Aún no, creo que....uhm, aún no es suficiente.... pensaba Seung Hyun sumido en sus pensamientos mientras se miraba al espejo, el mayor se había puesto lencería erótica comprada especialmente en Japón para usarla con su pequeño, algo que sin dudas lo enloquecería, pero seguía dudando en que debía verse aún más atrevido. Fue hasta la cocina y cogió un poco de aceite, colocándosela en el pecho, definitivamente el mayor sabía ponerse creativo cuando de JiYong se trataba.
La puerta de casa se abrió, dando paso a JiYong hasta la sala, que no tenía idea de lo que le esperaría durante las siguientes horas. Seung Hyun atinó a tomar su abrigo y colocárselo, a modo de estrategia, en verdad esta noche quería jugar.
–Ohhh.... –suspiró JiYong– De veras, esta noche estoy fundido, mira la hora que es, como pudo pasar tanto...
–¿De veras? ¿Muy cansado? –el mayor se acercaba peligrosamente y notó como JiYong le observaba vestido con ese ridículo abrigo de invierno.
–¿Dónde vas vestido así? sabes, es un poco extremista usar eso en la casa –dijo el menor mirándole de arriba hasta abajo– Pareces un abuelo y además... no es como si tuvieses que esconderme algo... –Ji se había puesto meloso de la nada, debía ser el sueño– Ya he visto todo lo que debía ver– Susurró en el oído del mayor quién no aguantaba las ganas de follarle ya.
–¿No te gusta el abrigo? Hieres mis sentimientos, bien, me lo quitaré –dijo el mayor haciendo un mohín y desprendiéndose del agarre de JiYong– Es una lástima, si te hubieses portado bien con mi vestuario hubieras podido disfrutar de algunos beneficios –el mayor se arrancó literalmente los botones del abrigo dejando ver su escultural cuerpo repleto de aceite, llevando esa sensual ropa interior erótica, ante la cual JiYong sintió ganas de haberse mordido la lengua.
–Qué....qué es esto Seung? no, en realidad, no quise decir eso es solo que... –Ji no sabía cómo articular las palabras, su mayor le estaba empalmando y solamente de vista– LO QUIERO.
– ¿El qué?
–A él –replicó el menor señalando el miembro del mayor– Dentro de mí, AHORA.
–Vaya, así que, primero me criticas, luego te arrepientes y ahora, además, te crees con el derecho de darme ordenes –Seung Hyun se aventó contra JiYong tomándole del pelo salvajemente, tirando su cabeza hacia atrás, dejando el cuello y la boca del menor indefensos, JiYong permaneció inmóvil todo el tiempo con sus brazos al costado para dejarse hacer– Maldita puta, tu a mí no me ordenas, harás lo que yo te diga, serás castigado por hablar de más y por ordenarme –Seung capturó ambos labios de JiYong con sus dientes, mordiéndolo, algo que al menor le hizo empalmar duramente- Mira, mira, si serás zorra JiYong, ¿Te excitas? ¿Incluso en una situación como esta? tú estás disfrutándolo y esa no es la idea....–el menor fue volteado por Seung quien todavía le tomaba del pelo, pronto sintió un ardor en su nalga izquierda, un ardor que se tornó placentero al notar que el mayor le propinó una intensa cachetada– Ruégame…ruégame –la voz del mayor estaba agitada debido a la excitación, pero recompuso su autoridad de inmediato– Ruégame zorra…
– ¿Qué….aahmm –jadeó el menor al sentir que Seung apretó su enorme miembro contra su trasero– Qué… quieres de mí Seung? –el mayor le dio otra nalgada más intensa que la anterior.
–Para ti –replicó Seung– De ahora en más, soy tu amo.
–Sssí… si ..ahhh….señor –JiYong iba perdiendo el hilo de sus pensamientos cada vez que el mayor le nalgueaba, era difícil mantener la compostura con un hombre así, detrás, en una situación semejante. El mayor tiró del pelo de JiYong a modo de reprimenda.
