PARTE II
CONSECUENCIA DE LAS MALAS DESICIONES
Las malas decisiones afectan siempre a las personas que más amamos, creando en su corazón heridas incurables.
~♥~ Yuuri ~♥~
Un mes ha pasado desde mi rompimiento del compromiso con Wolfram, desde el día que me vio con Akane besándonos no lo he vuelto a ver, gracias a Conrad supe que se fue a las tierras Bielefeld, en ese instante que fue la mejor decisión que había tomado porque no hubiera tolerado que él le amargue la vida a mi prometida con sus tontas escenas de celos.
Todo esto pensaba antes de tener su carta en mis manos por una extraña razón algo en mi interior se descoloco al sentir que lo que le había hecho a Wolfram fue lo más cruel y miserable del mundo, no me puedo imaginar lo mucho que me amo y el dolor que le cause.
─ Yuuri. —La voz de mi prometida me saca de mis pensamientos.
─ Dime. —Volteo encontrándome con su mirada.
─ Encontré esto en uno de los cajones. —Me dice con desgano mientras me entrega un libro.
─ Gracias.
Inmediatamente reconocí la letra era de Wolfram me imagino que por los detalle ha de ser una clase de diario, dudando un poco abrí una página al azar encontrándome palabras que solo confirmaban mis pensamientos.
Desde años atrás los Bielefeld hemos sufrido en manos de los Mauo, primero mi padre quien sin importar cuanto amo a mi madre ella simplemente lo dejo morir de amor, ahora mi destino se ve atado a Yuuri el nuevo Maou, aunque nuestro compromiso nació por medio de un accidente no puedo negar que en mi corazón alberga un hermoso sentimiento hacia él, un sentimiento que hasta el momento no es correspondido como mi corazón lo deseara, pero sin importar yo seguiré luchando por ganarse su amor.
Aquellas palabras llegaron a lo más profundo de mi ser por un momento me hicieron sentir una basura al solo imaginarme el dolor de Wolfram en estos momento, nunca me había puesto a pensar que siempre estuvo a mi lado sin pedir nada a cambio siempre esperaba pacientemente que lo llegara amar.
─ Yuuri.
─ ¿Eh? —Voltee a mirar a mi actual prometida.
─ Yuuri vi un hermoso vestido en el pueblo, ¿Crees que pueda comprarlo?
Solo un mes estábamos juntos y pude notar lo diferente que es, a lo que antes mostraba, le gusta el lujo, siempre pide que le compre ropa, joyas o cualquier cosa que ve en el pueblo, al contrario de Wolfram el jamás me pedía algo, si lo hacía y eso era algo tan insignificante que nunca pude darle “Tiempo” un poco de tiempo que siempre le negué, realmente fui un ser muy egoísta con él.
─ Lo siento pero hoy no puedo ir al pueblo. —Respondí mientras guardaba en uno de mis cajones el diario de Wolfram para luego enviarlo a Bielefeld.
─ ¡¿Qué?! —Exclamo asombrada por mi negativa– ¿No me lo vas a comprar?
─ No, recién ayer te compre joyas y ropa. —La miro muy serio– Lo siento pero no puedo ir.
─ ¡No es justo! ¡Soy tu prometida! ¡A ese chico si le dabas todo! —Otra vez ante una negativa mía ponía a Wolfram en nuestros problemas.
─ Para que sepas, Wolf jamás me pidió cosas, si me disculpas tengo trabajo.
Últimamente nuestra vida ha dejado de ser color rosa para convertirse en constantes peleas por “sus compras”, sinceramente eso me estaba fastidiando de ella al punto de cansarme de su presencia cosa que me asombra porque con Wolfram nunca me paso eso, con él las cosas fueron muy diferentes, la mayor parte de esas cosas fueron mi culpa.
─ Wolfram. —Susurro su nombre mientras observo el cielo nublado fuera de la ventana– ¿Qué será de tú vida?
