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Blanco Corazon por RAMSIN

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Bienvenidos, creo que esto era algo que esperaba hacer con mucho cariño, mi segundo intento con No 6, ahora lo de siempre, este fic es un Nezumi x Sion, Yaoi (como no serlo si en el manga, anime, novela, eso es más que obvio XD ), Mpreg ( si soy la primera en esto, perfecto, si no, avísenme quien tuvo esta genial idea primero para leerla ja ja ja ), otra cosa, medio universo alterno, entenderán mientras leen a que se refiere eso, muchas cosas, si saben cómo es mi modo de llevar las tramas, se divertirán un mundo, sufrirán otro más y los dejare en vilo de vez en vez. No digo más, solo disfrútenlo que esto es algo que vale la pena leer.


Blanco Corazón


Capítulo 14


Ocultando la verdad


Realmente no comprendía porque estaban allí parados, en medio de una brisa helada, con la vista puesta en algún punto muerto del horizonte, Shion tan solo sentía que moría de frio, tiritaba dentro del grueso abrigo de lana que Nezumi le puso encima al salir esa noche de la casa. Mirando una y otra vez por encima de una leve colina que no estaba nada lejos de la más importante y movida la entrada a la ciudad de No.6, debía admitir que era una locura andar por esa zona a esas horas, bueno, a cualquier hora tratándose de él, alguien perseguido por muchos pero los hilos fueron cortados abruptamente de la mano habilidosa del ojigris evitando momentáneamente que fuera un espécimen. por algún tiempo esto fue un alivio, pero otra vez Nezumi estaba jugando con su suerte, de pie, allí, como queriendo gritarles en la misma cara que lo tenía con él, que su añorada presa estaba bajo su custodia, sonriendo fríamente, obviándose el temor que le carcomía de solo imaginar que los detuviesen en ese mirador solitario.


-vámonos ya Nezumi. – Shion le susurro acurrucado contra un árbol desnudo, respirando agitado y con el vapor frio saliendo de sus labios al hablar –


-aun no. – sentencio alzando unos delgados y pequeños binoculares, adaptables a la visión nocturna –


-¿que buscas? – se acerco a su amante con pasos tambaleantes por lo entumecidas de sus extremidades ante el frio invernal –


-ya verás… - miro intensamente a un punto especifico de la enorme construcción que dividía a la ciudad del resto del mundo, curioso y también notablemente ansioso por el continuo movimiento de sus labios casi azulados de frio –


-Inukashi debe estar preocupado porque no llegamos a tiempo con las compras. – miro la pequeña bolsa color marrón amarrada a la parte trasera de la vieja motocicleta que los transportaba y que yacía estacionada tras unos arbustos –


-ese perro sarnoso estaría feliz de vernos muertos de frio y tirados en una zanja.


-Inukashi no es así Nezumi, el… ha cambiado un poco desde que llegamos. – sonrió levemente al recordar las curiosas situaciones que se le presentaban con el chico, desde ayudarlo con las cosas pesadas, darle dos días libres a la semana y no quejarse como al principio por su trabajo o lo que tardara haciéndolo. Sinceramente Inukashi parecía más atento desde hacía una semana –


-sshhh… - coloco su dedo enguantado en los labios de Shion, suavemente para hacerlo callarse un segundo – mira lo que sucede.


- ¿Qué cosa? – sintió como los binoculares pasaban a estar en su rango de vista, moviéndose rápidamente hasta conseguir enfocarse en donde Nezumi deseaba -


