Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Blanco Corazon por RAMSIN

[Reviews - 134]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

al fin en sus brazos, descubriendo que ser padre es algo mas grande que su misma existencia, y ademas de que las cartas han sido puestas sobre la mesa de la verdad

Capitulo 26

Inocentes

 

 

 

Nezumi aun no podía creérselo, pero era verdad, estaba tocándolo con el aliento contenido en su pecho, detallando los gestos involuntarios que hacia su hijo recién nacido mientras dormía. Ya había pasado lo peor, y Shion finalmente obtuvo el merecido descanso para su largo trabajo de parto. Dejando que los nuevos padres tuvieran sus bien merecidos minutos de privacidad, tanto el ayudante de Rou como Inukashi se alejaron de la habitación de la pareja con la escusa de ir a ordenar el desastre del salón, así fue como Nezumi quedo custodiando el sueño de madre e hijo.

 

Se quedo recargado en el lado derecho de la cama, con sus dedos tocando sutilmente la espalda del bebe que se encontraba profundamente dormido, cómodamente acurrucado entre ambos y bien abrigado con la mullida manta blanca que fue el primer regalo que adquirió. El albino se negó rotundamente a que alejaran al pequeño infante de su regazo, así que permaneció allí hasta que el sueño lo venció y Nezumi se lo quito. Y ahora estaba completamente extasiado por la diminuta forma de los deditos de su hijo vueltos puñitos, con los labios fruncidos en un pequeño puchero como si fuera a llorar de un segundo a otro.

 

-¿Que nombre te pondremos? pequeño polizón – susurro quedito al mismo tiempo que sus dedos deslizaron ligeramente la manta para detallar mejor el color de sus cabellos, estaba embelesado con el tono tan idéntico al suyo –

-Nezumi – una voz le llamo tras él, con tanta delicadeza como podía para no despertar a Shion o al bebe –

 

Cuidadosamente el ojigris se puso de pie alejándose de la cama, encarando al inoportuno invitado. Apenas vio el rostro de Inukashi supo las intensiones por las cuales se atrevió a interrumpirlo en un momento tan apacible y privado. No hizo falta más conversación entre ellos hasta que estuvieron fuera de la habitación, con la puerta cerrada finalmente Inukashi pudo hablar libremente ante Nezumi.

 

-El viejo borracho acaba de mandarme información importante de adentro de no.6 – desvió la mirada hacia uno de sus perros, específicamente uno pequeño y delgado de pelaje negro, que en su cuello lleva un collar rojo especialmente hecho para trasportar información oculta de un punto a otro sin levantar sospechas –

-Tu perro pudo colarse fuera de no.6 – observo al can con seriedad –

-El viejo descubrió algo grave – sin pérdida de tiempo saco la nota escrita en un trozo de papel que traía el perro en el collar para mostrársela a Nezumi –

 

El peli azul se la arranco en un segundo de las manos para poder leerla, el papel en si solo daba una escueta advertencia sobre los hechos actuales dentro de no.6, en ella Rikiga describía con letra nerviosa que había logrado conseguir algo de información sobre los planes de los insurrectos, que había bombas a punto de ser detonadas dentro de la ciudad y que el necesitaba rescatar a Karan, esas eran sus únicas palabras. Al terminar de leer la nota Nezumi la arrugo indignado, volviéndola un amasijo entre sus dedos, pensando con rapidez sobre qué sucedería ahora. Ellos estaba prácticamente a salvo fuera de la ciudad, pero Shion no sería capaz de perdonarse a sí mismo si su madre moría, y el tampoco se lo perdonaría, llegar hasta este punto de felicidad para ser empañada súbitamente con la muerte de un ser amado para Shion, no podría con esa carga, el no podría vivir con ese conocimiento y obviarlo campantemente.

 

-¿Que harás? – Inukashi le siguió escaleras abajo, tratando de comprender la mente compleja de alguien como Nezumi –

-Iré por Karan – sentencio tomando su tela de súper fibra que estuvo abandonada en una de las sillas del salón –

-¡Estás loco! Como demonios vas a ir dentro del infierno, no sabes cuando las  bombas estallaran y menos aun sabes dónde buscar a la madre de Shion – le grito indignado por la locura que cometería –

-No necesito tu opinión, tan solo te voy a pedir que no le digas nada a Shion, el debe descansar y ocuparse de Nozomi hasta que regrese.