Un profundo suspiro salió al recordar a mi prometido, digo ex prometido, aun se me hace duro pensar que al final yo termine con él y de la forma más cobarde, nunca fui capaz de dar la cara como hombre para terminar con nuestro compromiso, me tuve que aprovechar de mi posición como Maou para conseguir por medio de un papel la desilusión de nuestro compromiso.
Wolfram siempre tuvo razón soy un enclenque cobarde, con un suspiro sonoro entro a mi despacho donde me esperaba Conrad.
─ Buenos días Majestad. —Saluda Conrad con una sonrisa.
─ Hola. —Respondo desganado.
─ ¿Otra vez? —Pregunta sabiendo el motivo de mi disgusto cada mañana.
─ Sabes Conrad. —Me mira directamente– A veces creo que fue un error terminar con Wolfram.
─ ¡Majestad! —Exclama asombrado por mis palabras.
─ Wolf no era así. —Susurro levemente.
─ Ella no es Wolfram. —Me dice serio por comparar a su hermano con ella.
─ Lo sé, él no tiene comparación.
Nunca pensé decir tal cosa sobre mi prometido pero era la realidad él siempre fue especial, solo que fui tan tonto que no me di cuenta de ello, incluso sus hermanos lo extrañaban mucho aunque se nieguen aceptarlo pero en sus miraba se nota arrepentimiento de ver apoyado mi decisión cobarde.
─ Majestad. —Escucho a Conrad trayéndome a la realidad.
─ Es mejor trabajar. —Suspiro cansado– Ni el día me acompaña. —Observo como la lluvia caía sobre Pacto de Sangre.
La mañana aburrida ante todas las tareas que tenía acumuladas que tenía día anterior por estar perdiendo el tiempo con mi prometida en el pueblo, una vez terminadas me dispuse ir a almorzar encontrándome con ella quien me miraba seriamente ante lo ocurrido en la mañana.
─ Yuuri debemos…
─ ¡Majestad! ¡Capitán! —Entro Dorcas gritando desesperado.
─ ¡¿Qué sucede?! ¿Por qué entras de esa forma? —Pregunta mi padrino con tono de preocupación.
─ Es que… —Respiraba agitado– Acaba de llegar soldados de la tropa Bielefeld mal heridos.
─ ¿Qué? —Mi cuerpo se estremeció al escuchar el apellido de Wolfram.
─ ¡Llama a Gisella que los atienda! —Ordena Conrad.
─ Ya lo hice. —Responde ante la orden– Es solo que… —Mira a mi prometida.
─ ¡Habla ¿Qué pasa?! —Exijo la respuesta.
─ La tropa la dirigía su excelencia Bielefeld. —Responde lleno de preocupación.
─ ¿Wolfram? ¿Wolfram dirigía aquella tropa? ¡Responde Dorcas! —Me desespero el solo pensar que Wolfram puede estar en peligro.
─ Si Heika, su excelencia Wolfram dirige esa tropa en medio del camino fueron atacados aunque ganaron con mucho éxito pero… —Baja la mirada– Camino a Pacto de Sangre por causa de la lluvia una montaña se deslizo llevándose a su Excelencia.
─ ¿Qué?
Sentí como mi corazón se paralizaba ante la notica, fije mi mirada hacia la ventana donde aún llovía, el solo imaginarme a Wolfram golpeado lastimado incluso…
─ ¡Dorcas prepara mi caballo! ¡Llama a unos soldados! Pregunta a los soldados Bielefeld ¿Dónde sucedió el accidente? ¡Rápido! —Ordene rápidamente, debía actuar si quería salvarlo.
─ Majestad ¿Piensa ir? —Pregunta Conrad.
─ ¿Acaso no escuchaste? ¡Wolfram está herido debo ir a buscarlo! —Me dirijo a la puerta rápidamente.
─ ¡Yuuri espera! —La voz de mi prometida me hizo voltear.
