Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi pequeño gatito por Milk

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Espero les guste

 

Mi pequeño gatito

 

Hoy empiezan las clases en mi nueva escuela. La verdad no tengo ánimos pero no tengo de otra. Me parece tan aburrido el tener que estar solo porque no conozco a nadie, solo sin nada que hacer en todo el día.

 

Camine totalmente desanimado hasta mi nuevo colegio y llegue al que sería mi salón de clases. Iba a entrar pero al abrir la puerta me di cuenta que había llegado temprano no había nadie. Escuche un ruido y vi como te levantabas parece que habías estado agachado recogiendo algo y el escritorio te tapaba.

Eras delgado y con un rostro delicado, estabas cantando y tenías una hermosa voz. No te percataste de mi presencia, empezaste a limpiar la pizarra y el escritorio estando aun con tus audífonos puestos y cantando alegremente. No pude evitar esbozar una sonrisa, te veías tan lindo y angelical.

 

No sé cuánto tiempo paso y seguía admirando toda tu figura, cada movimiento que hacía. Es extraño pero para ser un chico eres hermoso, tanto que me daba ganas de acercarme a ti y tomarte entre mis brazos.

 

Me apoyé en la puerta para poder seguir observándolo pero esta hizo un ruido ocasionado que voltearas sorprendido. Ese momento en que nuestras miradas se quedaron conectadas fue maravilloso, mi cuerpo se estremeció y mi corazón se acelero. Nunca antes había sentido algo parecido.

 

Tus ojos seguían viéndome, la sorpresa había desaparecido de tu rostro. Estabas curioso tus labios se abrieron queriéndome hablar pero sentí en ese momento que alguien me empujaba. Eran todos los alumnos que estaban entrando junto con el profesor, parece que hace rato había sonado el timbre de inicio de clases y no me había dado cuenta.

 

Te vi irte a tu sitio quitándote en el camino los audífonos. Me quede parado esperando que el profesor me presentase. En todo el tiempo que estuve adelante, hablando de donde venia y que me gustaba hacer, estuve viéndote. Tú tampoco podías despegar los ojos de mí.

 

El profesor me mando a un asiento vacío, lamente que no estaba a tu lado. Llego el momento del receso y no resiste el buscarte para hablar contigo. Tome valor y me acerque a ti, inicie una conversación a la cual seguiste gustoso.

 

Han pasado ya dos meses y nos hemos convertido en buenos amigos, es extraño, esto es lo que quería ¿No? Entonces porque me diento triste como si quisiera algo más. Llegue al salón y como de costumbre solo estamos los dos solo.

 

“Kevin ¿vas a hacer hoy en la tarde?”  Te dije, pero pude ver que estabas incomodo, y estabas sonrojado no podía entender que pasaba. Era raro no hablabas casi nada y mayormente eres muy conversador. Pensé que estabas enfermo pero al intentar tocar tu frente me diste un manotazo alejando mi mano. Me sorprendí y no supe que hacer, pude notar que tú también estabas sorprendido y te pusiste triste al instante.

 

“Lo siento KiBum no sé qué me pasa hoy”  Dijiste bajando tu cabeza con tristeza. Te veías tan lindo no sé porque pero el sonrojo en tu rostro no se iba. Posiblemente estabas algo afiebrado por lo que no quise molestarte más.

 

“No te preocupes, pero no crees que deberías ir a enfermería”  Dije pero negaste rápidamente. Las clases empezaron y en el transcurso del día no dejaste que te tocara. Mayormente nos abrazamos como amigo que somos o nos damos pequeños golpes. Nada ni el más mínimo contacto. Rehuías de mí, eso me estaba molestando cada vez más.

 

En el recreo me acerque a ti y te abrace por la espalda recostando todo mi cuerpo en ti como molestándote. Pero sentí tu cuerpo como ardía y temblaste bajo mis brazos. Hiciste un ruidito que no pude comprender, te sentí estremecer y tu rostro estaba más rojo.  Te separaste inmediatamente, me empujaste y te fuiste.

 

Las clases volvieron a empezar y antes de que acabara las clases, te fuiste a enfermería. Estaba preocupado, tal vez este muy enfermo por eso ese tipo de comportamiento. Quería saber que te pasaba, porque me dolía que estés así, me dolía que te alejes de mí.

 

En el camino de la enfermería vi que la doctora se despedía de algunos profesores y se iba. ¿Es que acaso ya te has ido? ¿Por qué no fuiste a buscarme para irnos juntos como siempre? Aun con las dudas y pensando que te habías ido decidí pasar por enfermería. Me pareció extraño pues la luz estaba prendida.

