Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Blanco Corazon por RAMSIN

[Reviews - 134]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Nezumi da todo por el todo para Shion y su hijo, quiere que sus acciones no dejen huellas de dolor imborrables

Capitulo 22


Deteniendo el dolor


 


 


Hay un momento en la vida donde los detalles cuentan como la única carta de salvación. Nezumi no tuvo la suerte de que su ratón detectara los diminutos sensores y cámaras colocados en la parte alta del túnel, pero si tenía la sabia experiencia de ser un escapista consagrado. Llevaba a Shion tomado firmemente de su mano derecha, sintiendo como los nervios volvían sudorosas las palmas de ambos. Su meta, sacar a Shion del túnel.


 


- ¡La salida! - el albino logro ver unas rudimentarias escalerillas de metal al final del corredor de concreto - Esa es, Nezumi.


- Vamos Shion, ¡un poco mas y seremos libres!


 


Todo vibro en un segundo, el piso bajo ellos, el techo y hasta los viejos tubos de agua vibraron, Shion no supo que sucedía pero Nezumi si, su peor pesadilla parecía volverse realidad. Pensar rápido no bastaría en esta circunstancia, tan rápido como pudo se desembarazo del bolso que llevaba en su espalda, lo único que necesitaba era su apreciada tela de supe fibra que llevaba atada al cuello como una bonita bufanda de invierno.


 


- ¡Corre Shion! - le empujo hacia delante lanzándole la tela encima, necesitaba sacarlo de allí a como diera lugar -


- ¡Que pasa! - aun escuchaba las vibraciones en el aire, acercándose cada segundo más -


- Solo corre y sube las escaleras.


- ¿Y tú?- intento voltear a verlo pero Nezumi seguía empujándolo desesperadamente hacia delante -


- ¡Explotaran el túnel!


 


Lo sabía, esa vibración eran las detonaciones más lejanas, se maldecía mentalmente por no notar las cargas puestas, seguramente explotaban en una secuencia en cadena, los mecanismos se activaron apenas cruzaron la ultima bifurcación, o quizás estaban siendo vigilados, lo único seguro es que si no lograban salir ya del túnel, acabarían bajo un centenar de escombros o destrozados con la explosión. La mente de Nezumi intentaba desesperadamente armar una estrategia rápida, su plan de escape.  


 


Shion logro alcanzar las escalerillas primero, subiendo con una dificultad obvia por su condición, estaba agotado y el dolor antes suave y oculto, se había vuelto un tormento con tiempos irregulares, sin embargo el organismo trabajando bajo presión le obligaba a escapar, con la adrenalina recorriendo su torrente sanguíneo veloz, todos sus sentidos estaban en alerta hasta que al final de la escalerilla se consiguieron con que la salida estaba cerrada, Shion intento empujar la pesada tapa de metal con todo su cuerpo pero no cedía con nada.


 


- ¡A un lado! - Nezumi subió en un instante la escalerilla seguido de otras vibraciones más potentes, un aire caliente inundo el túnel sofocándolos en un segundo, un cálido humo denso y plomizo empezó a llenar todos los espacios posibles -


 


Shion intento cubrir su rostro con la súper fibra mientras Nezumi se subía precariamente para  empujar la tapa de la salida, fueron unos 5 o 6 golpes desesperados hasta que esta finalmente cedió con un sonido seco y chirriante.


 


- ¡Sal! - se movió empujando a Shion hacia la libertad -


 


Las detonaciones más cercanas hicieron temblar todo, la escalerilla donde estaban subidos tembló soltándose una de las dos asideras de metal que la mantenían sujeta al túnel de concreto, Shion logro terminar de subir pero la escalerilla se retorció hacia un lado con el peso de Nezumi aun dentro del túnel, ya el humo casi negro salía a borbotones de todos lados, el calor sofocante y los estruendos casi ensordecedores hicieron que el peli azul perdiera la oportunidad de salir tras Shion.


 


- ¡Nezumi! - el albino estiro su mano dentro entre la densa capa de humo negro, moviéndola desesperado por sentirlo -


- Shion... - la voz del nombrado retumbo súbitamente entre el humo, sujetándose de la mano salvadora de su amante -


- ¡Sujeta mi mano! - intento jalarlo con todas sus fuerzas, pero estaba cansado y su estado le complicaba el rescate - ¡No me sueltes!


- Peso mucho Shion - no veía nada, pero sentía ese brazo sujetándolo cada vez con menos fuerzas -


- ¡No te soltare!


- ¡Maldición! - grito frustrado, sintiendo como Shion flaqueo en su agarre de un segundo a otro, como la mano que lo sostuvo se desaparecía dejándolo caer -


 


Había un silencio inusual en el ambiente, despertó sintiendo como su cuerpo pesaba demasiado, su garganta y ojos ardían muchísimo, como si hubiese tragado carbón encendido, también su nariz percibió el inequívoco olor a quemado con una cierta fragancia asquerosa de ahumado. Los recuerdos del escape parecían un amasijo de imágenes envejecidas, como si hubiese ocurrido hace muchos años atrás. Con el cerebro embotado finalmente regreso a la conciencia del ahora, abriendo los ojos enrojecidos y tratando de hablar a quien quiera que estuviese cerca suyo, porque  percibió claramente la presencia de alguien en donde fuera que estuviese.


