Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Only remember me por Bou Craig

[Reviews - 17]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno aqui les traigo en epílogo :) sin mas quisiera agradecer por los reviews, no saben cuanto me alegra que les haya gustado y perdon si les hize sufrir xD.

Espero haber hecho bien mi trabajo como escritora y haber narrado bien los sentimientos tanto de Shuichi como de Yuki.

Ya saben, tomatazos de todo es bien recibido :D.

Bueno antes de que empiezen a leer queria decirles que hay una señal, no olviden que este es un Songfic y sin una canción pues todo estaría arruinado hahah. Por lo tanto cuando vean esto : (///)

Es justo ahí donde tiene que reproducir la canción ya que lo anterior es para complementar la historia :) espero haberme entendido. Bueno aqui les dejo el link de la canción, que de seguro todas conocen!! *-*

http://www.4shared.com/mp3/N0VWbnPp/gravitation-in_the_moonlight.html

Y tambien quiero decirles que no puse la letra para que sigan la historia con la canción, pues no se puede. Imaginen que es una música de fondo.Solo puse la letra para describir algunas emociones. Y pienso que me salio bien :). Lean tranquilamente sin apresurarse xD aunque la canción este casi por terminar y ustedes esten a mitad del parrafo (?) xDvale, solo tiene que volver a iniciar la canción

Sin mas que escribir... a leer!!

Gravitation.

 

Epílogo.

 

Yuki Eiri & Shuichi.

 

—Shindou Shuichi— Llamaba una mujer esbelta de noventa, sesenta, noventa  a un cantante que yacía literalmente tirado en el sofá color marrón del corredor.

 

—¡Si, aquí!—Respondió le alzando la mano Shuichi para que lo viera, acción que no fue desapercibida para las demás personas que también esperaban su turno.  

 

—Puede pasar—Le respondió la secretaria mirándolo a los ojos con amabilidad.

 

—Gracias—Sonrió cortésmente el aludido.

 

Los pasos casi inseguros se oían mientras caminaba. Un paso… dos… uno y medio. El cantante estaba nervioso.

 

¿Por qué?

 

Ni él mismo encontraba la respuesta.

 

Habían pasado 4 meses desde que había dejado a Yuki Eiri, escritor de novelas románticas, que de romántico no tenía nada… Todo ese tiempo se había dedicado a cantar y a ensayar junto con Hiro y los otros. Pero sentía que eso no era suficiente, hace poco había descubierto que le gustaría actuar en alguna que otra película por lo que decidió poner en marcha su plan.

 

Hace mas o menos una semana había encontrado una convocatoria a un casting para llevar a la TV una famosa novela cuyo autor, por mas extraño que pareciera, no quería dar su nombre. Había hecho el esfuerzo de leer ese libro de mas de 100 páginas, ¡Era un record personal!, jamás había pasado de la segunda hoja en tiempos anteriores.

 

Pero mientras más leía, mas intrigado estaba. Se sentía demasiado identificado con la trama y el personaje, eso había sido la principal razón por la que al instante se hizo anotar para aquel casting. Más aún, se aseguraba a si mismo que haciendo estas cosas el rostro del escritor que todavía lo atormentaba, se alejaría por un buen tiempo de su cabeza…

 

Hiro le había entendido, aún ahora, se estaba hospedando temporalmente en su casa. Su amigo del alma lo había apoyado para que realizase esas actividades “extracurriculares”.

 

Respiro hondo y se posicionó frente a una puerta blanca. Las manos le temblaban y el sudor se hacía presente en su frente. Suspiro y repitió mentalmente “Tu puedes”. Levanto su mano a la perilla de la puerta y entró al lugar con una sonrisa casi fingida, por el nerviosismo que sentía.

 

—¡HIROOOO!

 

Una voz chillante y estruendosa entraba a la casa con pequeñas lágrimas en los ojos, entusiasmado e ilusionado.

 

Rápidamente subió las escaleras y se metió al cuarto de su mejor amigo que practicaba un poco su guitarra, tocando notas al azar. Shuichi sin pensarlo mucho saltó encima de él que cayo de bruces al suelo con todo y el pelirrosa.

 

—¡S-shuichi!—Gritó sorprendido, viendo el blanco del techo—¿Qué pasa?—Le preguntó luego, ganándose una mirada soñadora de Shuichi.