Abrí la puerta lentamente y te vi recostado en la cama al lado de la ventana. Te estabas retorciendo bajo las sabanas ¿Acaso sientes tanto dolor? Lentamente entre y cerré la puerta, necesitaba estar cerca de ti, estar a tu lado y apoyarte en este momento.

 

Empecé a escuchar un ¿ronroneo? Me pareció extraño pero no le tome importancia seguía acercándome a ti, cuando ya estaba lo suficientemente cerca te quite las sabanas y me quede estupefacto ¿Qué era lo que estaba viendo?

 

Te quedaste sorprendido, sonrojado y con ganas de llorar. Te pegaste a la cabecera de la cama con miedo, empezando a llorar y creo que también estabas temblando levemente. Yo aun no salía de mi asombro, no podía creerlo ¿Es que acaso estoy soñando?

 

“Por favor KiBum… no digas nada… no me odies… por favor”  Dijiste aun sentado en la cama completamente arrinconado contra la cabecera de la cama y la pared que tenía un gran ventanal.

 

“Yo…” No pude decir nada mas, ¿odiarte? Nunca. Estaba sorprendido por qué no podía creer cuanta belleza poseías. En tu delicado cabello habían salido orejas de gato negras, y podía ver una cola traviesa moverse lentamente por la cama. Esto definitivamente era algo fuera de lo normal. Eras como un hermoso gatito.

 

Ahora me doy cuenta que no te veo como un amigo, ahora me doy cuenta que cuando te vi por primera vez deseaba tener algo contigo. Mi corazón no puede controlarse, late desesperadamente. Mis manos tienen la necesidad de tocarte, mis labios quieren besarte.

 

“Kevin… te ves hermoso… mi corazón esta latiendo tan rápido… Kevin… ¿Puedo besarte?” Tu rostro ya no pudo sonrojarse más, estabas sorprendido no esperabas esas palabras. Te acercaste un poco a mí gateando provocándome una terrible excitación.

 

“Yo… no te doy asco o miedo… soy…raro... anormal… un monstruo...” Dijiste con un rostro lleno se lagrimas secas y algunas que aun no secaban, con un rostro inocente y preocupado pero aun había algo que no identificaba pues estabas completamente rojo.  Cada vez que te veía sentía que mi cuerpo iba entrando en calor, la vista era demasiado buena.

 

Me senté en la cama para verte de frente, alce mi mano quise tocar tu bello rostro pero te alejaste de mi y bajaste la cabeza apenado.

 

“Nunca me darías asco… ¿miedo? Eres una completa ternura…. ¿Raro? Bueno no todos los días ves a alguien con orejas y cola… ¿un monstruo?... no eres un monstruo eres Kevin mi mejor amigo por el cual desde hace un tiempo tengo sentimientos”  dije viéndote, mis últimas palabras hicieron que levantes la vista y nuestras miradas se conecten.

 

Levante mi mano nuevamente para tocar tu rostro, esta vez no te alejaste. Estabas ardiendo y te estremeciste ante mi tacto, cerraste los ojos

 

“Meowww~~~” Salió de tu garganta, y pude ver unos pequeños colmillitos en tus dientes. Estabas apenado pues ese maullido sonó a gemido.

“KiBum vete por favor”  Dijiste con la voz entre cortada, aun no entendía que te pasaba, pero era obvio que no me iría. Me acerque a ti y cogí tu nuca para acercarte a mí. Junte mis labios con los tuyos. El sabor era exquisito, mordí un poco tu labio inferior para poder saborear tu cavidad. Mi lengua degusto todo a su paso y lamí esos colmillitos que te hacían ver tan sexy.

 

“Ahhh~~ meoww~~ Ahhh~~ meoww~~” Te retorcías un poco ante mi beso, tu cuerpo se estremecía y me separe de ti cuando el aire hizo falta. Estabas jadeando y respirando fuertemente por la falta de aire, podía sentir el calor de tu cuerpo.

 

“Kevin ¿Qué te pasa? ¿Estás bien?” Te dije preocupado, tu solo bajaste la mirada y apretaste con fuerza la almohada, que recién me doy cuenta, están en tus piernas. No sabes que hacer pareces que quieres hablar pero aun no te decides.