Lo que tanto estaba manteniendo en riesgo a la pareja era un experimento de Nezumi, quería comprobar que las tarjetas de identificación que le proporciono el viejo Rikiga verdaderamente funcionaban, para ello que mejor medio que utilizar dos de sus ratoncitos robóticos. Shion logró ver dos diminutas sombras, una negra y otra marrón corriendo entre las ruedas de los vehículos, con unos pequeños paquetes sobre sus lomos, eran las tarjetas de identificación. Las orbes rojas de Shion no perdieron detalle del viaje zigzagueante de los roedores, esquivando y evitando que los vieran, entre saltos y cabriolas se llegaron a la entrada, en ella dos casetas altas y macizas controlaban la puerta de acceso, una reja pesada y metálica que se abría apenas las tarjetas eran escaneadas por las computadores del sistema, un pitido agudo daba el alerta y en seguida el vehículo que estuviese frente a la puerta podría pasar, ese mecanismo funcionaba sin vigilancia humana de noche, por ello Nezumi escogió esa hora y esa entrada, no necesitaba a los asustadizos humanos gritando como locos al ver un ratón y mucho menos podía dejar que los atraparan porque sería su perdición.


-¡pasaron! – Shion dio un salto de alegría abrazando instantáneamente al peli azul, sintiendo el calor tibio de su cuerpo bajo la gruesa tela de súper fibra que siempre usaba su amante –


-Rikiga hizo un excelente trabajo. – paso sus manos por detrás de la cintura de Shion, acortando la distancia y las sensaciones de calor – mi pequeña majestad, ahora debemos partir rumbo a su lugar de origen…


-no… comprendo Nezumi, ¿por qué volver allí? – sintió un dolor agudo en su corazón, le gustaba como estaban viviendo actualmente, a pesar de no tener tantas comodidades como las de su antigua vida, pero diablos, amaba a Nezumi, a su locura, a sus riesgos y extrañas maneras de tratar las cosas, estaba echando raíces muy gruesas en esa pequeña casita que Inukashi les proporciono –


-encontré a Rou, debemos verlo.


-iremos si me prometes algo. – llevo sus manos hasta las mejillas de Nezumi, acariciándole tiernamente mientras fijaba sus orbes rojas en las otras metálicas – que me traerás de regreso aquí. Quiero seguir contigo aquí, quiero vivir apaciblemente en este mundo fuera de esa cosa falsa llamada utopía, no quiero abandonar esta realidad que te incluye a ti.


-Shion. – Nezumi se quedo estático, con la vista perdida en esos pozos rojos, sintiendo sus manos tibias en el rostro, preguntándose mentalmente porque corría tantos riesgos por ese chiquillo albino, remordiéndose el alma en busca de una razón lógica para tal pasional actitud, el secuestrarlo, el salvarlo, el robarlo, el hacerlo suyo en cuerpo y alma, sintiéndose un tirano despótico que se quedo con todo de Shion sin preguntarle nada a nadie-


-se que… he ido muy lejos pidiéndote que me digas que me amas, pero comprendo que lo haces, a tu modo lo haces, y este nuevo reto me dice que quieres saber más de mi para poder amarme aun mas, ¿o me equivoco? – miro a Nezumi con temor, dudado de su propia pregunta y análisis –


-tonto.


Su única respuesta fue un beso, uno de esos besos que parecen salidos de las novelas, con un escenario envidiable, en ese paraje solitario pudieron darse el primer beso de amor verdadero, ese que dice en el fondo que si se puede, ese que te hace temblar las piernas y te nubla la razón, con delicadeza, lleno de una ternura pasional que no parece difícil imaginar a la lujuria caminando de la mano con la ternura, uniéndose con un solo beso, sintiendo sus cuerpos resonar con el calor que expiden, sus manos aferradas a las del otro, sus respiraciones tibias perdiéndose entre sus rostros, chocando y eliminando el aire frio que los rodeaba. Nezumi tuvo su respuesta, el solo hacia lo que hacía porque amaba, así de sencillo, amaba tanto a Shion que no supo descubrirlo a tiempo, lo quería tanto que le dolía verlo así, sirviendo a una causa asquerosa para la ciudad, le maltrataba el corazón saber que era un experimento como lo fue el en su niñez, así que se prometió esa noche que lo devolvería allí, que no le dejaría atrás nunca, que ahora eran uno y ese uno no se dividiría mas nunca en dos.