─ Ahora no tengo tiempo para tus niñerías. —Le hablo rápidamente y preocupado.
─ ¿Qué te pasa? Tú no tienes que ir, deja que vayan unos soldados, eres el rey. —Habla sin preocupación alguna sobre el estado de mi prometido.
─ Es mi deber ir él es mi prome…
─ ¡Ex prometido! —Me interrumpe con sus reclamo– ¡Tú prometida soy yo si lo has olvidado!
─ Tienes razón. —Me acerco a ella– Para mí desgracias eres mi prometida. —Golpee su mejilla derecha volteándome rápidamente dejándola shokeada– Debo decir eras mi prometida.
Sin pensarlo dos veces rompí mi compromiso con ella golpeando su mejilla derecha, algo que con Wolfram no me atreví hacer cuantas veces no me dijeron que lo haga pero jamás tuve el valor de hacerlo no con él, al salir del palacio Ao estaba listo, conmigo viajaría Conrad, Gwlendal y unos soldados me acompañarían a buscar a Wolfram.
Llevamos horas recorriendo la zona el derrumbe que se encontraba al norte del pueblo antes de llegar a la entrada que estaba cubierta de montañas, la misma que ha llevado una gran cantidad de vegetación lo que hace más difícil la búsqueda, lo único favorable por el momento es que la lluvia parado, pero el problema iniciara cuando apenas el sol se empiece a ocultar.
─ ¿Aun nada? —Pregunto a los soldados que están al norte.
─ No majestad, nada aun.
─ Wolfram.
Cada minuto que pasaba me sentía desesperado por no encontrarle, me dirigí hacia unos árboles derrumbados por la presión de la tierra en donde encontré un bulto blanco.
─ ¡El caballo de Wolfram!
No podía creer lo que veían mis ojos era el caballo de Wolf estaba vivo pero recostado como protegiendo algo al verme se levando dejando ver a mi querido príncipe inconsciente.
─ ¡Wolfram!
Me acerque rápidamente hacia él para tomarlo entre mis brazos, sus mejillas estaban coloradas por la fiebre, mientras su cuerpo temblaba del frio, podía notar una herida en su frente.
─ Wolf. —Mire a su caballo que tenía lastimada una de sus patas– Gracias por cuidarlo ahora yo me hare cargo.
Con Wolfram en mis brazos me encamine rápidamente hacia donde estaba los demás, al observarme con mi bello rubio en mis brazos sin hacer preguntas regresamos al palacio.
Las horas pasaban insaciables, cada minuto que pasaba sentía que la desesperación se apoderaba de mi corazón el solo pensar que la revisión pase a mayores.
─ Majestad.
─ ¿Qué pasa Conrad? —Observo de reojo a mi padrino que se acerca.
─ Ella abandono el palacio.
─ Entiendo gracias.
Sabía perfectamente a lo que se refería, cuando llegue al palacio con Wolfram en mis brazos ella aún seguía aquí negándose aceptar mi decisión, aun preocupado y con los nervios de punta pedí que la saquen de Pacto de Sangre simplemente no quería volverla a ver.
Sin importarme mucho ella mi mirada se fijó en la puerta que se habría dejado visible a una cansada Gisella.
─ ¿Cómo esta Wolfram? —Me acerco rápidamente.
─ Aun duerme. —Respondió seriamente– Majestad el golpe que recibió su Excelencia….bueno él.
─ ¡¿Qué pasa?! —Me desespero al no escucharla rápido.
─ Está en coma, su excelencia esta coma.
─ ¿Qué? —Abrí mis ojos enormemente al escuchar tal noticia.
Coma.
Sabía perfectamente lo que significaba, mi rubio dormiría un tiempo casi indefinido, una semana ha pasado desde aquel lamentoso suceso y por mi parte lo he cuidado a diario dentro de mis aposentos donde descansaba mi prometido, digo ex prometido.