 

“KiBum… yo soy así por una maldición que cayó sobre mi familia, mayormente puedo esconder la cola y las orejas, pero bueno hoy es… un día especial... y cuando eso pasa me es imposible esconderlas… nadie puede enterarse de esto, por favor no se lo digas a nadie ¿Si?” Dijiste preocupado pero aun sin verme, aun tenía dudas dentro de mí, quería saber más que es eso de día especial, quiero saber.

 

“Kevin no te preocupes nunca le diré a nadie, guardare tu secreto hasta la tumba… pero puedo ¿por qué hoy es un día especial?” Vi como saltaste con la pregunta y apretaste mas la almohada, la pregunta te incomodaba.

 

“Bueno… es que… en la mañana todo era normal... pero cuando el sol se ocultó ya no pude soportar mas así que me vine a la enfermería porque aparecerían mis orejas y la cola… porque…  sabes… que los gatos entran en celo ¿No?... bueno…” Me sonroje, y baje la mirada, eso quiere decir que ¿Estas en celo? ¿Por eso rehuías de mis caricias? ¿Por eso no querías estar cerca de mí? Es un alivio, tenía miedo de que había hecho algo mal y que me odiabas.

 

¿Espera… en celo?... Te mire rápidamente y vi la almohada que tenias en tus piernas. Cogí la almohada y la aleje con fuerza.

 

“Nooo…”  Gritaste al verte desprotegido. La almohada cayó al piso y trataste de taparte con tus manos pero no te deje. Pude ver que tu miembro estaba erecto, se notaba bajo el uniforme.

 

“No me mires por favor...” dijiste avergonzado pero esa petición me era imposible de cumplir. Tu cola tapo tu entrepierna y salí de ese estado embelesado. Ahora más que nunca te quería tocar y hacerte mío pero no podía por que tú no me quieres de la misma forma que yo a ti.

 

“Kevin… sabes que te quiero ¿No?”  Pregunté viéndote, asentiste con una sonrisa en tus labios.

 

“Si, eres mi mejor amigo, yo también te quiero” Dijiste y apreté tus muñecas que aun seguía sosteniendo.

 

“Kevin... Yo te quiero como algo más que un amigo… ¿entiendes? Por eso te bese… porque te deseo” Dije sin más rodeos y comprendiste lo que quise decir. Te acercaste a mí, cosa que me sorprendió.

 

“Tu ¿Me amas? ¿A pesar que soy así?” Dijiste tiernamente y te bese, quería besarte dulcemente pero mi cuerpo ya estaba demasiado excitado como para controlarme, te bese apasionada y desenfrenadamente.

 

“Ahhh~~~ Meowww~~~  meooww~~~”Gemiste para mí. Mi hombría ya estaba completamente despierta apresada en mis pantalones.  Intente tocar tu cuerpo pero no me dejaste.

 

“Ahh~ KiBum no podemos... Te amo pero no podemos… La maldición dice que creare un vinculo inseparable con la primera persona que me posea,  tendrás que soportarme la vida entera a tu lado…”Al escuchar tus palabras la felicidad me invadió. Toda la vida teniéndote a mi lado me parecía completamente perfecto. Me acerque a tu y bese tus dulces y bellos labios.

 

“Kevin, Te amo. Y regálame el placer de tenerte a mi lado toda la vida”  Tus ojos empezaron a derramar lagrimas y me abrazaste. Dejaste que te bese lentamente demostrándote mi amor. EL amor que ha estado en mi corazón desde que te vi.

 

“Estas seguro… que deseas pasar tu vida entera conmigo…. Si no estamos juntos…. Podríamos llegar a morir… la maldición no es un juego KiBum… podrías llegar a morir si no cuidas de este gatito tu vida entera.” Dijiste dejando de abrazarme, mirándome seria pero tiernamente a los ojos.

 

“Por supuesto que estoy seguro mi gatito”  Dije acercándome a ti acariciando tus labios con los míos.  Poco a poco me fui recostando encima de ti, estabas tan sonrojado pero a la vez tu rostro se notaba tan necesitado de caricias.

 

Mis manos tocaban tu cuerpo por encima de esa molestosa ropa, estabas sudando. Parece que verdaderamente necesitabas atención urgente por que con esas tan leves caricias te estremecías.

 

“Ahh~~ meow~~… KiBum~~… prrrup…” Decías gimiendo y ronroneando retorciéndote debajo de mí por las pequeñas caricias. Era tan erótica la vista, me sentía un pervertido por todas las ideas que rondaban mi cabeza.

 

Lentamente me deshice de tu camisa y tus pantalones. Pude ver tu blanquecina piel resplandecer por el sudor de tu cuerpo. Cada segundo que pasaba más deseaba poseerte.

