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Blanco Corazon por RAMSIN

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Notas del capitulo:

Shion aun lucha contra los sentimientos por ese bebe, esperemos que lo acepte a tiempo

 Blanco Corazón

Capítulo 18

Una carta para ti

 

 

Hacía demasiado frio allí dentro, solo podía sentir lo tibio que resultaba el contacto de sus dedos contra los de Nezumi, guiándole firmemente hacia abajo, poco a poco por una larga y vieja escalerilla de metal, bajando a tientas con la delicada luz de la linterna que sujetaba su amante precariamente con la boca, es que ni en esa circunstancia fue capaz de soltarle la mano, prefería sufrir entumecimiento de labios y trabarse la quijada, pero soltarlo jamás. Para Shion fue como descender unos 2 pisos en el subsuelo, el silencio del lugar solo era interrumpido por una que otra ráfaga de aire helado que le levantaba el camisón blanco colándose en su piel delicada, realmente morirían de frio si continuaban así,  hasta que por fin sus orbes rubíes se centraron en el suelo, iluminado fugazmente por la linterna en un circulo explayado amarillento.

 

-¿estás bien majestad? – pregunto curioso al saltar el último tramo de escalerilla  sacándose la linterna de la boca, y posándose grácilmente en el suelo de concreto húmedo –

-perfectamente. – al fin logro zafarse del agarre de Nezumi y salto tal cual lo había hecho el anterior nombrado – no me romperé por solo bajar escaleras de emergencia deterioradas por la humedad.

-eres terco para aceptar los mimos.

-no son mimos, es una estúpida sobreprotección. – Empezó a caminar acomodando sus ropas un poco –

-escucho un leve tono de molestia en tus palabras. – Apresuro el paso cortándole el camino a Shion – deben ser las hormonas.

-¡YA BASTA NEZUMI! – Le agarro de las ropas bruscamente – ¡no estoy feliz por lo que está sucediendo así que no me lo compliques!

-ok… majestad, pero así no estés feliz, yo si lo estoy con mi 50 por ciento de hijo. – logro quitarse las manos del albino y emprendió la caminata por aquel túnel frio y húmedo en completa oscuridad –

-no quise ponerlo de ese modo Nezumi… - titubeo tras él, tratando de alcanzar su paso –

-calla y camina, no quiero seguir en este hueco oscuro, me trae malas sensaciones.

 

Desde ese instante Nezumi no volvió a dirigirle la palabra, ni si quiera le ayudo en los siguientes tramos del camino, tuvieron que bajar nuevamente por otro grupo de escaleras, un par de ductos amplios y menos húmedos que Shion supuso servían para transportar cosas dentro y fuera de las instalaciones, todo silencioso e incomodo hasta que se detuvieron delante de una compuerta metálica enorme, era como un callejón sin salida, no había más caminos a donde ir, con impresión ambos escucharon un pequeño e incomodo pitido, parecido al que dan los transportes de no. 6 para indicar que iniciaran su marcha.

 

-llegamos. – Nezumi alzo la vista hacia una diminuta y estratégicamente oculta cámara de seguridad – deja de espiar y abre la maldita puerta Sanri.

-¿y quiénes son las educadas señoritas que llegaron hasta aquí? – una voz irónica inundo el lugar estridentemente –

-Rou nos está esperando. – Mascullo fastidiado – no pretendo perder mi valioso tiempo hablando con subordinados.

-pasen.

 

En un segundo las enormes compuertas de metal se abrieron de par en par, la luz inundo a raudales el pasillo dejando a la vista un amplio salón recubierto de metal, paredes impecables y blancas, poco mobiliario salvo unos cuantos muebles y aparatos viejos, al fondo del mismo lugar se abrió una compuerta más pequeña de donde salieron dos figuras, una era Rou, el científico venia a su ritmo, sin impacientarse a pesar de las enormes ganas que tenia de conocer el experimento que Nezumi le robo a la ciudad, tras el, con un grupo de carpetas en mano estaba el odiado Sanri, sonriendo de medio lado ante su privilegiado lugar tras el científico.

 

-¿Nezumi? – Rou alzo la mirada un tanto confundido, nunca le había visto vestido de Eve, otro detalle que el peli azul se reservo y no conto nunca al viejo –

-exactamente. – Sin prisas se recogió el cabello en su acostumbrada cola de caballo – evidentemente teníamos que ocultarnos de los esbirros del servicio de búsqueda y captura.

