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Romance Nocturno (2a parte) por giskaro

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Notas del capitulo:

 primera parte Romance Nocturno 

 

la cancion es la siguiente Horn

Romance Nocturno II

 

 

 

Siwon veía como su pequeña hija, aunque ya no tan pequeña, subía al auto que rezaba recién casados en la parte trasera y se perdía en la obscuridad de la noche  para dirigirse al lugar donde sería su luna de miel, a sus veintitrés años, su única y amada hija, se iba de su lado para comenzar su propia familia. Suspiró y entró a su casa, vio a los pocos invitados que aun estaban disfrutando de la magnifica fiesta que diera el multimillonario en honor a su hija. Pasó a lado de algunos, les dedicó una sonrisa y se fue al estacionamiento, subió a su auto y como había hecho durante los últimos veinte años, regresó a aquel bar.

 

 

 

Solo quería recordar, no, mentira, aun conservaba la esperanza de volver a verlo. Cuando repentinamente el famoso Kim Heechul desapareció de todos los medios de comunicación, Siwon creyó que tal vez ese era el momento en que al fin podría tomar valor y acercarse al artista y admitir que lo amaba, sin embargo, el artista desapareció no solo de los medios, sino también de su vida, tan inesperadamente como entró en ella.

 

 

 

Fueron cinco años,  el tiempo que mantuvieron esa extraña “no relación” a pesar de amarse mutuamente, solo observándose en silencio y hablándose con miradas, protegiéndose ambos de la cruel sociedad y haciéndose daño ellos mismos. Acudiendo cada viernes a ese lugar, pero un viernes Kim Heechul no acudió, esa noche Siwon esperó hasta que los meseros le dijeron que debía marcharse pues iban a cerrar. Regresó el día siguiente, y al siguiente a ese, y así estuvo por tres meses, yendo cada día, pero Kim nunca se presentó. Dejó de ir a aquel bar, cuando se dio cuenta que estaba descuidando a su hija y sus negocios. Sus diarias visitas a ese bar volvieron a disminuir, y regresó al habitual viernes semanal. Nunca perdió la esperanza de  volver a verlo, aun cuando los años pasaron y vio pasar el tiempo y convertirse a su pequeña en una mujer, que ahora también lo dejaba solo, más solo que nunca.

 

 

 

El gran empresario coreano, nunca se volvió a casar, nunca más se volvió a enamorar, a pesar de que las mujeres siempre lo han rodeado y mostrado sus encantos, el frío Choi Siwon, como lo catalogaba la prensa de sociedad, jamás tuvo un romance, se dedicó a los negocios y a su hija. A los 45 años, todavía poseía un cuerpo envidiable, bien estructurado, y un abdomen envidiado por hombres de 20, y un rostro  hermoso y varonil, en su cabello ya aparecían algunas canas, que no hacían otra cosa más que hacerlo parecer más atractivo, un muy guapo y deseable hombre maduro.

 

 

 

Ese noche dejó ir a su hija, para que ella formara su propia familia, tal vez pronto le daría nietos, esa misma noche se decidió a dejar ir el pasado, iría por ultima vez a aquel bar, que a lo largo de los años también había cambiado, pero que aun conservaba su esencia tranquila. Al fin diría adiós a su eterno amor, Kim Heechul.

 

 

 

Llegó cerca de las once, se dirigió a su mesa de siempre, pidió la misma bebida. Los meseros lo recibieron con una sonrisa un tanto melancólica, siempre se preguntaban la razón de la presencia del millonario en su bar, a la manera de ver de ellos, la mirada de Siwon siempre era triste y nostálgica, todo el tiempo viendo hacia la puerta esperando ver entrar a alguien que nunca llegaba. Sentían pena, la misma pena que el propio Siwon, tanto que ellos esperaban también que un día esa persona de verdad apareciera.

 

 

 

Una hora había pasado desde que el empresario llegara al lugar, al acercarse la medianoche, notó mucho movimiento de los empleados y del propio gerente, su vista recorrió el lugar, centrándose en el pequeño escenario del bar. Vio como los sonidistas preparaban micrófono y otros equipos, al parecer iba a haber una presentación, no le tomó importancia, no era raro que de vez en cuando se presentara una banda de jazz y regresó su vista a la puerta, apenas escuchó como presentaban a un cantante, no dijeron nombre, pero al parecer era alguien muy importante.

