Los Húctols eran seres que podían adoptar la forma de cualquier cosa. A simple apariencia parecian humanos, pero estos tenían unas manchas en el dorso y espalda de color oscuro que los caracterizaban. Estos tenían diferentes poderes, dependiendo del ADN heredado de los padres podian tener el poder sobre el Agua, la Tierra, el Fuego, el Aire o el Fuego entre otros. Solo los húctols de pura sangre podían obtener asta 3 poderes juntos.
Otra raza eran los Nekos, estos seres tenía orejas y cola de animal, además de unos colmillos afilados, y eran utilizados en la época como simples herramientas que podían ser utilizadas tanto como de esclavos, como para matar o satisfacer necesidades sexuales entre otros, por ellos, estos se escondían en los bosques en los que, al habitar seres enormes y peligrosos, ningun Húctol o Elfo se atrevería a adentrarse ahí.
Por otro lado, los Elfos, eran considerados como la ''Clase Media'', solían dedicarse al comercio y a la economía. No tenían ningun poner especial, salvo algunas personas que tenían el dón de poder comunicarse con Dioses de la Naturaleza, pero con el paso de los años este don fue casi extinguido. Al contrario que los Nekos, estos vivian en ciudades que rodeaban los castillos de los Húctols.
Era un día como otro cualquiera en la cuidad de Konoha, cuidad que era dominada por la familia húctol de los Uchiha. Estos eran muy respetados y temidos por todos ya que se decía que algunos de estos eran pura sangre. Esta familia se componía por Sasuke y Itachi Uchiha, pero debido a problemas militares el mayor de los Hermanos Uchiha tubo que marcharse dejando el mando solamente a su hermano menor, Sasuke, el cual había estado trabajando duro para saber como ser un buen ''Dios''.
Esa mañana, el pelinegro había madrugado para ir, como era habitual todas las mañanas, a una reunion con unos Elfos que solo hacían quejarse de las malas cosechas y muertes por enfermedades sin cura. Asi se pasaba la mañana para el joven Uchiha mientras que en una zona muy alejada, en el Bosque Prohibido, un joven neko corría como si su vida dependiera de ellos. Casi sin mirar por donde caminaba, iva esquibando rocas, serpientes, troncos, y otros seres entre otras cosas. Algo enorme estaba persiguiendolo y cada vez que acercaba más a el. De repente el neko tropezó cayendo al barro, y ante esto la bestia pegó un rugido y puso sus enormes zarpas a los dos lados del neko. Parecía que el neko estaba a punto de ser deborado por aquel ser.
- ¡Grrr! - Gruñó lo que parecía un enorme Zorro naranja con 9 colas.
- Esta bien, Esta bien .. Me as ganado. - Decía el neko rubio de ojos azules mientras se levantaba y rebuscaba algo en sus bolsillos llenos de barro. - Toma, pero no te acostumbres - Dijo al sacar una especie de Semilla y tirarsela al Zorro. Esta fue haciendose más grande y adopto la forma de lo que parecía una fruta azúl, este alimento era llamado Silac y era dificil de encontrar.
- ¡Naruto! ¡Ven aqui ahora mismo! - Gritó lo que parecia otro neko de pelo negro y un poco largo. Ante la llamada de este personaje, el Kyubi, que asi se llamaba, se encogío de modo que le llegaba a Naruto por las rodillas.
- ¡Ya Voy! - Gritó el rubio en dirección hacia donde se encontraba el otro neko. - Luego seguimos jugando, ¿si? - Dijo dandole una pequeña caricia al Zorro. Tras esto corrió hacia donde se encontraba el otro neko.
- ¿Que quieres ahora Orochimaru? - Dijo el rubio con un tono de superioridad. Ante esto el pelinegro le dio una colleja en la cabeza.
- ¡Ya te he dicho que me respetes Niño!
- Hai hai.. - Dijo el rubio mientras se tocaba el chichón que le acababa de salir.
- ¿Otra vez estabas con ese zorro?
- Si, siempre me esta siguiendo y no se por que.
- No deberias de estar tanto con un ser que en cuanto te descuides te puede descuartizar. - Dijo el pelinegro mientras se daba la vuelta y comenzaba a andar.
- Tu tambien lo podías aver echo.. En vez de salvarme cuando era pequeño. - Continuo diciendo Naruto siguiendo a Orochimaru.