 

—¡Hiro!—Lo abrazó efusivamente—¡Me dieron el papel!

 

El de cabellera rojiza abrió los ojos sorprendido para luego cerrarlos con una sincera sonrisa dedicada a su amigo.

 

—Sabía que podías hacerlo, Shu—Le susurro despeinando los cabellos rosas como si de un niño se tratara, acto que pareció agradarle al cantante pues también le sonrió aún más, dejando caer ahora lágrimas de felicidad.

 

Hiroshi desvió la mirada hacia el lugar donde estaba antes, vaya amigo mas extrovertido se tuvo que conseguir. Pero al instante sus ojos y su boca se abrieron mecanimamente, viendo frente a sus ojos el destrozo que había provocado el cantante con su llegada.

 

—Ahh—Gimió Hiro con algo de dolor, no física sino emocionalmente.

 

Frente a él se encontraba su guitarra favorita tirada en el piso con las cuerdas rotas por el impacto y algo rajada en la parte superior. Tenso la mandíbula.

 

—Shuichi.

 

El aludido lo miró extrañado—¿Si Hiro?—Preguntó inocentemente.

 

El guitarrista le hizo una señal para que viera detrás de él, para cuando Shuichi se volteó miro casi horrorizado el estrago, trago fuerte, subiendo y bajando su pequeña manzana de Adán. Tal vez… hubiera sido mejor entrar como toda persona normal…

 

—H-hiro…esto…yo…—Titubeó buscando alguna excusa— emm…

 

—¡FUERA DE MI CUARTO!— El gritó lo sorprendió, como alma que llevaba el diablo salió como un rayo de ahí antes de que su amigo se ponga mas furioso.

 

— Perdón—Susurró ahora ya en la sala Shuichi, sentándose lentamente en el sofá que se encontraba allí. Puso sus dos pies en la pequeña mesa y echó su cabeza para atrás, cerrando los ojos, sintiendo la calma…

 

Yuki…

 

Abrió sus orbes de un sopetón ¿Qué había dicho? ¿Yuki? ¿Estaba loco?

 

Suspiró. Por eso mismo quería dedicarse a hacer otras cosas y no estar en silencio, cada vez que sentía paz el rostro de su ex pareja se hacía presente en su cabeza, desconcertándolo. Se llevó una mano al pecho, ya no dolía tanto pero aún podía sentir el intenso palpitar cada vez que observaba a Yuki Eiri en alguna entrevista, con el simple mencionar de su nombre quería morir allí mismo.

 

Sonrió amargamente, al menos sabía que había hecho lo correcto. Dejar al escritor no había sido fácil, pero tampoco imposible. Podía acostumbrarse a vivir sin él, aunque eso lo fuera volviendo más frio poco a poco.

 

Sentía que ya no podía volver a amar, y poco le importaba tener una cita con otra persona. Había pensando en Sakuma-san pero luego meditó y se rió de si mismo, no quería volverse tan patético volviendo a depender del amor de otra persona.

 

Pero aún pensando todo eso, no podía quitarse de la cabeza los besos, únicos, de Eiri.

 

***

 

Martes 17 de junio.

 

—No olvides no ser tan imperactivo, debes de ser cortes y poner atención a lo que te dicen, Shu— Le aconsejaba Hiroshi a su amigo.

 

—Si, si—Afirmaba el pelirrosa con desgano, Hiro no había parado de darle sermones en todo el día.

 

—Bien—Terminó el guitarrista—Suerte—Le dijo mirándolo con seguridad y tranquilidad; tranquilidad que contagió a Shuichi que asintió levemente.

 

Ese día los productores le habían citado para conocer al autor del libro, pues según había entendido, él quería conocer a la persona que haría el papel de Kamijou Takada, el personaje principal de la novela; con él que se sentía tan identificado el cantante.

 

Se subió al taxi que había mandado a pedir y se despidió alegremente de Hiro que también correspondió la acción gritándole un “¡Éxito!” mientras se alejaba. Shuichi sonrió, mirándo por el ventanal las distintas calles que transitaban. Pronto llegaría al lugar, estaba emocionado.

 

No… ¡Totalmente ilusionado!

