperaban aquello que habían perdido con el tiempo y las malas decisiones del rey.
─ Yuuri. —Susurro el rubio asombrado y sonrojado por su primer beso con el moreno– Yo. —Baja la mirada apenado– Aun te amo.
─ Wolfram. —Yuuri sonrió ante sus palabras.
─ Aun no estoy seguro de perdonarte, pero…. —Lo mira directamente– …te voy a dar el privilegio a un enclenque como tú que me ame. —Sonrío semi sonrojado.
─ ¡Wolfram! —Lo abraza efusivamente– ¡Te amo!
Nuevamente sus labios se volvieron a unir recostando lentamente al rubio sobre la cama perdiéndose la figura de dos amantes entre las sombras de la noche y un único testigo de su creciente amor son la luna y aquellas palabras que expresan su amor letra con letra.
Lo que la noche oculto el sol revela dejando visible entra las sabanas a la pareja real abrazado uno al otro con deseos de nunca soltarse, Woltorama era quien observaba aquella escena con una sonrisa, la misma que tuvo al salir lentamente de la habitación sin despertarlos. En los pasillos todos esperaban al rubio quien al observar su sonrisa festejó evitando hacer el menor ruido posible.
Esa misma noche Wolfram se había convertido por las leyes Mazoku en el Consorte Real del Vigésimo Séptimo Maou Yuuri Shibuya, al consumar su compromiso, el mismo que nunca se rompió por la invalidez que el Consejo le dio al documento presentado por el Rey.
La noticia de una futura boda llego a los lejos del reino en especial a los oídos de cierto rubio que miraba divertido a lo lejos Pacto de Sangre.
─ ¿Qué te divierte Shinou? —Pregunta el Sabio ante la sonrisa divertida del rubio.
─ No importó las barreras que se puse a Yuuri al final consiguió superar todas, en especial Adversidades del corazón que tenía Wolfram.
─ Eso es porque cuando hay amor no hay barrera que no se pueda romper. —Expreso con una sonrisa– Me alegro por ellos al final pudieron amarse como siempre lo quisieron.
Las campanas sonaban a lo lejos anunciando la boda de la pareja real y un nuevo comienzo para Shin Mazoku junto a sus reyes quien juntos lucharan contra todas las adversidades que el destino les depare, los mismos que con amor y confianza podrán superar.
FIN─YUURAM