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Accidente en el armario por yusuke sempai

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Notas del fanfic:

Esto es lo que se me ocurre a mi mientras paso la aspiradora u.u''

Notas del capitulo:

Annyeo~~

siento no actualizar mis otros fics, pero esque este se me ocurrió y tenía que escribirlo, que luego se me olvida xD

espero que les guste :)

 

-Umma… no quiero ir – me quejaba mientras era arrastrado por la calle.

- Taemin, ¿de quién es la fiesta? – dijo con ironía.

- de Minho-Hyung.

- ¿y quién es Minho?

- tu novio.

- bien, pues si entiendes eso… ¡mueve tu culo que llegamos tarde! – me gritó.

- vale, ya voy – me rendí.

 

Soy Lee Taemin, y él es Key, mi ‘’Umma’’. Y le prometí ir a la fiesta con su novio Minho, pero ya no quiero ir. Aunque sus gritos me han condenado y estoy obligado a ir.

 

Me vistió como él quiso, la diva que lleva dentro salió a la luz, dejándome con unos pantalones negros ajustados, mucho, una camiseta que dejaba ver un poco mis hombros y mi pecho, el pelo perfecto y los ojos delineados. En fin, otra diva.

 

Llegamos a la casa de Minho y la fiesta ya había empezado. Por eso me gané una mirada de odio por parte de Key. Entramos y todos bailaban, unos pegados, otros borrachos, y otros… mejor no comentar eso.

 

Fui arrastrado por mi Umma hasta llegar donde estaba su novio, y fui testigo, de nuevo, de cómo Hyung se comía a mi Umma. Cuando por fin se separaron, un Key sonriente se acercó a mí.

 

-¿vamos a bailar? – y como negarme a eso. No solo porque amo bailar, sino porque si me niego quizás acabe con un ojo morado. Asentí y fuimos a bailar.

 

Ambos bailábamos muy bien, y lo sabíamos. Minho observaba atento y Key, sonriendo perversamente, empezó a restregarse contra mí. Entendí el juego y le seguí. La mirada de la gente se posó en nosotros, en nuestro baile sensual.

 

Me reía por dentro, y sabía que Key estaba igual. Cuando la canción acabó todos aplaudían. Me sentía genial, pero entonces llegó Minho separando a mi Umma y abrazándole por la cintura.

 

-Chicos, es hora de los juegos – anunció Hyung.

 

¿Qué juegos? Key no me habló de eso, pero no le dí importancia. Había gente que no siguió a Minho, solo unos cuantos. Yo le seguí y subimos al segundo piso. Había un montón de habitaciones, cada una con un cartel en la puerta. La gente empezó a entrar a las habitaciones y yo me quedé parado.

 

-Tae, ven conmigo – me llamó Key y le seguí, entrando en la última puerta.

 

Era un cuarto espacioso, y en medio del suelo había una botella. Y al fondo un armario, pero no uno cualquiera, uno muy grande, un vestidor.

 

-sentaros en un círculo – pidió Minho. Yo me senté al lado de Key, que estaba al lado de Minho – el juego trata de dar vueltas a la botella y a quien esté apuntando el tapón, tendrá que coger una de estas cartas – sacó una baraja del bolsillo – puedo tocar de todo. Desde darse un beso o tocarse – abrí los ojos – hasta ir dentro de ese armario – señaló al fondo de la habitación – y tendrán diez minutos para hacer lo que quieran. ¿Alguna pregunta? – nadie dijo nada – bien, pues empiezo yo.

 

Empezó girando la botella, y afortunadamente ésta señaló a Key. Sacó una carta, ‘’beso’’, se acercó a él y empezaron a besarse, o como digo yo, comerse la boca. El juego continuó, y por suerte nunca me señaló la botella, hasta que llegó mi turno. Hice girar la botella y apuntó a un chico con cara de perro, pero con unos ojos preciosos.

 

Alcé una carta ‘’armario’’ y me empecé a poner nervioso.

 

- ¿Qué pone? – Key me la quito de las manos y empezó a reírse, enseñándosela a Minho.

- oh, tenemos un ganador – se puso de pie – ahora, abandonaremos la habitación y estos dos – nos señaló a mí y a ese chico – se quedarán aquí, para seguido entrar al armario. Mucha suerte.

 

La gente empezó a salir del cuarto hasta quedar los cuatro solos. Key me miró y me sonrió, llevándose a Minho que grito un ‘’suerte’’ antes de salir por la puerta. Miré al chico a mi lado y le sonreí tímidamente.

 

-H-hola soy Lee Taemin, pero p-puedes llamarme Taemin – me presenté avergonzado.

- yo soy Kim JongHyun, pero puedes llamarme Jjong. ¿Vamos dentro? – se levantó y me extendió la mano. Le agarré y me ayudó a levantarme.

 

Entramos al armario y me sorprendí al ver lo que había dentro. Era una cama enorme, en medio de ese ‘’armario’’. Le miré asustado y él solo sonrió, sentándose en la cama. Le seguí y me senté a su lado.