–MAL. Te dije que me llames amo –el mayor volvió a darle un tirón en el cabello a modo de que JiYong entendiese la orden.
–Por favor amo…q-quiero sssentirlo… –exhaló el menor acatando el mandato.
–Más, ruégame más maldita puta, ¿Cómo vas a convencerme de que te folle así?
–Seung…S-Seung…estoy muy duro, por favor…–rogó JiYong, inmediatamente el mayor le volteó y abofeteó su rostro, tomándolo luego de la mandíbula.
–¿Me has llamado Seung? ¡Obedéceme cuando te lo ordene JiYong! –Seung volvió a propinarle una bofetada en el rostro, y con su mano derecha desabrochó el pantalón del menor, rudamente sacó la polla y apretó el glande con fuerza, sintiendo la dureza de aquel miembro y el líquido pre-seminal que goteaba– Yo, soy tu puto amo.
–Tócame entonces…tócame amo, por favor… tócame…–JiYong cada vez se excitaba peor, sólo le quedaba rogar ya que el pelinegro estaba muy exigente esa noche. El mayor volvió a darle la vuelta dejándolo en la posición anterior, tomándole todavía con fuerza del pelo y manteniendo su mano derecha en la polla del pequeño estrangulando su glande.
–Es esto lo que te gusta ¿No es cierto? –el mayor jugó con la cabeza de aquel miembro que tenía goteando en sus manos y lo acarició suavemente para excitar todavía más al rubio– ¡Contéstame cuando te hablo, puta! –inmediatamente el pelinegro golpeó otra vez con su miembro el trasero del menor, el cual ahora estaba desnudo y podía sentirlo mejor, siempre siguiendo con su trabajo en el miembro de JiYong.
–Mmmás..m-mme gustaría que te lo lleves a…ahhh tu boca –el menor no podía continuar así, un masajeo más de Seung y se correría. Una vez más Seung enloqueció, le volteó y le propinó una bofetada en la boca al rubio, el cual al sentir otra vez ese ardor salvaje sobre él, terminó corriéndose en la mano del mayor.
– ¿Tan desesperado estás? No creía que fueras tan zorra JiYong –el mayor llevó su mano llena de semen hasta su boca, dando un tirón en el pelo al rubio para que abriese los ojos– Mírame –exigió, mientras relamía su palma ante la antenta mirada del menor, el cual presentía que volvería a excitarse en poco tiempo– Te estás portando mal Ji…no se supone que debas correrte y disfrutarlo, te has portado mal toda la noche y tú solo lo disfrutas, voy a tener que castigarte peor –el menor miró fijamente los ojos de Seung, provocándole.
El mayor siempre tomando del pelo al rubio le obligó a que caminase delante de él hasta el cuarto. Empujó al rubio encima de la cama, algo que a JiYong le había gustado, comenzando a ponerlo duro por segunda vez, mientras lo observaba desde allí a ese tremendo hombre sudado y aceitoso.
–De veras, no quería llegar a esto Yongie –el pelinegro rebuscó algo de los cajones y lo traía oculto en su mano– Se suponía que la cosa iba a ser romántica, pero… –el mayor abrió la mano y dejó ver una mordaza y un anillo para el pene, el rubio abrió los ojos y trató de resistirse pero el mayor lo retuvo de inmediato colocándole la mordaza –No vas a hablar, no vas a quejarte, no vas a gritar, a partir de ahora, vas a sufrir…o al menos eso creo, ya que eres un maldito masoquista.
–Mmhhh mhhhh –articulaba inútilmente el menor, viendo como Seung le colocaba aquel juguete en su miembro, el anillo dolería, evitándole eyacular, y eso sería demasiado en una noche como esa, dónde la calentura sobraba y Seung cada vez se ponía más autoritario, cosa que le volvía loco.
