Capítulo 19: Luz y Oscuridad, Sombras de ángeles….
Foto tras foto, la fue pasando en sus manos. Veía los cuerpos mutilados nuevamente a través de fotos. No era algo que deseaba pero debía hacerlo, era su trabajo. Pero a pesar de su dedicación no encontró nada, como siempre. Coloco sus manos sobre su cabeza, mientras sacudía sus cabellos plateados, el detective estaba a punto de tirar la toalla, estaba rendido, no quería continuar, tiro las fotos sobre su escritorio, al hacerlo una cayo justamente bajo su lupa, al hacerlo la lupa reflejo un rostro que él no vio antes.
-¿Qué…?-susurra, mira de cerca la lupa, ve reflejado allí un chico, el cual no parecía haber dormido demasiado por la cantidad de ojeras que tenía bajo sus ojos, miro otra foto de otra escena del crimen, examinándola bien y ahí estaba, el mismo chico escondido entre las sombras, así paso con al siguiente y la siguiente. ¿Por qué no lo había visto antes?, rápidamente toma su teléfono y marco un número, espero a que contestaran y milagrosamente escucho un “Hola?” después de unos minutos- Sí, soy yo Pegasus, Tengo que pedirte un favor….
…..
El chico se encontraba ya vestido, al igual que su demonio, se colocó sus zapatos y extiende su mano hacia el demonio, este la toma suavemente y el chico por primera vez en mucho tiempo le dedica una sincera sonrisa- Te mostrare que he mostrare que he estado haciendo…-le dice el niño con una sonrisa algo siniestra, se lleva de la mano a su demonio, el cual sin decir nada lo sigue, era pasada las 3 de la madrugada, la noche completamente negra pintaba el cielo de la ciudad, mientras dos extraños caminaban por las calles e manera silenciosa. El demonio y el niño se sienta en un banco de algún parque- Espero ver algo que valga la pena…-dice el chico simplemente mientras se sienta.
-¿Qué espera ver Amo?....-le pregunta aquel demonio.
-Ya lo sabrás….-fue su simple respuesta.
Ambos se sentaron a esperar en aquel banco, a esas horas pasaba muy poca gente, de la cual la mayoría eran drogadictos o prostitutas, nadie que destacaba particularmente. Hasta que paso un chico, no parecía drogadicto o proxeneta, solo era un chico que caminaba solo por la calle, lleva a sus espaldas una mochila, vestía de manera discreta, una camisa negra y un jean simple. Ese chico llamo la atención del niño, una sonrisa larga y amplia nace de él y se levanta del banco, el demonio lo ve y sin protestar lo sigue.
-Amo…-dice el demonio en voz baja- ¿Qué planear hacer?...
-….- No hay respuesta de parte del niño, ambos caminan lo suficiente para ponerse detrás de aquel chico, caminando en silencio para que aquel muchacho no se diera cuenta de su presencia. El niño miro a su demonio y con una amplia sonrisa le dijo- Desaparece un rato, vuelve cuando te de mi señal...- el demonio asiente, entre las sombras desaparece lentamente. El niño se acerca al chico y suavemente toca la manga de su chaqueta, el chico se sobresalta y rápidamente se da la vuelta, relaja sus músculos al ver al niño, luego de suspirar mira fijamente al niño.
-Casi me matas….-le dice con una voz caprichosa- ¿Quién eres mocoso?...
-Soy quien te matará….-la voz del niño helo la sangre del chico, sin que él pudiera hacer algo, el niño corta de manera superficial el cuello del chico, este cae al suelo, comenzaba a ahogarse en sangra rápidamente, el niño miraba con una sonrisa macabra aquella escena- Yami…-llama en una voz suave, detrás del chico aparece el demonio mirando la escena sorprendido enormemente, mira al chico con sus ojos bien abiertos.
-Amo…-susurra aquel demonio- ¿Esto es lo que hace cada noche…?-le pregunto en apenas un hilo de voz, el niño no le responde solo camina hacia el muchacho que aún se mantenía con vida pero a duras penas. El niño se sienta en el pecho de ese muchacho y mira sonriendo largamente a su demonio. Sin decir ni una palabra, acerca su rostro al rostro de su víctima agonizante y lame su mejilla muy lentamente. Él sabía que provocaba en su demonio, una sensación celos del mismo infierno se apoderaron del demoniaco ser, tanto así que lanzo a su amo lejos de aquel muchacho que agonizaba y lo tomo por el cuello de su camisa.
-¿Quién te crees para ser tocado por mi amo?...-dice aquel demonio fuera de sí- ¡¡¡¡MALDITO, MALDITO AHOGATE EN EL INFIERNO!!!-le grita encolerizad, sin ninguna demora y con solo sus manos le rompe el cuello causando un fuerte sonido que corrompe la noche. Un breve silencio de unos segundos se apodera del aire hasta que la risa burlesca de un niño sentado en el pavimento hace que el demonio (cubierto de la sangre de su víctima) se diese lentamente la vuelta- ¿Amo?...-susurra aquel ser.
