Capitulo 4: Maullidos.
Bienvenido nuevamente querido lector, es un gusto verte nuevamente leyendo esto. ¿Sabes una cosa?, el maullido de los gatos llega a ser sumamente molesto, especialmente en las noches, sus maullidos suelen ser como pequeño taladros perforan dote el tímpano. He de admitir algo, a mi me gustan los gatos, son criaturas interesantes. Misteriosas para ser mas especifico. Bueno he comenzando a hablar de gatos sin motivo, mejor te sigo contado este relato antes de que te aburras.
El Demonio Sale de la ducha vistiendo una camisa de cuero de tirantes, color negro y muy pegada a su cuerpo delgado, usaba unos pantalones negros ajustados y en sus pies calzaba unas botas negras con detalles rojos. El ser busco con su mirada a su "amo", mas no lo encontró por ningún lado. Se acerco al comedor y ve que en estaba servido un plato de comida junto a un jugo, en la mesa, pegado en el borde estaba un papel. Ese papel tenia escrito la misiva:
-"Fui al colegio..."
El demonio lee esas palabras, con un aura distante y algo fría, se sienta en el comedor. Pone sus manos en modo de oración, cierra los ojos lentamente y susurra con sus labios levemente apretados:
-Muchas gracias por la comida amo...-dice fríamente, a continuación toma el cubierto que estaba al lado del plato y comienza a degustar su comida en silencio.Su única mano libre estaba apoyada en la mesa, sus uñas estaban encajadas en la mesa, dejando 4 marcas en ella, su mano seguía apretando la mesa, hasta el punto de que algunas grietas aparecieron en ella. los ojos del demonio se mostraban frío y algo macabros mientras seguía des gustando su plato.
-Amo...- susurra mientras repentinamente deja de comer, deja caer el tenedor y toma el plato- Nunca debe irse sin avisarme...-dice con una tono muy frío-...NUNCA...-tira el plato y este se estrella con fuerza en la pared, haciendo que la comida volara por todas partes.
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EL chico caminaba por las calles, A un ritmo lente y pausado. De repente siente como un escalofrío recorre toda su columna vertebral, un escalofrío tan fuerte que casi hace que cayera al suelo. Sus piernas tiemblas ferozmente, siente como su corazón comienza a latir 4 veces mas rápido, su respiración se agita y se vuelve mas angustiosa y mas mortifican te. Siente un impulso muy fuerte, ese impulso de salir corriendo de una sola vez. Después de quedarse inmóvil en la acera durante minutos.En eso, mira su anillo, aquel anillo rojo que el demonio le había dado. En un arrebato, toma el anillo y lo tira lo mas lejos posible.
Comienza a correr, a correr como un alma que escapaba de las tinieblas, corría tan fuerte como le fuera posible, corrió hasta que sus piernas le comenzaron a doler, pero aun así no se detuvo, siguió, sin titubear ni un solo segundo. Corrió hasta llegar a a la entrada de su escuela, por fin se detuvo. Cayó de rodillas frente a la entrada de su escuela, respirando a duras penas, tomaba cada bocanada de aire con desaparición y angustia. llevo su mirada a su mano y lo vio.
Ahí estaba, su anillo rojo en su dedo anular.
-Pero...-susurra totalmente sorprendido- si yo... me deshice de el- traga en seco, asustado de pies a cabeza- no puede ser... -en ese instante suena la campana, anunciando que las clases comenzaban, los alumnos comenzaron a entrar lentamente, mientras el se quedaba ahí mirando incrédulo el anillo de su dedo. Un profesor nota como el chico se quedaba sentado frente al entrada mirando al suelo (o eso creía) sin moverse, aquel profesor se acerca al pequeño.
-Niño- dice en tono firme- Parece de allí y vaya a clases- le ordena el profesor con tono autoritario, el pequeño se levanta lentamente sin mirar a su profesor y comienza a caminar hacia las puertas de su escuela, el profesor mira al chico caminar y suspira- que muchacho tan raro- susurra para si mismo, para que el chico no lo oyese, pero su intento fallo. El chico lo escucho, lo escucho perfecta mente.