- Eso fue por que tube un momento de debilidad ante un bebe llorando en medio del bosque a punto de ser engullido por una serpiente. - Dijo el pelinegro con una sonrrisa sarcástica.
- Ya ya.. ¿Que hay de comer?
- Sapo a la plancha con setas verdes.
- ¿Eeeh? ¿Otra vez sapo? - Se quejó el rubio bajando sus orejas y poniendo cara de pena.
- Eso o barro, tu decides.
- Sapo sapo... Prefiero sapo.
- Jajaja, esta bien. Vamos a casa entonces. - Dijo el pelinegro segundos antes de hacerse un corte en la mano haciendo que unas cuantas gotas de sangre cayeran al suelo. Al estas tocar el suelo, este se abrio haciendo una pequeña grieta en la que segundos más tarde se introdujeron Orochimaru y Naruto. Los nekos, al ser buscados para ser utilizados con fines tétricos, desde hace unas décadas hicieron un pácto con los Dioses del Bosque en el que estos le darian un escondite seguro en el que podrian vivir, a cambio de que los nekos protegieran el Bosque de las visitas no deseadas...
Al llegar al fondo de la grieta, se observaba una especie de ciudad subterranea habitada por nekos y otros seres emparentados con animales. Los dos nekos se dirigeron a su casa la cual parecía un pequeño prisma, como las demás. Estas casas eran especiales ya que al entrar en ellas el espacio se multiplicaba por 3.
Los nekos se sentaron en la mesa y pronto empezaron a comer la comida que había preparado el pelinegro, el cual tras terminar de comer se levantó de la mesa y se fue a su cuarto. Orochimaru no era un neko e muchas palabras y eso Naruto lo sabía, no obstante estaba muy agradecido por haberlo salvado en aquel entonces en el que solo tenia 1 año y lo primero que recuerda es a Orochimaru cuidando de el. Al rato el tambien habia termiando de comer asique tras recojer la mesa y labar los platos salió de la casa para dar una vuelta. Tras salir por la puerta unas voces conocidas lo llamaron.
- ¡Naruto! - Decían dos personas que se acercaban a el corriendo. Eran Kiba y Sakura, dos amigos que había hecho hace poco.
- ¡Hola! - Dijo el rubio mientras movía el brazo en modo de saludo.
- ¿Vienes a jugar a la pelota? - Dijo el neko pelicastaño sacando una pelota que parecía estar echa de hojas.
- ¿Eso es una pelota? - Dijo el neko rubio con un tono sarcástico.
- Eso parece..- Dijo la neko pelirrosa.
- Bueno.. ¿Donde jugamos?- Dijo el rubio cojiendo la pelota
- Vamos a la plaza - Dijo la chica mientras señalaba a lo que parecia un terreno seco.
- ¡Vamos! No somos niños de 6 años.. Ya tenemos 16 años.
- ¿Y que quieres decir con eso a ver? - Decia la pelirrosa con un tono enfadado
- ¿Por que no jugamos... En la superficie?
- ¡WOOH! ¡Buena Idea! - Dijo el neko rubio mientras sus orejas se alzaban de la emosión y chocaba la mano con al de Kiba.
- ¡¿QUE?! Espera un momento.. ¿Estais locos?
- Venga Sakura.. Si tienes miedo yo te protejeré.- Dijo el rubio mientras ponía su brazo al rededor de los hombros de la pelirrosa. Esta se limitó a darle un puñetazo a este y cojer la pelota.
- Esta bien.. Vamos arriba. - Dijo la neko empezando a caminar y los otros dos fueron tras ella.
Siguiendo el mismo protocolo que utilizó Orochimaru para entrar en la Cuidad Subterranea, Kiba se mordió el dedo con sus afilados colmillos y dejó caer unas cuantas gotas de sangre en el suelo haciendo que el techo se volviera a abrir y los tres jovenes nekos subieron por lo que parecian unas escaleras, que solo eran piedras que sobresalian de las paredes de la grieta.
Al llegar a arriba los nekos buscaron un sitio que fuera adecuado para ellos jugar y , tras un rato de búsqueda, se pusieron a jugar al fútbol. No obstante, pasado un rato Sakura decidió marcharse ya que se habia aburrido asique regresó a la cuidad dejando a los dos nekos solos en aquel bosque, pero estos no le dieron mucha importancia y siguieron jugando.