 


- Al fin despiertas...


- ¿Rikiga? - trato de enfocar su vista un poco mas entre esa habitación en penumbras -


- No te preocupes Nezumi, aun no te irás al infierno – el viejo periodista hablo dolido, con el rostro cansado e incomodo -


- ¡Shion! - trato de sentarse pero un lacerante dolor en su hombro le detuvo de hacerlo -


- No te muevas, te dislocaste el hombro cuando te sacamos del túnel.


- ¿Donde está Shion? - no escucho las advertencias de Rikiga, tan solo necesitaba salir de esa cama y verlo, saber que estaba bien -


- ¡No te levantes! - trato de empujarlo nuevamente a la cama pero fue en vano, aun con todo el dolor que sentía Nezumi lo esquivo saliendo a tropezones de la habitación -


- ¡Donde esta Shion!


 


Bramo indignado, con el cuerpo temblándole completamente, se sentía desorientado, adolorido y por alguna razón la vieja herida de quemada en su espalda parecía reavivada. Entre pasos torpes recorrió un tramo del laberinto que representaba la casa de Inukashi, al fin se ubico en el espacio, ese aroma a perros no podía venir de ningún otro lugar.


 


Rikiga salió tras su encuentro, tratando de ayudarlo, pero Nezumi le manoteo salvajemente, sus manos estaban vueltas un puño desesperado, en sus afilados ojos grises resaltaban sendas lagrimas, jamás había sentido tal grado de angustia como ahora, estaba con el corazón en la boca, no podía estar pasando lo que mas temió, que se llevaran a Shion de su lado, eso nunca.


 


- Shion esta con Inukashi - al fin Rikiga tuvo que decirle la verdad -


- ¡Llévame! - le sujeto del brazo con una fuerza brutal -


- Fue muy riesgoso sacarlos de los túneles - agacho la mirada con tristeza -


- ¿Shion como esta? - pregunto secamente, tratando de ocultar las lágrimas que derramo por un segundo de angustia -


- No muy bien.


 


Su corazón se estrujo volviéndose chiquitito, su amado Shion había salido lastimado de ese riesgoso escape. La culpabilidad comenzó a hacer su trabajo en la psique de Nezumi, haciéndole sentir como la criatura mas indeseada del mundo, por haber causado un daño en Shion que desconocía, por ahora.


 


Rikiga le ayudo a llegar a la habitación, para sorpresa de Nezumi, Inukashi tenia a Shion en su propio cubil, el jamás había tenido acceso a entrar en esos terrenos. Ni si quiera Rikiga tuvo la oportunidad de tocar a la puerta, la angustia de Nezumi lo hacía actuar sin pensar, tan solo actuar para llegar donde su amado Shion. Dentro, fueron recibidos por una decena de perros que les obstruyeron el paso apenas pisaron la habitación. Todos de pie con sus orejas en alerta total y sus colas alzadas, dispuestos a lanzarse sobre los intrusos al primer movimiento errado.


 


- Quita a tus perros - Nezumi siseo con la mirada llena de incertidumbre -


 


Inukashi estaba sentado en un pequeño sillón de piel desgastada al fondo de la habitación, su rostro era cansado, como si hubiese pasado días sin dormir. Apenas vio a Nezumi se levanto del sillón chasqueando los dedos, en un segundo sus perros bajaron la guardia echándose en el suelo ante la orden de su dueño. El ojigris intento dar unos pasos dentro del lugar pero no pudo, Inukashi se le fue encima lanzándole una cachetada con toda la rabia y dolor contenido, sus ojos castaños estaban inundados en evidentes lágrimas que querían salir, luchando con sus propias emociones contradictorias.


 


- ¡Te dije que los trajeras sanos! - apretó los puños una y otra vez, como deseando darle otro golpe a Nezumi -


- ..... - ni se movió de lugar, el golpe había herido más que su boca, la herida en el alma pareció mucho mas inmensa por ese reproche de Inukashi - Quiero ver a Shion.


- Esta dormido - giro en su lugar encaminándose hacia la enorme cama con dosel donde estaba el albino acostado -


 


No hubo más palabras, Nezumi se acerco rápidamente a la cama, quería cerciorarse con sus propios ojos del estado de Shion, no sabía cómo habían salido vivos de esos túneles, todo lo que recordaba era la mano de su amante deslizándose entre la suya, perdiéndole de vista por el humo negro y espeso que los asfixiaba.