Raro... esa palabra los describía, esa maldita palabra era la mayor de sus condenas, todo el mundo lo odiaba solo por ser "raro". ¿Solo por ser diferente tenían derecho a tratarlo como se les diera la gana?, ¿acaso no podía ver que el sentía?, ¿acaso no podían ver que cada insulto era como navajas para el?. ¿Acaso todo el mundo estaba ciego?. El chico suspiro, ahora no podía lamentar su suerte, ahora su vida posible-mente corría peligro.
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Ya era de tarde, las clases había acabado al fin, como siempre sus compañeros le habían dado su dosis de golpes y insultos diarios, pero ahora eso no le importaba. Se encontraba justo al frente de su propia casa, justa frente a su puerta. Sabía perfecta mente que EL estaba ahí adentro, esperándolo, lo sentía en sus huesos, estaba totalmente inmóvil en su lugar, mirando aquella puerta de madera. No tenía el valor de entrar, pero tampoco tenia el valor para enfrentar a ese demonio. Trago saliva, llevo su mano hacia la perilla de la puerta con cuidado la puso en ella, lentamente la giro. Cuando abre la puerta, lo ve, justo al final del pasillo de entrada, sentado sobre sus rodillas, el demonio. El se inclino ante el chico sonriendo de una manera burlona y fría.
-Bienvenido amo yugi- dice cortésmente pero con aire frío- ¿Como le ha ido hoy en el colegio?
-.......-El chico se queda mirándolo, entra y se quita los zapatos sin aparta la vista del demonio- Hola yami..-dice en un hilo de voz mientras camina hasta estar frente a el- ha sido tranquilo, no te preocupes...
-Amo prepare su Cena y limpie su hogar...-dice el demonio sonriendo mientras su "amo" pasa a su lado tranquila mente- por cierto amo...-dice el demonio con una extraña sonrisa- no vuelva a quitarse su anillo por favor.
El chico queda estático en su lugar, ¿como sabía que se había quitado el anillo?, ¿acaso el lo había visto?. El demonio se levanta y pone una mano en el hombro del chico, este siente como un sudor frío recorre toda su espalda, comenzando a temblar levemente. El chico cierra fuertemente los ojos y traga en seco mientras siente como el demonio se va acercando a su oreja.
-Amo...-llama esa voz fría y macabra- una cosa mas...-la mano del demonio comenzo a apretar con fuerza el hombro del chico, calvando sus largas uñas en su piel, hasta causarle una herida- nunca se vaya sin avisarme, no querrá verme enojado...¿o si?
EL chico siente como todo su cuerpo tiembla, el dolor punzante de su hombro no era nada comparado con su terror, el demonio dejo de sujetar su hombro y se fue hacia el comedor. el pequeño se quedo allí, quieto como una estatua de piedra, con todo su cuerpo temblando del miedo, su corazón estaba en su garganta y su respiración era dificultosa, sentía una enorme presión en le pecho, una gran presión.
- Amo yugi...-llama el demonio desde el comedor- venga.
-.....- el niño no responde, solo camina hasta donde se encontraba el demonio, en silencio se sentó en el comedor y comenzó a comer su cena, no se fijo ni siquiera que era, solo se concentro en comer. Estaba tan asustado, aun sentía el dolor en su hombro, la sangre que provenía de su hombro se resbalaba lentamente por su espalda. por debajo de su ropa, manchando-la. Mas ignoro eso, ahora solo quería terminar su cena en paz.
El demonio y el chico comían en un total silencio su comida, aveces su miraban a los ojos, pero solo eso. Ninguno decía nada, ninguno se atrevía a decir nada. Pero algo hizo romper el silencio entre los dos, ese algo fueron los maullidos de unos gatos, ante esos maullidos el chico frunció ligeramente el ceño. Cosa que noto el demonio casi al instante, el demonio bajo su cubierto y miro fijamente a su "amo".
