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Aunque tú no lo sepas por Yais

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Capítulo 8

Naruto era, de cierta forma, diferente a como lo recordaba. Se veía igual, sí, e incluso conservaba actitudes innecesarias como gritar “Te voy a golpear” antes de hacerlo. Sin embargo había algo que no tenía hacía un año, ni siquiera un atisbo el día de ayer, y eso era una gota de rencor en los ojos al mirar a su oponente.

Fue principalmente por eso que a pesar de haber recuperado su arma decidió no intervenir en la pelea del hombre encapuchado contra el rubio. Quería saber qué tan diferente era Naruto, cómo había pasado el tiempo en sus términos y qué tanto había mejorado sus técnicas de combate. Recordaba que Naruto era fuerte, pero bastante imprudente… en general estúpido y eso siempre le había jugado en contra.

Mientras lo observaba, los cabellos rubios del chico se mecían con cada golpe que daba, o pretendía dar, a su contrincante quién se echaba para atrás casi como si estuviera abrumado por el ataque. Naruto no omitía los puntos de apertura del encapuchado y era bastante rápido, sin embargo se notaba que era incapaz de darse cuenta que su oponente le daba entrada sólo porque lo estaba guiando a una trampa.

– ¡Naruto! – Sasuke no tuvo tiempo de ponderar las posibilidades de dejar a Uzumaki ser herido y encargarse él de su oponente en la distracción, pues tan pronto vio que Naruto iba directo a pisar una mina escondida le gritó para que detuviese su ataque.

Su compañero reaccionó al instante y fue gracias a esos segundos que ganó que se salvó de una herida grave o fatal. Sin embargo su oponente parecía preparado para una reacción y como segunda medida para acabar con ellos activó, no sólo esa sino otras, cuatro minas esparcidas por el piso a control remoto.

Tanto Sasuke como Naruto escucharon un “Bip” bastante cerca de donde estaban y su primera reacción fue mirar las bombas, después ambos corrieron para ponerse a cubierto. Sin embargo estaban muy cerca de los explosivos, así que viendo que no podrían salir bien librados Naruto se lanzó sobre Sasuke para cubrirlo y se hicieron bolita en el suelo.

Escucharon un estallido y no pasó mucho para que ambos sintieran pequeños fragmentos de cemento y metal golpeándolos; incrustándoseles en la piel e hiriéndolos. Una polvareda se levantó a su alrededor.

– Sasuke ¿Estás bien? – Naruto estaba aferrado al mencionado pasando un brazo por encima de su cabeza y otro por su espalda.

Cuando Uchiha abrió los ojos lo primero que vio fue los iris azules de Naruto, fijos en él y brillando de preocupación. Sintió que todo su cuerpo se estremeció y respondió con un asentimiento de cabeza leve. El aliento de Naruto, casi chocando contra su boca, así como su calor no lo dejaba moverse.

Y se hubiese quedado así, perdido en la piel canela de Naruto y las marquitas sobre sus mejillas que tanto le llamaban la atención, sino hubiese sido porque un camino de sangre comenzó a brotar de la coronilla del rubio, bajando por su frente hasta gotear al suelo. A Sasuke le embargó un sentimiento bastante extraño, pues si bien deseaba lastimar a Naruto no podía soportar la idea de que alguien más le hiciese daño.

Apretó el mango de su pistola, que aún no soltaba, y aflojando el agarre de compañero, pero no liberándose, se semi incorporó. La nube de polvo comenzó a disiparse y apuntó directamente a la primera figura que alcanzó a divisar, sin embargo no le pudo disparar porque la mano le comenzó a temblar a causa de un agudo dolor en el hombro.

La figura pretendió terminar su trabajo con ellos pero se detuvo justo cuando escuchó un grupo de pasos acercarse y mejor optó por la huida.

Sasuke se quejó ligeramente y observó de nueva cuenta a Naruto. El rubio tenía una mueca de dolor y pudo ver que su playera rasgada, casi destruida, dejaba ver varias quemaduras a la altura de su espalda.

– Naruto – le llamó justo cuando se dio cuenta de que su compañero comenzaba a cerrar los ojos – Despierta –

– Sasuke – el rubio pestañeó y cambio su gesto adolorido por una sonrisa – estas bien – y sintió que palpaba lo que podía sentir de él – Disculpa haber tardado tanto –

No le contestó pero lo acomodó para que descansase la cabeza en su brazo y tiró levemente de algunos trozos de tela para averiguar que tan graves eran sus heridas.