 


- Shion... - susurro estirando su mano hasta vientre de este, tocando suavemente aquella honda que representaba su hijo -


- ¿Ne… Nezumi? - abrió pesadamente sus ojos, se sentía agotado y letárgico, como si le hubiesen dado un somnífero -


 


Intento sonreírle, sentirse contento, pero no podía, ante sus ojos solo estaba un maltratado albino, su cara estaba roja por la obvia exposición al humo caliente de las explosiones, también noto que sus brazos estaban llenos de moretones y magulladuras, quizás en su intento desesperado de ayudarle a salir, cuando le tenía precariamente sujeto de su mano. Pero la peor parte de todo ello lo descubrió cuando Shion dio un quejido de dolor muy sonoro, sujetando su vientre y doblándose de dolor en un segundo.


 


- ¡Que sucede! - intento tocarlo pero Shion parecía sumido en su dolor repentino -


- ¡Esta teniendo contracciones! ¡Eso es lo que sucede estúpida rata! - Inukashi le empujo lejos de la cama para acercarse al albino. Con una ternura insólita se sentó tras Shion acariciándole las caderas - Ya... trata de respirar profundo, pasara pronto.


- ¡No puede estar teniendo contracciones! ¡Aun faltan más de tres meses! - Nezumi se llevo la mano al rostro, asombrado por el suceso -


- Desde que llegamos esta así - Rikiga agacho su cabeza entristecido, sabía perfectamente que si ese bebe nacía, no viviría mucho -  


- Necesita un medico, necesita que lo lleven a un hospital, al menos allí podrían salvar a su bebe.


- Un medico... - en un segundo Nezumi salió de la habitación azotando la puerta, no dejo que nadie más dijese algo, para Nezumi esto era su culpa y solo su culpa -


 


Rikiga salió tras él, persiguiéndole hasta la entrada de la casa, en ese instante sintió un terror calándole en los huesos, algo le decía que Nezumi no se quedaría quieto por Shion y su bebe, movería cielo y tierra en la búsqueda de una solución. Nezumi se movió hasta el viejo anexo donde se habían alojado meses atrás, allí tomo un pequeño bolso de piel y otra útil tela de súper fibra, Rikiga le vio salir nuevamente de la pequeña casa y dar la vuelta por detrás de los jardines, justo en un pequeño espacio consiguió al ojigris sacándole la roída lona protectora que cubría a su vieja motocicleta.


 


- ¿A dónde pretendes ir con el cuerpo lastimado?  - Rikiga se le atravesó en medio del camino -


- Quítate del medio Rikiga – subió con dificultad y encendió la motocicleta -


-Tienes el hombro dislocado, no puedes conducir así, ¡te estrellaras! - intento quitar las llaves de la motocicleta pero Nezumi lo empujo haciéndole caer al suelo -


- Traeré la ayuda para Shion.


 


Y así arranco la motocicleta, tambaleante pero con una ruta fija en mente, la única ayuda que podía conseguir Nezumi quedaba dentro de no.6, irónicamente acababa de luchar para salir y debía volver a entrar. Rikiga dio un hondo suspiro de resignación, ni si quiera valía el esfuerzo intentar detenerlo, tan solo rogaría que la mente de Nezumi se mantuviera despejada para pensar sobre los pasos a seguir en la búsqueda de ayuda a Shion.


 


- ¿Donde esta Nezumi? - el albino miro preocupado a todos lados, estaba muy agotado pero sabía que había salido de la habitación mientras se revolcaba de dolor -   


- Ya regresara - Inukashi mascullo entre dientes, ahora mismo no tenia ánimos de hablar sobre esa rata -


- Se lo que me sucede - Shion llevo sus manos al vientre, acariciándolo suavemente -


- todavía hay tiempo.


- No lo sé, no quiero perder a mi bebe, pero tampoco quiero preocuparme.


- Trata de dormir.


- Es imposible... y tú lo sabes mejor que nadie Inukashi - estiro su mano atajando la del castaño - Yo leí tu carta, gracias por confiarme tu secreto.


- Olvida eso niño tonto - se rasco la nariz nervioso - No perderás al ratoncito.


- ¿Ratoncito?


- La rata de Nezumi es quien te ayudo a crearlo, entonces es un ratoncito, uno muy mal educado que quiere salir antes de tiempo - sus mejillas se tiñeron de un leve carmín, estaba apenado por sus propias palabras -


- Tienes razón – Shion sonrió dulcemente, olvidando por un momento lo que sucedía con su cuerpo -


- Y... se quedara allí dentro, ¡me oyes! – Señalo con su dedo acusadoramente el vientre del albino - te quedaras allí porque aun no puedes salir, no debes salir... no... ¡no salgas como lo hizo mi bebe!


- Inukashi...


 


No pudo más, se quebró en un instante, llorando amargamente aferrado al brazo de Shion, todo el dolor que se trago durante años finalmente cedió, se escapo por todos lados, despertado ante la verdad terrible de que este pequeño ser tampoco vería la luz del sol en su debido momento. Es que no aguantaba más, su alma dolía terriblemente, el pecho le ardía en un modo despiadado, quería detener el tiempo aunque sea unos momentos para ayudar a Shion, porque ese bebe lo sentía como un poco suyo ante la empatía de vivir otra experiencia algo parecida a la suya.