-te amo. – sentencio bajito, aun con los labios sonrojados y ardiendo por el beso, unidos levemente por las sensaciones. Pero se lo dijo, se atrevió a decírselo –


-Nezumi. – gimió con sus ojos inundados repentinamente en lagrimas, abrazado a su cuerpo, sintiendo como el corazón se le saldría del pecho hasta que otra sensación en su bajo vientre lo paralizo. –


- ¿qué sucede? – Noto la expresión curiosa en el rostro del albino – ¿te aterro lo que dije?


-no… solo que, sentí raro aquí… - llevo su mano derecha a su estomago, justo bajo su ombligo – fue como una cosquilla desde adentro.


-¡los nervios te hicieron sentir mariposas en el estomago majestad! – Sin pena alguna se inclino elegantemente frente a Shion, arrodillado al nivel de su estomago – las espantare si tú quieres.


- eh… - se le subieron los colores al rostro cuando Nezumi beso su vientre, suavecito sobre las ropas, deslizándose por todo el hasta que con sus dientes subió el suéter y la camisa blanca que llevaba puesta, exponiendo al frio inclemente su lechoso estomago, suave y con la piel erizada por el frio repentino –


-se irán si te beso un poco mas… - sus labios hicieron contacto con aquel vientre, un beso y otro beso, varios besos hasta que ya Shion no pudo soportarlo más dando un leve gemidito que fue música para los oídos de Nezumi – ¿ya?


Solo pudo asentir con su cabeza, no podía ni hablar de la emoción atragantada entre pecho y espalda, sus mejillas ardían por la emoción y el solo ver a su querido Nezumi arrodillado ante él, tan sublime como un príncipe encantado que llego para llevárselo al reino de la felicidad.


-te prometo que regresaremos de no. 6 – beso la mano de Shion al tiempo que se volvía a levantar y limpiaba sus rodillas llenas de tierra húmeda y nieve sucia –


-vamos a casa.


Sin prisas subieron a la motocicleta y esperaron al par de ratoncitos que no tardaron en aparecer nuevamente entre la maleza, venían en una carrera rápida para acabar saltando a la pierna de Shion y ocultarse entre las ropas de este, listos para retornar al hogar, preparando su vieja al centro de la bestia que era no. 6, retornar no es tarea fácil, pero Nezumi tenía muy bien planificado su viaje, no sería una carrera contra el reloj, más bien seria un entramado número de acciones con un final digno de una obra teatral, esperando solamente que no acabara como una tragedia de Shakespeare.


Llegaron tarde a la casa, Shion entro rápidamente con un solo propósito, quedarse de pie frente a la chimenea, así fuera unos minutos, moría de frio, su piel helada se sintió tan bien cuando por fin pudo acercarse al tierno calor del fuego avivado, cerro sus ojos y suspiro audiblemente hasta que sintió como un par de manos le sujetaban de la cintura y lo atraían como imán hacia su dueño.


-vamos a la cama. – Beso delicadamente el cuello de Shion- quiero otro tipo de calor…


-no digas esas cosas Nezu… - paro la conversación al sentir como una sombra los vigilaba desde la entrada del salón –


- al fin regresas rata aprovechada. – un somnoliento Inukashi se apareció repentinamente ante ellos –


-perdón por llegar tarde con tus compras Inukashi. – Shion se inclino respetuosamente ante el chiquillo despeinado –


-ya nos vamos. – el ojigris jaloneo a su amante de la mano sacándolo del salón, no tenía ganas de pelear con el molesto chiquillo –


-te llevaste a Shion en medio de la noche por la carretera congelada. – hablo en tono notablemente molesto


-y… eso no es de tu interés, allí fuera están las cosas que pediste, ¿es lo importante o no? – Nezumi se encogió de hombros desinteresado


- realmente eres un imbécil, pudieron caer de la motocicleta y…


Inukashi hizo silencio abruptamente, notando que sus palabras eran solo reproches como si él fuera algo de Shion, como si tuviese la posteta de regañarlos al modo de una madre sobreprotectora, no sabía porque su mente se soltó llena de enfado por la irresponsabilidad de Nezumi para con la salud de Shion.


