Aquí me encuentro jugando con mis muñecos en mi habitación, sentado en el piso, mis muñecos son una de las pocas cosas que me divierten en este orfanatorio, la verdad, aquí me siento cómodo, mi capacidad mental aumenta cada día, aunque de todos modos para no volverme un obsesionado debo distraerme un poco, miro mi cama y pienso en ordenarla, me paro y apoyo mis pies descalzos el frio piso, visto un pijama color blanco, para mi comodidad este me queda un poco grade, lo llevo siempre, es mi estilo, mi cabello blanco lleno de bucles, enrollo un mecho con mi dedo pensativo, luego empiezo a ordenar mi cama, termino y me alejo, perfecta, me vuelvo a sentar y agarro mis muñecos nuevamente me recuesto en el piso y tomo a mi súper héroe, y lo hago bolar con mis manos por encima mío
TOC, TOC, TOC- escucho que alguien golpea mi puerta
-adelante- digo para seguir controlando el vuelo de mi muñeco, la puerta se abre y yo giro mi cara hacia ella y te veo, repentinamente suelto mi muñeco y me cae en la cara, me siento y me sobo la frente, duele mucho y una lagrima se desliza por mi mejilla, me froto los ojos y te veo, has apartado tu mirada de tu video juego y me estás viendo con esos hermosos ojos verdes
-que sucede? te pregunto, tu haces una sonrisa de lado
-tienes 16 años sabes? deberías aflojarle un poco a los muñecos- me dice mientras guarda su juego y saca un cigarro y lo enciende, yo me levanto
-y tú 17, deberías intentar llegar a los 25, sabes?- le digo estirando mi mano hasta su rostro quitándole el cigarrillo de la boca, me miras se rascas la nuca, tus dedos desaparecen tras tus rojizos cabellos, eres tan lindo- que querías?- le pregunto
-oh cierto, vienes a comer?- me dice sonriendo, siento como su hermosa sonrisa me derrite el corazón, me asomo a afuera de mi cuarto y siento el frio que corre por los pasillos, vuelvo a entrar al cuarto y lo miro
-ahí voy- le respondo
-te espero- me dice, abro mi placar y observo, está lleno de pijamas blancos y nada más entonces me pongo en puntas de pie y estiro mis brazos llegando a tocar con la punta de mis dedos la puerta de arriba del placar, cual está entre abierta, la termino de abrir y me alejo observo con detención, y veo un buzo color blanco, disimulada mente te miro, y me inquieto, porque me estás viendo, recorro mi habitación detenidamente pero no encuentro nada que me ayude, me acerco a ti y te señalo mi placar, me miras y te ríes levemente, sierras la puerta, pues el frio se esta metiendo en la habitación.
-que necesitas?- me preguntas subiendo tus lentes dejándolos en tu cabello
-el buzo blanco- te digo tímidamente te acercas y lo miras
-haa, pero está muy alto- me dices, si para mi esta alto, ¿pero para ti?, me acerco y me pongo al lado tuyo ambos miramos el buzo allí arriba, luego de estar unos minutos analizando la situación, me miras con una gran sonrisa, no me gusta esa sonrisa, me volteas hacia ti, y me alzas, me espanto, no me gustan las alturas, me acercas al buzo abrazo tu cuello con una de mis mano y estiro mi otra mano y lo roso, te alejas n poco del placar, me asusto y me abrazo a tu cuello con mis dos brazos
-está bien, está bien- me dices vuelvo a soltar uno de mis brazos y vuelvo a estirarme, te intentas volver a acercar, pero esta vez pisas uno de mis tantos muñecos te resbalas, me vuelvo hacia ti, sierro mis ojos y te abrazo, abro lentamente mis ojos, ya nos encontramos en el suelo y me encuentro tan cerca de tu rostro, inevitablemente me sonrojo, me inquieto al ver que no puedo ocultar mi reacción, sonríes de medio lado y largas una pequeña y adolorida risa, intento salir de arriba tuyo, pero tú me tomas de los hombros, y en un rápido movimiento me dejas debajo de ti, pasas una pierna a cada lado mío, siento como mis mejillas empiezan a hervir, mierda, estoy nervioso, no puedo apartar mis ojos de los tuyos;
-eres hermoso- me dice mientras con su brazo se sostiene y el otro lo pasa por mi rostro, te acercas lentamente a mi rostro, observando cada una de mis reacciones, siento como mi corazón se acelera, aparto mi mirada intentando esconder mi rostro, esto nervioso y se que lo estropeare, pero lo decido, pongo mi mano en uno de tus hombros y empiezo a empujarte hacia atrás, yo también empiezo a levantarme quedando sentado, contigo aun con tus piernas pasadas a los costados de las mías, agachas tu rostro avergonzado dejando caer tu flequillo en tus ojos, sonrió de lado y te tomo de la barbilla alzando tu rostro te corro el flequillo y miro tus ojos cuales brillan intensamente, abrazo tu cuello y nuevamente nuestros rostros comienzan a acercarse mientras siento tus brazos enroscarse en mi espalda, repentinamente eliminas el poco espacio que nos separas, y besas tiernamente mis labios, sierras tus ojos y yo sierro los míos, mientras empiezas a mover tu cabeza hacia el costado deslizas tu lengua a mi boca explorando toda mi húmeda cavidad, deslizo la mía hacia tu boca y empiezo a recorrer cada centímetro disfrutando cada rose que nuestras lenguas se dan saboreándote, aprovechando el tan ansiado contacto de nuestros labios, apreciando el hermoso sabor de tus besos mientras tus manos se deslizan una por mi espalda y la otra por mi pecho, me separo de ti pongo mi cara de costado y te miro, me corro hacia atrás y saco mis piernas de entre las tuyas me paro y te extiendo la mano, tu la tomas pero en cuanto te levantas me abrazas y me alzas, me abrazo a tu cuello, me besas caminas hasta mi cama y me dejas suavemente allí, te recuestas encima mío en la misma posición que antes besas nuevamente mis labios, me miras y deslizas una de tus manos por debajo de mi pijama mientras acaricias mi pecho
-te amo- escucho que me dices, mi corazón se para, al escuchar esas palabras de tu boca, me pongo nervioso
-también, creo, me parece, que te amo,, lo siento, pero nunca antes me había enamorado entonces no se como se sientes y no estoy segu- empiezo a decirle muy inquieto en el momento que siento como …
Continuara...