-entonces el debe ser Shion. – desvió sus orbes rojizas hasta el nombrado, expectante y con un dejo de duda en su cara –

-mucho gusto. – El albino se deshizo de la peluca avergonzado – Nezumi me ha contado de usted, le salvo la vida y…

- es curioso que Nezumi le dirija la palabra a alguien y mucho más para contar cosas del pasado. – Rou se dio media vuelta volviendo por la misma puerta que ingreso – síganme.

 

Esas palabras quedaron grabadas en la mente de Shion, ya sabía de primera mano lo  impredecible y difícil de entender que era su amante, de descifrar sus verdaderas intensiones y mucho mas de hacerle hablar, pero hacia unos momentos atrás, mientras peleaban, que escucho claramente sus sentimientos para con el bebe en camino, su preocupación, su sobre protección. Se sintió mal, muy mal por mal interpretar los pocos y genuinos deseos del peli azul, que dentro de su doloroso mundo, está feliz por algo, que se interese por otra vida que no sea la suya propia o la de él. Suspiro audiblemente, mirando la espalda de Nezumi que andaba unos pasos adelante, muy cerca del joven de piel canela que los miraba inquisidoramente, especialmente a él, su mente quería comprender que ilusionaba a Nezumi de todo este hecho fortuito, ¿porque quería algo que aun no conocía físicamente?, y más aun a sabiendas que ni si quiera él lo siente o percibe con su propio cuerpo como él.

 

-Shion – Nezumi le llamo varias veces para hacerlo volver de su ensimismamiento –

- ¿ah? – en un segundo ya se encontraban en otro lugar, más pequeño y cómodo –

-por favor tomen asiento. – Rou se sentó pesadamente tras un escritorio metálico, dejando su bastón reclinado de la pared tras el –

 

Mientras se estuvo debatiendo mentalmente acabaron en lo que era una evidente sala de exámenes médicos, la habitación constaba de un par de sillas delante del escritorio que ocupo Rou, a un lado había una puerta y junto a esta un estante lleno de gabinetes metálicos, todo pulcramente etiquetado con nombres de medicamentos, el sitio parecía que también cumplía funciones de enfermería.

 

Shion no podía mantener los evidentes nervios bajo control, sus manos estaban retorciendo una y otra vez la peluca castaña que se quito, mirando a Rou, a Sanri parado cerca suyo, medio ojeando los estantes metálicos, un pánico raro le invadió, sintió los recuerdos de los exámenes médicos, la estadía en el hospital de la ciudad, sus atrocidades para con él, como lo usaron violando su privacidad, su cuerpo mismo como si fuera una propiedad adquirida por el mejor postor.

 

-estas nervioso. – Rou se inclino pesadamente sobre su escritorio, cruzándose de brazos en el proceso, serio, sereno y apacible – no te sucederá nada malo estando aquí Shion.

-no… es eso. – bajo la mirada más aun – no me gusta este lugar.

-a mi tampoco, pero llevo viviendo en el mas de 8  años, obligado por la maldita locura de un grupo de hombres que pretenden ser dioses, y tu también estas aquí por ese mismo motivo, acorralado por el resultado de tu aventura con Nezumi.

-deja el dramatismo viejo. – Nezumi le miro fríamente, no le gustaba la actitud casi adoctrinadora que envolvía a Rou cuando hablaba de su pasado, algo muy parecida a él –

-solo quiero terminar de poner en claro que el resultado del examen que hicieron fue positivo. – rodo la mirada ante el par de jóvenes –

-sí. – las mejillas del albino se encendieron en rojo brillante –

-acompáñame Shion. – Rou tomo su bastón poniéndose nuevamente de pie – no necesito hacerte muchos análisis, el servicio médico de no.6 documento extraordinariamente bien tu condición genética, solo necesitamos saber si esa criatura viene en buenas condiciones o no.

-¿qué quiere decir con buenas condiciones? – susurro levantándose de su silla al mismo tiempo que Rou –

-comprobaremos si no viene con alguna malformación genética, estuviste siendo medicado con hormonas y quien sabe que mas, aun no he podido descifrar los códigos de esos experimentos, solo tengo a la mano tus primeros exámenes, documentos, el video de tu operación y el que hicieron la primera vez que te auscultaron.