 

Al parecer también tenía dones para la actuación, cosa que le encanto al pelirrosa. Así podría atraer a mas fans a que escucharan su música. No por dinero ni fama, si no por los sentimientos, quería que las demás personas percibieran sus emociones, que sintieran la canción tanto como él la sentía.

 

Tal vez no tuviera mucho talento al escribir letras, pero lo hacía con el corazón y eso, para él, era suficiente.

 

Extrañamente después del rompimiento con el escritor, sus discos comenzaron a venderse aún más y la popularidad de sus canciones aumentaba con el transcurso del tiempo, tanto, que Tohma Seguchi les había informado que pronto darían una gira por EE.UU. Esto emocionó al cantante, sus letras, que ahora, eran algo deprimentes y hasta llorativas se vendían como pan caliente ¡Eso si era una noticia buena!, una buena, después de las tantas que tuvo que soportar.

 

Oh si, aún recordaba a los medios de comunicación atosigándole cada día por el rompimientos de la “Pareja de oro de Japón”, realmente había sido un infierno total. Tuvo que comentar de su vida privada e incluso tuvo que exponer un poco sus sentimientos. Sin querer había dicho una frase que dejaría mudo a todos “Él me era infiel” si, lo había pronunciado como algo que carecía de importancia cuando realmente era mas importante de lo que creía. Esa declaración fue directamente a oídos de Tohma que lo llamó para advertirle que “Cuidara la reputación de Eiri-san” cosa que lo enojo aún mas…

 

¿Qué no comprendía el dolor que había sentido?

 

No era su culpa que Yuki Eiri fuera un ególatra que no lo merecía…

 

Si, debía admitirlo. Había desarrollado una extraña forma de insultarlo mentalmente, ya no se sentía mal si llamaba a Yuki “altanero” “egoísta” ”infiel” “idiota” y otros tantos denominativos que le había puesto. ¡Ah, como olvidarlo! “Insensible”

 

¡Un idiota insensible!

 

—Shindou-san, ya llegamos— El conductor se volteó a verlo extrañado, durante todo el transcurso del camino el cantante se la había pasado haciendo muecas raras y terminaba golpeando el asiento como si ese objeto tuviera la culpa de todos sus problemas.

 

Shuichi reaccionó rápidamente llevando una mano a la nuca en señal de nerviosismo—Ah,.. Gracias— Y dicho esto salió del auto aún más avergonzado.

 

Al cerrar la puerta y dirigirse al edificio, admiró por primera vez aquella majestuosidad. Realmente nunca había visto algo como eso. Una obra de arte… Sin más se apresuro a entrar al lugar encontrándose con una señora de edad esperándolo en la entrada.

 

—Shindou-san, buenos días—Le saludó cortésmente.

 

—¡Buenos días!—La jovialidad se notaba en cada uno de sus poros, ¡Estaba feliz ¿Qué querían?!

 

—Adentro lo está esperando

 

—Esta bien—Respondió el cantante, pero se detuvo un momento a meditar—¿Quién?

 

La mujer mayor le sonrió divertida— El autor del libro, Shindou-san, quiere conocerlo.

 

—¡Ah, claro!— Rió fingidamente, se le había olvidado.

 

(///)Lentamente se adentró en el lugar, notando al instante un pequeño perfume bastante conocido para él, de hecho demasiado conocido. Se paro frente la figura que yacía inmóvil detrás de un escritorio admirando la belleza de vista que tenía. Por un momento shuichi sintió paz, una paz que hace mucho se había ido de su persona. Cerró los ojos aspirando la fragancia que desprendía aquella persona.

 

ORENJI iro tsuki yoru ga
kuruto kimi no koto o
omoi dasu

 

Se acerco por inercia, podía deducir que aquel hombre aún no había notado su presencia. Sonrió. Algo se le hacía conocido de todos eso. Ya cuando estuvo a unos cuantos centimentros de él se dedicó a admirar su espalda  poco a poco subió su vista hasta sus cabellos y por ultimo bajo hasta sus hombros ¿Por qué parecía que lo conocía?

 

Esta vez volvió a ver su cabellera, brillaba como el sol, no… mas que él sol. El porte altanero y elegante a la vez. El saco de color vino que tan bien le quedaba y que resaltaba su figura tan varonil. Como siempre…

 

Esperen…

 

¿Cabello rubio?