 

-¿Cuántos años tienes? – me preguntó.

- 17 ¿y tú?

- 19. Bailas muy bien – me elogió.

- gracias – le sonreí poniéndome rojo.

 

Empezamos a hablar de las cosas que nos gustaban, de lo que hacíamos en el colegio, de nuestros amigos, y resulta ser que es el mejor amigo de Minho. Pasó el tiempo y seguíamos hablando, hasta que de repente la cama se movió hacia arriba de golpe y me hizo caer sobre Jjong, quedando a centímetros de su rostro.

 

-Y-y-yo… l-lo siento – me disculpé avergonzado pero no podía moverme.

- n-no pasa nada, tranquilo – seguíamos en esa postura incomoda, hasta que la cama volvió a bajar.

 

Suspiré, pero al irme a levantar la cama volvió a levantarse, haciendo que esta vez, mis labios se posaran sobre los suyos. Abrí los ojos lo más que pude, pero al sentir como él pasaba su mano por mi nuca, pegándome más a él y besándome, apoyé mi mano en su pecho y empecé a corresponderle.

 

Cuando me dí cuenta de lo que estaba haciendo me separé de él, le miré avergonzado y me puse de pies corriendo. Le miré avergonzado y salí corriendo de ahí. Mi corazón latía demasiado deprisa, y eso no era normal. Salí de la habitación y justo de la puerta de enfrente salían Minho y Key.

 

-¿Por qué te has ido corriendo? – se quejó mi Umma – ahora que lo habíamos conseguido.

- tranquilo Key, la próxima vez será.

- ¿Qué? – pregunté sin entender nada.

- nada, da igual, vámonos – Key me agarró de la muñeca y me sacó de la casa de Minho. Preferí no preguntar nada.

 

Llegamos a casa de Key, que me invitó a quedarme a dormir, y al meterme a la cama caí rendido en un profundo sueño.

 

Cuando me desperté al día siguiente me encontraba bien, al contrario que Key a quien le dolía mucho la cabeza. Fui a lavarme la cara y me dí cuenta de que mi pulsera no estaba.

 

-Key, ¿has visto mi pulsera? – le pregunté.

- mmm no, ¿la has perdido?

- no sé, ayer si estaba… se me caería en casa de Minho.

- está bien, le voy a preguntar – sacó el móvil y al de un rato colgó – no ha visto nada, pero que después de limpiar todo, si la ve, te avisa – asentí un poco triste. Esa pulsera era muy importante para mí.

 

*Flashback*

-Minnie, me tengo que ir ya – me abrazó y empecé a llorar más fuerte – no llores, volveremos a veros – intentó sonreírme – mira lo que te he comprado – sacó una cajita de su bolsillo y me la entregó. La abrí y era una pulsera de plata, que tenía puesto Puppy – detrás hay hueco aún. Él día que nos volvamos a ver, escribiré lo que quiero decirte – me sonrió y estiró su mano – yo tengo una igual, pero pone Minnie, así siempre estarás conmigo – volvió a abrazarme y después partió, mi vecino, mi mejor amigo, mi Puppy, mi primer amor secreto…  Al de unos años trasladaron a mi padre y perdí la fe en que algún día volvería a verle.

*end flashback*

 

Minho no encontró la pulsera, y la dí por perdida. Fui yo mismo a buscarla, pero no la encontré. Key intentó animarme, pero no lo consiguió. Esa pulsera era el único recuerdo que tenía de él.

 

Pasaron dos semanas, y seguía igual de triste. Pero por otra parte tenía todo el rato en la mente el beso que tuve con ese chico. Sus ojos, me cautivaron, y me sonaban haberlos visto en algún otro sitio antes. Mientras pensaba en ese chico me llegó un mensaje al móvil de Key.

 

Eres un chico con suerte. Minho ha encontrado tu pulsera. Uno de su clase la tenía, pero se le olvidó dársela. Ve a su casa a buscarla, Bye~

 

Salí corriendo de casa hasta llegar a la casa de Minho. Toqué el timbre varias veces y un señor me abrió la puerta – el señorito está en su habitación – me indicó amablemente como llegar y entré sin tocar la puerta. Pero Minho no estaba en la habitación.

 

-Hola – me saludó sonriente.

- ¿q-que haces aquí J-Jjong? – le pregunté.

- he venido a devolverte esto – sacó una cajita, exactamente igual a la que su Puppy le dio aquella vez.

- ¿T-Tu? – me acerqué poco a poco hasta coger la cajita, la abrí y ahí estaba, mi pulsera – gracias – le sonreí con las mejillas rojas.

- de nada – me sonrió – dale la vuelta – le miré confundido pero giré la pulsera. Leí lo que ponía ‘’Te amo’’ y no podía creerlo, era él, él era mi Puppy, por eso sus ojos me sonaban.