 

Ambos fueron interrumpidos repentinamente por Nezumi, este se había levantado de su silla también obstaculizando el paso a la otra habitación que debía ser donde Rou llevaría a Shion.

 

-iré con él. – cruzo sus brazos haciendo una especie de muro humano –

-creí que confiabas en mi. – El anciano sonrió con debilidad, su terco pupilo jamás cambiaria el modo de ser, nunca – la decisión está en el, no en mí.

-espera aquí Nezumi. – Shion esquivo aquellos ojos metálicos, temió verlo de frente, es que no podría explicarle el miedo que nació cuando Rou le dijo de las deformidades genéticas, como sería todo si en ese examen se revelaba que aquel bebe que estaba alegrándole momentáneamente la vida a su amante venia mal, no podría soportar ver a Nezumi devastado, y el mismo comenzó a sentir que quería llorar, y no sabía por qué razón. –

-¿estás seguro?

- totalmente.

 

Así fueron sus últimas palabras cruzadas antes de entrar a la sala anexa, con las piernas temblándole y dando pasos cortos tras el viejo científico, dentro, Shion descubrió una habitación más amplia que la anterior, con una hilera de 5 camillas pulcramente tendidas, unos tres estantes metálicos mas llenos de medicamentos, y al fondo del lugar había un biombo que servía claramente para que las personas se cambiaran de ropa sin interrupciones.

 

-por favor, ve y quítate todo, allí encontraras una bata blanca, póntela con la abertura hacia delante. – señalo con su bastón el biombo de metal pulido que Shion miraba nerviosamente –

-si – susurro emprendiendo el camino hacia el lugar –

-me sorprendió que no desearas tener cerca a Nezumi.

 

Mientras hablaba, Rou iba acomodando sobre una pequeña mesita con ruedas lo que necesitaría para los exámenes, su estetoscopio, tensiómetro, termómetro digital, guantes de látex y algunos artilugios médicos que saco cuidadosamente de uno de los estantes metálicos, finalmente dejo su bastón sobre una de las camillas y espero pacientemente a que el albino saliera del biombo donde se cambiaba.

 

-no quiero que sufra mas, solo eso. – Hablo bajo, con el frio entrándole por sus pies descalzos, el material del suelo era como metal pero más opaco y rustico, como una liga de formica y metal –

-Nezumi es más fuerte de lo que imaginas.

-igual no deseo que este aquí. – se sentó con cuidado sobre la camilla que le señalo el viejo Rou –

-dejemos esa decisión para el final, mientras necesito que te calmes un poco, tus pupilas están demasiado dilatadas, debes tener el ritmo cardiaco acelerado. – Tomo su estetoscopio procediendo a ponerlo en el corazón de Shion –  respira profundo o te hiperventilaras.

-esto no es sencillo.

-lo sé muy bien Shion, realmente lo sé muy bien. – Sonrió tristemente al tiempo que seguía su revisión médica –

 

Fue una revisión silenciosa, ambos sabían que no había conversación perfecta para ocupar el espacio vacío, el silencio reinante que solo resultaba interrumpido por las respiraciones de ambos o el movimiento de los objetos que Rou sacaba o dejaba en la bandeja de metal, todo ello con el simple propósito de saber más de Shion y el milagro que se gestaba dentro de el.

 

-físicamente estas muy bien. – tomo una pequeña libreta que saco del interior de su bata blanca, anotando con minuciosidad los datos que recabo –

-y el… - llevo su mano extendida hasta el estomago –

-recuéstate.

 

El albino obedeció sin chistar, subiendo sus piernas a la camilla y descansando el cuerpo completo sobre esa superficie acolchada. Repentinamente sintió como el científico posaba sus manos sobre la bata que llevaba puesta, abriéndola lo suficiente desde su pecho hasta el bajo vientre, una sensación de vergüenza lo ataco, el estar desnudo frente a alguien que no fuera Nezumi lo aterraba, el instinto le pedía cubrirse, pero era obvio que no debía, sus manos comenzaron a sudar frio, temblorosas al tiempo que sentía como Rou iniciaba una nueva exploración de su cuerpo, tocando cuidadosamente su vientre, presionando en puntos específicos, una y otra vez, con sus orbes rojizas centradas en lo que hacía, subiendo poco a poco por su estomago y volviendo a hacer lo mismo sobre su pecho, no duro mucho su inspección ya que pronto alzo la mirada y volvió a anotar unas cosas más en la libreta.

