Me llamo Jessica acabo de salir de vacaciones por las fiestas de navidad y año nuevo y como gracias a que no reprobé ninguna materia tengo vacaciones hasta mediados de febrero, un buen año para mi buenas calificaciones, reforcé amistades y convivo más con varios de mis compañeros, aunque eso si mi ambiente es más sano no fumo, no tomo pero mi único problema es mi flojera, no hago nada a pesar de ser una persona con nada que hacer más que disfrutar mi vacaciones, y lo peor de todo que no importa i estoy aburrida de estar de floja y de “huevona” como diría mi mama, mi tía, mis primos, este amm en fin toda mi familia, y esto debido a mi cuarto hecho un desastre y mi rutina ya sabida por toda mi familia, despertar, bañarme, comer, dormir, ver televisión, cenar dormir, aunque me la paso más jugando videojuegos gracias a mi papa que me consiente cada semana con un videojuego nuevo y eso para mí es más que perfecto y un reto pero todo eso llego a su fin porque mi madre ya estaba harta de mi y me mando a cuidar a personas que habían sufrido algún accidente y necesitaban reposar y recibir ayuda para volver a recuperar algo del movimiento o simplemente para descansar.
Ahora estoy para frente a un hospital demasiado grande para mi gusto, mi mama estaba en la puerta reprimiéndome para que entre y toque, puff a veces siento que mi papa me entiende mas pero, con ella todo es mejor y con mi padre es mas relajado ambos los amo pero escojo mas a mi mami.
-Ya toca, o creeme que dormiras en la calle
- ¬¬’ poco falta para que lo hagas madre mia, pero bueno se que estas arta de mi – un suspiro acompaño con vagancia mis pasos que levemente rosaban con la cera, mire a mi madre por lo alto de mi hombro sin voltearme, pero unas manos me tomaron de los hombros.
-Con que tu eres la que se ofrecio como voluntaria, vamos deja de perder el tiempo aquí necesitamos que tiendas las camas y limpies alguno pacientes, pero muévete niña.
-es-espere como que limpiar, no me diga que… ¡¡mamá!! Sácame de aquí
-Tu mami no te ayudara es mas ya se va, ahora entra y pon tus cosas en esta habitación, pero muévete niña – jalo de mi brazo, y teóricamente me arrastro dentro de los establecimientos – según yo, tu estaras aquí por dos meses completos, me parece perfecto, te quitaras esa ropa y te pondrás la que están en el cuarto de servicio, si no la traes puestas el castigo sera quedarte sin cena y sin comida, ¿me entendiste? – esta señora comenzaba a intimidarme, solo me limitaba a mover mi cabeza e intentar caminar por mi propio paso, pero aww era realmente fuerte, me lanzo en los pasillos, y vi mucha gente caminando con muletas, en silla de ruedas, otros por su propio pie pero con dificultad, estaba nerviosa este lugar me hacia sentir incomoda, rodeada de toda esta gente y no porque estén mal si no que el olor a enfermo me hacia sentir escalofríos.
Por fin encontré mi nueva habitación lance mis cosas a una de las camas y misma enfermera no dejaba de gritar “chiquilla, aque hora”, daba miedo, pero arrastrando los pies mofándome y uno que otro “ojala” llegue hasta ella, me fui a cambiar por un pantalón blanco, una camisa blanca y como mi cabello era corto y no me dijo mas nada, me mando a tender las camas y hacear los baños también a recoger la sala de estar, apenas eran las 5 pm y ya estaba devastada dando las ultimas solo quería dormirme y descansar, no entiendo como aguanta una jornada tan pesada, limpiaba los pisos, cuando una silla paso enfrente de mi con las llantas llenas de lodo dejando manchado todo el piso, tanto tiempo haciendo lo mismo pero ella solo llega con su silla de ruedas y se atreve a ensuciar todo por lo que estuve esforzándome todo el dia y si hay algo que no me gusta es que se mofen de mi esfuerzo.
-Oye tu, niña ten mas cuidado por donde pasas que no estas viendo que aun no acabo ni se seca.
