-Ren… ¿Habías notado que el tiempo ha pasado? – Su interlocutor se vio reflejado en aquellos ojos obscuros del joven peliceleste, por igual que sus cabellos violáceos y aquellas doradas y relucientes orbes que poseía.
-No!... –dijo sarcásticamente con su voz, que no había cambiado mucho a diferencia de su cuerpo, pues sus músculos habían obtenido fortaleza, y aunque aún fuera el más pequeño, había crecido considerablemente.-Obviamente … El tiempo pasa, Hoto… -Su mano sostenía un cartón de leche que había sacado de una maquina antes de entrar al aula donde nadie le prestaba atención al maestro de orientación educativa. Un sujeto bajito, medio calvo y con lentes. En conclusión, un nerd de chaleco verde tejido y pantalón color caqui de tirantes.
-Quiero decir… Muy rápido.-Se sentó sobre la paleta del pupitre que compartía con el chino haciendo una mueca de molestia.
Por igual que Tao, el ainú había cambiado físicamente: Su cabello era más largo y durante el horario de clases no se le permitía usar su banda, por lo que los mechones caían por su rostro. Había crecido algunos centímetros y ahora lucía mucho más maduro, aunque por dentro siguiera siendo aquel romántico cabezota.
-Eso es porque eres un inútil que pierde el tiempo en nada.- Sostuvo la mirada sin importar que su burlona sonrisa provocara el explosivo carácter del Usui.
-Oye!!!
El más alto se vio interrumpido por una voz femenina.
-Buenos días, chicos… Señor Usui…-La directora recién entraba al grupo
-Buenos días, señora Morrible (1) –El grupo se puso de pie, incluyendo al norteño (N/a: XDDD No puedo evitar imaginarme a un rancherito XDDD.) que de un salto se acomodó nervioso junto al hermano de Jun, que se inmutó a sonreírle.
-Gracias, pueden sentarse. Me permite unos minutos, profesor Dillamond (1).- El maestro asintió con velocidad tomando asiento en su sencilla silla de madera cafe con patas de metal.- Jóvenes, como sabrán, las actividades artísticas fueron canceladas por un recorte de presupuesto muchas generaciones antes de que ustedes y yo entráramos a esta institución…-Se acomodó las gafas que colgaban de una cadenita en su cuello. –El gobierno nos ha aumentado de nuevo el presupuesto y por lo tanto, a partir de la semana entrante la clase de taller de lectura será reemplazado y volverán a tener una asignatura artística…
Antes de que pudieran festejar el ya no tener que ver a la aburrida directora que les impartía esa materia, la anciana regordeta habló para evitar que se desordenaran.
-…Que no podrán elegir. Se les ha asignado teatro y todo lo relacionado.-Concluyó sonriéndoles con burla. -Los miércoles a las 12.50 iniciará su clase teórica y finalizará a las 2.30. –Se escuchó por todo el salón un desacuerdo. Quejidos como 'Ay, no', 'Teórica?...que puede tener de teoría eso?' y demás provocaron que prosiguiera aún más rápido.-lunes, miércoles y viernes, tendrán actuación y martes y jueves, canto y danza o comedia musical.
-Ehmm, señora… -El inglés alzó la mano. Su piel seguía tan tersa y blanca como siempre, el tiempo hacía verlo aún más andrógino que antes. Era un chico popular por aquella elegancia que la naturaleza le proporcionó.-No eliminarán muchas materias con ese horario?
-No, joven Diethel. Tendrán esas clases después del horario normal: de 2.30 a las 5.30 PM. Es para compensar lo que perdimos en los años anteriores.
Libros, basura, quejas e insultos volaron por el salón hacia el pobre maestro que se ocultaba tras su portafolio. Continuó
-No se distraigan. A partir de hoy se quedarán. Y cambiando de tema, les tengo una sorpresa que les fascinará.
-Renunciará?- Una serie de risitas se hicieron presentes al compás que el inglés le daba un codazo a su compañero de pupitre.
-Joven Asakura, veo que tiene mucho sentido del humor. No, Hao, No renunciaré.-Un 'ahhh' de decepción se escucho desde el fondo del salón. –Les vengo a presentar a su nueva compañera. Vamos, entra.