-¿Nozomi? – El castaño arqueo una ceja con impresión mientras su boca quedo medio abierta como si fuera a decir algo más –

-Dile a Shion cuando despierte que ese será el nombre que llevara nuestro hijo, Nozomi.

 

Finalmente salió de la casa con una férrea decisión en mente, guardando en el alma su alegría de ver el milagro de la vida misma floreciendo desde las entrañas de su amante, sustituyendo esas emociones por otras, llenándose el alma de fuerzas para hacer un último milagro para Shion, el reunirlo con su madre. Eso era lo único que lo movía a cometer la locura de entrar en las fauces de una bestia herida como lo era en esos instantes no.6

 

-Ese nombre significa esperanza… - Inukashi susurro para sí con rabia, no le gusto el modo en que hablo la rata, parecía que de algún extraño modo estaba despidiéndose para siempre –

 

Mientras Nezumi toma un nuevo rumbo hacia no.6, dentro, en casa de Renka, las cosas tampoco estaban siendo sencillas, Karan necesitaba buscar un plan para salvaguardar a Lili y al bebe en caso de que Renka perdiera la poca cordura que le quedaba, y su preocupación tenia basamentos, la castaña no había dejado de caminar obsesivamente por toda la habitación, saliendo y entrando cada dos por tres como si fuera a lograr con ello que su hermano Yoming llegara antes. Hasta Karan ponía seriamente en duda el hecho de que ese hombre apareciera en la casa, seguramente fue una escusa mas para calmar los nervios enfermizos que el mismo le sembró en la mente a su hermana.

 

Karan intentaba mantener a los niños alejados de la habitación de Renka, pero ya no podía evitar las preguntas de la pequeña Lili, obviamente ella deseaba estar con su madre, además de que el bebe necesitaba atención constante, con el ir y venir por cuidarse de Renka, la madre de Shion no había podido ocuparse del bebe que también se volvió muy irritable al punto de llorar constantemente por cualquier motivo.

 

-Shsss ya no llores Ren – Karan lo tomo en brazos meciéndole de un lado a otro por la pequeña sala donde también estaba Lili jugando –

-Seño, el debe tener hambre, ya le traigo el biberón que guardo en la pañalera  – la pequeña dejo sus juegos para salir escaleras arriba, recordó que Karan había subido el bolso hasta la habitación de su madre –

-¡No! – Detuvo en seco a Lili antes de que si quiera intentara subir las escaleras – Perdóname Lili, pero tu hermanito no tiene hambre, solo está molesto, nada más.

-Me… grito – en un segundo la niña hizo un puchero tan grande como el del bebe, ambos estaban percibiendo el ambiente tenso que los rodeaba, no había modo de evitarlo –

-No llores, lo lamento Lili, lo lamento tanto – se agacho rodeando con su brazo derecho a la pequeña, tratando de consolarla al mismo tiempo que su hermanito –

-Mami… se toma unas pastillas que la hacen dormir, dele una a Ren, así no llorara mas – mascullo algo más calmada, creía que Karan la había regañado por estar molesta con el llanto insistente del bebe –

-Pastillas para dormir – una idea descabellada cruzo por la mente de Karan, quizás esa sería la única oportunidad para liberarse momentáneamente de Renka y poner a salvo a los niños –

- ¿Seño? – Jalo de las ropas a la castaña, parecía perdida en sus pensamientos por un momento –

-Lili, necesito que hagas algo, por favor cuida bien de tu hermanito, lo dejare en su moisés por unos minutos mientras preparo algo de comer para todos, me imagino que tu también debes tener hambre – acaricio la cabeza de la niña con ternura, poniéndose de pie nuevamente para dejar al bebe en su moisés, el pequeño se había calmado un poco como para dejarlo allí –

 

Apenas dejo al infante, Karan corrió escaleras arriba, necesitaba tomar algo del cuarto de baño para su plan. Silenciosamente se movió hasta la puerta de la habitación de Renka, notando que esta había dejado de andar frenéticamente por la habitación y ahora se encontraba nuevamente sentada en su sillón mirando por la ventana abierta. Al asegurarse de que Renka no sería un problema, volvió en sus pasos hasta el baño, entro tanteando la pared de azulejos fríos con su mano para dar con el interruptor, apenas encendió las luces, deposito toda su atención en el pequeño gabinete blanco con espejo que estaba justo sobre el lavabo, el sitio más común y corriente donde las personas guardan los medicamentos.