En el castillo de los Uchiha, Sasuke seguía metido en aquella reunion que ya llevaba muchas horas y no paraba de mirar el reloj deseando que aquello acabase. Los elfos hablaban y hablaban sin dejar apenas contestar algo que no fuera ''Si'' o ''Me lo pensaré''. Aquellas voces se le estaban metiendo en la cabeza del Uchiha y lo estaban volviendo loco.
- ¡CALLENSE DE UNA PUTA VEZ! - Gritó Sasuke haciendo que todos se quedaran callado y con muchisimo miedo.- La reunión acaba aqui. Buenas tardes. - Dijo el pelinegro mientras se levantaba y salia por la puerta dando un portazo.
- Al final... Explotó. - Mencionó un elfo pelicastaño de ojos blancos llamado Neji, que era el único que habia estado callado todo el rato.
Sasuke fue casi corriendo a su cuarto y tras entrar en cerró de un portazo quedandose apollado en la pared. Poco a poco fue arrodillandose mientras suspiraba.
Aquel silencio le aprecia un milagro despues de lo que acababa de vivir en aquella reunión asique se paso unos cuantos minutos disfrutando de él y observó como un pájaro amarillo con manchas azules entraba por la ventana. Este tras recorrer casi toda la enorme habitacion del pelinegro, se posó en un brazo. Cuando el pelinegro lo fue a tocar este salió volando por la ventana. Esto le dio una idea al Uchiha y se levantó como un tiro y fue a su armario y busco y rebuscó en él hasta sacar de el una especie de capa oscura y un pantalon y camisa marrones y desgastados que tenía para jugar en el barro con su hermano. En pocos segundos se cambió de ropa y se puso la capa.
- ¡Guardia! - Gritó Sasuke desde el interior de la habitación.
- ¿S-Señor? - Dijo un elfo de pelo castaño llamado Iruka el cual se encargaba de custodiar la puerta.
- Voy a dormir. No quiero que NADIE me moleste. ¿Entendiste?
- S-Si, Señor. Que descanse. - Sasuke ya había salido por la ventana cuando el pelicastaño dijo aquello. Tubo que ser muy cuidadoso para que los Guardias no lo vieran mientras cruzaba las numerosas torres que componían aquel castillo. Cuando cruzó el muro principal quedo totalmente liberado, se puso la capa de modo que le cubriera la cabeza y comenzó a caminar como si nada. Observó a las mujeres comprando verduras y frutas y se quejaban de sus precios, tambien vió como dos elfos se peleaban por que uno le habia pillado robando la cartera al otro. Tambien observó a dos niños que jugaban a la pelota, cosa que le recordo a su infancia cuando jugaba con su hermano Itachi, esto hizo que le pelinegro se quedara pensativo y melancolico mientras seguía andando, pero un toque en su pierna lo despertó. Era la pelota con la que estaban jugando aquellos niños, los cuales se dirigían corriendo hacia Sasuke.
- ¿N-Nos puedes dejar la p-pelota? - Dijo el que parecia ser más pequeño con gran timidez.
- ¿La pelota? ¿Como se yo que no la habeis robado? - Dijo Sasuke con gran frialdad.
- N-Nosotros..
- ¡No Jodas! ¡Esa pelota la hemos comprado con el dinero que hemos ahorrado en dias! - Dijo el que parecía ser mayor.
- H-Herma-no..
- ¡¿Que pasa?! ¡¿Pretendes dejar que se la quede?!
- N-No.. - Al escuchar la tonta discusion que tenian los dos pequeños elfos, al pelinegro se le formó una pequeña sonrrisa y les puso la pelota en el suelo para luego darse la vuelta y marcharse.
- Que tío más raro.
- Eso no importa, ¡vamos a jugar! - Dijo el pequeño de los hermanos cojiendo la pelota.
Por su parte, Sasuke seguía caminando, recorriendo aquella cuidad que nunca había visto desde su interior y le pareció curioso ver como los habitantes de esta trabajaban dia a dia para conseguir un salario minimo que apenas cubria sus necesidades, mientras que el tenía todo cuanto quería y más. No obstante, no le dio mucha importancia.