 

-¿qué has sentido físicamente?

-cansancio, sueño a deshoras, dolor de estomago, nauseas, mareos, me molestan las caderas y el pecho… - esa última revelación le hizo recordar las bromas que le decía el oji gris respecto a esa zona de su cuerpo –

-todo lo que me has descrito es lo más natural que ocurra en un embarazo, tu cuerpo esta amoldándose a la situación, en tu torrente sanguíneo corre un alto nivel de hormonas que controlan el embarazo, están trabajando a un ritmo frenético para mantenerlo ya que tu cuerpo aun lucha entre las dos corrientes, masculino y femenino, hasta ahora se ha adaptado bien, no has sufrido un aborto espontaneo, eso dice mucho de lo amoldado que está y estará de aquí en adelante.

-¿qué tanto?

-posiblemente lo suficiente para que llegues a las 40 semanas de gestación, puedas dar a luz y  cubras los requerimientos alimenticios de un recién nacido.

-son demasiadas cosas… - susurro llevándose las manos al rostro, eran cosas que no había si quiera pensado hasta ahora, ciertamente ese bebe no se quedaría dentro de el, saldría y debería cuidarlo, algo verdaderamente aterrador de imaginar –

-pero antes de pensar en nombres o una fecha de parto, debemos saber si es viable que mantengas este embarazo.

 

 Dando un pequeño suspiro Rou se alego de la camilla hacia uno de los estantes, tomo un aparato medianamente grande, era una especie de tabla digital  de 15 pulgadas con una pantalla en ella, además de tener un par de cables largos y delgados con sensores en las puntas, una versión muy moderna y practica de los ultrasonidos de última generación, los aparatos enormes y pesados habían quedado atrás hace muchos años. Una de las pocas cosas buenas de no.6 era su inventiva, los avances científicos en pro de la salud, y Rou conseguía todo lo necesario por medio de algunos médicos que estaban de su parte, encubiertos y luchando por recaban y exponer las verdades ocultas de una ciudad podrida desde las bases.

 

-con esto veremos que tan bien se encuentra el feto – delicadamente coloco la pantalla sobre la mesita de los instrumentos y tomo uno de los cables con el sensor que le ayudaría a ver dentro del cuerpo de Shion –

 

La espera fue poca, Shion noto asombrado como saltaron una series de imágenes distorsionadas  apenas Rou coloco el sensor contra su vientre expuesto, en colores opacos y difusos, parecía una pintura moderna, de esas que no sabes a ciencia cierta qué demonios estaba queriendo plasmar el artista, con unos cuantos movimientos agiles de la mano del científico, todo cambio, las imágenes se volvieron nítidas, en colores más vivos y rojizos.

 

-ese es… – Shion susurro con la respiración entrecortada, evidentemente lo que mostraba la pequeña pantalla de cristal líquido era una criatura completa, con brazos y piernas, moviéndose lentamente en ese ingrávido sitio, cubierto por el tibio líquido amniótico que lo protegerá por esos 9 meses –

-se ve bien. – Rou mascullo suavemente al tiempo que hacia sus propias anotaciones en la pantalla, midiendo y comprobando el estado del feto –

 

Para Shion las imágenes fueron impactantes, esa criatura estaba dentro suyo, viva, existiendo en un espacio de su cuerpo, sintiéndole moverse de vez en vez, allí supo que esas extrañas sensaciones de unas semanas atrás eran los movimientos del bebe, lo sintió moverse antes de si quiera saber que existía. Totalmente asombrado pero aun con terror, no conocía el sentimiento adecuado para ese momento, ¿una especie de empatía?, quizás mas adelante nacería el amor, pero ahora los nervios le ganaban la partida a los demás sentimientos, no lo dejaban percibir la situación con felicidad, es que si era un prófugo de la ciudad, lo buscaban, lo perseguían y no podría vivir tranquilamente con Nezumi como planearon, ahora debía cuidar no solo su vida, también la de un extraño que crecía dentro de el.

 

-Shion – Rou le llamo para regresarlo de sus pensamientos –

-¿como viene? – Por fin pudo alejar la mirada de la pantalla con una sola pregunta en mente –

-hasta donde tengo capacidad de evaluar, el feto tiene un buen tamaño, peso y proporción, te has cuidado bien a pesar de no saber nada de tu estado.

-y… - por algún motivo extraño sintió como su corazón se libero, como si lo hubiesen mantenido apretado muy fuerte y esas palabras le soltaron –

-vístete, hablaremos mejor afuera.