 

¿Figura varonil?

 

¿Fragancia encantadora?

 

¿Saco color vino?

 

¿Porte elegante y altanero?

 

kakko tsuketa ore no SERIFU
wa hoka no dare kano
SERIFU de

 

Shuichi abrió los ojos sorprendido… no… horrorizado como si hubiera visto a un fantasma…

 

Tembló ligeramente y tuvo que sostenerse de la mesa para no caer. No, no eso no podía ser…

 

 — ¡¿Qué haces aquí?!—Gritó, nervioso, pálido…

 

— ¿Uhmm?—Dijo la figura que se volteó a decirle unas cuantas cosas a ese mocoso que le había gritado sin razón alguna—Oye tu…—Pero las palabras murieron al ver a la persona que tenía enfrente—Shui...chi—el cigarrillo que tenía en la boca se le cayó de la sorpresa.

 

El cantante no resistió mas y se sentó en la única silla que había en el lugar, respirando agitado. ¿Qué hacia Eiri en ese lugar? . se llevo una mano a la cabeza e incluso se pellizcó  a ver si no estaba soñando.. Pero nada, aún podía ver al rubio escritor frente a él con expresión atípica de su persona en su rostro.

 

—¿Qué haces aquí?—Fue ahora Eiri quien preguntó.

 

Shuichi lo miro con algo de confusión—V-vine a ver al… autor—Se maldijo a si mismo por tartamudear—¿Dónde esta?.

 

—¿Qué autor?

 

Esta vez la confusión se volvió enojo— ¡Al autor del libro! ¡Yo obtuve el papel principal y me dijeron que venga aquí a conocer al autor del libro!—Terminó de gritar cuando se le acabó el aire de sus pulmones.

 

Yuki se mantuvo igual. ¿Autor del libro? ¿es decir, que…?—¿Tu eres al que tengo que ver?

 

El pelirrosa logró captar todo de un sopetón—Supongo—Respondió extrañado. ¿Por qué estas cosas solo le pasaban a él?

 

Suspiró pesadamente bajando la cabeza, mirando sus pies. Todo lo que había hecho para no ver a Eiri se estaba yendo al caño, él mismo había ido a su propia “muerte”.

 

—Aah—Gimió con pesar.

 

¿Dios, que te hice para merecer esto?

 

ui ni miageru SHIRUETTO kimi no yokogao o
terracita
awai hikari wa ima demo

 

***

 

El día era caluroso y cansador.  Niños jugando en el parque, parejas besándose y hasta los perros eran más felices que ellos dos.

 

Shuichi y Yuki se encontraban, en un restaurante de comida chatarra que encontraron a su paso, uno frente al otro con una hamburguesa y soda cada uno. Shuichi intentando  esquivar la mirada profunda de Eiri y el rubio buscando algún tema de conversación. Nada, no se le ocurría nada ¿que le diría? “Hola, Shuichi, tanto tiempo sin vernos ¿quieres intentarlo de nuevo?”

 

—¿Para qué estamos aquí?—Pregunto el cantante sacando de sus cavilaciones a Eiri.

 

—Ya que tu eres el que obtuvo el papel debemos hablar de negocios—Trato de parecer frio y calmado, cosa que le resultó al ver la mirada de Shuichi algo brillosa.

 

—Bien.

 

Eiri sacó un papel del  maletín que llevaba y se mostró al cantante— La única condición  es que no faltes ni un día a las grabaciones.

 

—Claro—Dijo sin mirarle Shuichi.

 

—¿Realmente puedes hacerlo?

 

Esto tomo por sorpresa a Shu que lo miró algo cohibido— Si, puedo.

 

—¿Has leído el libro?

 

—Si.

 

—¿Lo has entendido?

 

—Si.

 

—¿Quieres comerte un gato?

 

—Si…—Pronto Shuichi se dio cuenta de su error—¡NO!—Grito levantándose de su asiento causando un gran alboroto en el lugar a lo que los demás comensales lo vieron como bicho raro.

 

Shuichi dio una sonrisa fingida y se sentó en su lugar otra vez, nervioso.