La mujer se retiró de la puerta haciendo un ademán que invitaba a entrar a, lo que parecía ser, una joven. Algunos alumnos se estiraban para tratar de ver a la muchacha; otros murmuraban o simplemente se veían entre si. Horokeu Usui fue de los que la curiosidad carcomía y se estiraba de todas las maneras posibles sobre su lugar para ver que ocurría fuera.
-No te puedes estar quieto?!-Ren se sentía molesto de aquel interés tan exaltado por parte del Usui.
-Sólo quiero ser amable. –Por un momento se detuvo mirando a su compañero con una sonrisa.
-Si aún no entra… -Se giró con una venita hinchada.
La niña entró por aquella puerta con su mochila colgada: Era una chica de cabello negro hasta la cintura. Las orbes azules se clavaron en una pequeña discusión que se llevaba a cabo a la mitad del salón entre un aborigen ainú (N/A: XD ahora no puedo evitar imaginar a un homo sapiens XDDD) y un chinito.
-Celoso?... –Le molestaba con la misma sonrisita boba que tenía desde que inició la discusión.-Ren, sabes que no te voy a cambiar por otro compañero.
-Cállate! – El impulso que elevó al chinito de su asiento, provocó que todos lo miraran, incluyendo a la directora.
-Señor Tao, ¿podría guardar silencio? –La arrugada mano de la anciana cedería en ese momento la palabra en señal de desesperación a la recién llegada que sólo soltó una risita al ver como el bajito se sentaba iracundo.
-Mi nombre es Makura Yume, tengo 16 años y en octubre cumpliré los 17. Estuve estudiando Literatura dramática, que vendría a ser teatro. Me encantan los videojuegos, el anime y el fanwork. Encantada de conocerlos. –Hizo una reverencia.
-Siéntate, por favor con Oyamada por el momento. –Manta alzó la mano para que fuera fácil ubicarlo, aunque con su altura fue igual a que si no lo hubiera hecho. La directora se fue y las clases siguieron. Entre clase y clase, algunos miraban a la "nueva", unos cuantos le hacían preguntas de su vida y sus gustos.
El horario se había recorrido para que el almuerzo fuera exactamente a la mitad del día, por lo que la clase de educación física se acortó veinte minutos. En el tiempo que tuvieron de clase, la nueva integrante del salón demostró ser una completa piedra para los deportes. Perdía el equilibrio con facilidad y siempre le daban en la cabeza con alguna clase de objeto.
Cuando al fin el almuerzo llegó, Oyamada llevó a su nueva amiga con el grupo de amigos que se cubrían del Sol bajo un enorme grupo de duraznos en un extremo de la escuela.
-Siéntate. –le indicó con la mano a la ojiazul. –Ellos son Yoh y Hao Asakura, Anna Kyouyama, Horo Horo Usui, El Oh Gran Ren Tao y Lyserg Diethel.
-Mucho gusto. –Saludo en un tono alegre. Yoh y Horo sonrieron y dijeron "hola, igualmente" junto con un saludo con la mano. Anna no se inmutó a dejar sus sagrados alimentos por una extraña. Lyserg hizo una reverencia alegremente con la cabeza y Ren se digno simplemente a mirarla.
En contraste a todo eso, Hao se acercó a saludarla y sentarla junto a él y su compañero de asiento. Y ahí, reían recordando como al Profesor Dillamond había sido victimado por el "Baldor" de Álgebra. (2)
-Y que les parece eso de las clases extra de actuación?- Yume comió un pedazo de pay de una manera no muy delicada.
-A mi me parece injusto ese horario- Chillaba el menor Asakura. –No me dará tiempo de dormir mi siesta!!! T_T
-Eres un flojo, Yoh… -Su prometida le dio un golpe en la cabeza dejándolo con cascaditas en los ojos.
-Annita!!! TT_TT
-No lo se, deberían quizás eliminar materias inútiles como Educación ambiental práctica… - Diethel comía unas cuantas galletas mientras miraba a la chica engullir sus sagrados alimentos. No era muy fina que digamos en ese aspecto.(N/a: Les juro que si escribo eso, es porque es cierto.)-No me parece divertido plantar árboles.
-Sí, concuerdo con Lyserg. Acaso creen que por lucir como una lechuga, el inglesito será jardinero?. – El ojiesmeralda soltó una bofetada al mayor con un sonrojo bastante intenso.-Wow… ahora eres un tomate?...Eres el hombre vegetal. –Se sobaba la zona afectada mientras el otro planeaba alejarse a lo que el hermano de Yoh le saltó encima para que no se fuera.