 


- Inukashi - Shion le acaricio la enredada cabellera desparramada sobre sus hombros -


- Yo... tenía casi 5 meses cuando sucedió - se restregó el rostro con rabia, queriendo desaparecer las lagrimas que aun derramaba - 


- Lo lamento mucho.


- Yo no, el no debía nacer, no era para este mundo - apretó los dientes con fuerza, jipando en un infructuoso intento por controlar otra tanda de llanto - Fue lo mejor.


- No llores mas - cuidadosamente limpio las lágrimas del chiquillo, olvidando el cansancio que sentía y las dolorosas contracciones que iban y venían a un ritmo que desconocía -


- Soy patético, en vez de ser yo quien te de ánimos, eres tu quien me calma.


 


Un incomodo silencio se formo en la habitación, ambos tenían sentimientos parecidos, Shion temía por su situación actual, habían salido milagrosamente de los túneles gracias a la ayuda de Inukashi y Rikiga, llegaron en el momento preciso en que ellos corrían más peligro, cuando el albino pensaba que la mano de Nezumi no volvería a él. Su mente se quedo estática en el segundo mismo que la soltó, recordado todo cuanto podía, y la promesa de regresar aquí, Nezumi cumplió su parte, a pesar de todo cumplió, así que esta vez también sabía que su amante seguiría adelante, para ellos.


 


- Confío en Nezumi, aun después de todo lo que sucedió, confío en que entrara por esa puerta con ayuda para mi bebe.


- Eres un estúpido inocente – Inukashi respiro profundo, calmándose lo suficiente para soltar a Shion y ponerse de pie, con la frente en alto y su acostumbrada prepotencia - Al menos estas en mejores condiciones de las que yo viví.


- ¿Fue igual? - temió preguntar, Inukashi parecía evadir la historia de su pérdida en lo máximo posible -


- No, yo perdí mucha sangre con los dolores que me mataban, tuve fiebre y casi me muero desangrado - su mirada se perdió en un punto neutro de la habitación, hablando con la memoria fresca por los sucesos - Tu solo tienes dolores esporádicos, así que ese mal nacido de Nezumi debe traerte ayuda, aun hay tiempo para el ratoncito.


- ¡Inukashi! - súbitamente Rikiga subió a la habitación, necesitaba explicarles la locura que creía estaba por hacer Nezumi -


- ¿Que quieres? - ni si quiera se inmuto al verlo entrar a tropezones en la habitación -


- ¡Nezumi se fue y no sé qué demonios hará!


- Traerá ayuda, eso hará señor Rikiga - Shion le miro con una seguridad abrumadora -


- Shion... - sintió que se desboronaba de nervios, no quería asustar al chiquillo con sus teorías descabelladas de la partida del ojigris -


- La mente de esa rata es compleja, seguro se rebusco algún disparate para salvar al bebe - Inukashi sonrió malicioso, aunque sea trataría de tener la misma positividad de Shion -


 


Y Nezumi si que se rebusco entre sus estrategias, con tan solo sus ratones, un cuchillo y la férrea decisión de volver a no.6 en busca de ayuda. La mente se le despejo un poco mientras vagaba en la oscuridad conduciendo su motocicleta por el paraje desolado, en su mente estaba el mismo mapa que memorizo Shion, claro, con la salvedad de que Nezumi no tiene una memoria tan prodigiosa pero si sus ratoncitos robóticos que almacenaron cientos de datos importantes, y precisamente constaba con ellos para su siguiente paso a realizar.


 


La lógica le decía que la única persona dispuesta a ayudar a Shion seria Rou, pero llegar a el parecía imposible, la situación era de suma gravedad y en momentos como esos las personas arriesgan su vida por una causa, sin pensar en consecuencias. Y la ruta de Nezumi consistía en tomar el segundo camino que trazo su ratón, aquel que descartaron por ser más complicado para Shion, pero esta vez no había limitaciones, Nezumi solo podría saldar cualquier dificultad en la mitad del tiempo estimado.


 


Pronto llego a su destino, esta vez era la boca de un desagüe, el diámetro de la entrada era aproximadamente la mitad de la altura del ojigris, con facilidad podría agacharse y entras a gatas, desde allí el recorrido se iría complicando con una serie de direcciones un tanto confusas.


 


- Muéstrame el camino - alzo en su mano al ratoncito negro que pronto hizo una imagen holográfica de los ductos, reflejándola en la húmeda pared de concreto armado que era la entrada al desagüe -


 


Nezumi memorizo todo cuanto pudo, volviendo a liberar al ratón para que hiciera una segunda y más delicada labor, detectar posibles cámaras en la boca del túnel, no cometería un segundo error, además, bastaba con que ya el servicio de búsqueda y captura estuviesen obviamente alterados por las explosiones, como para darles otra razón mas de investigar los alrededores.