 

—No has cambiado—Oyó decir al escritor que lo miraba algo divertido.

 

nani o matteru kimi wa inai heya
tokei dake ga ashi oto no
youni nemurenai mune ni
hibiku

 

—Si eso era todo…—Susurró el cantante— Adios—Tomó el papel que le había entregado el famoso autor anónimo de aquel libro que tanto le había gustado, y se marchó, dando pasos rápidos, tratando de alejarse del lugar tanto como fuera.

 

Justamente tenía que toparse con Yuki, la persona que le había quitado varias horas de sueño, que le había atormentado durante todos aquellos largos meses.

 

Simplemente no podía mirarlo a los ojos y hablarle tranquilamente, no podía… no quería. No estaba preparado aún para entablar una conversación sin sentimientos y emociones de por medio con el rubio, y tal vez nunca podría hacerlo…

 

Se llevo otra vez la mano al pecho, sintiendo a su corazón latir desbocadamente. Odiaba… odiaba sentirse de esa forma.

 

—¡Shuichi!—Una mano lo detuvo de repente tocándole el hombro, produciendo un incesante ardor en esa zona, todas las partes en que le tocaba Yuki quemaban…

 

—¿Qué quieres?—Trato de sonar relajado, pero fue muy poco convincente.

 

—Perdóname.

 

ima mo matteru hitori tomatteru
futari mita anohi no tsuki o
ima dokode kimi wa
miteru

 

Aquella declaración rompió algo dentro de Shuichi, como si su corazón se hubiera convertido en millones de pedazos desparramados por todo su cuerpo. Lágrimas se asomaron por sus ojos, sintiendo rabia, dolor, coraje ¿Hasta ahora se lo decía?—¡Eres un idiota!—Gritó desesperado, volviendo puños sus manos y obligándose a si mismo a mantenerse en pie y no tirarse ahí mismo a llorar desconsoladamente.

 

—shui…

 

El aludido lo volteó a ver con lágrimas en los ojos—¡¿Crees que con un simple perdón borraras todo el daño que me hiciste?! ¡Eres un idiota! ¡Eiri!—Lo había llamado por su nombre cosa que sorprendió aún más al rubio.

 

Yuki pronto se dio cuenta del lugar en el que se encontraban. Aquél parque donde se habían visto por primera vez y él le había dicho que no servía para hacer canciones. Ahora todos esos recuerdos calaban hondo en el corazón del novelista que también tuvo ganas de morirse ahí mismo. Recuerdos que no hacían más que herirlos a los dos.

 

Una brisa despeinó sus cabellos y las lágrimas de Shuichi aún seguían mojando el piso.

 

—Vete—Le ordeno el cantante a Eiri—Vete por favor.

 

Un silencio se hizo presente entre ambos, un silencio que pronto fue roto por la palabras de Eiri— Se que debí decírtelo cuando aún era tiempo, y se que mi idiotez se asemeja a la de una persona que quiere caerse de un puente solo para saber si los cerdos vuelan pero…—Se acerco aún mas a él— Te amo.

 

Te amo.

 

ore no shigusa manete waratta
kimi no koe mo omoi
dasu
kimi to aruku yoru no SHIIN wa ORENJI iro
PHOTOGURAFU

kage ni otoshita uso to ore no wagamama o
yurushita
kimi no namida ga ima demo

 

Shuichi pensó que todo el mundo se caía a sus pies y por un momento sintió que iba a desmayarse ahí mismo. Esa palabra que con tanta vehemencia había querido escuchar ahora la oía de labios de ese escritor que lo miraba con un dejo de tristeza en su mirada. Esos orbes dorados aún podían encantarlo y su fragancia se colaba por toda su piel como un ladrón que pedía permiso para robar una casa.

 

Dolía, dolía mucho pero… Al final lo dejaba entrar.

 

¿Acaso con esa simple palabra volvería a creer en las promesas del escritor?

 

—Tu me eras infiel—Pronunció el pelirrosa— No te creo—sentenció.

 

—Me creas o no esa es la realidad—Dijo el rubio—También he cambiado, Shuichi.

 

—¿Cambiar?

 

Yuki volteó a ver a su pelusa rosada—¿Qué acaso un hombre que cometió errores no puede cambiar?