-A mi si me gusta la idea. Tengo cierto pánico escénico que quisiera desaparecer.-Mencionó Horo-horo integrándose apenas a la conversación.
-El problema es el horario. –Manta se tumbó hacia atrás.-Nos explotan.
-En mi país había días en los que teníamos clases hasta altas horas de la noche. -En algún lugar lejos de ahí un Basón mencionó su celebre frase: "Que listo es, señorito."
RIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIINGGGGGGGGGGGG!!!!!!!
El descanso terminó en una plática en base a la nueva materia, plática en la que el heredero de la dinastía Tao evitó participar más de dos veces. Pronto el tiempo pasó y la susodicha clase llegó.
Ren sentía cierta molestia aún por la intrusa, pues últimamente el norteño (N/a: XDDD) se había vuelto su amigo. El mejor. Lo sabía aunque lo negaba. Continuó solo su camino hacia el aula donde tomaría esa nueva clase, pues en la asignatura de geografía había desafiado su maestro, que amenazaba con reprobarlo si continuaba con esa conducta, y como el "Oh, Gran Ren Tao, Señor de la leche" no se dejaría de nadie, optó por presentar un examen para exentar.
Y lo logró.
Al entrar al salón, encontró pronto a su grupo de amigos entre el círculo de sillas pues no podía estar ni un momento en silencio.
-Hey, Picudín, llegaste!. – El pelilargo, que disfrutaba burlarse y molestar al chino hasta hacerle rabiar.
-Muérete, Hao!!.-Con un "ligero" golpe tiró al Asakura hacia atrás. Asakura cuya cabeza cayera en el regazo del inglés que se encontraba sentado en una silla junto a él.
-Lyserg…. –Chilló.-Míralo he, míralo he!!-señaló a su agresor con el dedo índice haciéndole un puchero al otro desde abajo.
-Hao, te lo tienes merecido. –Soltó un suspiro mirándolo en sus piernas.
-Incluso cuando no me apoyas… - Una mano del castaño se arrastraba lentamente hacia el rostro pálido del menor.-Me puedo deleitar contigo.
Eso último fue el interruptor para que el verdecito se tornase carmín, dando la apariencia de un tomate por sus tonalidades en verde y rojo, lanzando al mayor de los gemelos al suelo en un movimiento rápido.
-Vaya, hasta que te acomodó el lugar. El suelo te va perfecto!.- Ren se sentó en la silla del otro lado de Hao, del cual se burlaba, y el agredido no pudo más que hacerle una cara de desaprobación.-Y a todo esto, donde está la dichosa persona que nos dará la clase?
-Ren! – El aludido no pudo responder por el grito de cierto niño de Hokkaido –Tiene mucho que llegaste?... Waa!! Porqué no me apartaste el lugar? TT_TT
-Lo siento. Olvidé usar mis habilidades psíquicas para matar a quien se quisiera sentar en lo que llegaba.- Sarcásticamente le respondió con una mirada fría.-No debería yo reclamarte por haber llegado antes y no cuidar el lugar tú?
-…Bueno, no importa –Distraer al otrocon un comentario cursi era de lo más fácil. –Aquí hay una silla a tu lado!!!
El pequeño Ren arqueó una ceja arrimando su silla hacia el lado contrario, al del castaño, que al verlo acercarse, empezó a molestar por igual.
-Renecito, sabía que me querías en el fondo.- Le abrazó por el cuello pegándolo a él. El chino se soltó de golpe mirando a los dos con odio.
-Maldito psicópatas… -Cuando justamente iba a insúltales, una voz femenina interfirió.
-Niños, no peleen.- Imperaba la nueva joven en la escuela.
-Yume, hola!. Siéntate aquí, siéntate aquí!- Gritó el ainú. Señalándose las piernas
-Sobre ti? –Risita boba por parte de la niña. Molestia por parte del chino.
-No. Jejeje… Junto a nosotros. Yo me sentaré frente a Ren. –Al notar que todas las sillas estaban ocupadas, se sentó en el suelo recargándose en Ren, que al sentir el contacto en sus piernas lo pateó.
-Chinito!!- Suplicaba adherido a las extremidades del violáceo.- Onegai!