 

 

 

Una melodía empezó a sonar y la armoniosa y ronca voz de un hombre se dejó oír, un reflector iluminó el sitio donde aquel cantante interpretaba con cierta nostalgia esa melodía.

 

 

 

El viento que sopla se vuelve débil

Mis labios que están negros,

De tanto que ardieron se congelaron

Cuando una tristeza que me deja incapaz de hablar se aproxima

El dolor invisible penetra a través de mí en la obscuridad

El cielo dentro de mí, ya no puede volver a amar

Aunque espere que te quedes un poco más si te rogara

No puedo dejarte ir así

Aunque intente encontrar mis piezas perdidas

No voy a ser capaz, porque mi luz se está apagando

El cielo dentro de mí, ya no puede volver a amar

Aunque espere que te quedes un poco más si te rogara

Incluso si quisiera ser uno de tus recuerdos que duren para siempre

Estas olvidando todo ahora

Tu respiración que constantemente esta alejándose

a un lugar que no puedo alcanzar

Al final haces que mi alma que tanto ha llorado al cielo diga

Adiós

 

 

 

Las letras de esa canción, significaban mucho para el cantante, él también dejaba ir el pasado, y esa canción era su despedida, en ese lugar que era tan especial para él. Quince años atrás decidió renunciar a todo, a la fama, a su carrera, a sus amigos y sobre todo al amor. Cansado de la hipocresía y falsedad que lo rodeaba, de sentir que estar cerca del hombre que amaba era imposible solo porque ambos eran hombres, dejó todo atrás. Por ridículo que sonara, en quince años, la concepción sobre la homosexualidad aún no cambiaba, todavía eran repudiados y vistos como delincuentes, así que dejar todo atrás y convertirse en una persona invisible había sido para nada.

 

 

 

Los últimos años había vivido en América, en la soledad, retirado en una pequeña ciudad donde solo lo veían como el exótico asiático, un hombre muy bello, a menudo lo confundían con una mujer, los vecinos cercanos lo veían como un ermitaño, siempre solo, nunca recibía visitas en su casa y pocas veces salía de ella. En el interior de su casa, Heechul siempre estaba al pendiente de las noticias sobre el empresario más importante de Corea, por ese medio siempre estuvo enterado de que aquel hombre se había mantenido como el soltero más cotizado, después de su viudez, nunca se le conoció romance alguno, su vida eran prácticamente los negocios y su hija. Dos semanas antes de regresar a su país, vio la noticia de la boda de aquella jovencita, su padre había organizado la fiesta del año, y no pudo evitar derramar una lágrima cuando notó el día de la boda, un viernes.

 

 

 

Aquello significaba solo una cosa, que el viernes había pasado a ser solo un día más de la semana para aquel que dejó atrás, pero que nunca dejó de amar. Se decidió al fin a regresar a Corea, y de una vez por todas terminar con ese amor que mantenía guardado. Llegó un día antes de la boda, y le pidió al que una vez había sido su manager que le organizara un espacio para cantar en aquel bar para el día siguiente, todos estaban sorprendidos, ese pequeño lugar había sido escogido para el regreso del famoso e inolvidable Kim Heechul, así que con gran alboroto fue recibida la noticia y planeado el evento para precisamente la medianoche.

 

 

 

Lentamente subió al pequeño escenario, tanto el escenario como la zona de las mesas estaban a obscuras, la música inició, y empezó a entonar la canción que escribió para despedirse de su amor y definitivamente dejarlo ir. Se encendió el reflector que lo iluminó, volviendo aun más invisible a los espectadores, quienes al notar quien era el cantante no pudieron evitar exclamar alguna palabra por la sorpresa, cosa que solo fue por unos segundos, para después dejarse envolver por la canción y la voz de Heechul.