 

-Debe tenerlos aquí… - susurro ansiosa al tiempo que abría el gabinete para ver dentro –

 

Y no se equivoco, justo frente a sus ojos estaba un pequeño frasco amarillo con un rotulo que indicaba lo que eran esas pastillas, tomo el frasco, cerro el gabinete y bajo en tropel por las escaleras hasta llegar a la cocina, sin esperar nada encendió el fuego de la estufa y lleno una pequeña tetera con agua, haría te, necesitaba del objeto indicado donde verter las pastillas y que Renka no se negara a tomárselo ya que era una mujer a la cual le encantaba beber té verde o negro.

 

Aun nerviosa saco un par de pastillas del frasco, mirándolas en su palma temblorosa, pensando seriamente si con solo dos sería suficiente para hacerla dormir unas cuantas horas, la duda la carcomía así que agrego una pastilla más. Al final Karan pulverizo los tres somníferos dentro de una servilleta y espero a que el agua en la tetera hirviera para preparar su última esperanza. Saco un par de tazas y platos, algo de pastel de cerezas que había traído el día anterior y que aun estaba intacto en el refrigerador, sirvió todo en una bandeja y volvió a la sala para verificar a los niños.

 

-Lili, necesito que hagas algo más por mí – Karan miro preocupada hacia las escaleras, esperaba que Renka no bajara súbitamente antes de que ella pudiese poner los somníferos en su té –

-Dígame – sonrió con ternura, olvidando el pequeño percance de momentos atrás –

-Quiero que tomes tu abrigo y te lo pongas, también tus zapatos, hazlo sin hacer ruido por favor, tu mamá dormirá un rato mientras nosotras daremos un paseo con tu hermanito, ¿qué te parece? – intento sonar lo más convincente y calmada posible –

-¿Podemos ir al parque? – agrando la sonrisa por la noticia del paseo –

-Quizás, pero ve a alistarte y espera aquí abajo, le llevare té a tu mamá. No subas por favor Lili, no lo hagas hasta que yo te diga – Karan sujeto los bracitos de la niña con fuerza, quería que comprendiera la orden perfectamente –

-¡Sí! – asintió con mucha firmeza, estaba feliz por salir –

 

Karan le dejo libre para volver en sus pasos hasta la mesa de la cocina donde le esperaba las tazas de té y el pastel, con mucho cuidado deposito el contenido de la servilleta dentro de la taza que ella escogió, no quería que por un error de nervios acabara bebiendo los somníferos ella misma en vez de Renka. Suspiro profundamente al tiempo que tomo la bandeja y subió las escaleras hasta la habitación, no tuvo que esforzarse en tocar, la puerta aun estaba entreabierta y Renka sentada en el sillón, nada había cambiado desde hacía 15 minutos.

 

-Renka, te traje té y pastel – Karan le llamo en voz alta para hacerla voltear –

 

La madre de Shion se está jugando el pellejo con este acto, pero es su único modo racional y posible para alejar a Renka de los niños y de ella misma, mientras esto ocurre en Lost Town, fuera de los peligros aparentes de una ciudad que está a punto de irse al mismo infierno, otro tipo de luchas se inician, un nuevo sonido inunda toda la casa de Inukashi, el llanto de un recién nacido les recuerda que aun las cosas deben seguir, pero a pesar de toda la alegría que representa ese bebe, muy en el fondo Inukashi debe aparentar que nada sucede, no quiere decirle a Shion que Nezumi se ha ido otra vez, que ahora su nueva locura es traerle a su madre sana y salva al costo que sea.

 

-¿Despertó el ratoncito? – Inukashi había permanecido haciendo guardia en la habitación desde que Nezumi se fue –

-Hola bebe – Shion abrió los ojos pesadamente, se sentía tan apaleado, como si le hubiesen quitado las fuerzas en un segundo, y tenía motivos de sobra para sentirse así, tuvo una dura batalla para poder tener frente suyo a su hijo, el que estaba ahora llorando desconsoladamente en la cama junto a él –

-No te muevas, yo te ayudo – rápidamente el castaño se movió del sillón donde descansaba hasta la cama, buscando algunas almohadas para acomodar la postura del albino –

-Gracias – sonrió con ternura al tiempo que pasaba su mano derecha por la espalda del bebe, era un intento infructuoso de calmarlo un poco mientras se acomodaba mejor para poder cargarlo –

 

Fue un poco incomodo y doloroso estar sentado a pesar de los calmantes que Sanri le administro, su cuerpo aun estaría reajustándose por unos meses hasta que todo regrese a la normalidad.