 

Cuando salieron de la habitación Nezumi se puso de pie inmediatamente, analizando a su amante, notando como sus ojos estaban enrojecidos, con la mirada gacha y perdida, esa fue una liga rara de sensaciones, quizás lo peor había sucedido y toda su esperanza seria asesinada pronto, una angustia amarga se le subió hasta la boca, llenándole de nervios y ganas de respuestas.

 

-creo que debo felicitarte Nezumi, esperan un bebe en perfectas condiciones. – Rou volvió a tomar asiento tras su escritorio – y también terminaste de mandar al demonio las investigaciones de no.6

-me parece perfecto. – Cruzo sus brazos con más calma, evitando hacer obvio su alivio por la noticia –

-Shion, por los datos que recabe, cuentas con 3 meses de gestación, es un aproximado. Deberás cuidarte mejor aun, comer sanamente y mantener un ritmo calmado, no sigas las locuras de este chico, con el paso del tiempo traerte aquí ya no será sencillo, tampoco el andar por la ciudad.

-pero… estamos encubiertos, pasamos desapercibidos hace días y hasta hoy.

-sí, pero ese embarazo será evidente dentro de poco, y sabes mejor que nadie lo difícil que es ver a una embarazada, son pocas y están cuidadosamente vigiladas por el servicio médico, si se les ocurriera detenerte y pedir tus datos, acabarías nuevamente en manos de los científicos de esta podrida ciudad.

-eso no ocurrirá, yo estoy a cargo de su cuidado y no dejare que nadie ponga un dedo sobre Shion o el bebe  – Las palabras de Nezumi sonaron serias, cargadas de poder emotivo, con una seguridad arrolladora que impresiono a todos los presentes en la habitación –

-Nezumi  – Shion solo pudo sentir alegría, felicidad de contar con un ser como él a su lado –

-tan solo les advierto, pero deberán buscar el modo de protegerse, especialmente en los próximos meses, y saber que hacer de aquí en adelante.

-resolveremos eso a nuestro modo Rou –  Nezumi se puso de pie tratando de dar fin a la conversación –

-a tu modo… ya estoy acostumbrado a eso, viniendo de ti es una advertencia para que no me meta en este asunto tan personal y tuyo.

-que buen entendedor eres, me ahorraras las palabras de mas.

-solo puedo decirte que las puertas de aquí están abiertas para ustedes, y estoy totalmente seguro que regresaran, deberán hacerlo el día que Shion lo necesite, ese niño no vivirá por siempre dentro de el, deberá nacer y necesitaran mi ayuda.

-aun faltan 6 meses para eso, tendremos mucho tiempo de pensar en tu proposición.  

 

Así Nezumi termino la visita, el tiempo se le agotaba para regresar a la superficie con Shion, finalmente descubrió lo que necesitaba saber de la condición de su amante, ya no tenía problemas en mente, salvo cuidar a Shion y evitar ser capturados. Por su parte, Shion si agradeció a Rou lo dicho, con nervios evidentes y un cumulo de angustias nuevas, eso de ser capturado para otra vez experimentar con él y con el bebe que crecía dentro suyo lo asusto mucho, la necesidad de salir de la ciudad pareció tentadora y lo atormentaría nuevamente de aquí en adelante.

 

El retorno fue igual de largo y tedioso, Rou se despidió dándole unas cuantas hojas con anotaciones a Shion, el chico le despertaba un sentimiento paternalista, algo parecido al que sintió con Nezumi al verlo la primera vez, asustado, pequeño y tembloroso dentro de esa celda, y Shion era parecido, estaba acorralado ante las situaciones que vivía, así que solo podía ayudar a su modo, darle indicaciones y rogar al cielo que la pareja de jóvenes no fueran presa del servicio de captura, que la gente de Fennec no los descubriera. Es que estaba 100 por ciento seguro que su antiguo compañero de labores en los laboratorios era parte de todo, había sido el médico que dirigió las dos intervenciones que el albino sufrió, también era quien que custodiaba el preciado banco genético de la ciudad. Aquel hombre de lentes con mirada rígida y prepotente nunca fue de su total agrado, era retorcido, con pensamientos sucios  sobre la superioridad del intelecto y la creación de un ser perfecto, una perfección que daba asco y que alejaba mas y mas su humanidad del resto del mundo.