-Has lo que quieras, pero deja de llamarme así. –Se estampó la mano en la cara, en parte por desesperación y en otra, para cubrir el sonrojo que su nuevo sobrenombre.
La "invitada" tomó asiento divertida de ver como peleaban: Hao y Lyserg discutiendo acerca de cómo hacían una linda pareja. Al mayor le encantaba molestar con eso a él y a Ren. Por otro lado, Tao y Usui peleaban por la manera en que Horokeu se recostaba sobre el otro.
Mientras admiraba aquella vista, una muchacha entró al salón parándose justo en el centro del círculo.
-Hola, mucho gusto. Mi nombre es Sara Soshikii.-Era una chica de edad joven, no pasaba los veinte años. Su cabello se encontraba suelto, le llegaba un poco más debajo de los hombros y el fleco le cubría casi toda la frente. Era delgada y se veía vestida de manera informal con un suéter naranja que descubría sus hombros y un pantalón de mezclilla.-Yo soy su nueva profesora de las asignaturas "historia del teatro" y "Actuación", es un placer.
…
El silencio se hizo. Era imposible que una persona que no les llevaba ni cinco años les diera clase. Eso hacía sentir humillado al mayor de los Asakura, que estalló en risa.
-Señor…
-Asakura. Hao Asakura. Y ya que somos casi de la edad, porque no nos hablamos de tú?.- Cruzó la pierna inclinándose desafiándola.
-Pffft! –Soltó una carcajada.- Esperabas que te subiera de nivel hablándote como si fueras mi superior?
La profesora se giró para ver a los otros muchachos.
-Aquí nadie es más que nadie. Ni ustedes ni yo, simplemente todos somos compañeros. Así que no se sientan superiores.
-Y si ya lo soy? –Sonrió de nuevo el pelilargo tratando de burlarse de la maestra.
-Entonces, señorito Hao, puede dar la clase usted.
Eso no le causo gracia al Asakura. Se quedó sentado frunciendo el ceño mientras la otra continuaba.
-Quisieras, fíjate.
-Deberíamos empezar con la clase teórica…-Se veía interrumpida por un 'ah' por parte de todo el grupo, o la mayoría. –See, see… deberíamos, pero creo que sería mejor presentarnos. Quien quiere empezar? Sólo debe pasar a decir algo de si mismo.
-Yo, Yo!! YOOOO!!! –Un Usui tirado en el suelo se rodó hasta el centro, poniéndose de pie y sacudiendo su uniforme. La profesora tomó lugar detrás de Ren.
-Hola, soy Horokeu Usui, pero todos me dicen Horo-horo. Tengo 16 años, aunque mentales dicen que tengo 8.
-Tantos?... –Preguntó burlón un Ren, provocando una risita hasta de la educadora.
-Oye!!! TT^TT Que malo eres, Ren.
-Continúa…
-Me gusta el color azul… mi cumpleaños es en noviembre, uhmm que más? Mi grupo de música favorito es MiniMoni(3) (N/a: XDDD Es que necesitaba uno medio ridículo.) Me gustan los dulces, la comida, los ponys, perros y gatituuuus… en especial los últimos!!SHIII!! GATITUS!! Hay un gatito que me encanta-La nueva estudiante sonrió divertida.-. Ay, que vergüenza, todos me están viendo. –Miró que seguían con la vista hacia él. –Me siguen viendo!. ///
Todo el salón lo miró extrañado ante sus gustos, bueno. Casi todos. La chica nueva, la maestra, y sus amigos, excepto por Manta, no se sentían extrañados ante esa "rara" actitud. Siguiendo a la maestra que comenzó a aplaudir, el resto del salón, sin contar a los tres obstinados ren, hao y anna, dejaron su actitud de temor hacia el peliazul.
-Bien. Mucho gusto, Horo. Quién quiere seguir? –La profesora se paso hacia delante mirando a cierto Asakura que desganado la miraba. –Hao, quisieras pasar.
-Por supuesto. No hay momento en el que no esté listo para cualquier reto. –Se puso de pie sin mirar a su nueva "amiga". –Hola, soy Hao Asakura, tengo 17 años recién cumplidos en mayo, me gustan los girasoles, el color rosa, la mota, el vodka y el sexo oral. (4)–Soltó una sonrisita burlona hacia Sara.