 

-¿Estás bien así? – pregunto dudoso al ver la mueca de dolor en el rostro de Shion –

- – estiro los brazos al fin para cargar torpemente a su hijo, no estaba muy diestro en ese asunto, y más aun con este bebe que se revolvía llorando amargamente – No llores.

-Creo que hablarle no funcionara, tiene la misma cara de malas pulgas que la rata de Nezu… - hizo silencio bruscamente, no quería recordarle al albino la ausencia del peli azul –

- Nezumi – miro a todos lados en busca de su amante, recordaba que antes de caer dormido estaba acostado frente a él – ¿Dónde está?

-Eh…

 

Inukashi sudo frio en un segundo, esto era justamente lo que no quería que ocurriera, seria incapaz de guardarle el secreto a Shion por mucho tiempo, su corazón azotado en nuevos sentimientos cedería ante una súplica del albino, era un dilema mental y tenía ganas de huir corriendo lejos, muy lejos donde nadie le preguntara sobre la rata de Nezumi.

 

-Creo que no se despertó de muy buen humor – súbitamente Sanri entro a la habitación, seguramente atraído por los llantos muy “evidentes” del bebe –

-Sí, está molesto – Shion miro al bebe con duda, notando como se revolvía entre sus brazos, rojo de tanto llorar y restregándose contra su pecho en un infructuoso intento de conseguir darse a entender ante su madre –

-Diría que esta exactamente hambriento – Sanri sonrió divertido, estaba por poner a prueba la tolerancia de Shion ante sus nuevos “dotes maternos” – ¿Quieres ayuda, Shion? ¿O crees que podrás hacerlo solo?

-Yo… - bajo la mirada sonrojado mientras mecía un poco al infante, como buscando un segundo para procesar lo que tendría que hacer, entendió desde un inicio que podría cubrir los requerimientos de un bebe, pero igualmente le aterraba el simple acto de hacerlo – Lo intentare.

 

Sanri tan solo se encogió de hombros hasta moverse junto a la cama, agachándose a una prudente distancia de Shion, no quería invadir su espacio personal más de lo necesario en esa circunstancia, tan solo necesitaba estar seguro que el pobre niño fuera alimentado correctamente y no acabaran corriendo a comprar alguna fórmula para infantes, y tampoco estaban en el mejor momento para hacerlo, no se encontraba la persona que podría buscarla, y esa fue la segunda razón por la cual Sanri irrumpió en la habitación, estaba al tanto de todo y le quiso dar una mano a Inukashi, a veces necesitamos de alguien más para compartir las cargas pesadas y de índole emocional.

 

-Asegura su cabeza en tu brazo, dale espacio para que el pueda respirar y  nunca le bloquees la nariz o te quedes dormido mientras lo alimentas, podría ahogarse en un segundo, hay que ser muy cuidadoso cuando están tan pequeños y se desesperan por comer – movió su mano indicándole al albino como acomodarlo en su regazo -

-Entiendo – suspiro quedito, aun inseguro por la situación, pero también armándose de valor al escuchar los desgarradores gritos de su hijo. Parecía más desesperado que antes cuando por fin sintió la piel expuesta, buscando desesperado el pezón al que se aferro apenas lo consiguió, succionando con avidez ante el hambre que lo aquejaba –

-Ahora si es un niño feliz y silencioso – El ayudante de Rouadmiro la escena unos instantes para después alejarse, tocando a Inukashi del hombro, como empujándolo para que saliera de la habitación también – Ya regresamos, recuerda todo lo que te dije.

 

Shion ni si quiera noto como la pareja salía de la habitación, estaba totalmente absorto con su nuevo bebe, detallándolo con mas impresión que antes, es que siendo sincero con el mismo, no tenía muy buenos recuerdos de las horas pasadas, ni si quiera cuando dio a luz, todas esas escenas estaban algo nebulosas en su mente, quizás el organismo se encargo de no guardar datos innecesarios, tan solo se ocupo de darle fuerzas para cumplir a cabalidad su labor física. Y justo ahora es que podía notar realmente como era su hijo, el color de su piel, lo pequeñitos y fuertes que eran sus dedito aferrados a su bata, como hacía unos movimientos graciosos con su boquita mientras succionaba, parecía tan perfecto, fuerte y sano. Su mano libre se movió hasta tocar los rebeldes mechones de cabello que sobresalían de entre la manta, estaba impresionado por su parecido con el cabello de Nezumi, sonrió sutilmente ante el recuerdo de la primera vez que vio al ojigris, fue exactamente en el bunker, cuando lo rescato de aquella tormenta y de la caída por la colina, para él fue verdaderamente su primer encuentro con él, porque su visita al teatro y la apariencia de Eve no contaban como realidades, Eve era un alter ego, un producto agregado y una necesidad nacida del ingenio camaleónico de Nezumi.