– ¡Naruto! – Los pasos que habían hecho alejarse a su atacante se hicieron mucho más fuertes y tan pronto Sasuke giró el rostro se encontró con cuatro soldados que rozaban su edad. Los conocía porque eran los siempre amigos de Naruto: Nara Shikamaru, Akimichi Chouji, Inuzuka Kiba y Hyuuga Neji. El segundo iba cargando a Suigestu sobre su espalda.

– ¿Dónde está? – Kiba fue el primero en hablar y más allá de preocuparse por el estado de Sasuke y Naruto comenzó a mirar hacia todos lados; buscando al enemigo.

– Se ha ido – Shikamaru comenzó a revisar el lugar para verificar que no hubiesen más sorpresas escondidas y Neji se acercó a ellos para saber cómo estaban.

– ¿Se encuentran bien? – Hyuuga le preguntó tanto al rubio como al pelinegro y a pesar de que Sasuke asintió y Naruto le resopló diciéndole que “claro que estaba bien” el tono de voz del último lo preocupó – Shikamaru – llamó a su otro amigo – Será mejor que volvamos, Naruto y Uchiha necesitan atención médica –

– ¡Maldición! – Kiba pateó el suelo con enfado – Justo cuando podíamos atrapar a uno de ellos, deberíamos separarnos –

– No tiene caso – Shikamaru negó levemente con la cabeza – Es mejor interrogar a los que dejaron atrás y sí, es mejor que volvamos –

Kiba resopló – Naruto – caminó hacía el mencionado y aunque se mostró perturbado al verlo herido sólo le duró un instante – Deja de hacerte el vago – y le empujó la pierna con el pie suavemente.

Sasuke frunció ligeramente el entrecejo y fulminó con la mirada a Kiba mientras, instintivamente, pretendió apretar contra sí al rubio pero se contuvo. Inuzuka chasqueó la lengua como respuesta a su acción y se fue a recargar, con una mueca de frustración, a una de las paredes cercanas.

Sasuke se dio cuenta de que estaba demasiado preocupado por Naruto así que quiso separarse de él, pero Neji le indicó con un gesto de mano y mirada seria que no lo hiciera – Creo que deberíamos poder moverlo pero será mejor revisarlo antes de hacerlo –

– Estoy bien Neji – Naruto le respondió tranquilo pero no había que ser un genio para ver que no era así, pues la sangre que escurría de la herida en su cabeza comenzaba a formar un charco. Un fragmento de metal grande y puntiagudo debió haberlo golpeado.

 

Cuando Chouji dejó a Suigetsu sentado y recargado en la pared a un lado de Kiba, para ir e intercambiar un par de palabras con Shikamaru, el peliblanco se llevó una mano al hombro y lanzó un quejido mientras miraba a Sasuke con una nota de rencor.

Lo culpaba por estar herido y a la vez le reprochaba el hecho de que tenía a Naruto, semi recostado sobre su cuerpo cuando a él lo había lastimado sólo por tocarle la frente con la yema del dedo índice – Maldita sea con los Uzumaki – murmuró bufando – estúpido Sasuke –

Kiba lo miró de reojo y se rió de él por lo bajo.

Suigetsu arrugó la nariz al escucharlo – ¿Qué? – como respuesta su acompañantes se encogió de hombros.

Unos minutos después Neji le avisó a Sasuke que había terminado con los primeros auxilios y ya podían mover a Naruto, lo que hizo que Suigetsu volviese a gruñir. A él sólo lo había revisado Chouji y después de resolver que no se moriría se lo echó al hombro sin delicadeza; como si fuese un costal de papas.

– ¿Te duele algo? – le preguntó Kiba en un murmullo, aunque no lo miró porque, por alguna razón, encontraba muy interesante ver a Sasuke.

– Nah – Suigetsu negó– Ayúdame quieres – y se apoyó en él para que lo llevase de vuelta a la alianza.

Durante esos minutos Sasuke había estado pendiente de las palabras de Neji y lo ayudó a poner una venda provisional alrededor de la cabeza de Naruto, así que no se dio cuenta de la mala mirada que le dirigía Suigetsu. A causa del golpe y la explosión estaba tan desubicado que no le importaba mantener cercanía con su herido amigo de la infancia.

