La música sonaba por todo el lugar, las luces creaban el ambiente perfecto para un sábado en la noche, gente bailando y provocándose entre sí; era el club más exclusivo de la ciudad y no había noche alguna en la Minho faltara, la razón? Simple, Taemin, aquel chico de cabellera roja, alto y delgado, que llegaba cada noche sin falta, moviendo su cuerpo de manera sensual al compás de la música.
Desde el momento en que Minho vio a Taemin en aquel club, con su actitud rebelde y salvaje, no pudo sacárselo de la mente, comenzó a frecuentar el lugar con la esperanza de encontrárselo otra vez y así fue. Nunca había hablado con él, sabía su nombre por oído y solo se limitaba a verlo bailar, no se atrevía a acercársele, ya que otros lo habían intentado y no les había ido bien. Por más que a veces se dedicaran una que otra mirada, el pelirrojo estaba a otro nivel; podría decirse que era el rey de aquel club y claro, tenía sus reglas:
*Puedes mirarme, puedes desearme, pero NO PUEDES tocarme…*
Regla que nadie se atrevía a romper, y Minho no era la excepción.
Una noche no asistió a aquel club debido a un problema familiar, y por más quisiera ver a su hermoso Taemin, no podría zafarse, debido a este problema Minho estuvo dos noches fuera. Con pesar llego finalmente a su casa, realmente necesitaba ver al pelirrojo, verlo bailar, ver su rostro, su cuerpo, nunca había faltado durante tres meses seguidos, solo se fue a dormir esperando verlo al día siguiente.
Así fue al club ala noche siguiente, más no vio a Taemin, confundido echó un vistazo al lugar, por si andaba por ahí, cuando llego a la barra sintió la presencia de alguien detrás suyo. Al darse la vuelta se encontró cara a cara con él.
-¡Porque faltaste! – le dijo completamente enojado al confundido de Minho
-¿Ah?
-Como te atreves a faltar así de repente, ¡no puedes hacerlo! – le dijo formando un leve puchero – ¡no puedes dejar de venir a verme!
Entonces Minho comenzó a entender lo que ocurría, acaso era posible que el pelirrojo se hubiera fijado en él, ¿realmente había notado su ausencia?
-¿Eso piensas? – dijo sonriendo de lado con la intención de provocarlo – por si no lo sabes a mí nadie me dice que hacer, además tengo cosas más imp… -
Pero antes de que terminara de hablar sus labios fueron atrapados por los del menor, quien los estaba prácticamente devorando, Minho no tardo en corresponder, sujetando las caderas de Taemin, se besaban frenéticamente, el pelirrojo mordió levemente los labios del mayor, quien los abrió , dándole paso a la lengua de este, que ahora saboreaba cada rincón de su cavidad, entrelazando con la del pelinegro, empezando una batalla por quien tiene el control, finalmente tuvieron que separarse por falta de oxígeno, ambos estaban agitados debido al salvaje y pasional beso de segundos atrás. Antes de que Minho dijera algo hablo el menor.
-Que te quede claro Choi Minho, no puedes faltar, no puedes dejar de verme – dijo más calmado pero siempre desafiante
-Está bien – dijo un Minho sonriente para luego tomarlo de la cintura y besarlo nuevamente, un beso suave, Taemin solo lo miro, podría decirse levemente ¿sonrojado?, pero rápidamente volvió a su actitud de chico rebelde, se acercó provocativamente a este y le susurro en el oído – ¿Bailamos? – lo que provoco un escalofrió en el mayor.
-¿Que paso con eso de No puedes tocarme?
-Tú eres la excepción. – y dicho esto lo llevo a la pista de baile.
Una vez allí comenzaron un sensual baile, en donde no dejaban de provocarse el uno al otro, Taemin restregaba su cuerpo contra el de Minho y este acariciaba su espalda e incluso su trasero. Una vez más comenzaron un beso totalmente apasionado, en donde intentaban devorarse el uno al otro, toda esta situación los estaba poniendo bastante calientes, sin mencionar que sus “amigos” estaban despertando. Sin poder más, Minho tomo a Taemin de la mano y lo llevo a su auto, lo beso una última vez y comenzó a conducir hacia su apartamento. En el trayecto solo hubo silencio (nada incomodo de hecho) seguido de miradas de lujuria y deseo.