 

Tus orejas se movían de una forma tan sexy y tu cola trataba de tapar la erección que tenias debajo de ese bóxer que te apresaba.  Me acerque a ti y viéndote a los ojos empecé a desnudarme. Quede completamente sin prenda frente a ti, tus ojos me miraban deseándome queriendo comerme.

 

Empiezas a gatear avergonzado pero seguro de lo que haces. Te acercas a mi tu rostro esta a la atura de mi hombría. Estoy arrodillado en la cama y viendo como sacas tu lengua y empiezas a pasarla por mi miembro erecto. Tu cola se mueve de un lado a otro como un gatito feliz.

 

Sigues lamiendo mi hombría. Succionas, lames y tus pequeños colmillitos rozan mi hombría dando un gran placer. Tus ojos me ven directamente y metes mi miembro en tu boca, tu lengua juega conmigo envolviéndome y puedo escuchar ronroneos que me excitan más. Vuelves a sacar mi miembro y empiezas a lamer y succionar la punta como si fuera un caramelo que no quieres dejar.

 

Cogí tus orejas y soltaste un fuerte  sonoro gemido, parece que encontré un punto muy sensible en ti. Aproveche y aleje tu rostro, aún no quería llegar al orgasmo. Te senté en la cama y empecé a besar y lamer tu delicado cuello dejando marcas que te sacaban gemidos y maullidos.

 

Baje lentamente por todo tu pecho llegando al abdomen y con mis manos acariciaba tus piernas tan suaves como la seda. Cogí tu ropa intima y te despoje de ella. Tenía tu miembro cerca de mi rostro y me llamaba a probarlo. Te vi y tu mirada estaba fija en mí. Tu boca estaba abierta y podía ver un hilo de saliva escurrir por tus labios. Mas excitado no podías estar.

 

Metí todo tu miembro en mi boca para degustarlo de una vez.  Todo mojado por el pre-semen un delicioso sabor que degustare toda mi vida. Tus gemidos inundaron la enfermería y mi miembro latía fuertemente de las ganas que tenia de entrar en ti.

 

Sentí tu cola tocar mi miembro y gemí aun con tu miembro dentro de mi boca. Era tan esponjosita y suave como el algodón. Mientras tú te retorcías de placer por mis caricias yo no aguantaba más por tu cola que me masturbaba sin parar. Deje de darte placer y me aleje de ti.

 

“Sabes Kevin quiero entrar en ti pero… primero debemos prepararte…” Dije al comienzo un poco avergonzado pero después se dibujo una sonrisa malévola en mis labios. Tenía una idea y quería ponerla en práctica.

 

Cogí tus piernas y te arrodille en la cama, luego tus manos fueron a parar a la cama para que te puedas apoyar. Estabas en cuatro como un hermoso gatito.

“Kevin… Tu cola... úsala~~” Te sorprendiste, tu rostro se tiño aun mas de un color rojizo. Pero aun así seguiste mis deseos. Sé que ya no aguantas más pero aun así sigues mis juegos. Eres realmente adorable, increíble; por eso y más te amo.

 

Me senté en la cama para disfrutar el espectáculo. Venia toda tu parte trasera y como tu cola se acercaba temblorosamente a tu entrada. Gemiste pero seguiste acariciándote. Mis manos poco a poco iban acercándose a ti como si tu cuerpo fuera un imán que me atraía.

 

Metiste la punta de tu cola en ti y gemiste fuertemente. Fue tan desquiciantemente erótico que aparte tu cola y me acomode en la cama. Volteaste el rostro y con tu mirada me rogaste lo que yo también quería.

 

Coloque la punta de mi miembro en ti. Pero me sentía mal interiormente, no estabas bien preparado y esta es tu y mi primera vez, no debería ser un recuerdo doloroso sino todo lo contrario.

 

Me aleje de ti nuevamente y gruñiste. Me viste y tu cola golpeo mi trasero dándome un pequeño latigazo. Definitivamente no podías aguantar más pero aun así no entre en ti.  Acerque mi rostro a tu entrada y con mi lengua empecé a lubricarla.

 

“Meoww~~ Ahhh~~ Meoww~~” Gemías ante las estocadas que mi lengua simulaba. Tu cuerpo se estremecía,  acerque mi mano y metí un dedo en esa rosada entrada que me invitaba a invadirla. Gemiste aún más y tu cadera se movía buscando mas contacto.