–Shhh…shhh –lo calmaba Seung poniendo un dedo en su boca, sobre la mordaza– Shhh…nada de quejas ¿Recuerdas? Nada de quejas –el mayor le miró lascivamente con sus profundos ojos, le acarició el pelo, haciendo que el menor se relaje y cuando lo logró, otra vez lo cacheteó para luego acomodarlo a su gusto en la cama. –Oh, cierto –recordó el pelinegro, sacando debajo de la almohada unas sogas para atarle las manos al rubio. Así, JiYong quedó inmovilizado, Seung colocó unas almohadas debajo del pequeño para dejarle inclinado ligeramente y que tuviese la vista suficiente para mirarle– Mi puta dijo hace un momento que le gustaría que este amigo de aquí estuviese en mi boca ¿No es así? –el rubio no lo soportó, si Seung se la chupaba sería el fin, con ese anillo, y tanto semen retenido, comenzó a quejarse más audiblemente pero Seung solo rió sádicamente, introdujo la polla del rubio en su propia boca y comenzó a degustarla, jugando con aquel juguete y mordiendo el glande hinchado, el líquido que goteaba el pene del rubio era delicioso y Seung enloquecía haciéndole una garganta profunda que al rubio lo estaba aniquilando. Después de mamársela un buen rato vió la polla del menor un poco morada asíque decidió sacarle el anillo, a lo que Ji le agradeció con sus ojos– No, no te emociones no estoy siendo piadoso, esto ha sido solo para ponerte duro, porque así te quiero cuando te esté follando –el mayor se quitó su lencería y dejó a la vista de JiYong ese enorme miembro, que llevaba duro bastante tiempo –¿Es esto lo que quieres? ¿Mi puta quiere esto? ¿Lo que me ha pedido desde que cruzó la puerta? Lo tendrás, ahora –el mayor abrió las piernas del menor y le penetró de una sola estocada llenándole por completo, no le importaban los quejidos de dolor del menor, en cada embestida trataba de tocar la próstata del rubio, hasta que la alcanzó y el menor perdió el sentido –Ni se te ocurra correrte Kwon JiYong – Seung comenzaba a penetrarlo más y más duro, quería llegar al orgasmo también, el rubio buscaba con sus caderas meterse más adentro todavía aquel enorme miembro, finalmente el menor no hizo caso, ya que la polla del pelinegro era deliciosamente grande y le llenaba entero, estaba dando en su punto dulce y ya no lo soportaba, dejando finalmente liberar su esencia. El mayor salió disgustado del menor, quitándole la mordaza y liberándole las manos a un exhausto JiYong– ¿No piensas hacerme caso, uh?
–Lo ssiento…–jadeó el rubio cansado, después de dos orgasmos– en verdad lo siento…amo…
–¿Qué piensas hacer con esto? ¿Crees que voy a mastubarme para acabar? Lo siento por ti Ji, pero hasta que yo no acabe, esto no termina –acto seguido el pelinegro tomó nuevamente las caderas de JiYong, le volteó y le penetró otra vez pero JiYong ni siquiera se movía– No estoy follandome a un maldito cadáver JiYong, muévete, muévete –el menor estaba algo cansado, aunque estaba disfrutando de la segunda follada, podría haberse movido un poco pero el hecho de enojar a Seung le excitaba y mucho –Vamos zorra, incluso mi director John Lee podría follarme mejor que tú –el menor al escuchar esto sacó su entrada de la polla de Seung inmediatamente como un resorte y se puso de pie.
– ¿Quién mierda te crees que eres? –gritó indignado el rubio– ¿John Lee? Que John Lee te folle, te la mame, y te trague el semen, asqueroso pervertido, ¿Quieres tirarte a un viejo? Enfermo pervertido.
–Qué fácil es resucitar a los muertos –el mayor rió ante el extremo ataque de celos, el cual esperaba que JiYong le hiciese luego de provocarlo así – Ven, no he terminado contigo.