Al llegar no perdieron tiempo y entre besos y caricias llegaron al apartamento, ya dentro el beso se volvió desenfrenado, mientras llegaban a la cama a tientas Minho comenzó a quitarle la polera a Taemin, mientras besaba su cuello, una vez se la quitó pudo observar el fino y blanco torso del pelirrojo, su piel era tan suave y perfecta, lo empujo a la cama y comenzó a besar, lamer y morder cada centímetro de su piel, dejando marcas que indicaran que era suyo, comenzó a lamer uno de sus pezones mientras con su mano acariciaba el otro, Taemin no dejaba de gemir debido al placer que le estaba provocando el mayor, mas antes de que este hiciera algo más, invirtió posiciones, quedando ahora sobre él.
-No creas que soy “sumiso” – dijo con una sonrisa un poco malévola, mientras comenzaba a mover sus caderas, rozando el miembro de Minho.
-Ahh! – el pelinegro soltó un sonoro gemido ante aquel roce.
Taemin le quito rápidamente la camisa y comenzó a lamer su cuello, mientras con sus manos recorría el bien formado torso del pelinegro, sin dejar de mover sus caderas, tras dejar una visible marca en su cuello comenzó a estimular sus pezones. Ambos ya estaban muy excitados y sus miembros totalmente despiertos, sin esperar más el menor quito el pantalón de Minho liberando un poco el gran bulto de este, comenzó a acariciarlo por sobre la tela lentamente, quería torturarlo, Minho solo gemía de placer, pero comenzó a impacientarse.
-Ya hazlo Tae! – casi le rogo, el menor sonrió, se deshizo de la en esos momentos molesta prenda y comenzó a masturbar su miembro, lo hacía a un ritmo rápido, mientras el pelinegro se retorcía de placer.
-AHH! TAE…! – no pudo evitar soltar un enorme gemido al sentir la boca de Taemin, este subía y bajaba, lamiendo su miembro desde la base hasta la punta, introduciéndoselo casi entero en la boca, al cabo de un rato Minho no pudo soportarlo y se corrió en su boca, el menor se acercó para besarlo nuevamente, el mayor aprovechó de tomarlo por la cintura y lo puso bajo él.
-Ahora es mi turno – dijo con lujuria, el pelirrojo solo asintió, rápidamente se deshizo de su pantalón y su bóxer a la vez, liberando su erguido miembro y sin pensárselo dos veces selo introdujo en la boca, mientras que sus manos jugaban con sus testículos, Tae agarro su cabeza indicándole el ritmo que quería, luego de unos segundos podían escucharse sus gemidos mientras el mayor continuaba con su trabajo.
-Minho! Me v-veng… - y antes de poder decirlo se corrió en su boca, este lo trago todo lamiendo los restos que quedaron con su lengua. Se acercó al pelirrojo buscando nuevamente contacto con sus adictivos labios, luego de un apasionado beso le mostró tres dedos, el menor comenzó a lamerlos enseguida, de manera jodidamente sensual, de solo verlo Minho ya se había puesto completamente duro otra vez, saco los dedos de la boca de Tae y los llevo a su entrada, la acaricio suavemente por fuera y metió el primer dedo.
-Mmh.. – un leve quejido salió de la boca del menor, comenzó a besarlo suavemente para distraerlo, luego de hacer algunos movimientos introdujo el segundo y así mismo luego el tercero, haciendo movimientos circulares, luego de un rato quito sus dedos y sin pensarlo dos veces penetro a Taemin de una.
-AAHH..! – ambos soltaron un fuerte gemido, uno por la estreches que sentía envolver su miembro y el otro por una mezcla de placer y dolor, el mayor comenzó a besar a Taemin hasta que se acostumbrara pero este comenzó a mover sus caderas casi enseguida, dándole al pelinegro permiso de moverse.
Las embestidas de Minho eran salvajes, a cada segundo aumentaba la intensidad, una sinfonía de gemidos se escuchaba en aquella habitación debido a que ambos estaban al máximo.
-AAAH! Mmm.. ahí Minho! – había encontrado el punto de Taemin , así que comenzó a dar fuertes estocadas dirigidas a ese punto, unas cuantas estocadas más y comenzó a sentir un leve cosquilleo, como pudo beso al menor mientras lo embestía y comenzaba a masturbar su miembro al ritmo de estas. Un poco más y Tae se corrió entre sus vientres, y el mayor en su interior.
Luego de recuperar algo de oxígeno, con cuidado salió de su interior y se tumbó a su lado jadeando, de pronto el pelirrojo se levantó y se puso sobre Minho, este lo miro confundido.