 


- Aguanta un poco Shion, ya te conseguiré ayuda - soltó al ratón en el túnel esperando que ubicara sus objetivos -


 


En menos de 10 minutos el ratón regreso sin novedad, pero a pesar de ese hecho, Nezumi fue más precavido entrando finalmente al túnel. La aventurera ruta lo puso en alerta, sin mencionar el dolor lacerante que sentía en su brazo derecho por la posible dislocación de hombro, casi ni lo utilizaba, tratando de mantenerlo pegado a su cuerpo para minimizar el dolor.  Su primer tramo a gatas fue de unos cuantos metros, al culminar el túnel, este se abrió en un espacio mucho más amplio, dividido en varios canales de desagüe en desuso, bajo del tubo inspeccionando sus posibles rutas. Tenía tres caminos a seguir, todas realmente estrechas ya que las tuberías en el techo parecían llevar aguas blancas en vez de los drenajes que recorrió junto a Shion. Nuevamente apelo al ratoncito negro, dándole la ruta siguiente, con prisa Nezumi ingreso en la segunda entrada a mano izquierda, un casi que un interminable camino muy estrecho y sofocante, allí recordó la razón de no tomar esa ruta, jamás Shion hubiese podido recorrerla. La prisa lo llevo a realizar todo el trayecto en menos de media hora, apenas salió del túnel se encontró con otro espacio abierto, instintivamente conocido ya que allí fue donde ellos habían hecho la primera parada a descansar y comer.


 


-Estoy cerca, solo un poco mas y llegare - sonrió con ansias, ni si quiera se tomo un minuto para atravesar el lugar e ingresar en otro estrecho camino que si habían recorrido unas horas antes con Shion-


 


No muy lejos de allí, Rou estaba recibiendo las malas noticias de los ductos detonados, su mente se quedo divagando sobre la pareja, el servicio de búsqueda y captura, el aumento de vigilancia, desapariciones forzosas y eliminación de potenciales enemigos.


 


- La salida quedo totalmente inservible - Sanri cuestiono de pie frente al viejo Rou -


- Es lamentable lo que me dices - se giro en su silla quedando de espaldas al moreno - Muy lamentable.


- Sabíamos que Nezumi acabaría metido en un problema del cual no podría salir.


- Me hubiese gustado ver a su hijo. Presenciar un nacimiento de ese calibre, un milagro de la caprichosa evolución humana.


- El chiquillo que lo acompañaba tan solo fue una víctima más del sistema, maestro - Sanri agacho la cabeza en modo resignado -


- Da la orden para que recuperen los cuerpos de entre los escombros.


-O lo que queden de ellos... detonaron más de 8  metros de túneles, sería un milagro encontrar si quiera un pie o una mano.


- Que pesimista eres Sanri - una voz conocida retumbo en el amplio salón donde estaban reunidos -


- ¡Nezumi! - los dos hombres voltearon a verlo sobresaltados -


- El mismo - se inclino cortésmente, como dando las gracias a un público presente en su teatro de la vida -


- ¡Estás vivo! - Rou se puso de pie tan rápido como pudo, tomando su bastón y acercándose al ojigris, el asombro y la felicidad se evidenciaba en sus actos –


- Dejemos las celebraciones para otro momento. Rou necesito que vengas conmigo, ¡ahora! - intento sujetar el brazo del peliblanco pero este lo esquivo con dificultad -


- Yo no puedo salir de aquí Nezumi, y tú mismo lo sabes muy bien - sentencio seriamente -


- No me interesa, ¡debes salvar a mi hijo! - tomo bruscamente de las ropas a Rou - Salimos de los túneles de milagro, pero Shion está teniendo contracciones.


 


Rou tan solo renegó con su cabeza soltándose del agarre de su pupilo, muy dentro de el sabia que algo así ocurriría, el chiquillo estaba en un estado muy avanzado para hacer ese aventurero escape, pero a la vez muy inmaduro para dar a luz.


 


- Lamento mucho esa noticia Nezumi, pero yo no podre acompañarte.


- ¡Qué demonios dices! acaso no te importa que dos inocentes mueran, el bebe no sobrevivirá si nace - la angustia se apodero de su cuerpo, estaba temblando de rabia, impotencia y coraje, olvidando hasta su propio dolor corporal -


- Tendrás ayuda, pero eso no garantizara que detenga el parto.


- ¿Ayuda de quien? - alzo su gélida mirada al mayor, con la intriga a flor de piel -


- Sígueme y dime exactamente qué sucede con Shion.


 


Rou se encamino a paso presuroso hasta la enfermería, el mismo lugar donde tan solo unas cuantas horas antes habían estado examinando al albino.


 


- Solo sé que tiene dolor, es todo.


