POV Joahn
Cada día siempre recorría el mismo camino, la misma calle, observaba las mismas paredes, pero ahora era diferente, a pesar de que era el mismo lugar era diferente. La calle estaba obscura, totalmente solo algunos faroles iluminaban pero levemente, solo se podían ver las sombras de las formas que se encontraban en ese lugar. De repente sentí la mirada de alguien clavada en mi, voltee, no vi nada, aún así no me detuve y camine mas rápido, por alguna razón mi desesperación crecía a cada paso. Cuando estuve a punto de correr unos brazos largos y fuertes, me introdujeron a una callejuela.
-Pero que demo…mmh- Esos brazos me azotaron contra la pared- Aghh!
Ahora podía ver la silueta enfrente de mi, era un muchacho alto, al parecer con ojos marrón, lo supuse por que la poca luz que iluminaba y se reflejaba en sus ojos. Eran hermosos. Estaba a punto de hablar cuando el anticipo mis movimientos y me tapo la boca.
-Shh! No hables…No grites…si no quieres que te pase algo…Enten Aghh!-
Le patee la espinilla pero me sorprendió que no soltó su agarre. Lo siguiente que paso fue que puso su pierna entre las mías, rozando mi ingle.
-Mmmh!- ¿Qué es lo que quería? ¿Por qué a mi? Cerró los ojos, no quería ver lo que me iba a hacer, sentí como me quitaba la mano de mi boca cambiándola por uno de sus dedos, que después empezaban a acariciar mis labios. Sentía que temblaba.
-Tranquilo, no te voy a hacer daño- Se empezó a acariciar a mis labios. ¿Me iba a besar? Entonces reaccione.
-NOO!! No quiero!! Suéltame!! Déjame!! Auxilio!!- El sujeto que estaba en frente de mi se alejo y me iba a golpear, pero se detuvo.
-No grites!! Por favor no te quiero hacerte daño...- fue interrumpido por el grito de otra persona.
-¿¿Estas bien?? ¿¿Donde estas??- sonaba preocupado, el joven que estaba enfrente agachó la cabeza al darse cuenta que no iba a lograr lo que quería, se alejó unos dos pasos de mi, yo aún seguía pegado a la pared asimilando todo lo que pasó y estaba pasando, entonces hablo.
-¿Quieres irte? Bien....Lárgate! Pero yo se que no me vas a olvidar... sonará algo poético pero... No me podrás olvidar a mi...No a mi... No a Romeo-se iba alejando cada vez mas- No me olvidaras Joahn...- y desapareció entre las sombras de la obscuridad, lo último que dijo me dejó perplejo...¿sabía mi nombre? Como es posible eso...Mis piernas se doblaron, mi cuerpo empezó a temblar... Me sentí sólo... Como si me faltará algo. Me abrace a mi mismo, no entendía nada. ¿Ese muchacho me izo algo? ¿Sera verdad que no podré olvidarlo? Pues al parecer a mi cuerpo si le hace falta. No sentí cuando mis lágrimas salieron. Me levanté ya más calmado y salí de esa callejuela.
Camine lo más rápido a mi casa. Cuando llegue me acosté en mi cama y por alguna razón empecé a llorar, me acurruque y me quedé dormido. Al día siguiente en la mañana cuando el despertador izo que abriera los ojos, me sentí mal emocionalmente. Romeo. Ese nombre no dejaba de darme vueltas en la cabeza. Me levanté y dirigí al baño y en mi cara se notaba que había llorado hasta muy tarde. Me di una ducha, deje que el agua, relajara mis músculos y disfrutará del masaje que me proporcionaba el agua. Mi mente recordaba lo acontecido ayer y podía recordar esos ojos tan penetrantes que tenía y esos labios delgados y gruesos que necesitaban ser besados urgentemente, no me di cuenta pero la parte baja de mi cuerpo empezó a reaccionar al recordarlo. No tuve otra opción mas que ayudarme solito a bajar la erección. Mientras movía mi mano alrededor de mi miembro, mi mente empezó a jugar sucio, me imaginaba que era el, que era su mano, me imaginaba sus manos recorriendo mi cuerpo, acariciándolo, sentir sus labios en mi piel, mi mano se empezó a mover más rápido, más frenética, ha iba a llegar al orgasmo, cuando eyacule de mi boca salió el nombre de ese joven acompañando la a ola de placer que recorrió mi cuerpo, sentí una explosión eléctrica en cada poro de mi piel.
-Ahh...Por que dije su nombre... No lo entiendo...- Después de ese pequeño inconveniente me di una última lavada corporal. Salí, seque mi cuerpo y empecé a vestirme. Iba a ir a mi trabajo caminando, aún tenía mucho tiempo. Compre un café y me dirigí a mi oficina.
Tuve un día de trabajo normal, bueno como siempre Darían me saludaba con esa sonrisa que enamora a cualquiera... Aunque a mi era al único que se la enseñaba, solo a mi. El era muy atento conmigo y yo lo apreciaba demasiado nuestra amistad era única, incluso había rumores sobre nosotros. Fue la hora de la salida y el se despidió de mi con un beso en la mejilla.
- Perdón, pero necesitaba hacerlo- me sonríe y se despide- Adiós! Nos vemos luego!- extiende su mano y me sonríe otra vez.
-Adiós! Te quiero!- me despedí. alzando mi mano y dándole una de mis mejores sonrisas. Es posible que si Romeo no se hubiera cruzado en mi camino creo que me enamoraría muy fácil de Darían. Aún era temprano y quería verlo otra vez, decidí que esta vez me enfrentaría a el.
Espere hasta que anocheciera cuando cheque mi reloj marcaban la misma hora de ayer. 12:24. Me puse de pie y recorrí la misma calle, todo era igual, era exactamente igual que ayer. Visualice la callejuela de ayer. Me acerque seguro. Cuando me asomé alguien me empujó.
¿Sera el?