 

 

 

La ultima palabra de aquella canción sonó al mismo tiempo que la luz del resto del lugar se encendieron, permitiendo al cantante ver al publico, y justo su mirada viajo rápidamente a aquellas dos mesas, solo para que sus ojos se encontraran con los de la ultima persona que pensó ver ahí ese día. La canción terminó y todos hicieron una ovación de pie, porque si bien el antiguo Kim Heechul era un poco arrogante y caprichoso, nadie se atrevería a decir que era una mala persona, al contrario, sabían todo lo que él había hecho a favor de diversas obras de beneficencia y sobre todo jamás se olvidaron de él y su extraña y repentina desaparición. Fueron muchos los rumores, que si había muerto, que si se había escapado con una mujer casada, que si había sido secuestrado y asesinado, pero nadie atinó a la verdadera razón de su huida.

 

 

 

Cuando la luz cayó sobre el delgado y esbelto cuerpo de Heechul, Siwon quedó estupefacto, su corazón empezó a latir muy de prisa, un nudo se le formó en la garganta y las lagrimas se le acumularon en los ojos. El verlo aquel día no era coincidencia, no para él. Era el destino que una vez más los ponía frente a frente, una oportunidad más que le regalaban y no pensaba desperdiciarla. Lo escuchó cantar, deleitándose con su voz y su persona, sabiendo que esa canción era una despedida a aquel romance nocturno que iniciaron veinte años atrás y no iba a permitirlo.

 

 

 

Finalmente las luces se encendieron, justo cuando de los labios de Heechul pronunciaban el annyong que finalizaba la canción, sabía que buscaría la mesa, y se preparó para atrapar su mirada. Lo hizo, a pesar de la distancia, pudo percibir el temblor del cuerpo del cantante cuando sus miradas se cruzaron. Una rápida mascara apareció sobre el rostro del cantante, dibujó una sonrisa e hizo una venia al publico que aplaudía de pie, agradeció y bajó del escenario y se escondió tras bambalinas con una mano sobre el pecho, sintiendo como su corazón pereciese salírsele del cuerpo, él estaba ahí, igual que en el pasado, había acudido a la cita, ¿lo habría echo todos esos años? Heechul no sabía que pensar, nervioso se dirigió al pequeño cuarto que le habían asignado como camerino y se sentó en el sofá mirando la puerta esperando.

 

 

 

El empresario lo vio desaparecer, esperó un tiempo prudente para que el artista se tranquilizara un poco, se levantó de la mesa y fue por el pasillo que se internaba en los baños, pero antes de llegar a ellos se desvió llegando justo frente a una puerta que tenía escrito “vestidores”, puso su mano en la perilla y la giró, dentro, la persona que veía como abrían la puerta, le pareció toda una eternidad el tiempo que tomaba esa acción. Al fin la puerta se abrió y ambos hombres se vieron de cerca. Siwon entró y caminó hacia el sofá donde estaba sentado el cantante, al llegar se inclinó ligeramente y tomó entre sus manos el rostro de Heechul, haciendo que alzara la cara y se viera fijamente, aún sin pronunciar palabra unió sus labios en un beso que fue correspondido mientras de los ojos de ambos corrían lagrimas.

 

 

 

Lentamente se separaron, el empresario obligó al cantante a ponerse de pie y lo abrazó, con demasiada fuerza tal vez, pero no quería que se volviera a escapar, un par de minutos después le tomó la mano y lo jaló llevándoselo de aquel lugar. Lo llevó a su casa, Siwon vio que todavía había gente disfrutando de la fiesta, pero esta vez no le importó y ante la mirada sorprendida de todos, pasaron casi corriendo y subieron a la segunda planta, a la habitación de Siwon, donde este le hizo el amor a Heechul, y ambos haciendo el juramento de enfrentar al mundo entero para defender su amor. La única duda de Heechul fue la hija de Siwon, pero este le dijo que ella ya lo sabía, se lo confesó  años atrás y ella lo aceptó, era su padre y lo amaba tal cual era.

 

 

 

Dentro de esa habitación, por primera vez dieron rienda suelta a esos sentimientos que tenían el uno por el otro, no solo en forma carnal, fue una entrega de amor total, el mañana no importaba si estaban juntos, aunque pararon muchos años, el amor a primera vista del primer momento se convirtió en un amor tan fuerte que superaría todas las barreras que se le pusieran enfrente.


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