¡Voy a ver a mamá y a conocer a mi hermanito” !
Era todo lo que se puede escuchar en la casa de la familia Wu a las 8 de la mañana, junto con los saltos del pequeño Jongin en la cama de sus progenitores, intentando despertar a la única persona que está durmiendo ahí. El niño en cuestión tiene 5 años y unos cuantos meses.
Logra despertar al gigante de 31 primaveras que se incorpora y lo abraza, haciéndole cosquillas. Solo una cosa cabe en su mente, la misma que aclama el pequeño...
“Hoy veré a mi esposo y conoceré a mi hijo”.
El esposo en cuestión figura en el registro civil como Park Chanyeol. Tiene 29 años y nació con el denominado “ Síndrome del doncel ”, o sea, que es un hombre con la capacidad de embarazarse.
Él y su amado Kris, como le gusta llamar a Wufan, se conocieron en la universidad. Llevaban 7 meses de relación cuando Chanyeol empezó a sentir los típicos síntomas, vómitos, mareos, cosas.
Wufan se siente mal. Y no le duele ni el estómago ni la cabeza como es usual en la gente, simplemente se siente mal por no haber estado durante la cesárea, aunque el propio Chanyeol le pidió que no lo hiciera, que él estaría bien, que "Alguien tiene que cuidar a Jonginnie, no puede estar en el hospital toda la noche " se excusaba.
Tostadas con huevos revueltos y jugo de naranja. Un desayuno rápido y sencillo que degustan en cinco minutos, no pueden tardar mucho, “Channie omma nos espera y no quiero que lleguemos tarde ” según las propias palabras de Jongin, que se cambia de ropa en un dos por tres.
El niño lleva 10 rosas de papel crepé color mantequilla con tallos hechos de brochetas pintadas de verde, atadas por una cinta de organza en el color de las flores. Sabe que a Chanyeol no le gustan las flores naturales ya que atraen a los insectos, pero que por el contrario le gustan bastante las flores de papel.
Él le enseñó a hacerlas.
Tras 30 minutos en auto y muchos, muchos autos de colores contados y 93 elefantes balanceándose sobre la tela de la araña, llegan al hospital y Wufan se acerca a la recepcionista, la cual ni siquiera lo deja hablar - Ahora está en otra habitación, 2 plantas más arriba, habitación 67. Ha estado viendo la hora esperando a que vengan desde que despertó, no se calla - escucha a la mujer ya mayor seguida de una pequeña risa, y en un parpadeo ya están en el elevador.
Y como es de esperarse, Jongin no se calla. Llegan a la planta en cuestión y salen, el padre caminando tranquilamente mirando cada puerta, el hijo corriendo por todos lados arreglando las flores de papel. “ 67” puede leerse en una de las puertas. El niño extiende sus bracitos hasta poder tocar la perilla de bronce, la gira hacia la izquierda y empujando.
Un segundo, solo un mísero suspiro, apenas un abrir y cerrar de ojos y el ramo de papel ya está tirado en un sofá en la esquina mientras el pequeño Jongin corre junto a su "mamá" en silla de ruedas que tiene un pequeño bebé que bebe leche de un biberón envuelto en una manta en sus brazos.
¿Y qué hace Wufan?
Está ahí, olvidado. Entra y recoge el ramo de papel, para luego ir junto a su familia, su familia que acaba de crecer. Besa castamente a su amado esposo y deposita las flores en sus brazos, levantando a su hijo recién nacido que acaba de dormirse.
- Jonginnie, él es tu hermanito SeHun
De inmediato Jongin empieza a dar saltitos queriendo tomar a su hermanito, bajo la negativa de su padre que dice que es peligroso. Al final ambos menores se duermen, Jongin en un sillón, y SeHun se lo lleva una enfermera para volver a dejarlo en la sala de maternidad.
Wufan levanta a Kris en brazos como a una princesa, su princesa, y se sienta en la silla de ruedas, depositando a su amado sobre su regazo.
- Ahora que ya nació SeHun somos cuatro - susurra el menor queriendo hablar más pero es callado por los besos del más alto.
- Somos cuatro, amor... Pero somos uno. Somos una familia .
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