SAKURA
I
“Como te vi…”
EL Kioto de esa época poseía un paisaje próspero, brillante, tranquilo
Como una sublime poesía
Desde la pequeña ventana de su humilde casa, Takanori podía observar la belleza que le rodeaba
Con sus 16 años recién cumplidos, Takanori era el hijo único de una mujer trabajadora que se desempeñaba en la cosecha de arroz del lugar. La mujer lo amaba y lo consentía cada vez que podía, siempre le decía lo mucho que le recordaba a su padre, un extranjero que había muerto años atrás y del cual el chico había heredado ese bello tono de ojos cielo
Takanori sacudió su simple Kimono marrón y colocándose sus sandalias salió de la cabaña
Ese día era especial
El florecimiento de los cerezos había comenzado. Y él sabía del perfecto lugar para verlos
Se perdió entre los arboles con un fijo destino en mente
Era una bonita tarde de primavera y el ocaso se acercaba
Takanori llego entonces hasta ese lugar, el que le parecía el más hermoso
Era un sendero bordeado de Sakuras
Muchos en realidad, sonriente se metió entre los árboles, le parecían rosados mantos flotando sobre él
Cerró los ojos respirando el dulce aire, se quito el calzado y comenzó a dar giros, sintiéndose libre
El crepúsculo comenzaba a hacer bonitos colores en el cielo
Takanori se detuvo, abrió los ojos y sonrió
Ese siempre sería su lugar favorito
Se agacho a recoger sus sandalias, se hacía tarde. Penso que al siguiente día podría ir y observar como los demás celebraban el Hanami
No pudo dar ni dos pasos cuando se encontró con que alguien que le observaba firmemente
Frente a él, un hombre con un exquisito kimono negro decorado con lo que parecía ser un estilizado Dragon rojo. Su cabello de un brillante tono castaño, sus ojos dorados y expresión risueña ¿Risueña? Se pregunto. Y si…De un momento a otro el desconocido le sonreía
Takanori no tenía idea de que hacer, probablemente ese hombre le había visto. Algo de vergüenza le embargo y haciendo una reverencia pretendió continuar su camino
Claro que eso no era lo que el otro tenía pensado
Una mano grande se asió a su antebrazo justo cuando pasaba cerca de él. Volteo con la intriga y miedo en sus ojos
- No temas – le dijo
Takanori no se atrevió a contestar, a leguas se veía que ese hombre era de la clase alta por su apariencia
- Posees unos hermosos ojos – y es que había sido atrapado por ellos
Sus ojos siempre habían sido algo que llamaba la atención del que lo viese
- G…Gracias – su nivel de nerviosismo disminuyo entonces
- ¡Discúlpame!- le soltó - Me llamo Takashima, Takashima Kouyou – el alto joven se presento con una reverencia y Takanori lo imito segundos después
- Matsumoto… Takanori
- ¿Vives por aquí?
- Si…
- Deberías ir a casa ya, se hace tarde y estoy por aquí buscando a un prisionero de guerra que ha escapado de custodia, tus padres deben estar preocupados
El ojiazul lo observo al rostro entonces y noto que un hermoso juego de espadas estaba sujeto a su cintura
- Mi padre murió, mi madre debería llegar pronto, tendré cuidado – se despidió como debía y al fin pudo retomar el camino a casa
Lo que el jovencito no noto fue que aquel guerrero lo seguía con la vista en cada paso
*
Taka se apuro, el ocaso caía rápido y la luz se volvía escasa, diviso al fin su casa y corrió, se podía ver el humo del fuego salir, su madre había llegado ya
Más al entrar, lo que Takanori encontró no fue lo que se espero
Un desconocido comía lo que supuso su madre había traído para él, y ella, ella se desangraba a un lado. El desconocido entonces lo noto, el sujeto traía una cinta cubriendo parte de su rostro, por debajo de sus ojos, ojos que se asemejaban a los de una fiera
- Hu… - se escucho el ultimo quejido de su moribunda madre – Huye…
El asesino elevo una tétrica sonrisa y sujeto su arma
Takanori no tuvo tiempo ni siquiera de dejar correr lágrima alguna, retrocedió los pasos que dio dentro de la vivienda y hecho a correr
Su corazón latía con rapidez mientras corría entre los arbustos, podía escuchar claramente los pasos tras él hasta que…ya no
Volteo y no vio a nadie, se detuvo y trato de recuperar el aliento perdido, miro a su alrededor
- Eres muy escurridizo ¿eh?
