Hoy, 31 de diciembre del 2012, día de celebración, irse a fiestas & amanecer al otro lado de la ciudad… que ricos que son los fines de año. Así es como pensaba Martín, un muchachito, joven, alto, apuesto, con los contactos suficientes para ir a una fiesta exclusiva; sin embargo, su adorable novio no pensaba de aquella manera.
Adrián, el adorable novio, era la típica persona obsesionada por las cábalas, cada año intentaba una diferente: De niño intento darle la vuelta a la manzana con sus maletas; otro, se comió 12 uvas para pedir un deseo en cada una; & así, en cada año tenía que intentar una cábala diferente.
Este fin de año no iba a ser la excepción, este era su primer año viviendo con Martín ¡& el segundo siendo novios! Tenía que intentar cierta cábala para que todo siga como era.
- ¿Por qué tenemos que hacer todas estas cajas en el último día del año? – Preguntó Martín cargando una enorme caja que decía ‘verano’.
- Se tiene que recibir el año con cosas que vas a usar apenas empieza. Tenemos que guardar TODA la ropa de invierno &, sacar, ordenar & guardar TODA la ropa de verano – Respondió con seriedad, esto era crucial para Adrián.
- ¿Qué cábala vas a aplicar este año?
- Aún no sé… Quiero algo que nos haga prosperar, tanto en el estudio como en lo económico & que nos una cada día
Adrián era bastante noble, pensando en ambos cuando a él, Martín, no creía en nada de eso. Tampoco pensaba mucho en su futuro, solo quería seguir al lado de Adrián, eso era suficiente para él (por eso se quedaba los 31 de dic. con él en lugar de ir a alguna fiesta exclusiva). ¡CLICK! ¡Se le había prendido el foco a Martín! Si todo lo que quería era seguir con Adrián, ¿por qué no hacerlo suyo esa misma noche? El problema era convencer al supersticioso de su novio.
- Sabes, estuve leyendo en Internet un artículo de magia blanca & cábalas para año nuevo & encontré una novedosa que hace que todo vaya de maravilla el año que viene – dijo esto del modo más natural que podía, no era bueno mintiendo.
- Así, ¿cuál es? – felizmente Adrián era ingenuo & distraído.
- La cábala dice que el que se enteró no puede decirle de qué se trata a su pareja, solo puede darle las instrucciones.
- ¿Es una cábala para parejas? El factor confianza es algo necesario en este tipo de ´magias´. ¿Qué tengo que hacer? – dijo un Adrian bastante emocionado.
- Puees – lo habían tomado con la guardia baja, tenía que decir algo o Adrian sospecharía – estee, tienes que ponerte un bóxer rojo o con toques rojos & yo me pondré uno de color amarillo, a eso de las 11:15 p.m.
- ¿45min antes de fin de año? Bueno, tendrá que ser – respondió sonriendo de manera infantil – Ahora ayúdame con todas estas cajas.
Ordenaron todo hasta las 7:00 p.m., tomaron un baño, comieron algo ligero & se sentaron a ver algún programa de televisión.
- Te aseguro que este será un buen año – afirmó Martín de pronto sorprendiendo a Adrián. El mayor tomó el rostro de su amado con su mano para darle un dulce beso, se contuvo las ganas de intensificar ese beso, ya tendría tiempo más tarde.
A eso de las 11:15 p.m.
- ¡Martín! Aparte de ponerme el bóxer rojo, ¿qué otra cosa tengo que hacer? – preguntó Adrián viendo la hora.
- ¡Espera un rato! Voy a arreglar las cosas – Martín fue corriendo al dormitorio para poner velitas aromáticas por el piso – Entra, Adrián.
- ¿Qué es todo esto? – Adrián, poco a poco iba captando la idea.
- Esta cábala consiste en tener relaciones, puesto que el hacerlo es algo tan agradable que nos traerá cosas igual de agradables – Ya había preparado su discurso.
- Nuestra primera vez… - dijo un sonrojado Adrián.
- Pues, ¡sí! & te voy diciendo que vivir un año contigo sin querer hacerte nada sexoso fue muy sacrificador – dijo esto último riendo.
Martín se acercó al sonrojado de su novio & lo besó con ternura, pero Adrián también quería algo más & abrió su boca dando lugar a que sus lenguas se enreden. Estuvieron así hasta que las piernas de Adrián comenzaron a temblar, Martín lo cargó & lo tumbó en la cama.
