Capítulo 10: Sabor metálico, sangre Agridulce.
El niño jugaba entre sus dedos con la hojilla manchada de la sangre de ese muchacho, mientras de vez en vez la lamia con cuidado, cortándose un poco la lengua, pero no le importaba, ese “agridulce” sabor (como el mismo lo había llamado) le fascinaba, le encantaba y lo extasiaba. Detrás de él, iba su demonio con la mirada gacha, con un ligero sonroje en sus mejillas, a su lado estaba el demonio de pelo blanco mirándolo con reproche y algo de asco.
-Eres un enfermo…-dice el demonio de la cicatriz- estas excitado por un acto tan vulgar y soez….-dice sin escrúpulos el demonio de cabellera blanca con tono asqueado en su voz.
-Cállate…-susurra el demonio mirándolo fríamente.
-Jajaja…-ríe el demonio de cabellos blancos- eres un jodido enfermo, yami no akuma…
El pequeño alvino miraba con algo de temor al pequeño niño que caminaba a unos pasos delante de él, se preguntaba, ¿Cómo un niño podía cambiar tanto de la noche a la mañana, por qué su mirada se había vuelto tan mordida y macabra, acaso… había perdido todo su razón?, tal vez si, o solo quizás ese niño que camina frente a él había perdido hace mucho su cordura y ahora solo se mostraba tal y como era. Nada hacía pensado aquello por más tiempo, la tarde se esfumaba cuando llego a su hogar el pequeño alvino, con una sonrisa sincera se despide del pequeño de mirada psicótica, el demonio de pelos blancos simplemente se despide de su compañero demoniaco con un gesto con la mano, ambos pares toman caminos diferente.
El demonio quedo en la sombra larga de su amo, mirándolo largamente guardando sus palabras, tratando de reunir fuerzas para poder preguntarle a su amo una duda que corría en su mente desde hace mucho rato ya. Sus ojos rojos intensos estaban fijos en la espalda de su amo, que cada vez era más grande ante los ojos del demonio, en un momento a otro el niño se detiene y se voltea, sonríe muy maliciosamente mirando al demonio con un toque de burla, pasa sus lengua por sus labios secos y algo rotos, sonriendo de esa forma tan maliciosa.
-¿Qué deseas preguntarme?...-dice el niño son un toque de burla en sus palabras.
-….-El demonio se sorprende, peor luego baja la mirada y reuniendo las palabras en su boca las deja escapar- ¿Por qué… le gusta saborear la sangre de esa manera amo?...
-Je…-el menor suelta una Risita irónica- es una pregunta muy extraña, pero mi repuesta será precisa…-lo mira fijamente- no solo es su sabor….-lleva su dedo índice a su boca, acariciando sus propios labios- es la forma por al cual corre por la piel, es su textura, es su color, su olor…. Son tantas cosas….que de solo pensarlas…-saborea sus labios, y luego los muerde sutilmente-me provocan tal placer mental y físico, que hace mi ser estremecer…-un ligero sonroje aparece en sus mejillas mientras aun sonríe de esa forma tan mordida- …es como alcanzar el orgasmo mental…-dice sin ningún escrúpulo en sus palabras.
-A-amo…-susurra el demonio totalmente sonrojado, con sus pupilas totalmente dilatadas, el demonio muerde su labio inferior con cierta fuerza, apartando la vista- usted es un enfermo….
-Jajajajaja…-ríe con cinismo el menor- si, tal vez yo esté enfermo…-susurra- pero tú lo estas más….-sonríe con burla- pues estas excitado por lo que acabo de decir…y te mueres para que yo te toque ¿no es así?...
-Amo me conoce muy bien…-susurra alzando su vista mirando a su amo fijamente- usted es quien me tienta amo, dice cosas tan fuerte con esa sonrisa y esa forma de ser…. –muerde su labio- no puedo evitarlo…
-Y yo soy un enfermo, ¡si claro!...-se acera a yami lentamente- ok, voy a hacerte un favorcito…-toma una de la manos de su demonio.
-¿Amo?....
-Jeje…-saca su hojilla, se relame los labios- quiero probar la sangre de un demonio…-corta la palma de la mano de yami, dejándole un corte algo profunda, el demonio muestra una mueca de dolor y el menor ante eso sonríe muy cínicamente-…no pensé que fueras tan “delicado”…-dice con tono de burla, sin contemplarse en lo absoluto, observa como al sangre rodaba por la mano de yami lentamente, relamiendo sus labios gustoso- su color es más oscuro y su olor más intensó…-con la yema de sus dedos, toma un poco de la sangre de su demonio- su textura es algo más gruesa…-sonríe con sorna- su…sabor…-lame lentamente la mano de yami, lamiendo ese líquido carmesí oscuro, pasando su lengua lentamente por su herida- mmmm….es…amargo…mmmm…rico…mmmm…muy rico….mmm….
-Aaaagh….-el demonio suelta un gemido leve, cerrando sus ojos con fuerza- amo…
-Amargo…mmmm….-susurra el niño lamiendo la sangre- Muy amargo…
-Amo…-susurra- sigua….sigua…-susurra con una voz quebrada-
-Ja…-ríe el niño, metiendo su lengua dentro de la herida- mmm…luego....soy yo el enfermo…
-Amo…aaagh…amo….aaagh…-el demonio gemía suavemente, cerrando con fuerza los ojos.
-Jajaja…-ríe el niño, termina de lamer la sangre, aparta de un golpe la mano de yami, mirándolo con frialdad- tu sangre es deliciosa…-dice relamiendo sus labios- …esa sangre es mía de nadie más…-dice con tono firme mientras se da la vuelta.
-Amo…-susurra mirando como el niño se va alejando lentamente- como ordene….-susurra bajando su mirada sonrojado- mi sangre… es suya…
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La noche cubría con su manto todo el cielo, las estrellas eran puntos blancos en lo alto del firmamento, el niño acostado en su cama contemplando el techo de cemento que estaba encima de su cama, gris, monótono, como su vida. Sonríe con un aire burlesco y algo mordido, su vida ERA de esa forma, ahora era distinta, ahora era de un color más interesante, de un color Carmesí, se relame los labios al recordar ese sabor metálico que tanto le gustaba, la puerta de su cuarto se abre con lentitud, mira por el rabillo del ojo y sonríe.
-Yami…-susurra sonriendo- ¿Dime que te trae a mi humilde habitación?....
-Amo…-dice la voz fría y lejana del demonio, este camina lentamente hacia a él, aquel ser demoniaco se sienta en la orilla de la cama, alza su mano sobre los labios de su amo, y lentamente cayendo como gotitas de lluvia, caen de sus uñas pequeñas gotitas de sangre cuyo destino paro en los labios del pequeño.
-Buen chico…-dice el niño, abriendo su boca un poco, las gotas rojas de sangre caen en su lengua, el relamía esas gotas como si fueran un rico manjar, sonriendo con esa sonrisa mordida, con esa mirada tan desquiciada y malévola- mmm…. Adoro tu sangre…
- Y yo…-susurra el demonio- lo adoro a usted…