- //Es la suerte de cada uno..// -Pensó el pelinegro. Pocos segundos después se topó con algo que interrumpió su paso y provocó que este callera al suelo. Miro hacia arriba y vió que era uno de sus Guardias con los que había hablado en la reunión.
- ¡HEY! ¡Es El Señor Uchiha! - Dijo uno mientras señalaba al pelinegro.
- Mierda..- Susurró el pelinegro mientras se levantaba como un tiro del suelo y comenzaba a correr.
- ¡E-Espere! ¡SASUKE-SAMA! - Gritó el Guardia mientras perseguia a su Señor. Sasuke era muy rápido y dado que corría con todas sus fueras pronto perdió al Guardia. El pelinegro estaba dispuesto a seguir corriendo pero se paró en seco al observar que la cuidad acababa justo en donde el se encontraba y que un paso más adelante se encontraba el Bosque Prohibido. Estubo deliberando un rato sobre si volver al castillo junto con aquel Guarda o adentrarse en aquel Bosque temido por todos. El guarda ya había casi alcanzado al pelinegro.
- Hm.. Será una gran aventura.. - Dijo Sasuke con una sonrrisa y en pocos segundos se adentró en aquel bosque lo más rápido que pudo dejando atrás al Guarda. A medida que iba avanzando se iva quedando cada vez más sorprendido al ver los seres que se encontraban en el.
Por su parte Naruto y Kiba seguían jugando a la pelota.
- Naruto ¡Pilla Esta! - Dijo dandole una fuerte patada a la pelota. El rubio intentó saltar para cojer la pelota, pero esta se le escapó por unos centímetros.
- Ire a por ella. - Dijo el neko rubio yendo detras de la pelota. Pero no la encontraba ¿Donde se había metido?
Sasuke seguía avanzando y mirando a aquellos seres fascinado asta que algo le golpeó en la cabeza y cayó al suelo. Miró dolorido lo que le había golpeado y vió que era una especie de bola verde. Segundos más tarde, Naruto apareció en frente del pelinegro.
- ¡Ajá! ¡Con que estabas aqui! - Dijo el rubio cogiendo la pelota que te encontraba en frente de Sasuke. Este se había quedado boquiabierto.. Ese chico tenía orejas y cola.. No podía ser..-Acaso es.. ¿Un neko? - Decia para si mismo Sasuke mientras abria los ojos como platos ya que no se lo podía creer.
-¿Um? ¿Y tu quien eres?. - Preguntó el rubio, pero el Uchiha seguia pensando y no respondio. Pero un dolor en su frente hizo que volviera en sí. La pelota le había dado con tanta fuerza que le había echo un rasguño en una esquina de la frente. - ¿Estas Herido? - Dijo Naruto acercandose al pelinegro para ver mejor la herida.
- Ni se te ocurra tocarme - Dijo Sasuke con un tono antipatico.
- Que borde.. - Sasuke se puso en pie sin decir ni una palabra y se dispuso a seguir con su expedicion en el bosque pero algo le detubo.
- Espera - Dijo Naruto mientras rebuscaba algo en su bolsillo. - Pontelo en la herida.. Se curará más rápido- Dijo el rubio lanzandole a Sasuke un bote con algo verde dentro.
- Graci-..
- ¡NARUTO! ¿Por que Tardas tanto? ¿Acaso te a comido una vivora Gigante? - Dijo Kiba mientras se acercaba hacia donde se encontraban Naruto y Sasuke. Este decidió esconderse ya que no sería bueno que muchos más ''seres inferiores'' supieran que el estaba allí, asique se escondió detras de un arbol.
- ¡Ya voy~! - Dijo Naruto cojiendo la pelota y dandole una patada en direccion hacia donde se encontraba el neko pelicastaño. Miró por un momento a donde se había escondido Sasuke a ver si salia pero seguia escondiendose.
- ¡Naruto! ¡Venga! - Siguió gritando el neko castaño.