Y no se dio cuenta de aquello hasta que Neji lo hizo notar que después de ayudar incorporarse a Naruto en vez de encargárselo a alguien más, como normalmente haría con otros, lo ayudó a pasar un brazo detrás de su cuello, lo tomó por la cintura, sintiendo el calor de su piel herida; y pretendió llevarlo consigo.

– Uchiha san – En un principio Neji dejó pasar e incluso creyó conveniente la cercanía de Sasuke y su amigo mientras lo atendía, pero ahora no veía con buenos ojos que Naruto estuviese tan cómodo recargado en Sasuke, respirando casi a su cuello, ni que el segundo tuviera la soltura y confianza de pegarlo tanto a sí. Más porque la ropa rasgada de Naruto lo tenía casi desnudo. Aquello ya lo consideraba innecesario – Yo me encargo de Naruto – así que aunque fue delicado arrebató al rubio de los brazos de Sasuke con un gesto serio, casi reprendiéndolo por lo que él consideraba una conducta inapropiada.

No era que Sasuke no quisiese soltar a Naruto, de hecho agradeció que alguien lo volviese a la sensatez, lo que le enfadó fue saberse juzgado por Hyuuga quien le lanzó un clara y directa mirada de censura.

 

Camino de vuelta a la alianza, después de que acomodaran a Naruto y Suigetsu en la camioneta en la que habían llegado, Shikamaru se comunicó con el cuartel y después le informó a Sasuke que la cena ordenada por Ōnoki había sido falsa y que el Tsuchikage no había programado una reunión semejante.

Aparentemente le habían tendido una trampa para que se alejara lo suficiente del radio de respuesta rápida y poder atacarlo. Significando, entonces, que la persona que le había hecho entrega de la nota, así como todos los que se habían topado con ella eran sospechosos de traición. Después de eso, a pesar de que parecía que había más información Shikamaru guardó silencio y Sasuke hizo lo mismo respecto a la mujer que había visto.

Aquello le confirmaba que, como Obito había sospechado, sí había infiltrados y que Ōnoki no sólo tenía conocimiento de ello, sino que también se lo estaba ocultando al resto de los Kages.

 

Cuando llegaron a los conocidos edificios de la alianza transportaron al rubio a una camilla y  Sasuke se dio cuenta de que Naruto era bastante apreciado en el lugar, pues tan pronto una persona lo vio herido no pasó mucho para que una cantidad considerable asomara el rostro al pasillo, por donde caminaban, para intentar averiguar su estado. Y, claro, mucho menos tiempo pasó para que Gaara apareciera y, casi importándole muy poco hacer esperar a los camilleros, tomara del rostro a Naruto para que lo mirara.

– Estoy bien – fue lo primero que le dijo el rubio en cuanto lo vio para luego cerrar los ojos y encogerse casi como si estuviese esperando que Gaara comenzara a reprenderlo.

– ¡¿Por qué nunca puedes hacer caso a lo que se te ordena?! – el pelirrojo parecía que tenía la intención de zarandearlo pero como el rubio estaba herido se contentó sólo con alzarle la voz.

– Emm – Naruto entre abrió los ojos – … pero no pasó nada –

– ¡Te explotó una mina! –

– amm, no me, bueno… –

– ¿Qué hubieras hecho si se trataba de otro tipo de trampa?, si también los hubieran estado esperando –

Naruto le sonrió intentando tranquilizarlo.

– Con eso no te salvas, no puedes estar tan tranquilo. ¿No podías esperar? –

– Sabes que no Gaara – Naruto por fin pareció ponerse serio y el pelirrojo se dio por vencido, realmente no tenía caso que peleara con él en ese momento – no te enojes – y entonces Naruto estiró la mano para tomar y darle un apretón a la de su compañero.

Eso pareció calmar al pelirrojo e incluso lo hizo lanzar un suspiro resignado.

 

Sasuke, al igual que Suigetsu y los otros amigos de Naruto, había detenido su camino a la enfermería porque la camilla y Gaara no los dejaban avanzar, así que tuvieron que observar el despliegue emotivo del pelirrojo y la manera tan sosa que el rubio tenía de calmarlo. Realmente era irritante porque los dos primeros estaban, también adoloridos, pero más irritante para Sasuke porque… Le fastidiaba ver a Uzumaki feliz.

Además el pelinegro creía que Sabaku era bastante imbécil. Ir, hacerle un drama a su prometido o lo que fuera y después callarse sólo porque le sonrió un poquito y lo tomó de la mano, a parte de sonrojarse, le parecía ridículo. Sólo le faltaba ponerse a lloriquearle a Naruto que creía que no lo volvería a ver vivo o similar para que no pudiera contener las ganas de pegarles un tiro.

