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Mi regalo de navidad por Rozenkreuss

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Notas del fanfic:

Holi gente~

Em, este fanfic es para mi Sachiko-chan que la adoro muajaja es mi tamago derecho (uwu)

Sa-chan disfrutalo mucho te lo debía... y te daré otros, espero te guste, estoy para satisfacerte mon ami'

 El Yuri es amor :3 drama y pasión....

aun que prefiero el Yaoi xD jajaja~

Notas del capitulo:

:3 pa mi Sa-chan wof!

 

-Lo siento... pero creo que no puedo seguir contigo....

Las lágrimas se deslizaban por el hermoso y delicado rostro de porcelana que pertenecía a Takako, la cual se cubría la boca elegantemente con un pañuelo doblado y blanco. Estaba sollozando de ese modo tan dulce que solo ella sabía tener, mientras que sus mejillas relucían con un leve rojo.

-ye veo ¿eso le dijiste a Yano?

Ella se limitó a asentir con la cabeza, mirando al suelo como si hubiera traicionado a alguien, me recordó así a la primera vez que le vi, al día en el que la conocí y me enamoré de ella, ese invierno de mis 15 años.

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-¡waah! ¡Es nieve,  Aisaka-chan mira está cayendo nieve!

-un, es verdad está cayendo nieve

Iba saliendo de pasar un rato en un love hotel con una chica llamada Mio, era la tarde de navidad y yo tenía que ir a trabajar en la noche, por lo que esta era nuestra “cita” de navidad.

Su cara ilusionada y tierna me atraía demasiado, es más, a sobremanera; por lo que, le tome con mi mano derecha por la cabeza y atraje su rostro hacia el mío -Alguien podría vernos-dijo apenada.

-No hay nadie por aquí-susurre sobre sus labios y entonces posé los míos, haciendo así que ella correspondiera a mi beso, un beso dulce que no podía desentonar con la tranquila tarde nevada que estábamos viviendo, al tiempo que sus tibias mejillas se tornaban sonrojadas... era fácil causarle esas reacciones y por ello me causaba un exquisito placer. Deshice nuestro contacto y me relamí los labios, ella usaba un brillo sabor fresa, mi favorito.

-Baka-susurro levemente mirando hacía en suelo y con los labios cubiertos por parte de su blanca bufanda, su rostro dejaba ver un tono rojo.

-Lo sé, lo sé, pero me fue inevitable

Sonreí de lado para mi propia satisfacción, sin embargo quería llegar una hora antes al trabajo, para así jugar un rato naipes con los demás y  ella lo sabía, así que como era hora de separarnos, simplemente volvió a alzar la vista y me dedico una de esas sonrisas que me aturdían por completo, no necesite hacer uso de fuerza de voluntad, puesto que ella salió corriendo del lugar, pasando junto a mí, así pues empecé a caminar con gran satisfacción en los labios hasta que, llegando a la esquina escuche mi nombre.

-¡Aisaka-saaaan!

Sin inmutarme mucho, di un cuarto de vuelta y logré ver a Mio saludando efusivamente con el brazo arriba desde la otra esquina.

-¡Kurisumasu Omedetto!

“Feliz navidad” dijo, sonreí dulcemente ante su acto y se dio vuelta para seguir su andar, en definitiva Mio era una linda y dulce chica, pero no era el amor de mi vida. Me reincorporé en mi caminata y en el preciso momento en el que iba a dar vuelta en la esquina, fui expedida ante un choque sin delicadeza hacia el suelo, cayendo de bruces en el mismo al tiempo que otra persona lo hacía.

-Ittee

Logre resentir muy bien el golpe en mi trasero  sobre el cual estaba sentada ahora en la fría nieve. Suspire intentando imaginar qué clase de persona no veía por donde iba en una esquina, pero al levantarme de pie y ver hacia mi frente estaba la imagen de una chica sentada por la caída en el  suelo, de cabellos castaños largos y ondulados llorando y gimoteando a mares, envuelta en un abrigo blanco y falda, bolso y calentadores  a juego. Parecía estar realmente sufriendo, por ello mi semblante se volvió completamente triste, no podía dejarle allí así como si nada, así que ofrecí mi mano con una leve sonrisa de lado, aunque el semblante solo había cambiado un poco a uno aprehensivo.