 

—No—La respuesta de Shuichi fue dura y cortante.

 

—¿Al menos leíste el final del libro?

 

Esto pareció hacer meditar al cantante que recordó la última parte de libro cuyo autor ahora sabía que era Yuki Eiri.

 

“El amor todo lo puede, aunque ahora mismo se que Kamijou me odia, lo amo. Mi estupidez sobrepasa los límites, ya lo se. Pero este amor crece día a día, mientras lo miro por todas partes siento que algún día lo encontraré. ¿Qué haré?

 

Cuando lo encuentre, lo agarraré fuertemente con mis dos manos y no lo dejaré ir.

 

Solo un idiota deja ir lo que ama.

 

Y yo he sido un idiota”

 

nani mo iwazuni toki wa nagareru
yagate kuru asa no hisashi
ni tokeru youni sora
ni kieru

saigo no yoru wa doko ni mo nakute
okizari no ore no kokoro o
tsuki dake ga ima mo
miteru

 

—He sido un idiota y pienso remediarlo—Pronunció Eiri.

 

Shuichi lo miró. Ya sabía porque se había sentido tan identificado en la historia. Esa historia era de los dos, el era Kamijou…

 

Yuki y Shuichi se miraron otra vez.

 

Un amor que no se esfumaba por completo inundo a cada uno. ¿Cuánto tiempo había pasado? No lo sabían y no les importaba. Los dos se habían extrañado demasiado…

 

Eiri acarició un poco la mejilla del cantante y lo atrajo hacia él, sintiendo su lenta respiración y el latir incesante de su corazón. La brisa que soplo se asemejó a un polvo mágico que los llevaba a otro mundo; otro en donde no cometerían los mismos errores. Shuichi posicionó sus dos brazos en el cuello de su escritor y se estiro un poco para volver a sentir esa fragancia que tanto le gustaba, lo rodeó completamente y se apegó a él.

 

Yuki lo abrazó y se acercó al cantante que aún estaba llorando. Pocos centímetros los separaban y ninguno de los dos quería separarse del otro. No importaba que algunas personas los estuvieran rodeando para verlos con expresiones extrañas. Lo único que importaba para el rubio en ese momento era Shuichi.

 

Pronto sus labios se encontraron causando un leve suspiro de parte de los dos, reconociendo el sabor del otro que hacía ya tanto tiempo no habían probado. Shuichi se aferro aún mas a Yuki que hundió una mano en el cabello sedoso y suave de Shuichi percibiendo ese olor a fresas que tanto le gustaba y tanto había extrañado.

 

El atardecer se hacía presente, los rayos de sol naranjas marcaban el destino de la pareja que aún seguía besándose.

 

Los sentimientos no podían ocultarse, Shuichi amaba y Eiri y Eiri amaba a Shuichi, la separación no había hecho mas que demostrarles que no podían alejarse por mucho tiempo el uno del otro. Se separaron lentamente cuando el aire les falto para seguir con su beso.

 

—Yuki—Susurró Shuichi—Te amo.

 

El mayor sonrió abrazándole efusivamente

 

kimi o matteru tooi omoi demo
tokei dake ga ashi oto no
youni nemurenai mune ni
hibiku

ima mo matteru hitori tomatteru
futari mita anohi no tsuki o
ima dokode kimi wa
miteru

 

Los dos se habían hecho una promesa; una promesa muda. Para el resto de sus vidas.

 

El amor no es algo fácil de entender y mucho menos de realizar.

 

Para Yuki Eiri el amor no era solo un sentimiento. Una palabra tan corta siempre significaba algo tan largo y extenso. Para él el amor no eran los detalles ni los fogosos besos que describía en sus novelas.

 

Para él  el amor era Shuichi.

 

Y el mundo podía irse a donde se le diera la gana.

 

¿Quién decía que solo se podía amar una vez en la vida?

 

Notas finales:

El final!! Les gusto?? muy cursi? xDD

En fin espero les haya gustado!!

Y por favor.. quien no perdonaría  a ese rubio sexy(?) XDD

En fin ...

Aqui termina mi trabajo. Pronto vuelvo con un fic mas largo!

Cuidense!

Matta ne!

PD: Soy novata en esto de escribir, perdonen si tuve algunas faltas.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).