Sin embargo Sasuke no tuvo tiempo de alcanzar los niveles de irritabilidad suficientes para hacer lo anterior porque Gaara se hizo a un lado y permitió que los camilleros siguieran su camino, aunque eso no evitó que le lanzara un resoplido de fastidio justo cuando pasó a su lado.

– Uchiha – Gaara lo tomo del antebrazo para detener su camino mientras lo miraba con un gesto serio – Ōnoki san quiere hablar contigo – y después lo soltó.

Sasuke no hizo ni una sola mueca, a pesar de que sintió el tirón como si lo hubiese golpeado con fuerza pues aquel era su brazo lastimado, ni gesto de haberlo escuchado; sólo siguió con su camino.

A pesar de eso, sabía que debía ir con Ōnoki, así que después de que lo revisaran y le aplicaran ungüento tanto en sus heridas superficiales como en la quemadura de su hombro, fue a ver al Kage. Ahora no iba con Suigetsu porque a él lo estaban preparando para operarlo y extraerle la bala, así que con cierta molestia fue acompañado por Hyuuga.

Neji parecía tranquilo y serio, pero no tímido como si homologa en femenino. No hacía falta mirarlo mucho para adivinar que pertenecía a un clan antiguo e importante, como el suyo, pues sólo ellos se tomaban la molestia de conservar sus apellidos de tal forma que, incluso después de tanto tiempo, aún hubiese una conexión rastreable entre mujeres y hombres. Eso último no le generaba confianza aunque, realmente, nadie se la causaba. Mucho menos un amigo de Naruto.

Al entrar al despacho de Ōnoki lo vio acompañado de Gaara, Sai y Lee. El último parecía estar azul del susto y lanzó una exclamación de felicidad en cuanto lo vio entrar.

– ¡Sasuke san! – y corrió a abrazarlo – Que gusto que este bien, no tiene idea de cuanto lo siento –

El mencionado se hizo hacia atrás para que no lo tocara y Lee iba a ignorar su renuencia sino fuera porque Neji, entrado ya en un papel de guardaespaldas, paró a Rock interponiendo su brazo.

– Lee compórtate – Aparentemente Hyuuga guardaba una especie de rencor por el chico y no tenía problemas en demostrarlo en su tono de voz.

– Lo siento – repitió Lee y regresó a donde antes estaba, a un lado de Sai. Donde casi se encogió de pena.

– Tsuchikage sama, si eso era todo me retiro – Sai reverenció a Ōnoki.

– aah yo también, con su permiso – Lee también lo reverenció y junto con Sai salió de la oficina.

– Me retiro – Neji se dio la vuelta y casi corrió detrás de Sai y Lee. Mientras que Gaara miró la puerta con rencor unos segundos antes de volver su mirada al Tsuchikage.

– Uchiha – Ōnoki se sentó en la silla detrás de su escritorio – primero que nada quiero que sepas que yo también me alegro que te encuentres bien y que lamento todo lo sucedido. Parte de ello has sido mi culpa por no informarte nuestra situación actual desde un principio –

– Quiero una explicación – era evidente que Sasuke ya sabía lo anterior.

– Últimamente he notado que el Hokage tenía dudas respecto a la alianza y prefiere hacer las cosas por su cuenta, hemos tenido problemas con la confianza el uno del otro y el hecho de que te enviase como representante y no viniese él en persona lo hace algo evidente – Ōnoki se tomo su tiempo para hacer una pausa – la verdad, y supongo que él ya lo sabe, es que tenemos un grupo infiltrado pero aun no hemos identificado a qué nivel ni cuales son sus intenciones. Hasta ahora podemos intuir que, dado el ataque que han orquestado contra tu persona, su estrategia más obvia es seguir trabajando con la desconfianza entre nosotros y el país del fuego, así como generar dudas para el resto de los miembros e incluso crear problemas con el otro continente. –

Como respuesta Sasuke frunció ligeramente el entrecejo.