 

-Eres un pequeño milagro para tu padre y para mí. Te prometo que haremos todo lo posible para que crezcas en un mundo más humano – suspiro profundamente, recordando que aun existe no.6, que todavía no ha terminado su lucha –

 

Mientras este bebe goza del amor, cuidado y alimento de su madre, otra criatura volvía a estallar en llantos por atención, a veces los niños y los animales perciben cuando algo sucede a un nivel sutil, profundo y casi subconsciente. Karan pudo oír claramente el llanto de Ren en la planta baja, pero se esforzó en no distraerse de su labor, procediendo a cerrar la puerta de la habitación tras ella, necesitaba que Renka tomara la taza de té, era imperante para su siguiente parte del plan. La castaña se giro con la mirada fija en la bandeja que traía la madre de Shion entre sus manos, curiosa pero no muy atenta a las palabras que salieron de los labios de su acompañante.

 

-Renka, te traje tu té favorito y un poco de pastel de cerezas – dejo la bandeja sobre la cama para después tomar la taza de té humeante y ponerla delante de la nombrada – Toma.

-Cállalo… - susurro clavando la vista en la puerta cerrada –

-Lo hare, pero toma el té antes de que se enfríe – trato de aparentar indiferencia ante el comentario de Renka –

 

Desvió la mirada de la puerta hacia la taza de té en manos de Karan, se notaba el leve temblor de la taza, cualquiera con tres dedos de frente hubiese sabido que la madre de Shion estaba asustada, pero para Renka eso paso desapercibido, su vista está centrada en las pequeñas y delicadas estelas de humo blanco que despedía la bebida caliente, tan hermosas en sus movimientos que parecían hipnotizarla. Estiro sus dedos hasta encontrar el calor de la taza, sujetándola en un acto apremiante y tosco, el olor del té verde invadió su sensible nariz haciéndole desear desesperadamente llevarlo a los labios, no importándole que tan caliente este, esto era bendición para su alma atormentada necesitada de Yoming, Renka quiere que aparezca lo antes posible, que llegue para irse junto con Karan y Lili a la Gota Lunar, ese pensamiento le hizo volver a escuchar los débiles y lejanos llantos del bebe, el engendro que no quiere cerca. Sus labios se curvaron con molestia  antes de que la taza tocara el borde de sus labios, susurrando un “te odio” que Karan logro leerle en los labios perfectamente. Ya no hay vuelta atrás, sabe que Renka caerá profundamente dormida y no podrá volver a saber de si hasta dentro de unas horas, tiempo suficiente para que la situación cambie a su favor.

 

Renka dejo la taza totalmente vacía, soltándola torpemente en el borde de la bandeja, sus movimientos comenzaban a alentarse, la somnolencia se hacía presente con una fuerza constante y sin demora, Karan no tuvo que esperar más de unos 10 minutos frente a ella, viendo como su cabeza se balanceaba un poco cada vez, escuchándola arrastrar el nombre de su hermano Yoming, Gota Lunar y purificación.

 

-¿Renka? – Karan se estremeció al ver como la cabeza de la nombrada caía finalmente contra la mullida superficie del viejo sillón, respirando profundo y pausado. Estaba claro que los somníferos lograron su cometido – Lo lamento mucho, deberás esperar aquí hasta que ponga a tus hijos a buen resguardo, lo estoy haciendo por tu propio bien Renka, espero logres comprenderlo algún día…

 

