- ¡No puedes hacerlo!
- No exageres, cariño, solo será por un par de días.
- ¿Un par de días? ¡Es casi por unas dos semanas! ¿Qué se supone que haré en esas dos semanas?
- Calma, estarás acompañado de mi hermano.
- Ese es precisamente el problema. Bien sabes que no lo soporto.
- Cariño, se que ustedes dos se llevarran muy bien.
El peliblanco frunció el ceño mientras gruñia. A su lado, estaba su cuñado. El “encantador” hermano de su esposa. Ya no tuvo oportunidad de seguir expresando su disgusto ya que su esposa e hija se fueron a su viaje madre e hija. Miró al pelinegro a su lado y ambos se miraron con gran disgusto.
- Mira, Asura, se que no nos llevamos de maravilla, pero mi hermana y mi sobrina estan muy ilucionadas con este viaje y además, mi querida hermana quiere que con esto nos llevemos mejor. Se que eso será imposible, pero almenos evitemos que nuestro tiempo en convivencia sea menos frustrante de lo que ya suele ser.
- Solo callate. Yasha…
Y con eso, se fue. Yasha solo gruño.
- Nunca escuchas.
Esa noche, al entrar a la cocina, divisó a Yasha preparando la mesa. Asura se le quedó mirando por unos instantes. Yasha notó su mirada sobre su persona y lo miró.
- Preparé la cena.
Asura miró la mesa y se sentó sin decir nada. Al dar el primer bocado, se quedó impactado. En verdad su cuñado era un buen cocinero. Pero claro, ni de chiste lo admitiría. Siguió engullendo la comida mientras Yasha comía más decentemente.
Al terminar la cena. Yasha se dedicó a lavar los platos. Asura observó como el cuerpo delgado del moreno se movia mientras lavaba plato tras plato. Cuando terminó se dio la vuelta y secaba sus manos con un mandil rosado pálido, casi blanco. Sus miradas se conectaron por unos segundos antes de que el otro se retirara. Asura no supo ni que demonios había pasado, pero no le dio importancia.
Más tarde, estaba Asura mirando la T.V. Yasha se sentó al otro extremo del cómodo sofá. Miró despectivamente el programa.
- ¿No puedes ver otra cosa que no sea peleas?
- No molestes.
Disimuladamente, miraba el control que descansaba en medio del sofá. Asura observaba hasta que entonces el programa cambió a uno realmente infantil. Miró molesto a Yasha.
- ¿Qué demonios crees que haces?
- Cambiar el canal. Obvio.
Asura se avalanzó sobre Yasha en un intento de quitarle el control. El moreno alejó el brazo donde sostenía el control para que Asura no lo alcanzara, mientras sentía el peso del cuerpo contrario por instinto intentó usas sus priernas para alejarlo, sin embargo, el resultado fue uno que no previeron. Yasha quedó con los ojos abiertos en cuanto sintió algo entre su parte baja. Asura había quedado con su cintura apresada entre las delgadas piernas de Yasha. El rostro del pelinegro se sintió arder.
Asura miró los ojos sorprendidos de Yasha, el brillo en ellos, el rostro blanco ahora bañado de carmín, aquella visión fue extraña y su amiguito entre la parte privada de su cuñado… se levantó inmediatamente y se alejó. Ya no tenía ganas de ver la tele. Yasha aún permanecío aturdido y recostado en el sofá, tratando de comprender la situación. Su rostro se spnrojó aún más de lo que ya estaba y se levantó para retirarse. Miró el control en su mano y apagó la tele y se fue a dormir.