-hump – Que?!! Solo eso se atreve a decir esta engreída solo un “hump” eso es todo, me puse a su par y la tome de los hombros
-Oye ten un poco mas de educación, no te parece, crees que no me esforzado para que este limpio este lugar.
-A mi no me importa, para eso te pagan ¿no? –me miro a los ojos, su piel algo palida y sus labios rosados con un gesto en ellos, me miraba pero no era odio, era indiferencia, estuve a punto de responderle como se merece pero unas manos fuertes me apartaron casi lanzándome del otro lado de la blanca habitación.
-Nueva, vete a tu cuarto no tendras cena, estas castigada y para que no sufras de hambre sera mejor que te duermas ya.
-Pero fue ella la que empezó tsk, como sea hágase cargo del desorden de esta mal criada.
Camine sin volver a dirigirle una mirada a la chica detrás de mi, llegue a mi habitación y me lance a la cama deje mi mochila en el piso por suerte tenia unas galletas de animalitos y un agua que realmente no sabia cuanto tiempo llevaba en mi mochila, pero agua es agua estaba sin abrir, le di un sorbo, y deguste mis galletas que en este momento me parecían un manjar, pero tenia que cuidarme de que la “groto” no viniera a regañarme y a molestarme porque no hago nada. El sueño y el cansancio eran mas fuertes que yo y me quede dormida.
Todo tranquilo el hambre ya ni me acordaba de ella pero unos ruidos y maldiciones me privaron de seguir en brazos de Morfeo.
-Maldicion, no puedo, no puedo… (ruido, ruido) ¡¡haa!! (puaj) – un golpe fuerte que se llevo aquella chica al caer, me levante de inmediato y me agache a ayudarla.
-¿Estas bien? – volteo a verme y sus ojos tenían lagrima – Tú – era la culpable por que me quedara sin comer – no importa – la levante poco a poco, pero ella me empujo haciendo que vuelva a caer – Te quiero ayudar no seas berrinchuda y mal criada.
-No quiero, déjame en paz y lárgate – contenía su llanto para que yo no me diera cuenta
-Que mas quisiera volver a dormir pero compartimos habitación así que cállate y déjame ayudarte o no podre dormir, y no me gusta verte en el piso.
-Que no y no me voy a dejar – su fuerza para contener sus lagrimas sedio y se lanzo tomándome del cuello – Eres una… una – su sollozo es el único que escucho.
-Si, si soy todo lo malo, pero… - la tome del mentón – aunque no quieras quiero ayudarte así que déjame hacerlo y no por lastima, solo déjame hacerlo – con una de mis manos la tome de la espalda y la pegue a mi pecho mientras que con la otra la tomaba de los pies, me dio unos golpes en el pecho no eran tan fuertes pero entre sollozos ella me pedia que la soltara – Calmate ya te dije que no te are nada – la puse en la cama y ella me golpeo en el rostro
-¡¡Imbecil!! – sus ojos llenos de lagrimas me dedicaron una mirada demasiada triste y se cubrió con las sabanas
-¿De nada? – me aleje de ella y me volvi a dormir, eran las 10 am eso me daría mas tiempo de dormir y descansar pero maldita sea ella empezaba hacer ruidos extraños, su respiración agitada, se quejaba y gemia, mi rostro se sonrojo, pero me di cuenta que no eran los gemidos de placer que tanto pensaba ella seguía dormida me levante asustada, vaya que esta chica no va a dejarme dormir – oye tu, ¿estas bien?
-Vete… - respiraba con dificultad – solo déjame sola…estoy bien, solo necesito aire…
-Bien, vamos – ni siquiera le pregunte, a tome nuevamente en mis brazos y la acomode en la silla, no tenia ni la fuerza para quejarse, me puse mi chaqueta y Salimos en silencio – Sabes, te ayudo y no si ni como te llamas…
-Idiota… soy, soy Lian, me llamo Lian – Salimos por fin del edificio y nadie se dio cuenta para mi suerte
Caminamos por el gran jardín que rodeaba el edificio unos arboles hermosos, el titiritero de sus dientes me hizo mirarla y estaba temblando, pero que tonta me abrigue pero no lo abrigue a ella, me sentí muy apenada el a ver cometido grave error, cubri sus hombros y la espalda para que el frío no hiciera que se resfriara, su respiración volvió a ser estable y solo miraba el cielo estrellado, saque un cigarrillo y me sente a su lado.