Con lagrimas en sus ojos se despidió de su buena amiga, la chica simpática y maternal que conoció gracias a Yoming, la joven que desgraciadamente perdió el camino correcto por culpa de su hermano, por dejar que su mente se enviciara en los desequilibrios de una guerra contra no.6, y después de todo Renka si tenía algunas razones valederas, Karan sospechaba desde el fondo de su corazón que el pequeño Ren tenía algo en común con Shion, sabía que los científicos de no.6 habían jugado con los genes de muchas personas, esa era una realidad que Yoming quiso demostrarle en más de una oportunidad y que ella se hacía oídos sordos, mas por el terror de saber que su adorado Shion también podría ser un experimento mas, por su desaparición, por el uso de su cuerpo para beneficios oscuros. Definitivamente si, el vientre de Renka albergó a un niño que de algún modo estaba ligado a su Shion, ella lo sospechaba al ver a la criatura, detallándolo como solo una madre sabe hacerlo, el instinto la llevo a cuidar de Ren sobre todas las cosas, a exponerse del modo que lo hacía y que lo seguiría haciendo, parecía que en su subconsciente le gritaban: protégelo porque es sangre de tu sangre.

 

-¡Seño!– la voz de Lili le saco de sus pensamientos al mismo tiempo que bajaba las escaleras nuevamente –

-¿Estas lista? – Karan miro a la pequeña niña, sonriendo como si nada malo sucedía, con su abrigo puesto y entre sus brazos un afelpado oso de peluche color gris oscuro, el juguete preferido ya que se lo envió su padre como regalo de su último cumpleaños –

-Si – se dio media vuelta acercándose a donde estaba su hermanito en el moisés – ¿mi mamá está dormida?

-Sube a darle un beso y regresas, debemos salir antes de que sea más tarde – acaricio la cabeza de la niña con melancolía, no sabía que tantas cosas sucederían de aquí en adelante –

-Voy en seguida – Lili corrió escaleras arriba sin pensarlo dos veces -

 

Con prisa Karan tomo al bebe en sus brazos abrigándolo con una manta gruesa, se hecho al hombro la pañalera no sin antes llenarla de cosas estrictamente necesarias: agua, los biberones de Ren y algunas cosas más. Karan no sabía a ciencia cierta cuándo podría regresar aquí, mas bien, creía que no volvería a pisar esa casa mas nunca, en su mente estaba el dejar a Lili y a Ren en buen resguardo para ella poder avisarle al padre de Lili, que fuera él quien viniera por ellos, estaba segura que ellos estarían mucho mejor con el que con Renka o Yoming, ninguno de los dos estaban en sus cabales para cuidar de los niños.

 

En ese instante algo muy dentro de ella se quebró mirando al bebe que estaba en sus brazos, el pequeño ser que prácticamente le veía como su madre, tan diminuto, frágil y dulce, su mente no quería hacer un análisis de que debía dejarlo ir, que el padre de los niños vendría por él, que lo alejarían de ella y que el misterio de su conexión con Shion llegaría hasta allí, por su cabeza paso la loca idea de quedarse con Ren, criarlo ella y Shion. Si, deseaba con el alma que pronto el joven de los ratones “Nezumi” le brindaría la sorpresa de devolverle a Shion, de poder verlo y abrazarlo fuertemente, de contarle todo lo que ha vivido y de que él le cuente el porqué se fue, que vivió en esos meses y entre ambos luchar para salir de esta podrida ciudad, irse lejos donde podrían ser felices los 3, en esa ecuación siempre entraba Ren, su pequeño Ren, el bebe prematuro y que odiaba las formulas maternas, el que no dormía casi nada y lloraba constantemente por atención, el que ella mimaba para sentirse que con el lograba aliviar el hueco que dejo Shion.

 

-Seño, ¿a dónde vamos? – Lili miraba curiosa como Karan comenzó a caminar en una dirección contraria de donde estaba el parque al que siempre iban a jugar –

-Vamos a visitar a Safu – contesto con rapidez, fue la única idea que pudo venírsele a su cabeza sobre un sitio más seguro para cuidar de los niños, con Safu estaría bien, el único problema sería llegar hasta Chornos sin levantar sospechas sobre la ya inestable vigilancia de no.6 –

-Safu es buena conmigo, me da dulces y quiere mucho a mi hermanito Ren – Lili respondió dulcemente, había tenido oportunidad de compartir con ella mientras fue ayudante en la pastelería de Karan –

-Si – trago grueso tomando firmemente la manito de Lili – Vamos.

 

Su ruta a seguir seria desviándose de las calles principales, llamaría menos la atención si se movilizaba entre las calles secundarias y los callejones, estaba segura que encontraría algún modo de transporte pronto, suponía que aun debían estar funcionando los servicios de taxi o el transporte público, estaba consciente de que no podría cruzar media Lost Town con un bebe de dos meses a cuestas y una niña de 5 años de la mano, era imposible de lograr sin llamar la atención.