-Esto aún no acaba – Minho solo sonrió y comenzaron otro necesitado beso, Tae llevo uno de sus dedos a la entrada del mayor, lubricándolo con los restos de semen que había, lo introdujo de una, el pelinegro no pudo evitar quejarse debido al dolor, y a la sorpresa, más lo aguanto, así introdujo el segundo y luego el tercero, Minho ya no sentía molestia, es más lo estaba disfrutando. El menor quitó sus dedos, y lo penetro de una estocada, haciendo que el pelinegro soltara un grito de dolor. Comenzó a besar su cuello y acariciar sus pezones mientras se acostumbraba.
Basto un leve movimiento por parte de Minho y las fuertes estocadas se hicieron presentes, rápidas, salvajes, al mayor le dolía, pero era mucho más el placer que sentía, ya luego solo era placer el que le provocaban las embestidas del pelirrojo.
El pelinegro solo gemía sin poder controlarlo, estaban aún más sudados y aquella habitación era un verdadero infierno, se besaron nuevamente aunque de manera errática debido las rápidas embestidas, sus gemidos se ahogaban entre besos, pronto Taemin encontró el punto sensible de Minho, haciéndolo gritar de placer, dio unas cuantas estocadas y este llego a su orgasmo, seguido del menor unos segundos después.
Ahora si tae callo agotado, ambos agitados, al lado de Minho, se miraron unos segundo y el pelinegro hablo.
-¿Tenías que ser un salvaje? – dijo haciendo una leve mueca de disgusto puesto que de seguro mañana no podría caminar, mas a Tae le causo mucha gracia y empezó a reír.
-¿Qué pasa? Me vas a decir que no te gusto – dijo con una sonrisa pícara, pero el mayor de pronto se puso serio.
-¿Porque ahora? –
-Sabes, la primera vez que te vi me llamaste mucho la atención, eras tan diferente, te quedaste lejos viéndome bailar, sin hacer nada, luego de ese día quería volver a verte y comencé a ir cada día esperando encontrarte, me gustaba verte ahí cada día, por mí, que me vieras cada noche, yo bailaba solo para ti, entonces llegue ese día y no te vi, me asuste, y fui al día siguiente esperando que estuvieras ahí, como no fue así pensé que tal vez te habías aburridos de verme, que habías encontrado algo mejor y ya no volverías . – De pronto la cara del menor se puso roja, se veía tan tierno a los ojos de Minho, nunca había visto esa faceta de Taemin – Minho, yo… me enamore de ti.
Al escuchar estas palabras quedo en shock, ¿era enserio? Aquel hermoso y sexy chico por el que todo el mundo se moría, por el que iba cada noche, solo para ver su hermoso rostro una vez más, ¿estaba enamorado de él? Una enorme felicidad invadió su pecho de pronto, mas Tae al ver que no le respondía, se sintió horrible, pensado que para el mayor era solo una noche más, solo sexo, se sintió de lo más patético por haberse mostrado tan débil ante él, estaba decidido a marcharse cuando unos brazos lo rodearon con fuerza y unos labios se apoderaron de los suyos, no con lujuria y deseo como antes, sino de una manera tierna, que el menor correspondió enseguida, un beso en el que se mostraban todos aquellos sentimientos que se tenían el uno al otro, no había prisas ni otro intención que mostrarse el amor que sentían, cuando se separaron Minho abrazo más fuerza al hermoso chico que tenía entre sus brazos y le dijo.
-Te amo Lee Taemin, amo a este chico rebelde y demasiado adorable – al escuchar esto no pudo evitar sonreír, lo abrazo con todos sus fuerzas y lo beso otra vez.
-Eres un idiota-
-¿Qué? Porque! – dijo dramatizando ponía cara triste
-Por hacerme creer por un momento que solo era un juego para ti- dijo haciendo un puchero demasiado irresistible, que Minho beso enseguida.
-¿Porque pensaste eso? Tu nunca serás un juego para y mi, luego de esto nunca te dejare. Ahora eres mío- dijo mientras sonreía.
-De todas formas te castigare- sonrió malévolamente- no dejare que me toque en una semana.
-Que estás diciendo…- y se acercó a besarlo más el pelirrojo se parto rápidamente con cara de burla, la cara de Minho ahora era de preocupación- ¿hablas enserio?
-Mmm… tal vez si me lo compensas – se acercó provocativamente a Minho.
-Hare lo que sea – dijo con una sonrisa picara
-Entonces…prepárame un baño caliente, masajéame los pies, hazme una cena deliciosa y también…
-Ya! Eres un abusador – dicho esto salió corriendo tras Taemin, su pequeño rebelde.
Así empezó una hermosa relación, ambos eran completamente felices, se amaban nada cambiaria eso. Minho nunca dejaría de agradecer haber faltado esos dos días a causa del ya no tan estúpido problema familiar, ya que le habían cambiado la vida.