 

Shion retorno al teatro junto con Nezumi, ensimismado, en un profundo silencio que tanto Rikiga como el mismo peli azul no se atrevieron a interrumpir, era obvia la intensidad del suceso, el día vivido y las declaraciones dadas, en las manos del albino estaban las notas que Rou le dio, sujetándolas suavemente, con sus ojos clavados en ellas, como pensando en si obedecer o no a todo lo escrito allí, su rostro frio por el  clima de la tarde invernal no daba ni una muestra de interés en nada mas, ni la conversación insípida que intentaba entablar el periodista al verlos, de lo mucho que se quejaron en las afueras del teatro por no abrir esa tarde, Nezumi tan solo le replico que volvería a su rutina la noche siguiente, que el show debía continuar.

 

-no olvides llegar temprano mañana, te tengo trabajo – Nezumi bajo del auto seguido de un serio Shion –

-¿qué locura querrás que haga ahora Eve? – mascullo entre dientes, no le gustaba las nuevas ideas del ojigris –

-nada de vida o muerte viejo cobarde.

- no soy nada cobarde, ¡imposible ser cobarde al hacerle de transporte a dos prófugos de la justicia!

-calla y vete.

-antes de eso…  - Rikiga rebusco en el asiento del copiloto que estaba lleno de periódicos viejos, revistas de dudosa reputación y unas cuantas bolsas de papel – Shion.

-dígame señor Rikiga – el mencionado ni si quiera volteo a verlo desde la entrada posterior del teatro –

-es algo para ti – saco el brazo por la ventanilla del vehículo con una delicada caja de cartón, de esas donde se transportan dulces y pasteles –

-¿qué demonios le estas ofreciendo? – Nezumi intento quitarle la caja pero Shion se adelanto tomándola entre sus manos –

-espero te guste, no es el pastel de cerezas que tu madre hacia, pero son dulces del mismo sabor, disfrútalos. – sonrió con debilidad y dejo que el destino trabajara en nombre del antojo de Shion –

-dulces de cereza… - sus mejillas de tiñeron de un leve tono rosa, un apetito extraño lo invadió repentinamente, esos ataques locos por comer algo único y diferente – gracias.

-¡nos vemos mañana!

 

Ya dentro del teatro, Shion dio unos cuantos pasos hasta quedar en la entrada principal del lugar, sin más razones se sentó en la primera fila frente al escenario, con las luces a medias, en un silencio sepulcral, con la única intensión de comer lo que había dentro de la caja que le regalo Rikiga.

 

-¿pretendes quedarte aquí? – Nezumi se detuvo frente a su amante –

-quiero un rato a solas Nezumi, por favor respeta mi decisión.

-perfecto, pero luego quiero saber que sucedió en la sala con Rou.

-no hay problema. – centro su mirada en la caja blanca de cartón con un delicado moño rosa, olorosa a dulce por su sensible olfato –

 

Nezumi suspiro pesadamente al tiempo que se alejaba tras bastidores, respetaría la petición de Shion, seguramente necesitaba tiempo para aplacar sus emociones, centrarse en lo venidero y la lucha nueva que enfrentaran para salir adelante con ese embarazo.

 

El albino espero a que su amante desapareciera por las viejas escaleras tras el escenario, en ese instante tomo la caja desatando el moño rosa y abriéndola para devorar su contenido, dentro pudo ver una serie de 5 pastelillos, todos delicados con merengue color crema, bañados en un dulce rosado oscuro y adornados de las relucientes y húmedas cerezas en almíbar, su boca se hizo agua enseguida, olvido momentáneamente sus pensamientos, tan solo dejo ir el acto reflejo de comer, devorar las golosinas como si fueran las ultimas que comería en su vida, y sabían a gloria, tan dulces, empalagosas, suculentas con la textura satinada de la crema agria, la dureza de la masa hojaldrada donde estaba depositada, los trozos de cereza deshaciéndose entre sus labios, tan bueno estaba que finalizo su antojo chupándose los dedos uno a uno, con la firme intensión de no dejar ni las migajas dentro de la caja de cartón, en ese preciso instante noto algo curioso, al fondo de la misma había un papel doblado sin delicadeza, se notaba lo tosca de la acción al no cuadrar prolijamente los bordes de la hoja.