-¿qué demonios te sucede? – el ojigris le miro totalmente perplejo ante la reprimenda –


-¡NADA! ¡SOLO LARGUENSE CON SUS BABOSADAS A SU CASA! – salió disparado del salón, con los puños fuertemente apretados –


De caminar rápido paso a correr subiendo las escaleras rumbo a su habitación, tanto como podía para alejarse, sintiendo que le ardía el pecho y sus emociones salían a flote una vez más con Shion. Era una maldita sensación de cariño que no comprendía, que necesitaba hundir en el olvido, pero que cada día le despertaba más aun su olvidado instinto de mujer, porque eso era, en el fondo era una chica disfrazada de chico, jugando al hombre fuerte y recio, el que no puede ser lastimado o ultrajado, jurándose no revelar su verdadero genero para evitar sufrir como en un pasado no muy lejano, ocultando sus sensaciones de mujer, olvidando que era delicada, que podía ser sutil y buena, eso ya no servía en el mundo donde vivía, al que fue lanzada con saña por una familia corrupta y podrida.


Logro llegar a su habitación donde paso desesperado tumbándose en su cama, llorando amargamente mientras la perrita castaña que siempre acompaña a Shion se acerco gimiendo bajito, lloriqueando con ella, como consolándola por su sufrimiento emocional.


-¡no… se que pasa! – grito furiosa y agarrando una almohada de modo salvaje – no… se que pasa conmigo…


La perrita subió a la cama recostando su cabeza de las piernas de Inukashi, aun gimiendo y moviendo su cola suavemente de un lado a otro, como esperando paciente a que su dueño se calmara.


-Shion tiene algo, es estúpido… pero tiene algo y debe cuidarlo… - sorbió audiblemente sus mocos, limpiándose las lagrimas y la nariz mojada – si le digo lo que imagino, me dirá loco y el estúpido de Nezumi lo sacara de aquí…


Un dilema mental enorme, no sabía cómo, pero sentía y percibía que algo grandioso pasaba en Shion, y no quería admitir que ella también vivió eso, pero fue diferente, fue por culpa de sus padres, fue culpa del alcohol, de ser la hija de un desgraciado pedófilo que le abuso una y otra vez cuando aun no sabía que era el sexo o el amor, ese pequeño milagro engendrado de la aberración no vivió mucho, apenas unos meses dentro de su vientre inmaduro, hasta que la propia vida lo mato, se lo arrebato con dolor y ese dolor se volvió su fuerza, porque con apenas 14 años ya sabía lo que era ser violada, olvidada y abandonada, porque a esa edad ya había vivido un embarazo a medias, un aborto involuntario y un cruel asesinato encubierto, porque sin ella desearlo ayudo a matar a su padre, a llevarlo al borde de la locura para liberarse del dolor.


Esa noche se durmió con el rostro lleno de lagrimas amargas, recordando el pasado que dolía tanto, hasta el otro día cuando despertó por los ladridos de su perra, intensos y altos, el animal no hacía más que menear la cola desesperada por salir de la habitación, Inukashi le había pasado llave al entrar y ahora la perrita estaba vuelta loca por volver con Shion.


-buenos días Inukashi – la voz de Shion lo recibió apenas bajo las escaleras al comedor –


-¿qué haces? – noto como Shion estaba armado con una pequeña manta entre sus manos –


-intento conseguir a Nezumi… escapo de su cesta otra vez.