- Vale, vale - Dijo el rubio poniendose en marcha y desapareció entre los numerosos arboles. Sasuke seguia detras de aquel arbol esperando a que los nekos se alejaran un poco más pero algo parecido a un mil pies se acercó a el y este los descuartizó con un simple giro de muñeca. Esto hizo que un ruido resonara en todo el Bosque y nos nekos adultos que vigilaban la zona, vieron a Sasuke y al observar que no tenia ni cola ni orejas lo comenzaron a perseguir. Sasuke comenzó a correr ya que su intención no era matar a nadie por ahora. Corrió y corrió haste algo le agarró de la capa y tiró de al hacia el interior de un gigantesco árbol. No se veía nada asta que el personaje que lo acababa de salvar ''encendió'' lo que parecia una bola de color naranja que flotaba. El chico que lo acababa de salvar era el mismo de hace un rato...¿por qué lo habría hecho?
- ¿Y bien? - Dijo el rubio mirando fijamente al pelinegro.
- ¿Y bien que?
- ¿No me vas a dar las gracias?
- ¿Las gracias por que?
- Por salvarte.
- No necesitaba tu ayuda, podía habermelas arreglado yo solo.
- Ya claro... ¿Y por eso huias?
- ... - Sasuke no le podía contar quien era ya que seria peligroso revelar en un terreno desconocido su identidad asique pensó en ocultarla asta que fuera apropiado revelarla.
- ¿Como te llamas?
- No tengo por que decirtelo.
- Tsk.. Que molesto eres.
- Mira quien fue ha hablar. - A Naruto le molestaba la actitud de ese chico ¿Que se había creido? De pronto observó que la herida del pelinegro ya se había curado. - Hey ¿Que miras dobe?
- ¿Como que dobe? - Dijo el rubio algo molesto.
- Si no me dices tu nombre.. Tendre que ponerte uno yo ¿no? - Dijo el pelinegro con una sonrrisa traviesa.
- ¿A si? Pues como tu tampoco me has dicho es tuyo te llamaré teme.
- De acuerdo. - Dijo Sasuke mientras apartaba a aquella cosa naranja que estaba acercandose demasiado a el. Sasuke se asomó por una grieta que había en el tronco del árbol. - ¿Como hemos entrado dentro de este arbol?
- ¿N-No lo sabes? - Dijo el rubio muy extrañado.
- ¿Devería saberlo?
- Bueno.. Todos los nekos lo saben. A no ser que no seas un Neko.. - Dijo el rubio muy serio. Sasuke tenía que pensar rápido ya que no podía dejar que descubriera su verdadera identidad.
- Yo era un esclavo de los elfos de una cuidad lejana.. Me cortaron las orejas y el rabo cuando me compraron a los 2 años. P-Por eso no se mucho sobre el mundo fuera de alli..- Dijo Sasuke mientras recopilaba la poca información que tenía acerca de los nekos, que hasta esta mañana, el pensaba que se habían extinguido.
- Oww.. Ya veo. Si quieres te puedo- ..
- No hace falta.. Me puedo valer por mi solo.- Dijo Sasuke interrumpiendo a Naruto dejandolo con la palabra en la boca.
- Como quieras. - Dijo el rubio mientras se ponía en pie y posaba su mano en la pared del arbol y tras esto se abrió una grieta enorme y Naruto la atravesó saliendo al exterior del árbol y tras el fue Sasuke. - No diré que ha sido un placer conocerte, teme.
- Lo mismo digo Dobe. - Dijo Sasuke con una sonrrisa burlona, tras esto los dos se fueron por diferentes direcciones cada uno pensando en sus cosas.
Naruto pronto llego a su casa y tras entrar en esta se fue directo a su cuarto y de un salto se echó en su cama y se puso a pensar ella misteriosa persona que había conocido en el bosque.
Por su parte Sasuke estubo un buen rato buscando la salida de aquel bosque hasta que finalmente consiguió encontrar el mismo sitio por el que había entrado. Estubo a punto de dar un paso para adentrarse de nuevo en la cuidad pero se le ocurrio poner el tarro que le había dado Naruto en el suelo, ya que si alguien en su castillo lo encontraba sería sospechoso. Tras dejarlo allí se dispuso a volver al castillo y tras conseguir esquivar a unos cuantos guardias que se encontraban buscandolo por todas partes, llegó a su cuarto y tras cambiarse y guardar bien la ropa que habia usado, se sentó en su escritorio ya que tenia unos cuantos contratos que mirar. Intentó concentrarse pero de vez en cuando pensaba en aquel chico rubio del bosque y en su existencia..