-¿Por que esta molesto, amo?...-pregunta en un tono distante
-....-a primera estancia el menor no responde y solo lo mira, pero luego suspira cerrando sus ojos, al abrirlos nuevamente mira al demonio a los ojos- El maullido de los gatos me parece muy molesto.
-¿Por que?...-pregunta el demonio alzando una ceja
-Por que la noche no me dejan dormir...- dice el chico mirando al demonio- por eso tengo estas ojeras...- señala con su cubierta sus ojeras, el chico tenia una marcadas ojeras, que junto con su piel pálida, hacia que esas ojeras resaltaran bastante, dándole al chico un aspecto muy siniestro y hasta algo descuidado.
-Amo...-llama el demonio mirándolo fijamente- ¿quiere deshacerse de esos gatos?
-Seria muy feliz si esos gatos desaparecieran...-el chico con esas palabras hizo que una sonrisa se marcara en el demonio, una sonrisa que el no supo identificar, era una sonrisa entre siniestra y macabra, con un aire algo burlesco o eso le parecía al chico, el resto de la cena fue en silencio. Cuando ambos terminaron su cena, el demonio recogió los platos y fue a lavarlos, el chico se encamino en silencio hacia el baño.
EL chico al salir de la ducha, encontró encima de la tapa del baño ropa limpia para ponerse, el pequeño se torno sorprendido, pues el no recordaba haber puesto ropa ahí, ¿acaso fue yami?, se pregunto el chico mirando al ropa, era lo mas seguro, pero... ¿como pudo entrar si el tenia la puerta del baño cerrada?, y mas importante aun, ¿como pudo entrar sin que el lo notara?, el chico no quiso hacerse mas pregunta. Como dice un dicho "hay ciertas cosas que es mejor no saber nunca".
El pequeño se coloco las ropas, salio del baño y se encamino a su habitación. Antes de entrar a su cuarto, se voltea y ira la demonio que se encontraba parado en miedo de la sala, mirando a su "amo" fijamente, el chico suspira, camina hasta el demonio y lo mira a los ojos, el chico con cierto coma toma una de las manos del demonio, haciendo que este se sorprenda de sobremanera, mirando al chico con una mirada de total confusion.
-Ven..- es lo único que dice el chico, lleva al demonio hacia una puerta, que estaba justamente al lado de la puerta de su cuarto- este es tu cuarto...-dice el chico mirando al demonio, abre la puerta y ambos se encontraban frente a un cuarto gris, con solamente una cama, un armario y una me sita de noche- este cuarto era de mi abuelo- explica el chico- peor el murió hace tiempo, así que...-suelta la mano del demonio- puedes dormir aquí tranquila mente...
-.....- ahora fue el demonio quien guardo silencio, el ser entra al cuarto y se sienta en la cama, miran su amo fijamente, luego se inclina ante el- Muchas gracias amo, usted es muy amable...-dice con un tono frío y algo distante.
-Nada hay que agradecer...-el chico apaga la luz del cuarto- Buenas noches...-dudo un poco en sus palabras- buenas noches Yami-san...-dice el chico, el pequeño se aparta de la puerta y la cierra lentamente, para luego dirigirse hacia su propio cuarto para por fin descansar.
-Amo..-dice el demonio cuando el chico cierra la puerta en voz baja, el demonio sonríe de una manera particular, extraña por así decirlo, el ser se acuesta en la cama y se abraza a si misma con fuerza. Amo, usted es muy amable- dice el demonio cerrando sus ojos- por eso...- sonríe de una manera macabra- Haré TODO por usted.
El chico en su cuarto, cae en su cama, se arropa con las sabanas y queda totalmente cubierto, pero cuando cerro sus ojos el maullido de los gatos hace que abre los ojos de una, frunce su ceño y resopla molesto, esos gatos no lo iba a dejar dormir, se puse su sabana encima de la cabeza, cerro sus ojos con fuerza aun con su ceño fruncido de molestia, pasaron horas (o eso pensó) con el maullido de los gatos sonando afuera, pero de un momento a otro sin avisar, el maullido de los gatos, dejo de sonar. Hubo un profundo silencio, el chico sonrío debajo de su sabana ¡por fin podría dormir!, pensó el chico en ese instante.
