Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Labios Agridulces. por Careless

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Gracias por leerlo, este es mi primer fanfic de este estilo... Sol otengo unos 20 de paramore, pero nada de Yaoi, asi que no sean duros porfavor... Arigatou :3

Oh, maldición. ¿Cómo puede ese Yamamoto ser tan idiota? No logro soportarlo. Cada vez que llego a la escuela es la misma maldita rutina.

 

-¡Hey, Gokudera!  -grito el insoportable.

-No grites, ¿no sabes que molesta al pobre décimo, Gran estupido? –le grite.

-Eh... Gokudera, no me molesta en lo absoluto –me sonrió.

 

 Apreté los dientes. Sé que le molesta, se asusta. Maldito Yamamoto. Así que lo decidí, hablaría con el Décimo. 

 Espere hasta que terminaran las clases y todos se fueras, para poder hablarle. Él en un principio me ignoro, pero intente tomar su atención sin alterarlo en lo más mínimo.

 

-Décimo, ¿Podemos hablar?...

-¿Eh? Sí, ¿De que? –dijo de corrido.

-Es sobre Yamamoto –note como le temblaban las manos cuando dije su nombre.- Creo que ya es suficiente, no lo logro soportar en absoluto. ¿Qué opina usted? –le dije amablemente.

-¿Ah? No, yo creo que Yamamoto es buena persona –bajo la mirada.

-¿Buena Persona? Tsk, Horrible persona diría yo… -le mire denuevo, estaba completamente sonrojado.

-Esto… Me tengo que ir –tomo sus cosas y corrió. Yo intente detenerle, pero no lo logre.

 

 Maldición, todo por culpa de ese Yamamoto. Apuesto a que él… ya se enamoro de él. Mañana mismo le pondría las cosas en claro a ese maldito.

 Camine hacia la salida, pero cuando salí, me encontré con esa alimaña. Takeshi estaba apoyado contra la puerta, hasta que intente salir y él salto delante mío.

 

-Disculpa, ¿Podrías venir a mi casa?

-¿Eh? ¿Para que?

-Para ayudarme con mis estudios, últimamente no entiendo casi nada de la materia que están pasando y quería pedir tu ayuda. –Sonrió de oreja a oreja. Suspire y examine la situación, si iba a su casa podría decirle todo lo que estaba pensando.

-Bien, trato.

 

De camino a casa se la paso hablando de cualquier estupidez. Yo simplemente tome un cigarro y lo encendí, pero apenas lo hice, me lo quito y lo apago.

 

-¿Qué te pasa? Ese era mío.

-Pero eso no le hace nada de bien a tu salud. –dijo, como siempre, sonriendo

 

Maldición, ese tipo me irrita tanto…

 

 Al llegar, subimos rápidamente a su habitación y al llegar, me empujo para entrar. Choque con su cama, con lo cual, intente pararme rápidamente, no pensaba quedarme allí, pero él repentinamente se recostó en mi.

 

-¿Qué haces? ¡Pesas!

-No me interesa –su voz cambio, ahora era más… no lo se, ¿Ronca?¿Masculina?

-¿Cómo que no te interesa? Me estas aplastando.

 

 Ignoro mis aullidos de ayuda y me giro en 180 grados, dejándome mirar su cara totalmente seria mirándome de una forma bastante incomoda.

 

-Te dije que te salieras –intente empujarlo, pero el se negaba, parecía un muro que obstruía mi camino.

-Como si fuese a dejarte ir –se acerco, ¿Qué estaba haciendo?.

 

 Tomo mi barbilla y me beso. Le golpeaba con mis fuerzas restantes, hasta que ya no pude más, cedí.  Luego de eso, me saco la polera y comenzó a lamer mis pezones, que asco.

 

-Gokudera –repetía- Gokudera, Gokudera… -Decía mientras besaba mi cuello. Su cara cambio radicalmente a una llena de deseo- Te quiero todo para mí.

 

 Lo mire de forma bastante dura, intentando transmitir un “Aléjate”. Aunque me devolvió una mirada demasiado confiada que decía “No me interesa”

 Me bajo el pantalón.

 

-Maldición, ¡Detente! –le abofeteé

-No puedo, además, ¿Por qué te pones tan nervioso?, no te haré nada…malo –se rió, sin importarle el golpe que le acababa de dar.

-Por favor, no –le dije tapándome la boca. Él me miro y sonrió.

-¿Por qué no dejas de excitarme con esa cara tuya?

 

 ¿Exci… QUÉ?  Esto no dejaba de molestarme.

 

-Deja de jugar, no me gusta.

-¿Por qué? ¿No te gusta? Además, ya estas duro. –Sonrió y empezó a tocarme

-Que desagradable –dije entrecortado- Déjalo.- Se rió de mi.

-¿Por qué? Esto aun no comienza.

 

Que vergüenza, estaba completamente desnudo e indefenso ante Yamamoto.

 

-¿Puedo comerte? –dijo.

-¿Qué? No, ni se te ocurra… -empezó a lamerlo. No hay nada más desagradable que este tipo me este haciendo este tipo de cosas. Después de eso, se lo metió a la boca. Ya no sentía mi propia respiración. ¿Acaso esto es lo que se siente? Ahora ya no resultaba tan asqueroso, sino que más que eso era… placer.

 

Maldito Yamamoto, no lo soporto.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).