- Solo dolor - llevo su mano al mentón, analítico y pensativo hasta que en un movimiento rápido de sus manos comenzó a buscar cosas dentro de los estantes y gabinetes -


 


Nezumi observo como poco a poco una de las camillas se llenaba de medicamentos y otros objetos que no supo identificar, no quiso hacer ni una pregunta, bastaba con recibir ayuda, ¿pero de quien? era la única duda que rondaba su cabeza cual mosca fastidiosa.


 


- Esto es lo único que podemos hacer, trataremos de detener las contracciones si aun son esporádicas y no ha tenido más síntomas, eso debería funcionar - dio un hondo suspiro terminando de acomodar los medicamentos -


- ¿Quién me ayudara?


- Alguien de mi entera confianza. Esa persona ha estado todos estos años ayudándome aquí, aprendiendo de medicina y ciencia junto a mí, como tú lo hacías hasta que decidiste irte.


- No es momento de sacarme en cara mis decisiones...


- No lo hago Nezumi, tan solo te pongo en aviso para que no te niegues a recibir la ayuda de Sanri.


-¡Sanri! - desvió la mirada hacia el prepotente joven de ojos color miel, como le molestaba su presencia junto a él - El no es nadie comparado contigo viejo loco, no lo acepto.


-Perfecto Nezumi, yo no te ayudare si esa es tu decisión. Pero me parece increíble tu acto agostía, prefieres dejar morir a tu amante e hijo antes de si quiera dejarme tocarlos - el moreno hablo con malicia, piqueteándole el ego a Nezumi, sabía que no era de su agrada, nunca lo fue -


 


El nombrado ojigris apretó los puños lleno de frustración, enojado por ser egoísta, castigándose a si mismo ante un pensamiento tan banal como el no querer ayuda de alguien que jamás le gusto. Esto sobrepasaba los gustos personales, había dos vidas que debía proteger y si para ello tenía que besar el suelo donde el mal nacido de Sanri pisase, pues lo haría en nombre de su amor a Shion y al bebe.


 


- Ayúdame - sentencio con dificultad, tragando grueso por las contradicciones que sentía dentro suyo -


- Así esta mejor Nezumi - Sanri sonrió prepotente, sintiendo que al fin le ganaba una a su acérrimo contrincante desde niños -


- Ya, tomen todas las cosas y váyanse pronto, Shion no tendrá mucho tiempo de ventaja.


- Entendido - el moreno recogió todo metiéndolo en un pequeño bolso que Nezumi le quito apenas pudo - Tranquilo...


- Yo llevare los medicamentos - trato de ponerlo en su espalda pero el lacerante dolor en el hombro derecho se lo impidió -


- Cuando termine con tu amante, te acomodare ese hombro dislocado, será muy divertido - volvió a tomar el bolso de las manos de Nezumi con una sonrisa sarcástica -


 


Rou le dio algunas indicaciones más a su pupilo para después dejarlos partir por los ductos. En la mente de Nezumi tan solo estaba la frenética idea de llegar, no importaba su dolor físico, ni el agotamiento inclemente que parecía apoderarse cada vez más de él. Tan solo había un destino, el único camino que necesitaba transitar era directo a Shion, moviendo cielo y tierra en el proceso.


 


Mientras este par retornaba a los túneles, en donde Inukashi había una tensa calma, esperando a la llegada de Nezumi. Tanto Rikiga como Inukashi permanecían al pie de la cama, observando el estado del albino, en esas dos horas que habían transcurrido Shion no presentaba cambios, tan solo los dolorosos espasmos musculares de su vientre, inequívocas contracciones que aun no tenían un tiempo definido, para suerte de Shion y su bebe.


 


- Al fin se durmió un rato - el viejo periodista suspiro recargando su mano en el mentón, estaba muy serio sentado en un pequeño sofá frente a la cama -


- Se despertara cuando tenga otra contracción - el castaño paso a la cama, sentándose en la orilla cuidadosamente, no quería interrumpir el leve descanso de Shion -


- Inukashi.


- ¿Qué? - desvió la mirada hacia el viejo periodista -


- Me pregunto... ¿cómo sabes tanto de esto que sucede con Shion?


- No te importa.


- Oh vamos, no es tan sencillo saber de esas cosas de "mujeres", mas aun siendo un tosco mocoso como tú - una sonrisa ladina escapo de sus labios -


- Mis perros.


- ¿Qué diablos tienen que ver los sacos de pulga con esto?


- Eres un estúpido. Estoy cansado de ver parir a mis perros, se lo que sucede y como les afecta.


- Shion no es un perro...


- Pero esta preñado como uno, así que saco mis propios juicios entorno a eso - mintió con precaución, su pasado era un asunto que nadie, absolutamente nadie, salvo Shion tenían conocimiento -  


 


Rikiga le miro con duda, lo que decía Inukashi sonaba convincente, ridículamente convincente, pero quien era él para venir a poner en duda algo razonable, además, el tosco muchachito estaba cuidando de Shion con una ternura y delicadeza asombrosa, parecía esmerado en darle toda la comodidad y tranquilidad posible mientras Nezumi reaparecía con alguna solución.