El asesino lo apresó desde atrás
- Eres suave… - murmuro pasando sus dedos por su mejilla – Me pregunto cómo será el resto de tu cuerpo – se relamió los labios y deslizo una mano por su costado
No, eso no. Y con las fuerzas que pudo se libero y volvió a correr
Más unos metros más adelante alguien sujeto su cuerpo. Se revolvió iba a gritar pero taparon su boca
Una gruesa pero suave y rasposa voz le susurro que no temiese
Al abrir los ojos los vio entonces, un pelinegro de larga cabellera empuñaba una espada con sus oscuros ojos fijos en algún punto
Y al alzar la vista
El que le aferraba era él…El Samurai que había visto antes
Takashima esbozo una suave y triste sonrisa
- Siento llegar tarde… - musito bajito
Kouyou y Yuu, su compañero, habían llegado unos minutos antes a la casa de Takanori debido al rastro del prófugo que buscaban encontrándose con la mórbida escena
Takanori acepto quedarse ahí mientras los dos se alejaban en la dirección de la que el huía. Se sentó recostado a un árbol y al fin pudo llorar, abrazado a sus rodillas
Su madre…
Minutos después escucho un grito que le altero, no lo identifico
Y luego fue la mano de Takashima la que se ofreció a ayudarle a ponerse en pie. Limpio sus lágrimas
Takanori camino a su lado, detrás venia el otro, no quiso preguntar porque si habían ido a capturar a ese hombre no iba con ellos, no lo hizo al percatarse de que el pelinegro llevaba un saco pequeño del que se podían apreciar pequeñas gotitas oscuras cayendo
Durante el trayecto, el jovencito se fue haciendo a la idea de que ahora estaba solo, pues no tenía a más familia a la que recurrir. Siempre había estado con su madre
¿Qué haría?
*
Era una gran casa, hermosa tanto como por fuera como por dentro. Esa fue la opinión de Takanori acerca de la casa a la que el ojimiel le llevo
Kouyou, como había pedido que le llamase, le indico que se podía quedar allí y que el volvería después. Una mujer le llevo a la habitación en la que se quedaría y le dijo que la comida estaría lista cuando su hermano llegase. Si, era la hermana mayor de Takashima
- Mi hermano me conto, antes de irse, lo que ocurrió – le hablo suave
- No...No es necesario que me den alojo yo…yo puedo arreglármelas solo, no necesito la lást-
- Tranquilo – la mujer se acerco y acaricio su cabeza – A pesar de que mi hermano se siente culpable, no es lástima. El es una personas muy amable además Takanori ¿Tienes a alguien más?
Su silencio fue toda la respuesta que obtuvo la castaña. Se retiro de la habitación sin antes decirle que lo llamaría para cenar
Takanori lo dudo, no tenia apetito para nada
Se acurruco sobre el futon y cerró los ojos, se sentía tan exhausto y su pecho dolía tanto
*
- Yuu-kun – llamo Kouyou y el pelinegro se giro a él – No deberías mostrarle esa faceta a Kai, sabes que te lastimara, siempre lo hace
- Y tu deberías de dejar de decir esas cosas tan a la ligera –increpo
Kouyou frunció los labios
- Lo digo por tu bien, sabes que no tengo ningún problema en cuanto a tu “gusto”, soy tu primo y sobre todo tu amigo y hablo en serio cuando digo que Kai no te hace ningún bien. Él ni siquiera te-
- ¡Lo sé! Lo…sé…
Kouyou observo como su amigo se fue en busca de aquel que constantemente hería su corazón, se pregunto cuánto más podría aguantar Yuu
Se resigno a seguir su camino luego de haber cumplido con el deber
Y se maldijo mentalmente por no haber llegado a tiempo y evitarle aquella tristeza a ese chico
Ese chico de hermosa mirada
Una mirada ahora muy diferente a la que detallo cuando le vio alegre entre los cerezos
Y era su culpa…
Se mordió el labio y se apresuro a llegar a su hogar, su hermana no estaría por mucho más
*
Shiroyama Yuu observo como aquel pelinegro de cautivadora sonrisa encantaba a una jovencita que sonrojada a su lado asentía a lo que decía
- ¡Oye Aoi! – lo llamo Tora, uno de sus conocidos, prácticamente un amigo también
Y el grito del tigre Samurai fue lo que aviso a Kai de la presencia del pelilargo
Yuu no se quiso volver a verlo y fue hasta donde su amigo bebía acompañado de otros dos. Miyavi y Saga. Ishihara Takamasa y Sakamoto Takashi respectivamente
- Amano-kun - se sentó a su lado
- ¡Dime Shinji! – exclamo contento, tal vez por el alcohol
Yuu sonrió y recibió el vaso que le pasaban
Minutos después podía sentir esa insistente mirada quemándole la nuca
Se despidió de los chicos y salió del establecimiento
Se metió entre los árboles y se recostó en uno. La noche estaba particularmente llena de estrellas. Muy bonita
Se volteo hasta dejar su frente contra la madera y luego sintió esas manos recorrer su cuerpo
- Yuu – la voz de Kai acaricio sus oídos
Kai lo hizo girarse, con algo de brusquedad, para así con más facilidad capturar su boca
Un apasionado beso
Y así Yuu cayó una vez más ante él, pero se juro a sí mismo no dejar que lo menospreciaran más
No él
A quien amaba
Él…
CONTINUARA
-Grezz-