- ¡Te amo, te amo, te amo! – decía esto mientras le iba quitando la playera & las bermudas dejándolo solo con su bóxer rojo & una notoria erección que lamió por encima de la prenda.
- ¡Ah!... Martín – gimió el novio supersticioso.
Martin dejo la erección para después, iba a ocuparse de los trocitos de carne que tenía más arriba. Los mordió & lamió.
Adrián seguía gimiendo sin controlar su voz, mientras que su novio comenzaba a introducir su mano dentro del bóxer de Adrián.
Con una mano acariciaba la erección, con la otra masajeaba uno de los pezones & con su boca repartía besos & mordiscos por el cuello de Adrián.
- Martín, me vengo – decía un Adrián sonrojado
- Adelante – dijo para después alcanzar el pene de su novio & comenzar a masturbarlo con la boca.
- ¡Aaaah! – con ese grito, Adrián se vino dentro de la de Martín quien se tragó toda la esencia de su compañero.
- Eso estuvo delicioso – relamiéndose los labios
- ¡Idiota! Se supone que eso no se traga.
- No me importa – al terminar la frase, Martín le quitó el bóxer.
Con las persianas del cuarto semi-abiertas por donde entraba la luz de la luna & la luz de las velas pudo divisar el cuerpo desnudo de su amado, su cuerpo agitado cubierto con una ligera capa de sudor adquirió un ligero color rosa debido a la excitación.
- ¡Me encantas! Eres perfecto para mí- sí, cuando Martín se enamoraba podía ser bastante cursi, cosa que había descubierto recién ese año.
- Martín… Te amo mucho- abrió ligeramente sus piernas mientras su miembro se volvía a erguir – Ya no resisto más, por favor.
Ni un minuto más esperó, pues Martín comenzó a devorárselo a besos mientras volvía a masturbar, con su mano, el pene del responsable de sus suspiros. Cuando sintió que Adrián llegaba al clímax, apretó la punta del miembro haciendo que el otro diera un suspiro amargo por el orgasmo cancelado.
- Espera, ya viene lo mejor – le dijo al oído mientras que con sus dedos ya húmedos por la excitación intentaba prepararlo.
Una mueca de dolor se vio en el rostro del menor al momento en su novio le penetró un dedo & un grito de dolor cuando introdujo el segundo dedo. Martín comenzó a masturbarlo para distraerlo del dolor del dolor. Una vez listo, posicionó su miembro en la entrada de Adrián.
- Respira hondo, pude que duela & es lo último que quiero.
- Adelante, ya quiero sentirte sin importar qué.
Ambos respiraron hondo. Martín metió de una sola estocada su miembro en el interior de Adrián porque sabía que de esa manera le dolería menos.
Un grito de dolor. Martín se tuvo que aguantar las ganas de embestirlo puesto que nunca había sentido tanto placer como el que sentía en ese momento: su pene siendo oprimido por esa entrada tan estrecha, era delicioso.
Estando Martín perdido sintiendo esas nuevas sensaciones, Adrián comenzó a mover las caderas buscando ese contacto tan deseado. El mayor, al notar los movimientos, comenzó con pequeñas embestidas.
- Mmmm, Martín, más fuerte – Música para los oídos del mencionado.
Comenzó a embestirlo como si su vida dependiera de ello. En una de las muchas embestidas que estaba dando tocó la parte más sensible de su amante asiéndolo gemir fuertemente.
- Justo ahí – dijeron al unisonó.
Las 00:00 p.m. del 01 -01 -13, comenzaron a sonar las campanadas del reloj central de la ciudad. En cada campanada, Martín iba embistiendo en aquel punto descubierto minutos atrás. En la última campanada,, con perfecta sincronización, ambos se corrieron: Martín en el interior de su amante & Adrián entre su estómago & el de su novio.
- Feliz año – dijo Martín cuando recuperó la respiración.
- Feliz año – repitió Adrián estando más tranquilo.
Aunque no era ninguna cábala ni una magia, ese año les fue muy bien a ambos. & como era de esperarse, ese año volvieron a intentar su pequeño truco.
Martín prometió que algún día le diría Adrian que esa cábala fue algo que inventó del momento, aunque nunca se arrepentiría de haberlo hecho...