 


-Debería avisarle a su madre sobre esto… - hablo con debilidad mirando la figura de Shion en la cama –


-Quieres que la rata de Nezumi te saque los ojos, no compliques las cosas un poco más viejo.


-Es que… si sucede algo malo, y ella no lo puede ver más nunca - se restregó la nariz con molestia, tenía ganas de llorar y no sabía porque –


-¡Cállate!


 


En un segundo Inukashi se levanto de la cama encarando al viejo periodista, centrando sus afilados ojos castaños en el, con una fiereza infinita.


 


-Ni se te ocurra repetir semejante estupidez, ¡Shion no se morirá y su hijo tampoco!


-Ne…Nezumi – la voz quebrada de Shion en un gemido alerto al dueto –


-Shion – Inukashi salto prácticamente a su lado en la cama –


-Me duele más - se abrazo a su vientre tan fuerte como podía, el dolor le recorría la baja espalda y caderas, 100 veces peor de lo que recordaba cuando sufría los cólicos -


 


Quería confiar, necesitaba desesperadamente confiar en su amante, desde que se conocieron siempre Nezumi fue como el príncipe salvador, cuando resbalo del árbol y fue rescatado bajo la lluvia, cuando decidió “secuestrarlo” para evitar que siguieran experimentando con su cuerpo, la salida y entrada a no.6 en nombre de saber más y sacarlo de las dudas restantes en su rompecabezas de vida. Nezumi siempre aparecía en el momento indicado, con las soluciones en sus manos, siempre para él, siempre por su bien. Y ahora, entre su dolor aun veía una luz al final del túnel, aun creía que su príncipe de ojos metálicos llegaría para salvarlo, una vez más.


 


-Nezumi… - sus ojos llorosos lograron ver una figura difusa en la entrada de la habitación, como un fantasma en medio de la noche oscura –


 


Esa figura se acerco a su lado, besando su frente sudorosa y susurrándole que ya todo iba a estar mejor, que cumpliría su promesa, que jamás iba a defraudarlos, que nunca les dejaría solos porque para él, ellos eran su vida misma, no permitirá que nada ni nadie se los arrancaría de su lado, nadie.


 


Ni Inukashi si quiera se atrevió a hablar, tan solo estaba estático al borde da la cama, viendo cómo un total desconocido estaba revisando a Shion, le tomo por sorpresa esa llegada, ni sus perros se alertaron, parecían comprenden que todo ese alboroto era por el bien del albino, se quedaron tranquilos, echados en el suelo tan atentos como el resto de los ocupantes en la habitación.


 


-Necesito que todos salgan – Sanri hablo seriamente mientras rebuscaba en el bolso con los medicamentos que Rou le dio –


-Yo me quedare – Nezumi se planto junto a la cama, nadie le obligaría a alejarse de su amante, nunca más –


-Que problemático eres - mascullo el joven dando un hondo suspiro, tendría a Nezumi tras su espalda fisgoneando todo su trabajo – Perfecto, entonces serás mi ayudante.


 


Al final en la habitación tan solo quedaron Sanri, Nezumi y obviamente Shion, Inukashi movió a sus perros hasta las afueras de la habitación donde montaron guardia nuevamente, para él, ese desconocido podría resultar algún problema y no esperaría nada para atacarlo si algo malo sucedía con Shion.  Dentro, Sanri acomodo todo lo necesario en la cama, listo para tener una obvia pelea ante lo que tendría que hacerle al amante de su rival.


 


-Necesito que lo desvistas de la cintura para abajo – señalo las mantas que cubrían al albino completamente –


-¿Qué diablos? – su enojo salto en un segundo, no iba a dejar que nadie viera desnudo a Shion, salvo el –


-Hazle… caso Nezumi – el albino susurro cansado, aquella contracción había sido peor que las anteriores, sabía que debían revisarle, estaba consciente de su situación y no le importaba nada con tal de salvar a su hijo – Es por el bebe.


-Parece que tu amante es más racional que tú – hablo seriamente desinfectando sus manos y colocándose unos guantes quirúrgicos – No te repetiré las cosas, debo saber si entro en trabajo de parto, dependiendo de eso decidiré el tratamiento.


 


De malas ganas el ojigris obedeció, ayudando a desvestir a Shion, no estaba en condiciones de contradecir las cosas, el no era el médico y tampoco tenía los conocimientos para contradecirlo, tan solo se limito a vigilar de cerca cada movimiento de Sanri, esperando al mínimo error para matarlo allí mismo.


 


-Muy bien Shion, respira hondo y no hagas presión, tan solo necesito saber si has dilatado – se ubico entre las piernas del nombrado, listo para continuar su trabajo – ¡Podrías quitar ese maldito cuchillo de mi garganta!