─ Hola Wolfram. —Entro con una sonrisa al observar como el sol iluminaba su hermoso rostro– Lamento la demora, Gunter me tenía con mucha tarea. —Tomo delicadamente su mano– Wolfram por fa…. ¡¿Pero qué?! —No podía creer lo que veían mis ojos estaba– Wolf.
Sus hermosos ojos estaba abiertos, su mirada cruzaba con la mía, dejándome ver lo bello que se veía.
─ Voy por Gisella
Salgo corriendo emocionado al sentir como la mitad de mi corazón volvía a latir.
~♥~ Wolfram ~♥~
Sentía mi cuerpo pesado, mi cabeza daba muchas vueltas y no comprendía con claridad el porqué, cuando al fin pude abrir mis ojos lo primero que encuentro eran los oscuros ojos de Yuuri, no es justo con tantas personas a mi alrededor justo él debía estar a mi lado.
─ Voy por Gisella.
Que lindas palabras, ¿Acaso no pudo decir algo más? Realmente se nota que esa mujer lo ha vuelto más enclenque.
Esa mujer por un momento había olvidado que Yuuri ahora no era nada mío.
─ Yuuri.
Susurre dolido al recordar tal hecho, un hecho que debía olvidar gracias al apoyo de mi tío y aquella persona que juro protegerme de todo el dolor.
─ Venga.
Un último susurro salió de mi boca antes de volver a caer en la inconciencia.
~♥~~♥~~♥~~♥~~♥~~♥~~♥~
Yuuri corría rápidamente por los pasillos del palacio en busca de Gisella se desesperaba al no encontrar a la peliverde por ningún lado.
─ ¡Gisella! —Grito al observarla delante de él.
─ ¿Majestad? ¿Sucede algo? —Pregunta extrañada ante la actitud de su rey.
─ Wolfram despertó, vamos a verle. —Responde el rey con una sonrisa en sus labios.
─ ¿Despertó? —Una tercera voz lo obligo a girar.
─ ¿Lord Woltorama? Bienvenido. —Yurri se acerca a saludarlo– Me alegra verle aquí.
─ Hace unos días me llego la carta sobre el accidente de Wolfram, si no hubiera sido por el camino hubiera llegado antes, si no les importa me gustaría ir a ver a Wolfram.
─ Claro, sígame por favor. —Yuuri se adelantó sin observar quien está junto al tío de Wolfram.
─ No te vio. —Comento aquella persona.
─ No importa, vamos Wolfram nos espera. —Mira con una sonrisa aquella persona.
─ Hai.
Los minutos pasaron mientras Gisella chequeaba el estado de Wolfram, al terminar miraba al rey con una sonrisa.
─ Esta fuera de peligro, solo debe descansar.
─ Me alegra escucharlo. —Yuuri sonríe al observar como Wolfram volvía a despertar.
─ Yuu...ri —Susurro levemente al observar al moreno a su lado.
─ Hola Wolf, mira tú tío esta… ¿Adalberto? —Se asombró al mirar al rubio.
Yuuri observo claramente como Adalberto se acercaba a tomar la mano del príncipe con una sonrisa en sus labios.
─ Me alegra saber que estas sano y salvo. —Besa delicadamente su mano.
─ Adal…berto —Susurro con una sonrisa Wolfram.
─ Shh no digas nada, descansa yo te cuidare.
Wolfram obedeciendo nuevamente cayó en la inconciencia por la falta de energía, Yuuri por su parte no daba crédito en lo que veía.
─ Adalberto… —Woltorama empezó hablar– …se convirtió en el futuro prometido de Wolfram, tiene mi permiso de cortejar a mi sobrino.
─ ¿Qué?
Aquellas palabras atravesaron el corazón de Yuuri como una filosa espada haciéndole sentir que sus oportunidades eras escasas para recuperar el amor de su amado príncipe.
Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.