 

Mientras Karan comienza a movilizarse lejos de su entorno seguro, un ansioso Nezumi se encuentra agazapado cerca de una de las entradas a no.6. Exactamente la misma colina desde donde le prometió a Shion que lo llevaría lejos de las garras de la cuidad, el mismo sitio donde sellaron su amor con un beso apasionado. Y ahora, volvía a estar allí, tirado entre la maleza verde y recién brotada después de la nevada, con el claro inicio de una primavera triste, miraba a la entrada con sus binoculares, ocultando su cabeza y cuello en la súper fibra, mimetizándose lo más posible con el ambiente que le rodeaba, también procuro ocultar la motocicleta entre unos arbustos. Todo parecía volver en un ciclo sin fin, pero esta vez no estaba Shion con él, no había un albino inocente y conversador acompañándolo, en ese momento le dolió la soledad, la brisa tibia de la tarde dándole en el rostro como si se tratase de las caricias de Shion.

 

-El maldito de Sanri tenía razón, la vigilancia es absurdamente desproporcionada – conto mentalmente a los guardias que resguardaban la entrada, pasaban de 10 cuando lo normal eran 2 o 3 por turno – ¿Como entrare sin levantar sospechas?

 

Su mente se debatía en una búsqueda frenética de ideas, estaba claro que no había tiempo de jugar a ser Eve, ella sí tendría un acceso a no.6 pero las restricciones estaban en un nivel alto y quizás su presencia en esa entrada tan solo levantaría sospechas en ver de apaciguarlas, no sería normal que una mujer sola quisiera ingresar sin una razón aparente en una ciudad que esta convulsionada desde la medula misma, por eso la idea de Eve fue descartada sin dudas. Lo único que le quedaba era entrar a la fuerza, quizás podría irrumpir a toda velocidad con su motocicleta, atacar a la mayor cantidad de guardias con su infalible cuchillo y alejarse rápidamente entre el desorden ocasionado, pero esa idea también la descarto, era obvio que recibiría un disparo en medio de la cabeza antes de poder acercarse a la entrada, estos guardias estaban armados hasta los dientes, otra situación poco usual, las armas no eran comunes dentro de no.6, no hacían falta, la seguridad era tan eficiente que ni los policías o vigilantes las necesitaban, solo el servicio de búsqueda y captura estaba en derecho de utilizar armamento, y la población no tenia porque verlas o saber que las cargaban.

 

-Un milagro… eso necesito para poder entrar en no.6 – hablo con rabia, apretando los dientes ante la impotencia de no conseguir un modo medianamente seguro de ingresar a la ciudad –

 

No lograría nada quedándose tirado, ni tampoco tenía intensiones de perder más tiempo, intentaría buscar otro sitio por donde entrar, no podía ingresar por los viejos ductos que Sanri utilizo para llegar horas antes, fue una especie de suerte que el ayudante de Rou lograra salir vivo de allí, ese sitio también fue descartado del mapa mental de Nezumi. Debía dirigirse más al norte, donde el movimiento de civiles fuera más prominente, quizás con la presencia de muchas personas el servicio de búsqueda y captura seria menos estricto y evidente con relación al uso de armamento.

 

Apenas se levanto la tierra tembló bajo sus pies al mismo tiempo que un rugido monstruoso le hizo tirarse nuevamente al suelo, el cielo azul cobalto se encendió en destellos amarillos, rojos y naranjas, un calor abrazador arropo su cuerpo, insoportable, dejándolo paralizado en posición fetal, su cabeza se perdió entre un cumulo repentino de emociones casi olvidadas, devolviéndolo a su infancia, cuando todo ardía a su alrededor con los gritos de su gente, de su pueblo… todo estaba cubierto por lenguas de fuego, el calor abrazándolo en un asfixiante toque, sin posibilidades de levantarse y corren, la herida en su espalda volvió a doler, creía que esa sensación había sido olvidada con la llegada de Shion a su vida, pero no, ese dolor aun estaba latente, vivo y ardiendo como si se la hubiese hecho ayer mismo. El terror se le coló por la piel, sin ánimos de ver que había sucedido realmente, pero entre su miedo vino una dulce voz, un llanto y una sonrisa, eran Shion y su hijo, ambos mirándolo con ternura, como dándole ánimos para hacerlo levantarse y reaccionar a tiempo, no era momento de ser cobarde, esa palabra no estaba en su vocabulario.