 

Saque mi mano no aguantaría mucho tiempo así yo también te deseaba. Me acomode nuevamente y coloque la punta de mi miembro en ti. Volteaste levemente tu cabeza y mirándome moviste tu cadera haciendo que mi miembro entrara por completo en ti.

 

Los dos gemimos ante tan placer, nos quedamos así un momento. Empezaste a moverte gimiendo por mas contacto tu cola sobaba mi pierna incitándome a moverme. Puse mis manos en tu cadera para ayudarme con los movimientos.

 

Empecé un vaivén suave disfrutando de tu estreches, de tu calor, de ti. Me envolvías, me apretabas y hasta podía sentir como si me succionaras pidiendo más. Las embestidas se hicieron más rápidas, acomode mi pecho en tu espalda.

 

Tiraste tu cabeza para atrás y tuve facilidad para acercarme a tus orejas. Te sorprendiste cuando empecé a lamerlas y mordisquearlas levemente.

“Ahh~~~… KiBum~~~… meoww~~” No podías dejar de gemir. Quise cambiar de posición, quería ver tu rostro. Salí de ti y volviste a gruñir. Tu cola no dejaba de darme latigazos y solo sonreí feliz al saber que me deseas tanto como yo a ti.

 

Me senté en la cama y te jale hacia a mí. Te senté sobre mí,  y poco a poco entre en ti.  Tus piernas me envolvieron.  Me besaste profundamente mientras seguíamos sin movernos. Us brazos me abrazaron. Pude sentir el fuerte y rápido latido de tu corazón golpeteando junto al mío.

 

Nos quedamos viendo disfrutando nuestro amor. Cogiendo tu cadera empezamos el vaivén que cada momento se hacía más rápido Apoyaste tu cabeza entre mi cuello y hombro. Empezaste a lamer mi cuello y dejabas pequeñas mordidas que me encendían aun mas. Tus colmillitos marcando mi piel diciendo que soy tuyo. Tu cola acariciando mi espalda me incitó a aumentar la velocidad.

 

La habitación estaba llena de tus gemidos y los míos. De un momento a otro gemiste mucho más fuerte y sentí algo caliente caer en mi mentón. Habías llegado al orgasmo. Dejaste de abrazarme y me miraste con una carita muy tierna.

 

“Lo... lo siento...” Ni bien terminaste de hablar con tu lengua limpiaste el semen de mi rostro. No resiste mas y las estacadas las hice salvajes, sentí mi miembro palpitar llegaría al final. Tu cola acaricio mi espalda hasta llegar a mi espalda baja y sin más me estremecí y deje salir mi esencia en tu interior.

 

 Quedamos viéndonos por un momento, nos besamos tierna y dulcemente saboreándonos. Te levante para poder salir de ti. Te recosté en la cama para luego echarme a tu lado. Tus manos acariciaban mi rostro.

 

Y de un momento a otro sentí tus colmillos morder mi cuello. Pesadamente mis parpados se fueron abriendo sintiendo molesto la luz del sol. Todo había sido un sueño un muy hermoso sueño. Voltee y te vi me mirabas feliz con una sonrisa en tus labios.

 

“Sabes Kevin acabo de tener el sueño más hermoso de todos” Te dije viéndote y atrayéndote a mí para abrazarte y darte un beso de buenos días.

“Haa... Por eso has amanecido tan ‘animado’” Dijiste burlonamente señalando mi entrepierna despierta.

 

“Que quieres que haga si soñé contigo, desde el día en que te conocí hasta el día que fuiste mío por primera vez” Dije haciéndote sonrojar. Te bese lentamente, y te acurrucaste en mi pecho, aun no teníamos intención de levantarnos de la cama.

 

“Kevin te amo, me alegro estar unido a ti por siempre, ya vamos 7 años juntos y siento que mis sentimientos se hacen cada vez más fuertes” Dije aferrándote más a mí. Levantaste tu rostro y me diste un beso en la mejilla.

 

“Sabes KiBum… mañana… es el día que sale mi cola y orejas…” dijiste juguetonamente para pararte de la cama e ir a hacer el desayuno por que ya era tarde.

Solo sonreí, y mi corazón se acelero. Cada día que pasa haces que me enamore más de ti. Salí en tu búsqueda para atraparte entre mis brazos y susurrarte dulcemente

 

“Te amo, Mi pequeño gatito”

 

FIN

Notas finales:

Espero les haya gustado ejje

no se pero ver a Kevin de gatito me gustoo *---¬*
 jejeje

Byeee^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).