Al salir de la institución lo bajo, Ramiro saco el celular y llamo a un taxi, poco tiempo después este llego y ambos muchachos subieron en él, todo el camino hasta el centro comercial, cual fue de media hora, el morocho se lo paso hablando por celular, cosa que irritaba en cierta forma al de ojos marrones, no entendía casi nada de lo que decía, hablaba con un tono tan irritable que lo hacía querer saltar por la ventana; llegaron, primero bajo el rubio, mientras el morocho pagaba este se dio la vuelta y le abrió la puerta, cosa que extrañó al de ojos claros, estos se adentraron al gran local caminaron unos10 minutos Ramiro con su camisa blanca con el pecho un poco descubierto y un jean azul gastado ajustado iba adelante y Matías con su sudadera negra y su jean negro ajustado iba detrás del morocho, aquel se encontró con tres chicos u dos chicas, quienes ignoraron completamente a Matías, aquel grupo recorrió todo el extenso centro comercial unas 3 veces tomándose fotos jugando varios juegos tomaron algunas bebidas, compraron ropa, hicieron miles de cosas, Matías quería morirse antes de tener que volver a sostener ropa tras un probador, o algo parecido. Se hicieron las nueve y media de la noche
-hey deberíamos volver no crees?- pregunto el muchacho- papa dijo muy claro en la carta de volver de inmediato para discutir sobre tu trabajo y organizar el papeleo organizarnos y comenzar- dijo el muchacho, al rubio le agarro un tic
-de… de…. De iin.. me inmediato?-pregunto el más alto para luego tomarlo del brazo y arrastrarlo rápidamente a la salida, tomo un taxi que se encontraba más cerca, lo tomaron, el más alto metió de un empujón al de ojos claros, se metió y dio un fuerte portazo, dio las indicaciones y el hombre arranco, dentro empezó a refunfuñar y amagar a matar al muchacho
-buenoo, ya estaaa- se quejó el morocho
-si ya estaaa, para ti ya está porque tienes todo lo que quieres cuando quieres, a mí me despidieron, me echaron de mi departamento, debo tres meses de renta, tu padre me da empleo, no paga mucho pero su trato es muy bueno, me ofrece plata y casa, pero tu, tu… - le soltó el rubio enfadado; pasaron el resto del camino en silencio, cada tanto el rubio se daba la cabeza contra el respaldo del acompañante del conductor cual se hallaba vacío se mordía el puño, llegaron esta vez el rubio pago “como si la plata le sobrara” bajaron del auto, pero esta vez el muchacho morocho le abrió la puerta, el de ojos marrones lo ignoro.
Ya adentro de la oficina del padre del muchacho;
-bueno, como bien decía el articulo con en este trabajo solo se te pagaran 1000 por mes- dijo el hombre con una voz seria- pero también se te otorga una casa, le explico, el rubio asintió- que te parece
-no entiendo me paga mil y me da una casa a la cual no le tengo que poner ningún gasto en facturas- dijo el rubio rascándose la nuca.
-ahí está la trampa- dijo el hombre sonriendo- mi hijo nunca necesito un guardaespaldas, pero el quiere dejar de vivir aquí, te doy una casa muy bien amueblada, no debes pagar ninguna factura y encima te pago, y tú solo debes cuidar de el cada vez que salga y compartir vivienda- dijo el hombre, al rubio le agarro un tic en el ojo
-co,, comm… compartir?- pregunto casi traumado.
-solo eso dijo el hombre y también procurar que no lo maten en la escuela- dijo el castaño oscuro mirando al rubio y luego a su hijo quien se encontraba sentado al lado de aquel, el rubio admitía que era una propuesta muy buena y a pesar de que tenga ese pequeño diminuto irritante molesto y creído problema, podría capas, tal vez, creía, sopórtalo.
-entiendo, no hay problema- dijo este con una sonrisa, el morocho miro extrañado
-pues me alegro aquí tienen las llaves-dijo entregándole un juego de unas 3 llavez a los muchachos- bueno que comience el papeleo- dijo con una tono un poco animado el hombre.
-aquí?- pregunto el rubio luego de caminar unas 40 cuadras ya que a las 20 el taxista tubo un problema con su auto
-aquí- dijo el otro comprobando la dirección un poco cansado
-el rubio pidió las llaves e intento abrir una puerta de vidrio bordeada en madera la casa era de un color natural, con un camino, unas hermosas plantas decorando el pequeño jardín frontal
- creo que no es aquí- dijo Matías luego de intentar abrir la puerta unas cuantas veces
-haber pidió el otro- tomo la llave e intento, no pudo entonces volvió a intentar mientras forcejeaba
-son las once de la noche vámonos de aquí o salda alguien a matarnos a escobazos dijo el rubio quitándose su capucha para no aparentar sospechoso, el de ojos claro lo miro y abrió la puerta
-te equivocaste de llave estúpido- le dijo dándole un manotazo en la pansa, el morocho entro primero y encendió la luz, se encontraron con un comedor grande, una de las paredes estaba decorada con hermosos cuadros, con hermosos paisajes, la otra tenía una ventana grande, y la otra tenía un gran televiso debajo de aquel se encontraba una mesa con diferentes consolas frente a este un sillón a pocos metros se hallaba una mesa con seis sillas contiguo al comedor se hallaba una cocina algo extensa que comunicaba con un cuarto de lavado, el comedor tenía tres puertas en ellas se encontraba un baño y dos habitaciones ya acomodadas.