 

-Fuego… - logro quitarse la súper fibra de la cabeza para ver lo que había causado el estruendo, todo parecía arder, la entrada de no.6, los guardias mismos estaban corriendo de un lado a otro encendidos en llamas, como pequeños insectos que han cometido el descuido de acercarse demasiado a la luz de una vela –

 

Aun impresionado por la escena logro ponerse en pie, admirando con sus gélidos ojos el espectáculo dantesco de las llamas, creyó que solo ardía ese lugar, pero se equivoco, al extender la mirada sobre el horizonte supo que las magnitudes de las explosiones eran incalculables, había fuego alzándose por todos lados, incontables a simple vista, era como si alguien hubiese arrojado carbón encendido desde el cielo mismo, ¡no.6 ardía! Nezumi se llevo la mano al rostro, tapando sus ojos por un segundo, convulsionando en una abrupta carcajada que salió desde el fondo de su alma, el lugar que tanto odiaba estaba ardiendo en llamas, finalmente veía como su enemigo recibía un castigo “divino” al fin ellos sabrían lo que el sintió, lo que padeció su pueblo siendo masacrado con el fuego, habría redención, serian vengados, pero existía un costo donde los inocentes pagarían por los pecadores.

 

-Karan – su risa frenética se detuvo abruptamente al recordar que el fuego no tiene clemencia con nada ni con nadie, y ella no sería una excepción a la realidad –

 

No era momento de pensar en venganzas personales, este instante solo era para recuperar lo perdido, salvaguardar la vida de una persona querida para Shion, era el instante que estaba deseando, la única y retorcida oportunidad que le estaba dando las ironías de la vida, su pase dentro de la ciudad atestada en llamas. Sus pies se movieron ágilmente hasta donde estaba oculta la motocicleta, subió en ella encendiéndola rápidamente, se coloco el casco y paso a ocultar su rostro y torso con la tela de súper fibra, estaba listo para su partida.

 

El ruido sordo de la acelerada fue lo único que quedo en esa colina, Nezumi fue imprudente al lanzarse directamente contra sus enemigos, es que era el único modo de pasar entre los aun carbonizados cuerpos, todo a su paso ardía, desde la caseta de vigilancia, la reja metálica que daba acceso a no.6 había quedado retorcida y medio abierta con un espacio mínimo de maniobrabilidad, y por allí es que pretendía ingresar Nezumi. Mirando a su alrededor como había quedado todo, los cuerpos en el suelo, algunos guardias mas tratando de socorrer a los infortunados, los vehículos que esperaban por entrar y salir también ardían en llamas, la escena perfecta de una película de terror bélico. Maniobrando con la motocicleta logro esquivar los autos en la vía y llegar hasta unos 4 metros de la reja, en ese justo instante un hombre grito desde las afueras de la reja, sacando un arma de largo calibre para apuntarle al desconocido que iba en la motocicleta, Nezumi ni se lo pensó un segundo, apretó el acelerador y obvio al tirador, tan solo pudo escuchar tras él los disparos en el aire, fueron una ráfaga completa que acabo dando en los autos incendiados mientras avanzaba, sonrió para sus adentros al ver la abertura en la reja, no estaba seguro si cabria, pero ya no hubo vuelta atrás, pasase o no, estaba dispuesto a atravesar la última línea entre no.6 y el mundo exterior.

 

 

Continuara…

 

 

¡AL FIN! Hola a todos nuevamente, creo que deben estar molestas conmigo por mi gran falta, tarde demasiado en actualizar, lo sé, y lamento mucho la tardanza, no voy a dar excusas tontas porque no las tengo, tan solo les diré que estoy tratando de mejorar en mi nivel profesional y laboral, por ello ando con el esfuerzo en conseguir un mejor empleo y cometí el error de descuidarlos a ustedes, mis lectoras, lamento eso y no volverá a ocurrir, espero seguir con su total atención con este fic que está en su etapa final y decisiva je je je. Bueno, para las lectoras que me siguen en De sangre también, no se me asusten que ahora me voy a escribir ese también, no quiero dejar a mis bebes abandonados ToT, gracias otra vez por esperar y seguir mi loco fic, saludos a todos y besos!!

 

 

Próximo Capitulo:

Fuego en el alma


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).