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Pedófilo por Malahierba

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Notas del fanfic:

Quizas es cortito pero amo a esta pareja, so ¡Amenla ustedes también!

Después de la premiación en los Melon Awards, los de la TS les regalaron a los chicos una gran fiesta  como premio dejándoles la noche libre.  Fueron llevados en la van personal y les dejaron en un lugar que ya estaba abarrotado de gente.

El escenario era gigante y las luces conquistaban hipnóticas a todos; el primero en caer a la pista fue el pequeño Zelo seguido de Yongguk, mientras que YoungJae junto a Daehyun se perdieron en los otros ambientes de baile. Himchan, por su parte bebía en la barra cuando Jongup se le acercó y de la mano le guió a la pista sin dejar de mirarle.

 

EL Dj aquella noche les hacía delirar con mezclas de Black Eyed peas, LMFAO y lo que tenía enloquecido a Jongup: Chris Brown. El cuerpo del pequeño giraba, contorsionaba, danzaba al compás de la música, libre, sin coreografías aprendidas ni preocupaciones y guiaba a Himchan a hacer lo mismo, lográndolo, hasta que de un momento a otro una chica se situó en medio de la pareja y comenzó a bailar con el segundo maknae ante la cara indignada de Himchan, quien abandonó la pista y se perdió entre las luces y la muchedumbre.

 

Jongup en vista de que la inoportuna chica seguía meneándose en frente a él, se disculpó entre molesto y confundido y como vio que se dirigía a los baños, partió tras su hyung.

 

Apenas entró al lugar advirtió a Himchan frente al espejo mojándose la cara, muy enojado. Esa clase de sitios era común que los baños tuvieran un foco de luz en mal estado que prendía y apagaba a cada instante. La luz se encendió y Himchan le vio por el reflejo del espejo, se giró. La luz se apagó. Cuando volvió a encender, el comandante, se le acercaba a paso veloz. Una vez llegó a su lado, tomó su cara firme con ambas manos y le besó.

 

La luz se apagó y no volvió a encender.

 

Las paredes del baño retumbaban, cada vez más fuerte con la música. Jongup se aferró al cuello de Himchan y le rodeó el cuerpo con las piernas. El comandante soportó su peso y lo sentó en el lavamanos frente al espejo. Besaba su cuello con desenfreno, lo mordía hasta sacarle sangre; Deslizó su mano bajo la playera y le acarició sus pezones. Los masajeó, los pellizcó después. Con su mano libre agarró la cabellera del chico y la sostuvo para poder besarlo mejor. La boca de Jongup era deliciosa. Se deshizo del pecho y bajó hasta la entrepierna. Comenzó a abrir el cierre del pantalón. Agarró el miembro por sobre el bóxer.

-No me gusta que bailes con nadie más. Eres sólo mío. –susurró, con la respiración entrecortada al oído.

-¿Ni siquiera con los chicos? –preguntó en un susurro asfixiado.

-Ni los chicos. Nadie. Solo yo. –Ante esas palabras Jongup se abalanzó sobre él.

 

La luz se encendió.

 

Himchan vio su reflejo en el espejo, allí habían dos chicos, amigos, compañeros de trabajo en una situación fuera de lo común. Espabiló. Jongup estaba sin camisa, sin respiración ¿En qué momento? Le alejó. Se alejó de él.

 

-Jonguppie, perdona. –le dijo con los ojos muy abiertos.- olvida todo esto ¿Si? –y se fue.

 

El pequeño maknae quedó sentado con las piernas colgando del lavamanos, aturdido sin saber qué hacer. La luz se apagó y volvió a encender y después de un par de veces más lo mismo, el chico salió al exterior, a la pista, en busca de Yongguk.

 

 

Una semana después.

 

 

La tranquilidad del vacío departamento se interrumpió cuando Jongup entró. Y después de un segundo le siguió un portazo de Himchan.

 

-¡¿Cómo que tienes novia?! –le gritó, quitándose los zapatos en la entrada tirándolos con fuerza.

-Ya dije lo que tenía que decir, hyung. No es necesario que te lo repita de nuevo.

-Termina con ella.

-¿Por qué? –le miró con el ceño fruncido.

-¡Termina te digo!

-No. –y se fue a su habitación dándole la espalda.

 

A Himchan la rabia le pudo más que la razón y golpeó con furia la puerta de la habitación de los dos maknaes. Se fue a su habitación y tiró todo al suelo, rompió las lámparas, los cuadros con fotografías de la familia de Yongguk; tiró los zapatos que rebotaron en la ventana, la ropa, la cama y cuando golpeó el espejo con el puño los vidrios se le enterraron en los dedos y las uñas que le hizo gritar de dolor.

Se sentó a llorar en el suelo, en medio del desorden. Sabía perfectamente que se lo merecía, sabía por qué estaba tan enojado y sabía que debía reconocerlo y conversar con Jongup. Pero ese no era el momento. No quería moverse tampoco.

 

-¿Ya terminaste, hyung? –Jongup estaba de pie en el umbral de la puerta.