-Vamos, aquí. Está bien no debes llorar en el suelo.

Ella en vez de mirarme (o reaccionar para bien) se encogió en el suelo, llevándose los puños cerrados al rostro y sollozando  aún más fuerte. Esa situación era un poco mala, pero no sabía qué hacer, miré a los lados buscando algo que pudiera salvarme ¿o serme útil? , ¡No tenía ni idea de nada!, entonces lo vi y juraría que escuché un coro angelical.  Con apuro me dirigí hacía una máquina de bebidas varias y metí rápidamente mi dinero, después seleccione el botón debajo de los cafés y saqué uno, luego otro, miré hacia atrás con nervios  para asegurarme de que la chica seguía ahí y así era.

-Vamos, no es bueno que te quedes aquí.

Dude un poco ante levantarla o no, pero no era momento para dudar en si estaba bien tocar a una chica desconocida, le jalé del brazo y ella respondió con tranquilidad, dejándose levantar y guiar, tenía una mirada perdida y las lagrimas habían cesado, me pregunto si en ese momento se habría ya quebrado su corazón.

-Bebe un poco de café, te calentará.

Coloqué el café en sus manos, las cuales reposaban sin vida y en los guantes sobre su regazo, una que otra lágrima se resbalaba de sus ojos que eran como dos hermoso mares. Abrí mi café mientras cruzaba la pierna, simplemente  no esperaba alguna respuesta, por lo que no sabía qué iba a hacer, solo sabía que el llegar antes al trabajo no era mi prioridad.

Vi de reojo que la chica se movía y entonces mire mejor sin voltear por completo el rostro, estaba pegando la oscura lata a su mejilla y lloraba en silencio. Regrese mi rostro al frente y sin desearlo mucho hable con naturalidad.

-Ne... ¿te han dejado acaso? Tal vez no me concierna pero, no deberías dejarte caer por algo como una persona amada, cuando amas a alguien pero no a ti, entonces no es amor, es algo de dos, por eso... bueno...

Me sentí nerviosa ya que sus ojos se fijaron en mí, atentos y levemente sorprendidos, como si estuviera corrigiéndola en algo que tenía ya tomado por seguro, por primera vez en mucho tiempo estaba sonrojada, y aumento cuando aprecie sus ojos con vida, entonces sonrío, parecía incluso que su dolor nunca hubiera pasado por esos ojos. Aunque claro, las lágrimas eran punto y aparte.

-Gracias- fuer lo único que dijo y acto seguido siguió en su lugar tomando en sorbos cortos su café, como toda un ojou-sama, sonriendo como si fuera un usual día de campo. No estoy segura cómo fue que nos separamos, pero si no mal recuerdo, se levantó y despidió con una reverencia.

Así pues me fui a mi trabajo sin sacármela de la mente... Al final ella no me dijo nada, y, en aquella banca de aquel parque de aquel día me enamoré perdidamente de ella, me enamoré mas estaba segura de que no le volvería a ver y de que, era una traidora por estar saliendo con Mio cuando eso paso.

 

 

-Me voy

Iba saliendo con tranquilidad de mi casa rumbo a la escuela, había ingresado apenas al primer año en la preparatoria Kokonoka. Todas las vacaciones me la pase en cama viendo al techo y sin hacer nada de solo pensar en aquel hermoso e inesperado encuentro, pensando en que nunca le vería otra vez.

-Moo, y ni siquiera pude saber su nombre, aunque recuerdo su voz y sus rasgos.

-¡Ai-chan!

Escuche mi nombre mientras caminaba por un puente a unas dos cuadras de la escuela, al voltear era mi amigo Ryunosuke Len.

-Ara,  Len, ¿qué tal tus vacaciones?