– Ahora debo pedirte una disculpa mucho mayor no sólo por haber ocultado los problemas internos, sino por haber dejado que se filtrara esa carta a mi nombre de manera intencional – Ōnoki se acarició las sienes frustrado – tuvimos a un equipo de ayuda monitoreando movimientos sospechosos a tu alrededor pero fueron tomados por sorpresa y eliminados. Si no hubiese sido por el reporte de Mei san no hubiésemos sabido de la situación antes de que fuera demasiado tarde –

– Estas diciendo – Sasuke apretó los dientes – que me usaron de carnada, sin decirmelo –

– Hay… –

– ¿No creen que si me hubiesen informado todo hubiese sido más sencillo? – Sasuke no pudo evitar ser sarcástico.

– No es el tipo de cosas que podamos pedirle a un representante del Hokage –

– Uchiha – Gaara, quien había mantenido los brazos cruzados durante la plática entre los otros dos, se atrevió a interrumpir – Las cosas no salieron como fueron planeadas, pero al final no has recibido daño alguno y eso, más la información que recolectamos, es lo importante –

Sasuke se atrevió a mirar a Gaara con sorpresa, y luego le lanzó una sonrisa irónica.

– Es por eso que te pedimos que manejes esto con el Hokage de la mejor manera posible – el Tsuchikage sabía que no tenía salida. Sasuke no sólo era el enviado de Obito sino que también era un Uchiha, un miembro de su familia y que cualquier cosa que le ocurriera sería catalogada como más que grave.

Antes había estado deliberando con Gaara y, la verdad, era preferible que Uchiha supiera que tenían conocimiento de los infiltrados y que estaban midiendo sus movimientos, a que le reportara al Hokage, y en consecuencia a todos los aliados, que no tenían idea de lo que ocurría dentro de su territorio. Al menos con Sasuke podrían razonar y él podría suavizar a Obito.

El pelinegro miró tanto al anciano Ōnoki como a Gaara y se dio la vuelta para salir del lugar. Entendía que el fin justificaba los medios, y si él salía herido parecía no importarles. Ni siquiera la vida de Suigetsu que parecía que tampoco sabía nada.

Se preguntaba si Naruto estaba al tanto de aquello. Probablemente sí, ya que estando tan acaramelado con Gaara debía saber todo lo que ocurría en aquel lugar.

– Uchiha– Gaara lo alcanzó fuera de la oficina de Ōnoki y lo llamó a su espalda.

– ¿Qué? – preguntó el mencionado sin girarse, deteniéndose un tanto fastidiado.

– Esto es algo por lo que pelaron muchos – el pelirrojo se refería a la alianza.

– No tengo nada que ver con eso – Sasuke se llevó ambas manos a los bolsillos del pantalón y se giró para encararlo. Necesitaba verle la cara mientras le decía que no le importaba en lo más mínimo. Él había ido a ahí a cumplir con su misión y nada más que eso. Reportar lo ocurrido tal y como pasó era lo que debía hacer.

Gaara desvió la mirada un par de grados – Es algo por lo que Naruto lucha –

– mucho menos con eso – Sasuke soltó en un gruñido. Aunque, la verdad, fastidiar a Naruto no sonaba tan mal, claro no estaba seguro de querer hacerlo a costa de aquel lugar.

– Naruto te considera su amigo y te aprecia. Fue directamente por ti a pesar del peligro. – El pelinegro pudo escuchar una nota de reproche en la voz de Gaara, le echaba e cara que él no tuviese ni un rasguño mientras Naruto regresó en camilla.

– Ese idiota se va a matar sin mi ayuda… apareció porque tenía que hacerlo, hubiese ido por quien fuese – Sasuke sabía perfectamente que aquello era verdad, así era Uzumaki después de todo – no pienses que voy a agradecerle cuando sabía lo que ocurriría –

– Sólo el equipo que fue eliminado por los rebeldes lo sabía – Gaara miró a Sasuke fijamente – Naruto no puede manejar este tipo de situaciones, menos si se trata de ti –

Uchiha resopló. Ahora le parecía hilarante que Sabaku no Gaara le dijera aquello.

– Cuando Sai dijo que no me agradabas decía la verdad – Gaara elevó la barbilla un poco – detesto el hecho de que Naruto sea capaz de lastimarse tanto sólo por ti, pero lo hace, y aunque seas incapaz de apreciarlo creo que deberías agradecérselo – y después de decirle aquello se dio la vuelta para dejarlo ahí, a mitad del pasillo.

Sasuke apretó los puños. Jamás pensaba agradecerle a Naruto algo en la vida.

 

Debido a que ya era muy noche cuando llegó a su habitación y pretendió escribir el informe, que enviaría a Obito mañana a primera hora, se sintió muy cansado y prefirió dejar de lado su tarea y mirar por la ventana.