-Pásate de la raya y te degolló aquí mismo – tenía su pequeño cuchillo pegado de la yugular de Sanri -


-¡Nezumi! – un sonrojado albino trataba de contenerse el terror de ver a su amante lleno de frustración por lo que sucedería, comprendía que alguien distinto a él lo tocaría pero era por razones medicas no por diversión –


 


Nadie podría culparlo de estar reaccionando así, Shion era suyo y solo suyo, nadie tenía el derecho de tocarle ni un cabello si quiera, así que no se pondría de buenas viendo a su peor rival poniendo sus dedos donde nadie más lo ha hecho, salvo el.  Hubo una tensa calma hasta que el moreno termino su trabajo volviendo a cubrir a Shion con las mantas y sintiendo que finalmente Nezumi le quitaba el cuchillo de encima.


 


-No hay dilatación ni ruptura de membranas, esto es una buena noticia para el bebe – con cuidado se deshizo de los guantes y paso a tomarle una vía en el brazo a Shion para colocar el tratamiento más indicado –


-¿Que le pondrás? – miro seriamente como Sanri tomaba una bolsa de suero colocándola en alto e inyectando en la misma varias ampollas de un medicamento –


-Es sulfato de magnesio, servirá para detener las contracciones, deberían detenerse con el primer tratamiento, está en las mejores condiciones ya que no ha iniciado el trabajo de parto.


-Gracias señor Sanri – Shion le hablo suavemente, aun estaba cansado y somnoliento –


-De nada, trata de dormir un poco, ya lo peor pasó.


 


Luego de recoger todas sus cosas, salió de la habitación junto con Nezumi, necesitaba hablarle de algo importante al peli azul pero sin que Shion se enterara, no necesitaba agitarlo más de lo debido.


 


-¿Qué sucedió? – Inukashi fue el primero en acercarse el dueto con mucha preocupación –


-Ya todo está mejor – Nezumi hablo seriamente, debía admitir que el prepotente de Sanri había aprendido hacer un buen trabajo bajo las ordenes de Rou –


-No del todo – Sanri interrumpió las palabras de Nezumi – Por ahora el medicamento debería hacer efecto, pero aun está en riesgo que vuelvan las contracciones, todo dependerá del organismo de Shion y también de ustedes, el necesita descanso, cero alteraciones o problemas, necesita guardar reposo absoluto al menos unas semanas para que podamos decir con seguridad que no tendrá un parto prematuro.


-¿Algo más? – Nezumi pregunto seriamente –


- Nada de relaciones sexuales – sonrió malicioso al ojigris, logrando que el pobre se sonrojara evidentemente –


-Maldito depravado, no dejare que le pongas un dedo más nunca a Shion encima, ¡lo cuidare tan bien que no podrás verlo más nunca!


-Eso espero, pero dudo que no pueda tocarlo otra vez… lo más seguro es que sea yo quien ayude a traer a tu bebe al mundo, así que me cansare de tocarlo.


-MAL NACIDO… ¡TE VOY A CORTAR LAS MANOS! – Saco su cuchillo en un segundo, dispuesto a cumplir lo dicho –


-¡ACASO ESTAS LOCO NEZUMI! – Inukashi trato de frenarlo con dificultad  pero le fue imposible –


 


En un segundo Nezumi se lanzo contra el moreno, tratando de dar una estocada con su mano izquierda, pero era una desventaja ya que el era diestro, aquel detalle lo tomo Sanri como una ventaja que aprovecho inmediatamente, girando sobre sus pies hasta tomar el brazo herido de Nezumi  jalándolo bruscamente al tiempo que se lo doblaba hacia atrás, un sonido de crash seguido de un gemido agónico en Nezumi le indico a Sanri que había logrado su cometido.


 


- Que susceptible eres… tan solo estaba bromeando, soy demasiado profesional para querer manosear a tu amante, además… ¡me gustan las chicas!


-tu… - sujeto su brazo derecho con fuerza, aquel movimiento fue terriblemente doloroso


-Y dame las gracias, acabo de regresar tu hombro derecho a su lugar.


-Definitivamente, el me cae bien – Inukashi miro con admiración al joven de ojos color miel –


 


 


Continuara…


 


 


KKIAAAAAAAA ¡AL FIN! Bueno, este capítulo me fascino mucho, termine escribiéndolo en menos de una semana, vaya que tenia las ideas agolpadas en mi cabeza y aun las tengo, creo que el capitulo que sigue también se los entregare rápido, será muy interesante, ahora, sigo con esto, muchas pero muchas gracias por sus comentarios, los leo toditos,  y todas las que me siguen por mi cuenta de face, también muchos saludos y gracias por sus mensajitos de apoyo o preguntas, soy toda oídos y vista para ustedes, gracias y nos vemos en una semana si corro con suerte, dos si tardo un poco más, aunque estoy tan emocionada con esto que pasara que seguro escribo rapidito!!


 


 


Próximo Capitulo:


Blanco


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).