 

-¿una nota? – termino de limpiar sus dedos con la ropa para poder sacar el papel de la cajita de cartón sin mancharlo –

 

Curioso por el contenido, abrió la hoja y en seguida noto una larga carta escrita a mano totalmente, con tinta color azul marino, seguramente de alguna vieja pluma fuente con poca tinta ya que algunas palabras estaba remarcadas, inconclusas pero legibles en un contexto global. Shion miro otra vez la caja y la hoja, volteándola para descubrir algún remitente, y justo en la parte inferior de la carta encontré al dueño, estaba firmado toscamente por Inukashi, con letras desproporcionadas y nada sutiles.

 

-una carta de Inukashi – susurro notablemente impresionado, con un leve temblor en sus dedos cuando procedió a leerla en voz baja, como si diera inicio a recitar un rosario –

 

 

“no soy bueno en esto Shion, pero si lo lees, es que el viejo de Rikiga cumplió mi petición, y lo primero que te pido es que no reveles lo que pondré aquí, ni si quiera a la rata atrevida de Nezumi, júralo por lo más sagrado que no lo harás…

 

Bien, no quiero dar detalles estúpidos, solo sé qué esperas un bebe, y que ya mi perra lo había sospechado primero que todo el mundo, seguro ni el tonto de Nezumi se lo esperaba, es que eres como una caja de sorpresas curiosas niño inocente. Sabes, esto me recuerda mucho a mi  hace unos años atrás, cuando me sucedió, yo fui inocente también, pero tú tienes a Nezumi y yo lo que tuve fue un mal nacido que se aprovechaba de mi todas la noches, que me lastimaba diciendo que me amaba y que tenía el derecho de hacerlo por ser su hija. Al menos ese maldito esta muerto y se lo devoraron los gusanos.

 

Pero lo importante es que nunca olvides que eso que llevas dentro es tuyo, nadie puede quitártelo, me leíste bien, ¡nadie!, cuídalo por favor Shion, no lo dejes perder porque duele mucho verlo morir, y siempre te preguntaras como hubiese sido si nacía, si lo cuidabas y lo hacías crecer, por eso júrame esta última cosa, que amaras a tu bebe, que el idiota de Nezumi te cuidara y sé que lo hará, en el fondo es un sentimental encubierto. Yo… no pude cuidar al mío, debí sobrevivir a costa de perderlo, pero tú si debes sobrevivir, tienes que sobrevivir y tenerlo”

 

-Inukashi… - susurro con un sabor agridulce en sus labios, el delicioso dulzor de las cerezas fue opacado por el salado sabor de las lágrimas que bajaban hasta la comisura de sus labios, sin notarlo si quiera había comenzado a llorar –

 

Y lloro, amargamente, acurrucado en la butaca de terciopelo rojo sangre, con la caja de los dulces tirada en el suelo y la carta tosca y sincera de Inukashi apretujada contra su pecho, como queriendo abrazar a su creador, sintiendo dolor, uno lacerante y molesto, tan incomodo como si le hubiesen abierto el pecho de un solo tajo, es que dolía mucho, saber tanto del pasado de alguien cercano, pero no solo por eso lloraba Shion, también lo hacía de arrepentimiento, de pena por pensar que lo que vivía no era bueno, así pasen miles de cosas, así lo negara en su férrea mente analítica, en el fondo había otra vida que estaba en sus manos, que viviría si él la dejaba vivir, y no quería ser como la misma no.6, violando la existencia humana, decidiendo en clases superiores o inferiores, olvidando que todos somos humanos.

 

-perdóname bebe… discúlpame. – jipo quedito, llevando sus manos hasta el pequeño vientre oculto entre la ropa, acariciándolo por primera vez como lo haría verdaderamente una madre con su futuro hijo, conectando la ultima fibra de amor que faltaba en el, simplemente aceptando que lo amaba y que no quería verlo morir –

 

 

Continuara…

 

 

Wwwwaaaaaaaaaaa!!! Se me arrugo el kokoro, es que fue tan triste y a la vez esperanzadora la carta de Inukashi para Shion, le ayudo a destapar sus sentimientos maternales. Bueno, de aquí en adelante el dolor en el corazoncito será enorme, no para que quieran cortarse las venas, odio esa diatribas de échale sal a la herida, prefiero el drama con moderación suficiente. Disfruten de lo que sigue será super interesante, saludos a todos y gracias por esperar mis actualizaciones je je je.

 

 

Próximo capitulo:

 

La rebelión empieza


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