-Jajajaja… eres tan predecible y fácil de manipular….-se burla el niño mientras se relame los labios- por eso me gustas tantos, con el estímulo apropiado eres tan manipulable como la arcilla… -el pequeño se levanta lentamente y se acerca al demonio, sin aviso lame lentamente su cuello y sube hacia su mejilla, lamiendo todo la sangre que se encontraba regada por su rostro. Luego de eso, se separa lentamente mirando con diversión a su demonio- Eres mi pequeño juguete, mi servidumbre y me debes de servir…-susurra sonriendo ampliamente- ahora mis manos no serán las únicas manchadas…-agarras con una mano las mejillas de su demonio y hace que lo mire directo a los ojos- Eres mío…-susurra- eres mi demonio, harás lo que diga…. Y compartirás conmigo cada gota de sangre….-el demonio lo mira en silencio un largo rato, pero luego una sonrisa amplia se asoma indiscretamente en su boca.
-Como ordene Mi amo….
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-¿No te parece ya una locura?...-pregunta aquel muchacho, tan joven de apenas si acaso unos 14 años- Papá, mi madre esta consumida por los nervios y mi hermanita ya ni sabe quién es su padre, si mi tío o tú….-aquel chico de rubios cabellos frunce su ceño- padre, no busques algo que no existe y regresa a casa, mi madre te necesita, mi hermano te necesita y yo te necesito…-el chico toma la manga de su padre y la jala un poco, el viejo psiquiatra mira al chico fijamente y después de un rato suspira pesadamente.
-Si existe y es mi deber encontrarlo…-le dice el psiquiatra con tono serio mientras se suelta de ese chico- John, no te metas en mis asuntos ahora regresa con tu madre, ya es tarde y mañana tienes escuela….-el psiquiatra le da la espalda y se encamina a su escritorio para sentarse en su silla, el muchacho de cabellos rubios aprieta con fuerza sus puños mientras lágrimas de rabia bajaban de manera silenciosa por sus mejillas.
-¿No te importamos verdad?...-pregunta el chico en una voz muy fría el psiquiatra alza la vista y mira a su hijo sin palabras- Eso me basta, no te molestes en regresar temprano a casa…-toma su mochila que hasta ese momento reposaba en el suelo- Nadie va a estar esperándote…-sin más el chico salió de aquella oficina ante la mirada atónita de su padre. El cual se quitó lentamente sus lentes, tapo con su mano derecha sus ojos y bajo la cabeza.
-Lo he perdido todo….-susurra aquel viejo psiquiatra que ahora en adelante estaría solo, de su mejilla cae sin aviso una lágrima solitaria-Me quitaron todo… nada tengo que perder ahora…
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Ante él estaba un hombre, unos años menor que él. De veinticinco años a lo mucho, pelo negro alisado recogido en una cola alta y ojos color esmeralda puro, el viejo detective miro al joven fijamente, mientras este jugaba entre los dedos de su mano derecha con un dado color hueso-¿Qué favor querías pedirme, Pegasus?....-le pregunta con una voz medio seductora y engañosa aquel joven de pelos negros.
-Veras Duke…-susurra el peliplateado- necesito que investigues a alguien…-le extiende una foto, que el mismo había retocado en su computadora, donde el rostro de aquel extraño individuo que identifico estaba más acercado al lente- este muchacho, no se su nombre o algo parecido, lo único que sé es que ha estado en todos los lugares donde yo he estado y donde las víctimas aparecieron, por favor…. Averigua quien este muchacho lo más pronto posible….-el pelinegro deja de jugar con su dado y toma la foto que el detective le había extendido, sonriendo con un toque seductor y burlesco miró al señor de pelo plateado.
-Te costara algunos billetes, mi querido Pegasus…-dice el joven sonriendo ampliamente.
-No importa cuánto dinero pidas, solo… dime quien es este muchacho, por favor…-el detective lo mira con una mirada de súplica.
-No me mires así Pegasus…-susurra aquel chico de cabellos negros dando vuelta sus ojos- De acuerdo, te ayudaré… además, siempre es un placer ayudar a un viejo amigo….
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¿Acaso sabes diferenciar este mundo fantasioso de la realidad dónde vives?
¿Ante tus ojos existe alguna diferencia?...
No, no la hay. Tu mente ha sido consumida por sus propios demonios desde hace muchos años, cuando tú aún conservabas lo que llamamos inocencia. Hoy tu mente no es más que un pozo sin fondo donde caes sin parar. Donde los breves momento de lucidez son aquellos rayos de sol que se escapan de entre los muros de tu mente, pero tu ser esta tan corrompido por lo misma locura que piensas que lo es realidad es un sueño nada más.
Estas encerrado. Encerrado en tu propia mente….
¿No es irónico?....
El escape de muchos, para ti se volvió tu propia prisión...
No hay vuelta atrás, esta voz que escuchas es la última luz que se ha escapado de los muros. Más sé que pronto vas a olvidarme…. Lo sé. Solo seré catalogado por ti como un sueño sin sentido de una voz de un hombre que no tiene forma alguna. Pero ¿Qué más da si me olvidas?, tu vida se ha vuelto una miserable desdicha…
¿Quién soy?......
Soy aquel que aparece cuando te miras al espejo….
Abre los ojos sorpresivamente, parpadeo varías veces y mira hacia los lados. El niño se había quedado dormido en un sofá, su demonio no estaba por su alrededor, peor juzgando por el sonido de la ducha abierta, suponía que su demonio se encontraba duchándose. ¿Qué fue esa voz?, se preguntó el niño mientras se recostaba en el sofá mirando el mismo techo. Buscando alguna respuesta a sus interrogantes, más no lo encontró. Sonríe suavemente, suelta una pequeña risa y un pensamiento que lo tranquilizo pasó por su mente, un pensamiento extraño muy extraño.
“Creo que…. He perdido la última tuerca que mantenía mi mente en equilibrio…”