-Ay, que hermoso. –Se mofó. –A ver cuando compartimos e intercambiamos conocimientos. –Con una seña sentó al pelilargo que esperaba se enfureciera, pero más allá de eso parecía causarle gracia.
La clase siguió con vergonzosos testimonios hasta terminar la hora de teoría. La mujer comenzó a hablar de nuevo al sonar la campana.
-Bueno, hoy no los entretendré mucho. El día de hoy les asignaré un personaje arquetípico. Esto quiere decir, un personaje que al momento de entrar a escena, puede darse cuenta de quien es o que hace. Formen equipos de cuatro.
Ren, Anna, Manta e Yoh, formaron uno. Hao, Lyserg, Horo y Yume formaron otro. Uno más estaba formado por las cinco chicas populares y estiradas. Mientras otros dos grupos se formaban por los que no sabían más allá del relajo y los que por el contrario, no sabían más allá de la escuela. El último grupo estaba formado por los cinco más escandalosos: tres chicas y dos chicos. No eran un grupo muy grande.
-Ustedes elegirán la situación y el trabajo debe estar preparado para el viernes y serán sin hablar.
-Annita…podemos ensayar en casa?-Sonrisa Asakura. Marca registrada.
La Itako asintió levemente avanzando hacia la puerta.
O/o/o/o/o/o/o/o/O
-0.0 De verdad viven aquí?...- No podía creer lo que frente a sus orbes turquesa estaba.
-Algo así.- El Gremmlin lampiño había conducido a la niña hasta la pensión para ensayar. Se habría ido desde clases, pero Anna, Yoh y Horo no perdonaban una comida.-Ya llegamos
Ambos chicos entraron a la casa encontrándose a una Tamao haciendo una reverencia.
-Joven Manta, oh… mucho gusto. –Hizo una reverencia más al ver a la desconocida.-Tamao Tamamura.
-Yume Makura.- Respondió el saludo.
-El joven Yoh y los demás están en el patio.
-Gracias, Tamao.-Avanzaron hasta llegar a donde un Horo reclamaba su personaje. Las cosas habían quedado un poco revueltas, Hao había sido el único libre por sus comentarios en clase, Anna a una ejecutiva, Yoh un indigente, Lyserg una doncella inocente, Ren era un rico de alto rango, Horo era un anciano, Manta representaba a un policía ignorante y Yume a una clásica Nana idiota.
-Como rayos seré un anciano?!
-Deja de quejarte, que al menos eres hombre.- El ruborizado inglesito maldecía a la maestra y más aún al Asakura mayor, por haber propuesto el personaje.
-Yo creo que esto será divertido.- Mencionó el Orangeboy mirando el cielo.
-Yoh, eso es porque ya pareces drogado y no te costara trabajo.- Reprochó su hermano.
Su ensayo mantuvo el orden gracias a cierta Itako neurótica que no dejaba siquiera que se quejaran. Al final del día(N/A: osease, a las 8 PM XD) el hambre ya había regresado en los shamanes. Manta y Yume volvieron a sus respectivas casas después de haber planteado bien las situaciones y haber bocetado una idea, los demás fueron explotados por la dueña de la pensión.
O/o/o/o/o/o/o/o/O
-Esa maldita mujer… -El de hokkaido maldecía entre dientes mientras se peleaba con la "alta" tecnología de la arrocera que recién habían estrenado.
-Deja de quejarte, que de por si ya es molesto que Anna nos explote. – Todos los vegetales que traía en manos cayeron al escuchar un grito tras él.
-Waaa!, Ren!. –El dichoso aparato había atrapado la muñequera que el norteño traía.- Me come, Reeen!!!.
-Espera, estate quieto. –Hizo una mueca soltando un suspiro.-Ya. Al parecer es demasiada tecnología para ti, puercoespín.- Y con velocidad ya había dominado la máquina.
-Gracias. T_T Lo que pasa es que en mi rancho no hay de esos. –Se acercó a Ren para ayudarle a recoger los vegetales.
-…No necesito ayuda.
-Pero, por mi culpa se cayeron. –Con cara de borrego degollado lo miró. La verdad era imposible resistírsele.
-…. Tienes razón. –Se ponía de pie justo ocultando su rostro cuando el otro le jaló el pantalón de corte chino que, por lo general usaba.
-Ren… Porqué no te agrada la nueva chica?. –Le canturreó. El chino ni siquiera lo miró, de alguna extraña manera ese gesto por parte del Usui había coloreado en diversos tonos de carmín su rostro.