Esa noche los muchachos se dedicaron a dormir
Matías se despertó en la habitación color azul que le había gustado, extrañamente antes de irse a dormir no había peleado con el morocho, cosa que lo hacía estar de buen humor se levantó y se puso la misma ropa del día anterior salió de la habitación y se encontró al muchacho sentado con sus piernas enrolladas encima del blanco sillón jugando a la Play con un tazón de cereales con leche preparado
-buen día dijo el rubio con una leve sonrisa
-sí, si- dijo el de ojos claros
TRENES CAMIONES Y TRACTORES
TANTA FUERZA TANTA FUERZA.
TRENES CAMIONES Y TRACTORES
TANTA FUER- se escuchó sonar hasta que el morocho alzo el teléfono que se encontraba al lado suyo en el sillón
-si?- pregunto el morocho al no tener registrado el numero- hooow amor- dijo sonriendo, pero corrió su celular y miro al rubio ya que este le estaba haciendo señas de que lo escuche un minuto
-puedes, no salir de la casa por unas horas? Que debo ir a hacer algunas cosas?- pregunto, y el de ojos claros asintió, en cuanto el rubio se marchó el otro volvió con su celular
-si ben, te envié ayer la dirección – dijo este con una sonrisa-te espero…
Mientras, Matías caminaba alegremente al restorán donde antes trabajaba;
-se sentó en la barra;
-Alguien pude atenderme?- pidió con una voz arrogante captando la atención de la morocha quien estando de espaldas quería matarlo, pero al voltear entendió que era una broma;
-hola tonto?- dijo sonriendo- como te fue?;
-me aceptaron, hay algunos detalles que mucho no me gustan pero bueno tendré que dar oportunidad- dijo el rubio- a ti como te va con tu dpto?- le pregunto;
-haii anda cada vez a mi estilo- dijo entre risas mientras atendía a otros clientes- quieres algo?- le pregunto;
-lo mismo que ayer- dijo con una sonrisa;
Mientras Ramiro se encontraba bastaaante entretenido estaba en su casa,;
-mmmm, mmm- se escuchaban los gemidos provenientes de la habitación allí este se encontraba en cuatro siendo envestido por su amante;
-mmm, Nícolas- gemía mientras el otro le besaba su espalda y lo masturbaba al compás de sus envestidas, las cuales iban siendo cada vez más fuertes y más profundas, Nícolas, el muchacho de flequillo rubio y ojos color verde, se encontraba más que excitado, dándole el mayor placer posible al morocho, la habitación se inundaba en jadeos y gemidos, se había creado un ambiente lujurioso y tentador.
-haa, haaa, haaa- gemía por cada envestida, mientras sentía la habilidosa mano de su novio jugar con su erecto miembro aquel recorría el largo de aquel órgano jugando con el glande
-Bueno debo ir a buscar mis cosas a mi antiguo departamento y arreglar algunas cosas con el dueño dijo con una sonrisa el rubio y se despidió de su amiga, emprendió la marcha hasta aquel lugar, ya caminando las treinta cuadras que debía caminar entro al edificio y toco la puerta en la que vivía el hombre
-hola – saludo con una sonrisa como si nada el muchacho
-tu sabes que estas en problemas- dijo un hombre con barba de candando y con un pelo oscuro algo corto
-sí, lo se lo sé, hoy me voy, Okei? Vine a llevarme mis cosas, te juro que te voy a pagar a principio del mes que viene- le dijo casi rogando
-no confió en ti- dijo el hombre encendiendo un cigarrillo
-no mi pelo, mi peloo- se quejó el rubio al ver el humo que el hombre exhalaba- confía en mi decía mientras se ponía el gorro.
-tu no te vas de aquí sin pagarme- le exigió el de la barba
-no puedo tengo 100$ y debo llegar con ellos a fin de mes-se quejo
-esa chaqueta…- dijo el más grande
-que tiene?- pregunto el rubio mirándose a sí mismo
--siempre la llevas puesta- dijo con una voz siniestra- la quieres demasiado no?