La noche siguió su curso, en silencio, sin el maullido constante de los gatos, el chico se remueve entre sus sabanas, sus parados tiemblan, abre los ojos pesada-mente, tenia que ir la baño, se levanta sin ganas, sale de su cuarto y se encamina a al baño. Pero cuando ya estaba a medio camino, escucho el grito/maullido de un gato, ese maullido fue tan aguado y fuerte, que parecía un grito. El chico asustado, se dio la vuelta para ver de donde provenía ese ruido tan fuerte, un escalofrío recorrió su espalda cuando vio que la puerta del cuarto del demonio estaba abierta.
El chico trago en seco, lentamente se acerco a la puerta, abrió completa mente la puerta, se quedo paralizado frente al lumbrar de la puerta unos segundos, llevo su mano hacia el interruptor que prendía la luz del cuarto que le pertenecía al demonio, cuando prendió las luces se encontró con un escenario horrible. El demonio estaba bañado en sangre, en sus manos estaba el cuarto descuartizado de un gato negro, lo mas horrible de todo es que ese no era el único gato. alrededor del demonio había como 5 cuerpos mutilados de distintos gatos, uno que otro ojo de gato rodaba por el piso, algunos gatos estaban colgados de cabeza, con su cola martillada al pared, otros gatos tenia el estomago abierto y algunos gatos mas desafortunados habían sido incinerados.
El chico se quedo completamente frío al ver aquella escena, un liquido comenzó a correr por sus piernas, no había aguantado, se había orinado encima del miedo mismo. El pequeño temblaba mientras miraba la demonio con una cara totalmente petrificada. El demonio mira su "amo" sonriendo de una manera macabra, el demonio se levantan, lanzando lejos el cuerpo sin vida del gato que acaba de matar, el ser soltó una risita burlesca y sonrío de una manera muy perturbada.
-Amo...-dice en un tono burlesco- Usted dijo que sería muy feliz si esos gatos desaparecieran ¿cierto?...-pregunta con un tono de burla- diga me amo ¿ahora usted es feliz?, ¿¿es feliz amo?? jajajajaja- el demonio comienza a reír de una manera muy burlona y macabra mientras el niño lo miraba con temor.-jajajajajajajaAJAJAJAJAJAJAAJAJAJAJAJA!...-sigue riendo de una manera cada vez mas perturbada- ¡¡¡¡¡¿¿¿ES FELIZ AMO, DIGAME ES FELIZ, YO LE HE HECHO FELIZ???!!!!- pregunta en un grito agudo, perturbado y totalmente macabro.
¡AAAAAAAAAAAAAGH!...-el chico grita con todas su fuerzas, el demonio al escuchar el grito de su "amo" deja de reír y mira s u amo con una mirada algo sorprendido, el chico no le dio tiempo de nada, el pequeño salio corriendo de allí, fue hacia el baño y se encerró en el, el chico cayó sentado, llevo sus rodillas a su pecho y las abrazo fuertemente-...voy a morir...-susurra asusta- ...¡¡voy a morir!!- las lágrimas comienzan caer lentamente de sus ojos, sus mejillas estaban completa mente empapadas de sus lágrimas saladas, temblando en aquel rincón de su baño el chico comenzó a rezar- abuelito si estas ahí en el cielo, por favor protege me...-pide el chico a su difundo abuelo- protege me de ese demonio...
Mientras el chico pide aquello, el escucha perfecta mente como unos pasos se acercaban lentamente ala puerta del baño, su cuerpo se tensa, su ser entero comenzó a convulsionar del miedo, se abrazo aun más fuertemente a sus rodillas, llorando se aferra a las ropas que tenia puesta. El miedo consumía su alma, la herida que el mismo demonio le había hecho en le hombro, comenzó a sangra nuevamente, a pesar de que ya estaba cicatrizada, comenzó sangra nuevamente, como si apenas se le hubiese hecho.
Su alma se fue al piso, cuando pudo ver como la perilla de la puerta del baño comenzó a moverse.