 

No pude evitar llorar y dejar salir las lágrimas. Después de tantos años esperándole, manteniendo intacto ese amor que sentía y siento por él, no podía evitar llorar. Le miré con los ojos rojos y me lancé a sus brazos, abrazándole con fuerza y llorando en su pecho.

 

-Puppy – logré decir – te echaba de menos – me separé un poco de su pecho y le miré a los ojos.

- pensé que nunca me reconocerías. Te ví en el colegio, te saludé, pero no me reconociste… perdón por hacerte esperar tanto y no decírtelo – me miró a los ojos y secó mis lagrimas – te amo Minnie – se acercó poco a poco más a mí y me besó suavemente los labios, y yo correspondí el beso cerrando suavemente los ojos.

- yo también te amo Puppy – le sonreí volviendo a besarle, moviendo mis labios sobre los suyos, hasta que mordió mi labio inferior y abrí la boca, notando algo caliente, su lengua, jugar con la mía.

 

Entre beso y beso la intensidad y la pasión subían. Sus pasos retrocedieron hasta caer sentado en la cama y yo sentado sobre sus piernas. Sus besos bajaron poco a poco hasta llegar a mi cuello, mordiéndolo con fuerza, haciéndome soltar un gemido de placer.

 

Sus manos descendieron a mi cadera y fueron levantando mi camiseta, hasta quitármela al fin. Su lengua se paseó por todo mi pecho, deteniéndose en mis pezones. Mis gemidos aumentaron cada vez que succionaba mis pezones.

 

-P-Puppy… estamos ah~ en casa de M-Minho… - logré decir entre gemidos.

- me ha dado permiso – dijo separándose de mi pecho – asique si me dejas seguir, lo haré – dejó un suave beso en mis labios y solo atiné a asentir.

 

Sus manos se dirigieron a mi cinturón, y al soltarlo sus manos se colaron dentro de mi pantalón, encontrándose con mi problema. He de admitir que estaba muy excitado…  Me puse rojo cuando empezó a masajearlo por encima del bóxer y mis gemidos volvieron a oírse.

 

-Me encanta oírte – sonrió y yo solo gemí más alto.

 

Mis pantalones desaparecieron, al igual que su camiseta. Y que vistas, estaba muy musculoso. Mis manos fueron a sus abdominales y empecé a acariciarlos. Le tumbé en la cama y me agaché para lamerlos. Después subí a su pecho, jugando con sus pezones como él antes había hecho.

 

Ahora eran sus gemidos y suspiros los que se oían, y a mí eso me encantaba. Hasta que cambió posiciones colocándose sobre mí. Bajó mi bóxer y me asusté un poco. Era mi primera vez, pero si era Jjong, estaba bien.

 

Agarró mi miembro y empezó con un lento vaivén. Subía y bajaba la mano mientras yo me retorcía de placer. Sustituyó su mano por su lengua, y una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo. Cuando se lo metió a la boca solté un gemido que lo oirían desde el otro lado de la cuidad.

 

Veía como subía y bajaba su cabeza y el placer fue inaguantable, corriéndome en su boca. Me sentía avergonzado y tape mi rostro con la almohada.

 

-no te tapes – me quitó el cojín – yo quiero verte sonrojado – sonrió y besó mis mejillas – eres perfecto – eso hice ponerme más rojo aún - ¿puedo continuar? – Asentí con una sonrisa en la cara pero con miedo, que él notó – seré cuidadoso.

 

Lamió tres de sus dedos y fue introduciéndolos de uno en uno en mi entrada, con cuidado, con amor, preparándome. Cuando estaba lo suficientemente preparado me penetró poco a poco, mientras yo lloraba por el dolor. Me secó las lágrimas y esperó a que me acostumbrara.

 

Cuando el dolor desapareció empecé a mover las caderas y él comprendió el mensaje. Se movía en mi interior, entrando y saliendo de mí, dándome todo el amor que sentía por mí. Yo se lo demostraba gimiendo su nombre. Acabó corriéndose en mi interior y yo entre nuestros estómagos.

 

-Te amo Minnie – me dijo.

- yo también te amo Puppy – sonreí.

- ¿quieres ser mi novio?

- claro que quiero – le abracé fuertemente – gracias por estar a mi lado.

- gracias a ti – depositó un beso en mis labios y salió de mi interior.

 

Acabamos tumbados en la cama de Minho, abrazados, y me hubiese quedado dormido en su pecho, si una voz chillona que conocía muy bien no hubiese entrado gritando e intentando asesinar a mi Puppy.

 

-¿¡cómo te atreves chucho sarnoso!? – gritó mi Umma.

- ¡oye! Es mi novio, y él también lo ha querido.

- mi pobre hijo… ¡Minho! Tú tampoco te libras – y salió corriendo detrás de un Minho asustado, mientras Jjong reía y yo me quedaba dormido.

 

Al final ese juego del armario me ha hecho volver a ver a mi Puppy y poder amarle como siempre lo hice.

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado ^^

Yo no soy mucho de JongTae... soy más de JongKey, pero quería cambiar un poco xD

espero que les haya gustado y comenten ^^


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