-Gracias, pasa todas las noches pero las enfermeras no se dan cuenta y me dejan – por primera vez la vi dar las gracias honestamente.
-no hay porque, ¿Quieres? – extendi el cigarro que ya estaba a la mitad
-No gracias no fumo… cierto, tu, ¿como te llamas?
-Pfff, pensé que nunca lo preguntarías, soy Amada, aunque debo admitir que la primera vez que nos topamos no fue muy agradable.
-Lo siento, pero soy sincera me siento frustada de estar sentada, de ver como tu una chica tan joven teniendo toda una vida por delante, quiera venir aquí a ayudar a los demás, tal vez lo haces por el dinero au...
-No – Sonrei – Yo estoy aquí porque mi mama se arto de tenerme en casa haciendo nada – Rio divertida por mi comentario, su sonrisa era dulce, linda, mejor dicho ella lo era – Eres muy linda Lian, la niña mas bonita que e visto, eres encantadora.
-Eres taaan… - Estaba sonrojada
-Increíble, jeje si lo se, aunque como ya te dije tu lo eres aun mas.
-Regresemos no aguanto un minuto mas el estar contigo a solas – Hizo un lindo puchero, tire la colilla de mi cigarro en un lugar que nadie la vea y entramos al hospital
-Quiero seguir tratándote, y cuidándote, ¿Me lo permites? – le extendi la mano junto con una de mis mejores sonrisa – juro que lo que menos quiero es lastimarte – la mire a los ojos y era claro lo que no quería – Escuchame, no lo hago por lastima, no es eso quiero que los días que estes aquí internada en las terapias y todo ese asunto no sea tan aburrido como para mi lo fue el primer dia aunque tu fuiste la que remato con eso de ensuciar el piso…
-Lo siento, yo, como te dije me frusto seguido al estar atrapada aquí en esta silla de ruedas son poder hacer nada, sin poder correr, sin poder bailar, sin… sin nada… Jessi yo no soporto estar así invalida es – Sus lagrimas comenzaron acariciar sus mejillas su piel palida sus ojos cafes claro, casi miel , apretaba sus labios, comenzaba angustiarme verla así, con mis manos limpie sus lagrimas y bese sus mejillas, sintiendo con mis labios su suave piel.
-Eso cambiara – susurre, la tome en brazos y volví a ponerla en la cama para que durmiera – Hasta mañana Lian, descansa
-Si, igualmente Jessi.
Los días pasaban, eran semanas donde ella y yo convivíamos mas, nos hicimos muy unidas ya ni siquiera llgaba acordarme de llamar a mi familia para que sepan que estoy bien, pero estando con ella me olvidaba de todo, Lian y yo hacíamos las mejores travesuras claro haciendo reir a los demás que se ospedaban en el lugar. Su forma de ser cambio, también la de pensar, era mas comprensiva, mas positiva tuvo la confianza de contarme que era lo que había pasado.
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Salía de la casa de Amanda una de las amigas de la preparatoria se habían quedado hasta tarde preparando los detalles de la fiesta de Amanda y en parte estudiando para sus exámenes del parcial, pero no era problema tenia un lindo auto que sus padres le habían regalado para que saliera sin ningún problema a donde ella le gustaría, se despidió diciendo que mañana se verían para entregar el proyecto y presentar su examen. Conducia por las calles ya oscuras alrededor de las 11 de la noche, para llegar a una casa tenia que pasar por una calle ancha llena de semáforos debido a que era una zona donde los niños jugaban y había ya años atrás varios accidentes, iva pasando por el ultimo semáforo cuando un camión la golpeo haciendo que se volcara su auto, a la mañana siguiente despertó en un hospital sin poder sentir las piernas, el chofer de aquel camión conducia en estado de ebriedad y ya se encontraba en la cárcel.
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