-Porqué lo preguntas? –Dijo en el mismo tono burlándose de Horo recuperando su color
.-Es que… si de por si eres no muy afecto a las relaciones amistosas nuevas… Con ella fuiste… peor.- El pelivioláceo se giró a preparar los vegetales que le había pasado el otro hacia unos segundos.
-Tienes problemas.- Le miró de reojo notando que se ponía de pie. –No tengo porque odiarla.
-Yo no dije que la odiaras. –El silencio se hizo. Era cierto, nunca había mencionado el Usui la palabra 'odiar'.
-Es lo mismo… -Se trataba de excusar cuando giró buscando al otro para golpearle, pero no estaba tras él. Que raro. No había hablado ni un minuto antes.
-Ren…- La cadera del chino fue rodeada por el Usui. –Sabes que NADIE, ni NADA podrá acortar nuestra amistad. Nada… -Murmuraba en tono de burla en el hombro del otro tomándole por detrás.
Ese contacto le parecía conocido. La verdad, era algo que se sentía bien. Su mente se vio afectada por cierto calor en su cuerpo, calor que subía por su cuerpo, por su rostro. La respiración lanzada hacia su cuello por parte del shaman del hielo le hizo percatarse de que lo estaba abrazando. Era una situación un tanto comprometedora para el Gran Ren Tao, sin embargo, no articuló palabra o queja hasta que…
-Chicos?... Está lista la cen… - Si miraban a la puerta, podrían notar un chico que portaba unos gigantes audífonos en la cabeza. –Lo siento, juro que la próxima vez avisaré para no interrumpir. (N/a: XDDD suena como a … como a guía de turista: si miran a su izquierda podrán ver a un chismoso drogado XD)
Fu entonces cuando el más pequeño se percató: Estaba siendo abrazado por el idiota Usui, el cual se acostaba en su hombro. Y no sólo eso, Tao colocó sus manos sobre el brazo izquierdo, que llegaba hasta su cadera. Eso le causo una terrible vergüenza.
-Qq-que?... Yoh, no es lo que parece. –Se soltó del peliceleste de un movimiento rápido.-Y tú ya suéltame, Imbécil.
-No te preocupes, Ren. Si no quieres que nadie lo sepa, no diré nada. –Desde atrás se escucharon unos gritos guturales, al parecer de la Itako. Sí, eran de ella pues se podían ver volar cosas hacia quien parecía ser Hao Asakura.
-Jijiji… Apresúrense, Anna no está de buen humor. –Se fue. Una mirada asesina fue dirigida hacia el norteño.
-Porqué demonios hiciste eso?!- El ojidorado no espero una respuesta, se puso a picar vegetales (N/a: xD se puso a cortar Lysergs?... OK no xD es que ia es tarde y me da sueñitop T_T).
-De que hablas?
-De abrazarme frente a Yoh.- Apenas era entendible lo que decía, ya que lo mencionaba con cierta velocidad y entre dientes.
-Yo que iba a saber que entraría?.
-… Grrr, y tenías que abrazarme?...
-Acaso no te gusta que te abracen? –Ren se quedó en silencio mirando su reflejo en el cuchillo. Lo ladeó un poco más para ver a su amigo: sonreía. Al parecer no le importaba lo que la gente creyera.
-En verdad no te molesta que crean que tú y… yo... –Apenas murmuró.
-A ti sí? –Sonrió.- Mientras digan cosas que no sean verdad, no me importa. Y aunque lo fuera…
Continuó mirándolo. Era su mejor amigo, al igual que Yoh era de Manta, ellos se abrazaban, se ayudaban. Pero él era el Gran Ren Tao… ¿De verdad le importaba?... Sí.
Elevó amenazador el cuchillo clavándolo después en la tabla, tanto que el ainú se echo para atrás temiendo por su vida. La mirada dorada se encontraba baja.
-Ren?... Estás bien? –se acercó por detrás a tocar su hombro.
-…
-Ren?. –Repitió.
-Argh… -Apretó los dientes. Ahí el Usui notó la mancha carmín, se había rebanado el dedo. (N/a: Bueno, es un decir… sólo se alcanzó a cortar. Y más que dolor diria que es ira)
-No, Ren!!... Tienes un Boo-boo!!! – Lo jaló por el dedo hasta el fregadero abriendo el agua tibia.