Primero había tenido un grupo de juntas que lo agotaron por completo, después el Tsuchikage lo había usado como carnada para atrapar a los infiltrados en la alianza, de los cuales él pensaba mínimo uno era mujer; y después Naruto había aparecido a salvarlo en el momento en el que casi lo habían capturado. No tenía ni porqué mencionar a Gaara.

 

A pesar de que Sasuke no era el tipo de personas que se metía en problemas y nadie los buscaba con él, cuando niños Naruto siempre le había dicho que lo protegería de cualquier cosa “porque era su amigo y nadie lastimaba a sus amigos”. Eran ese tipo de cosas, bastante simples pero agradables, las que lo habían hecho enamorarse de él. Aunque ahora recordar esa declaración le enfadaba y dolía porque, cuando el rubio le aseguró eso, jamás pensó que fuese él quien llegara a herirlo.

Se preguntaba qué hubiera ocurrido si ese día Naruto le hubiese dicho que lo amaba, ¿Habría cambiado algo?, ¿Estaría menos enfadado?... no lo creía. No quería imaginar un hubiera como ese porque entonces incluso se preguntaría cosas sin sentido como ¿Qué ocurriría si lo recordara? y si decidiese quedarse con él. Porque si aún no estaba casado, eso significaba que podía.

Pero no, el rubio estaba atrofiado y probablemente le había hecho aquello por puras ganas. De otra forma no sería tan cariñoso con Sabaku y mucho menos habría pensado en contraer matrimonio con alguien que no amaba. Ese no era el estúpido de Naruto.

Pensaba demasiadas tonterías, recordaba bastantes cosas y mejor era dejar de intentar escribir su reporte a Obito porque, de igual forma, no podía concentrarse. Además, necesitaba aplicarse más medicina en la quemadura en su hombro porque volvía a escocerle.

Como se había salido de la enfermería, por decisión propia, directo a ver a Ōnoki no había esperado a recibir las instrucciones del doctor ni llevado la medicina consigo, así que tuvo que salir de su habitación para volver a pedírsela al médico. Al llegar lo atendió un enfermero que estaba haciendo guardia y mientras buscaba el ungüento para dárselo le mencionó la suerte que había tenido al no haber salido más herido.

 

Cuando iba de vuelta a su habitación, y debido a que el pasillo estaba vacío por ser de noche, no pudo evitar pararse frente a la puerta de la habitación que sabía era la de Naruto y mirarla unos segundos antes de decidirse a abrirla lentamente. No hizo mucho ruido porque no quería ser descubierto por alguien que ya estuviese dentro o por el mismo rubio en el caso de que estuviese despierto. Pero afortunadamente al empujar un poco más la puerta, y tener mayor visibilidad, se dio cuenta de que en el cuarto sólo se encontraba Naruto y que éste estaba profundamente dormido, probablemente por alguna medicación que le suministraron.

Al acercarse hasta él, pudo ver que la venda provisional que antes le habían puesto Neji y él ya no estaba alrededor de su cabeza, en cambio tenía acomodadas unas tiras que cerraban la abertura en su cabeza; y diversas gasas estaban fijadas en aquellas partes de su cuerpo donde los metales le habían hecho otros cortes profundos.

Debido a que ni medicado Naruto lograba estarse tranquilo a la hora de dormir, la sábana que lo cubría se había escurrido a su lado derecho y eso le permitió a Sasuke ver su espalda cubierta con parches para curarle las quemaduras.

Cuando lo llevaban no le había parecido tan grave como lo veía ahora.

– Dobe – susurró mientras se daba la vuelta para salir de ahí. Sabía que no habría recibido tanto daño si no lo hubiera protegido.

Notas finales:

Ya iban varios días que no apretaba el botón de Agregar Fanfic.

Voy a confesarles que he estado escribiendo otras cosas y que mi primera intención (antes de subir el ocho) era revisar los capítulos anteriores de este fic (porque creo que ahora ya puedo darles una revisada y notar algunos errores), pero me he estado quedando sólo con las intenciones y buff mejor opté por dejarlo a medias porque sino jamás actualizaría.

Como siempre les digo GRACIAS por leer y comentar... respondo los reviews en el transcurso del día de mañana. Como siempre, también, estoy actualizando en la madrugada.

Un beso y...

¡JA! ¿Verdad que Gaara es un encanto? ^^U


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