-he, he.. si- dijo este un poco asustado
-dame tu chaqueta, será como un empeño, entiendes?- le dijo el hombre con una sonrisa amigable
-mi chaqueta?- pregunto con un poco de tristeza
-si, dale dámela o págame lo que me debes- le dijo, el rubio lo miro y empezó a quitársela
-mi chaqueta- dijo este un poco deprimido- mi chaqueta- repitió en voz baja- recuerda MIII chaqueta- le dijo entregándola; luego fue dirigido a su anterior departamento este se encontraba impecable tal cual lo había dejado, saco sus cosas del armario y las vacío en unas gigantescas bolsas negras de basura, luego metió algunas pertenencias cuales envolvió en ropa para que no se rompan, se despidió del hombre y se marchó, camino unas cuadras algo ocupado con dos bolsas negras a cada lado;
Allí se encontraba Ramiro recostado contra el respaldar de su cama tomando al rubio por sus cabellos mientras este le lamia su miembro jugaba con él, besaba su glande, luego empezó a chupar la punta de su miembro, aquel empezó a desaparecer en la húmeda y cálida boca de Nícolas quien saboreaba y disfrutaba a su novio escuchando como gemía su nombre y empujaba su cabeza más y más, aquel empezó a chupar su miembro con más rapidez metiendo y sacándolo de su boca, incontables beses el otro se mordía los labios y dejaba salir notorios gemidos de su boca, el del flequillo se detuvo al escuchar el sonoro gemido que lanzo el morocho, al venirse en su boca este se tragó toda la esencia del de ojos celes, empezó a acercarse hasta llegar a la altura de sus rostro lo beso tiernamente y dijo
-Ahora tu- esto exalto a Ramiro quien más de una vez le había dejado en claro que no lo aria, Rami negó con su cabeza
Se encontraba a unas cuadras, de su casa, venia insultando y maldiciendo, el noche anterior había llovido fuertemente y el muchacho había pisado una baldosa más que floja empapándose su pantalón negro, se encontraba lleno de barro, además venia muriendo de frio con una remera blanca manga corta escote en “V”, quería llegar y relajarse, en aquel sillón que tan cómodo lucia.
-dale, porfa, yo lo hice- le pedía el de ojos verdes con cara de cachorro
-no, no quiero- negaba el morocho como niño asustado
-dale- dijo un poquito más exigente
-que no- le dijo ya algo molesto
-que lo agás- le exigió con un tono muy firme cosa que hizo que el morocho inclinara su cabeza hacia un costado
Estaba entrando a su casa, la puerta con la gran ventana de cristal se hallaba sin llave por suerte, ya que él no tenia en cuanto entro se encontró con Rami en calzoncillos sacudiéndole con ropa a otro muchacho
-te largas, a mí de ese modo no me hablas ni me tratas, si digo no es no y NO- le gritaba mas que furioso
-lo siento lo siento decía aquel juntando su ropa del piso y largándose a afuera
-no vuelvas, no quiero verte- le grito desde la puerta y la serró, Matías quedo espantado al ver a aquellos dos en ropa interior discutir por la casa quedo viendo a Ramiro, aun con las bolsas en sus manos
-tu qué vez?- le dijo el otro y se metió a su cuarto, Matías dejo sus bolsas así nomas en su habitación, se quitó sus Zapatillas y se recostó en el sillón, como el tanto quería, luego empezó a escuchar
se que vos me amas
sabes que yo te amo
mi amor por vos es único
pero no es..- Matías no entendía miro para todos lados, al no encontrar nada decidió ignorarlo,
al rato volvió a sonar, así unas 10 veces hasta que el de ojos claros decidió salir de su habitación, volvió a sonar, aquel miro para todos lados y se acercó al sillón, Matías lo miro extrañado, aquel le extendió la mano
-mi celu bobo- le dijo un poco enfadado
-Matías se sentó en el sillón y busco, aquel se había acostado encima del celular del muchacho, se lo dio
-Disculpa, no lo vi- le dijo con una sonrisa
-le rompiste el táctil y te despido-le dijo el morocho haciendo enfadar al rubio. Dos horas más sonó el celular, Ramiro no lo iba a atender porque sabía que era Nícolas pidiendo disculpas, luego tocaron el timbre, el más pequeño obviamente no iría; ya eran las cinco de la tarde, el rubio se acercó a la puerta y corrió una cortina que aquella llevaba allí se encontró con unas piernas y unas manos sosteniendo un florero con muchas flores rosas oscuras y claras en ella, el que las sostenía las corrió dejando ver a una muchacha castaña de ojos castaños y una sonrisa, Matt abrió la puerta y las recibió
-Para Ramiro Ramírez- dijo la muchacha,
-si aquí vive-dijo el rubio con una sonrisa, le dio una propina y la muchacha se retiro
-para ti- le dijo dejando el florero en la mesa, el morocho se acercó las miro y las olio, reflejo una pequeña sonrisa
-sabes, las rosas chinas son mis favoritas- le conto- puedes acompañarme a un lugar?- le pregunto
-ese es mi trabajo- dijo el de pelo revuelto…
Continuara…