-Un que?! –Exasperado por la herida y por lo recién sucedido, le gritó al otro.
-Un Boo-Boo!!!. Déjame ayudarte. –Suavemente el agua caía sobre su dedo llevándose la sangre consigo.
Horokeu era su mejor amigo, lo aceptaba. También era una de las pocas personas que realmente se preocupaban por él, y a la vez era la única que incondicionalmente, junto con Yoh y su hermana, estaban cuando realmente necesitaba a alguien, aunque nunca aceptaba necesitar de la compañía de ellos. Aunque últimamente el menor de los Asakura se encontraba un tanto distante, Anna lo estaba consumiendo, realmente debía amarla mucho.
-Ya está.- Sonrió el de Hokkaido acercándose a una pequeña alacena donde guardaban los medicamentos. –Pongamos una bandita aquí y listo!.- Así lo hizo.
-Como sea.- Intentó quitar la mano pero una fuerza extraña le impidió hacerlo.
-Ten más cuidado la próxima vez, Renecito. –Le dio un pequeño y corto beso en el dedo, justamente donde se cortó. Sí, donde él había curado y protegido con un curita… Un momento, le beso la herida?
-Que rayos hiciste?.
-Te curé?
-No, imbécil. Lo último. –Todos los colores se le subieron, realmente sobrepasaba lo que un tomate era.
-Ah… un cariñito? –Rozó su mano contra la mejilla del otro.
-Estás loco?! –Gritó provocando que una rubia entrara por la puerta exigiendo su comida con un golpe en la mejilla de cada uno dejando una marca.
O/o/o/o/o/o/o/o/O
-Todo por tu culpa… -Yacía acostado en su futón recriminaba a su compañero de cuarto por el golpe en su rostro, que aún sobaba, y por la herida en su dedo.
-Porqué mi culpa, Rentado? – Apenas se estaba cambiando de ropa. Era época de calor, por lo que dormía en ropa interior. En el menú del día se encontraba sus peculiares boxers naranjas de ranitas
-Cómo que porqué?... -Gruñó volteándose hacia el lado contrario. -Y no me llames así, maldito Hoto.
-Vamos, Ren. –Sabía que lo que le molestaba era el hecho que Yoh los hubiese encontrado en esa posición tan comprometedora. –Sabes que el despistado de Yoh no dirá nada.
-Más te vale no hacer eso de nuevo. –Mostró un rubor en su rostro desviando su atención a su puño.
-Mmm… Puedo decirte algo?
-No!.- Le cortó mirando como se acercaba arrastrando su futón a unos 30 cms de él.
-La verdad me da igual lo que piensen los demás. Eso sólo está de más… -En realidad no entendía lo que el chico frente a él decía. Sólo arqueó una ceja asintiendo en señal de avionazo. – Es decir… Si no es verdad y lo creen, no me importa. Si lo es y lo saben, pasa lo mismo.
-… He? –No, no entendía.
- Tú que opinas de eso?... -Que opinaba?... Esa era una buena pregunta.
-Yo… -Esa era la conversación más extraña que había tenido en todos los años de amistad con el ainú. Bajó la mirada. – Yo creo que estás loco. ¬¬ Buenas noches.
Se giró fingiendo dormir. Esa pregunta sonaba extraño, era como una… insinuación? No, no podía ser.
Pasaron los minutos y pudo sentir como el otro se acercaba a su futón a gatas.
-Ren… Quizás Yume no tenía razón. –Murmuró. –Pero quizás sí.
Esa arpía! Lo sabía algo había hecho malo. Era probable que por eso lo hubiera molestado. Después de todo, porqué la insistencia en que la sobrellevara, y con la inteligencia de este tarado, era fácil que lo manipulara.
– No estoy muy seguro. –Sus pensamientos se encontraban ahí cuando sintió ciertos labios fríos besar su mejilla, que por el clima, estaban tibias, quizás un poco más calientes de lo normal. –Oyasumi.
El ainú murmuró al oído del pequeño chino con una sonrisa. Pronto volvió a su lugar en silencio.
Qué debía hacer? Ignorarlo. Patearlo… Hacer que nada pasó?
No duró mucho su duda. Se quedó dormido algunos minutos antes que su compañero.
CONTINUARÁ… *música de fondo*