-darle ese nombre al cachorro fue un error. – ladeo la mirada un poco, tratando de no centrarla mucho en el chiquillo albino que se paseaba por el salón como un cazador furtivo, rebuscando tras los muebles y todo aquel posible escondite del perrito –


-se me olvidaba… gracias por preocuparte por mi anoche.


-no me preocupaba.


-no importa, tan solo gracias – sonrió tiernamente llevando su mano al vientre en un disimulado contacto que fue evidente para Inukashi –


-eh… chico listo, ¿te duele algo? – se acerco a Shion cuidadosamente –


-no, solo que desde temprano siento comezón, no sé porque pero es muy molesto y no quiero rascarme y hacerme marcas en la piel…


-quizás te pico algo. – Miro con tanta insistencia, mordiéndose los labios hasta que no pudo más con la duda – levántate la camisa.


-¿qué? – volteo asombrado a verlo –


-quiero ver si es una picada de pulgas, quizás tengas pulgas en tu cama. – fue una respuesta rápida y hasta ingeniosa, Shion no se daría cuenta de sus ocultas intenciones


-quizás sea eso. – Sin ninguna pena se desabotono un poco su camisa blanca para abrirla –


-¡SHION! – la voz de Nezumi interrumpió al dueto –


-demonios… - susurro mentalmente Inukashi para sí –


- estoy aquí con Inukashi. – detuvo su desvestida acomodándose nuevamente la ropa – más tarde me dices si son pulgas.


Los llamados de Nezumi eran para que le acompañara a la casa, Rikiga había regresado con un par de enormes valijas que trajo desde el teatro, sin saber a ciencia cierta cuál era su contenido, quedo muy nervioso y preocupado porque le detuvieron a inspeccionar su vehículo y casi muere de un susto en el proceso.


-buenos días señor Rikiga. – Shion le saludo amablemente apenas le vio sentado cerca de un par de grandes valijas color vino tinto –


-hola Shion… - suspiro quedito mientras se pasaba un pañuelo por su frente sudorosa, el susto de la revisión aun lo tenía muy calado en el cuerpo –


Nezumi se movió grácilmente hasta las valijas, tumbo una de ellas y la abrió mirando seriamente su contenido, dentro había un sinfín de atuendos de teatro, los que se utilizaban habitualmente, ropas de todo tipo para cada ocasión, el ojigris rebusco una y otra vez con rostro analítico y después cerro la valija de un solo movimiento, sonriendo suavemente como lo haría un ladrón ante su botín ganado.


-excelente trabajo viejo.


-no se para que quieres esas tontas valijas aquí, tú te vistes en el auto normalmente.- pateo levemente una de las valijas - ¡casi me detienen por culpa de estas cosas!


-no molestes y ve a cumplir mi otro encargo.


-demonios, tu solo exiges y exiges Eve, eres una diva caprichosa.


-es Nezumi.


-lo que sea, ya me largo.


-no olvides buscarnos mañana en la noche.


-acabaremos muertos. Bien muertos como mínimo. – grito con las manos en la cabeza, molesto y resignado por las ocurrencias y planes de Nezumi –


Rikiga salió furioso de la pequeña casa, dando gruñidos y vociferando en voz alta, pero a Nezumi eso no le importo en lo más mínimo, prefería explicarle mejor a su querido Shion sobre lo que seguiría en el plan de escabullirse dentro de no.6.


-lee eso. – saco una hoja de papel evidentemente impresa de entre sus ropas y se la dio al albino –


-es… - se tomo la seriedad de leer el contenido de la hoja, era a todas luces un correo electrónico impreso, el remitente, un agente de alto rango con un nombre conocido ciertamente por Nezumi. Sobre Rashi quedo la responsabilidad de capturar a Shion, y ese correo se trataba de una alerta máxima sobre la búsqueda y captura del chico, describiéndole físicamente y anexándole una foto de el - saben cómo soy.