-Déjame sólo. –Dijo con  un puchero y la cara llena de lágrimas –déjame sólo y ándate donde esa bruja.

-No creo quieras estar solo, mírate esa mano.

 

En efecto, la sangre caía por el brazo y las piernas. La imagen de príncipe se desvanecía poco a poco, su sangre era roja como la de todos, no azul como en la realeza, pensó el pequeño.

 

-¿La vas a dejar?

-No es algo que a ti te interese, hyung. ¿Por qué insistes tanto? Yo no soy nada tuyo.

 

Himchan rompió a llorar.

 

-¡Déjame sólo! ¡Vete! ¡Ándate donde la bruja! Déjame solo, nadie me quiere. –lloriqueaba apretándose la mano.

 

El pobre de Jongup le miraba con una mezcla de lastima y diversión en su rostro.

 

-¿Qué me darás a cambio si la dejo?

-¿Cómo? –El comandante abrió los ojos como platos.

-Ven aquí, hyung bobo. – le tomó de la mano buena y le llevó al baño para enjuagar la sangre y curar la herida.

 

-Termina con ella –insistió, mientras salían fuera del baño

-¿Vas a seguir?

-Por favor. Estoy enamorado de ti. Lo sé porque no creí ser capaz de llegar a esto. –dijo levantando la mano vendada.

-Tú no me amas, quieres tener sexo y después decirme que te perdone y olvide todo, hyung. –sentenció, en tono molesto y dolido.

-¡No es cierto!

-¡Claro que sí! ¿Por qué te fuiste esa noche entonces ah? Seguramente querías cuidarme. Sí, claro.

-Ven acá. –agarró al chico del brazo y lo tiro a la cama con mucha fuerza.

 

Antes de tumbarse encima cerró las cortinas y la puerta con seguro y entonces le besó. Le besó una, otra y otra vez. Mordisqueó su cuello, remarcó las heridas hechas aquella noche, volvió a sacarle sangre.

 

-Déjame ya, hyung –se quejaba molesto.

 

Haciendo caso omiso de la protesta le quitó la playera. Su boca se apoderó de los acaramelados pezones del chico, de los marcados abdominales y sobretodo de su ombligo. Jongup soltó un gemido. Llegó al broche del pantalón. Lo abrió sin dudar. Su lengua seguía descendiendo, el bóxer estorbaba, lo quitó. Se encontró con su miembro finalmente.

 

-¿Qué haces hyung? Déjalo ya –rogó.

-Te demuestro que te amo.

 

Engulló el miembro de Jongup con avidez, el chico gritó de placer pero se tapó la boca con ambas manos por la vergüenza. Himchan siguió chupándolo intensamente, pero pasado un rato quitó su boca para humedecerse un par de dedos.

 

-De verdad te amo, Jongup. –dicho esto los introdujo en su trasero. Esta vez los gemidos se escucharon por sobre las manos.

 

Himchan se levantó a la altura de su rostro y le besó los labios, al principio con delicadeza pero Jongup se sentía hambriento y le devoró los labios. El comandante se quitó la ropa y también al segundo maknae. Entonces se acomodó para el paso final. Ya había ingresado tres dedos y luego de retirarlos introdujo su miembro en el trasero de Jongup quien al comienzo gritó de dolor, sin poder evitar que los ojos se le llenaran de lágrimas. El comandante se sentía mil veces culpable pero ya no podía detenerse. El vaivén se inició primero con lentitud y siguió después en un frenesí que paró cuando los dos ya no daban más.

 

-De verdad te quiero, Jongup. –repitió Himchan, en un susurro al oído.

-¿Por qué me dejaste solo esa noche?

-Porque lloraste igual que ahora. Y vi mi reflejo en el espejo, parecía un pedófilo que violaba a su querido maknae. –le respondió con tristeza. -lo siento mucho. Si no quieres esto…

-Yo también te quiero, hyung. Pero si vas a sentir culpa cada vez que me tocas prefiero que cada uno siga su vida por separado.

-¿Quieres seguir con ella? –A veces Himchan podía ser exasperante.

-Hyung, no quiero tener nada contigo –finalizó.

-No es cierto.

-Claro que no bobo. ¿No dije que te quería? Pero si me vuelves a abandonar…

-No te alejaré de mi lado, eres sólo mío.

 

Himchan abrazó a su querido Jongup y no lo soltó hasta que se quedó dormido. El pequeño en cambio no fue capaz de dormir y se dedicó a sentir la respiración y el olor de su hyung. Ya en la mañana, cuando la habitación comenzó a aclarar, la pareja sintió unos fuertes pasos en el pasillo que venían desde la habitación del comandante. Golpearon fuertemente la puerta.

 

-¡¡Himchan!! ¿¡Qué rayos le hiciste a mi habitación!? ¡¡Sal de allí, ahora!!

 

Sin embargo, en la mente del comandante sólo había una pregunta:

 

-¿Vas a terminar con ella, cierto Jongup?

 

 

 

 

Notas finales:

¿Te gustó? Chico o chica si te gusto dejame un comentario ¿Si? Hazlo por el HimUp! ♥


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