–Pero yo sí, apártate –el mayor intentaba remediar lo que había dicho, se había pasado realmente– no me toques, no me vuelvas a tocar enfermo folla viejos, ¡¡¡No me toquéis!!! –JiYong recordó que la noche anterior habían utilizado una fusta y había quedado debajo de la cama, en una maniobra evitó el agarre del pelinegro y corrió hasta ella, sacándola rápidamente de su sitio y desesperado enfrentó al pelinegro que le miraba riéndose de aquel drama que se estaba montando su compañero.
–¿Tú y una fusta? ¿Es en serio? –Seung se burló, pero JiYong le pegó un azote en la punta del miembro lo cual fue doloroso para el mayor.
–¿Quién es la puta llorona ahora? –Ji de verdad se había enojado con eso de John Lee– ¿Así que el viejo folla mejor que yo eh? –el rubio le propinó otro golpe con la fusta en la mejilla del pelinegro– Pues vamos a ver si te gusta tanto, enfermo degenerado –el menor arrojó a la cama al mayor que estaba indefenso tomándose el miembro recién golpeado, se colocó sobre el pelinegro y se empaló él mismo la polla del mayor, comenzó a cabalgarlo desenfrenadamente mientras Seung sentía placer y dolor al mismo tiempo.
–Ahhhh…sigue…sssigue…
–¿El viejo tendrá esta energía? ¿Uh? ¿La tendrá? –JiYong estaba desesperado por demostrarle que la única entrada que le daría placer era la suya, y lo cabalgaba con más fuerza en cada subida y bajada
–Asíque….ahhh…esto ss-s-ientes cuan-do mezclas ahhhmm…el dolllorr..
–Siénteme Seung….ahhhhhhh –el menor se había empalado hasta la próstata haciendo que su miembro llegue al punto extremo de dureza y excitación –Siénteme ahhhh siénteme…v-voy a..voy a follarme a..un MC p-p-ara que sssepas lo que se ss..siente…ahhhh –el mayor al escuchar eso se volvió literalmente loco y cambió posiciones con el menor, lo colocó debajo de él y le embistió como un animal haciendo sonar sus cuerpos chorreando líquido preseminal como lubricante natural.
–¿A quién te vas a follar zorra? ¿A quién te vas a follar? –el mayor incluso si quebraba su miembro, le embestiría hasta llevarlo a la demencia– Tú solamente eres mi puta, MÍA –el mayor descargaba sus celos en las embestidas al rubio –Yo soy quién te folla, yo soy quién te llena, yo….ahhhhh yo –el mayor jadeaba audiblemente, próximo al orgasmo.
–Fóllame entonces…mmhhhn –el rubio se mordía el labio inferior controlando los gemidos –muéstrame a quién deb-b-o servirle ahhhh…dime de qq-quién ssoy su putaa ahhhh –el mayor dio la embestida más ruda de la noche corriéndose dentro de JiYong, y éste haciéndolo también sobre su abdomen y el del mayor al sentir como el pelinegro le llenaba. Seung cayó a su lado y JiYong soltó la fusta que todavía llevaba en la mano, dejándola caer otra vez debajo de la cama. El mayor se había liberado por fin, y para el rubio ya era el tercer orgasmo de la noche, estaba cansado y trató de relajarse, lentamente.
–Ji… –le llamó el mayor cuando sus respiraciones se habían relajado ya.
–¿Qué pasa?
–¿Te ha gustado?
–Siempre me gusta si es contigo, Seung
–Esto ha sido porque te has quedado hasta tarde trabajando, y quise reanimarte.
–Sabía que me darías un regalo Seungie…–el rubio le besó ligeramente en la mejilla– Siempre piensas en mí cuando me quedo hasta tarde– el menor comenzaba a adormilarse, cuando el pelinegro volvió a llamarle.
–Ji…
–Mmmm??
–Si me vuelves a pegar con esa fusta en la punta del pene te juro que te meteré el guión de mi película por el trasero.
–Mientras no te metas a John Lee…