-obviamente mi pequeña majestad, saben todo de ti desde antes que nacieras. – acaricio la blanca cabellera de Shion, jugando con los mechones cortos, como contándolos mentalmente entre sus dedos – pero no saben algo.


-¿qué cosa?


-el teatro, la pantomima, el acto mismo de interpretar alguien que no eres, esconderte entre los ropajes de otro – alzo sus manos como si tuviese una tela invisible entre ellas – cubrirte con un manto de invisibilidad y ser otro.


-para eso son las valijas. – desvió asombrado sus orbes rojas hacia los objetos mencionados, pensativo y dudoso del plan que trazaba Nezumi en el fondo de su mente –


- interpretaremos la mejor obra jamás vista.


Sonrió ampliamente y tomo a Shion de la cintura, en un agarre fuerte y firme, girándolo como si bailaran un val que solo escuchaban ellos, sintiendo que sus pasos eran como un ir y venir alrededor de las valijas, un baile de locos que finalizo con los labios de Nezumi rozando el oído derecho de su encantador compañero, susurrándole la otra parte de su plan maestro.


-seremos dos damiselas contra el mundo…


-¿dos damiselas?


- Eve y… - se separo de Shion para verlo al rostro por un segundo – Rose, tienes rostro de Rose… otro nombre de flor que te queda muy bien.


-¡Rose! – las mejillas le estallaron en un rojo intenso, Nezumi podía decir tales cosas que lo ponían incomodo y nervioso, a un punto inexplicable para el – me harás vestir de mujer.


- ¡bingo!, que inteligente eres majestad. – Volvió a apretujar al albino entre sus brazos – no te preocupes Shion, la promesa que te hice anoche en el mirador no la romperé, bajo ninguna circunstancia, lo juro.


Estaba enamorado, así Nezumi actuara sin razón aparente, con una locura digna de los genios, con los cambiantes estados de ánimos, con todo eso lo amaba, le estremecía las entrañas cuando hablaba así, cuando se tornaba serio y sus ojos grises deslumbraban como pequeñas cuentas de metal pulido, cuando su boca no solo hablaba con frialdad, sino cuando hablaba con amor, un profundo y serio amor que parecía volverlo el hombre de los imposibles, de cumplir su palabra al pie de la letra, y confiaba, ciegamente había aprendido a confiar en él.


-Sé que cumplirás con tu palabra, que me devolverás aquí. – deposito su cabeza sobre el hombro de su amante, manteniéndose en un abrazo que pareció infinito –


-Shion.


-dime.


- ¿has subido de peso? – sus manos delinearon las caderas del nombrado, con una leve duda invadiendo su mente analítica –


-¿tu lo crees?- poso sus manos sobre las de Nezumi –


-solo un tonto responde con una pregunta con otra pregunta.


-realmente no lo había notado, aunque si me incomoda un poco la ropa, pero creía que eran cosas mías.


-deja de comer tanto o no entraras en los trajes que tengo en las valijas.


-no me digas esas cosas desagradables. – su rostro hizo un fallido intento de molestia –


-vele el lado bueno, se te verán unas caderas envidiables dentro de un vestido. – se mofo con una carcajada limpia y amplia que solo hizo a Shion sonrojarse hasta las orejas por decir esas cosas –


-no es gracioso.


-créeme, si lo es.


Continuara…


Buenoooo… el capi fue un poquito corto pero bien sustancioso, me encanto que fuera mucha interacción de Shion y Nezumi, que sus peculiares síntomas ya no sean solo personales y que pasen a notarse por Inukashi y hasta por el mismo Nezumi je je je. De aquí en adelante será un ir y venir de líos, encuentros y otras cosas más, solo esperemos que la promesa que se hicieron puedan cumplirla U.U, y pobre Inukashi, su pasado es muy feo, pero después ahondare un poco más en eso, y ya comprenden un poco el porqué siente tanta empatía con Shion.


Próximo Capitulo:


Belleza encubierta


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