Len era un chico en mi condición, nunca le interesaron las chicas, sin embargo cuando teníamos ganas lo hacíamos y ya, era raro ya que ambos solíamos tener pareja, pero no por ello no pasaba nunca. El era alto y de cabello negro, con hermosas y masculinas facciones, de ojos color negro también.

-Ah, fue bien Aisa ¿y las tuyas?

-waaa ¿las mías? –suspire con fingida (y en el fondo real) tristeza- ¡horribles!, me enamoré de una hermosa chica, pero...

-No la has vuelto a ver y ni la conoces –él me miró sin inmutarse.

-yep...

Llegamos a la preparatoria y ahí nuestros caminos se separaron para cada uno tomar asiento en la ceremonia de bienvenida, única actividad de ese día. Mi salón era el 1-5 y el suyo el 1-2. Vi un asiento libre junto a una bola de chicas, echando relajo, pero ni me tome tiempo para mirarles, sabía que ella no podía estar ahí, o eso era lo que yo suponía. Cuando me senté, justo  para el inicio de la ceremonia, escuche que alguien tomaba asiento junto a mí, una chica por el calzado y la ropa inferior.

-¡Ah! Eres tú

Su cálida y dulce voz me aturdió cuando la escuche tan cerca, de inmediato me gire para mirarle, y juro que si me hubiera estado comiendo algo me había atragantado, ¡¡era ella!!  La chica de ese día, mi amor imposible que no había logrado sacarme de la mente en tanto tiempo, ¡Demonios!

Justo cuando iba a mencionar palabra, le vi ponerse de pie y encaminarse hacia el estrado ¡Demonios, resulta que ella era la que había obtenido el primer lugar en el examen de los de primer año!

Al finalizar la ceremonia aún con mi cerebro aturdido me intenté salir con rapidez, ella me alcanzó y me detuve al instante sin quererlo. Ella hizo una reverencia y se presentó.

-Mucho gusto soy Kirihara Tsubaki

-Lo sé-Procuré ser cortante, no quería relacionarme con ella, era imposible, se le notaba en la cara lo hetero que era.

-Ah, es verdad, la ceremonia ¿y.... bueno tú eres?

-¡Aisaka! –Len llegó de improvisto a saludar, por lo cual cuando llego yo aproveche para irme, caminando diganamente.

 Mientras yo me encaminaba a mi casa con las manos en los bolsillos de la chaqueta y la cara baja, Tsubaki me siguió corriendo grácilmente, justo como solo ella sabía, moviendo la mano de un lado a otro y su suave y ondulado cabello rebotando contra su espalda, envuelta en su fino abrigo blanco, aquella escena de ella así y faltándole el aire que salía en una bocanada por el esfuerzo me mataban; tuve que morderme el labio para aguantarme, era perfecta, perfectamente mi tipo. Por ello no pude evitar detenerme para esperarle uno momentos, hasta que llego a mi lado y se inclino con dulzura cuando habló.

-¡Espera!, Aisaka-san... se mi amiga por favor

-¿ha?

Era realmente extraño que viniera hasta mí para pedirme aquello ¿por qué desearía ser mi amiga?, ¿acaso había algo extraño en su cabeza?, después de todo yo le había indicado que no me interesaba relacionarme con ella... aunque ciertamente era más bien por su bien que por el mío.

-Tú, me ayudaste mucho... y... bueno, te estoy agradecida, por eso.

No podía pelear si era tan dulce, pero debía de hacerlo.

-Eso lo hace cualquiera, déjame por favor... si no tienes nada más importante me voy.

Y lo hice me fui como si no hubiera sido nada... como si mi corazón no hubiera sido estrujado y mi labio mordido tan fuerte que casi me sacaba sangre.

Notas finales:

Uwu Espero que haya sido de su agrado (y del tuyo Sa-chan)

Envíenme un Rewiew QAQ los Rewiew (ó.O ¿esta bien ecrito?) so amor

òwó Seeyou latter~

Suzuku...


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