Un reto muy peligroso.
27/01/****
“Hola mi querido diario, hoy me siento inmensamente feliz, lo volví a ver lo puedes creer, lo vi otra vez parece el destino, estoy que muero de dicha, me sonrió, no puedo más que suspirar cada vez que veo esos rojizos cabellos despeinados, esa piel lozana y clara, esa radiante sonrisa, su andar, y hasta su obsesión por andar fumando a toda hora es condenadamente sexi, pero también me siento triste sumamente triste, volví a gritarle es que seré idiota…..”
Y así continuaba una serie de auto insultos dirigidos al escritor de dicho cuadernillo, reconocía la letra, después de todo conocía a la persona en cuestión desde kínder, habían aprendido a escribir juntos, aunque este no podía recordarlo, no al menos su yo de niño, era un poco frustrante, salto las páginas hasta que vio su nombre en una de ellas.
13/05/****
“Matt será imbécil, como es que deja a ese pedazo de zorra colgársele al hombro….” Y más insultos dirigidos a su persona, recordaba ese día había perdido una apuesta con la muchacha y su castigo era una cita con ella, le dejo muy claro su molestia y cuan desagradable le parecía cumplir ese castigo, que muy bien nombrado estaba pues para el muchacho fue un autentico suplicio, pero había algo bueno de haber pasado tal penuria, su adoración se había puesto celoso al extremo de llenar diez hojas de insultos y se mostraban claramente manchones de tinta diluida por lagrimas.
Continuo en su intromisión a la vida privada, bueno ni que pudiera quejarse, uno no deja un diario en medio de un jardín de flores si no quieren que lo lean, pero le inquietaba que aun no regresara por aquel empastado, de seguro se lo había dejado sin querer, después de todo la razón de que lo haya encontrado es por haberlo seguido, le pareció gracioso que fumaran la misma marca de cigarrillo y mas al verlo con uno en la boca en lugar de su tan bien amado chocolate. Decidió ver la entrada de ese día, tal vez sabría el porqué de todo eso.
15/07/****
“Hoy en la mañana lo vi, fumando como siempre, y me pregunte cuantos años voy ya escribiendo sobre la misma persona en mi diario, se que el doctor me dijo que sería bueno llevar uno para guardar lo más importante de mis recuerdo en el, solo por si acaso pero esto es excesivo……”- la letra por el final se volvía ininteligible, tal vez porque se había dormido y luego volvía pero de una manera distinta de escribir y también la caligrafía cambio
“Me parece tonto escribir en un diario, pero al leer lo del doctor me intrigue, de porque yo haría tal cursilería, explico que me parece estúpido y una completa insensatez por decirlo en palabras bonitas, no me había dado cuenta antes, pero al parecer de todo lo que leí, tengo dos personalidades, así que te escribo a ti, niñito cursi con ojos de corazones por aquel imbécil perro, porque es lo que es un simple perro, ni siquiera lo veo como una mascota, en fin parece que te gusta, entiendo que no quieras que lo mate y todo, pero eres tan cursi hasta el punto de querer hacerme vomitar, ah y me importa muy poco quien te guste, es tu maldito problema, pero no olvides que este también es mi cuerpo ni se te ocurra besarlo, que te aseguro que yo y mi fiel amiga nos encargaremos de convertirlo en un lindo colador, no me importa si eres tu el que lo besa igual lo hare tenlo en mente. Mello”
Mello, pero que rayos, era verdad lo que estaba leyendo, estaba seguro que su nombre era Maihel entonces porque se llamaba así mismo Mello. Solo podía pensar en sacar tres cosas en claro de ese diario, que ya era su tercera vez de leerlo al completo, y que su dueño no regresara por él, en fin eran las siguientes:
Primero, el accidente que habían tenido de niños, había lesionado no solo su cabeza sino que lo había afectado psicológicamente como para que tuviera dos personalidades
Segundo, que Maihel estaba completa y totalmente perdido por sus rojizos cabellos, que al parecer era lo que más le gustaba, no paraba de escribir de ellos
Tercero, que él solo había conocido a Mello y se había perdido del otro, y lo peor de este punto era que se había enamorado del grosero muchacho de melena rubia, algo mas traumatizante es que el lado obsesivo de Maihel le parecía lindo y también se había enamorado
En conclusión, estaba total y perdida mente enamorado del moreno de cabellos dorados y mirada asesina, que al mismo tiempo lo amaba y le parecía indiferente, así que lo obvio que haría sería enamorar a Mello y hacerlo suyo al completo, tendría a dos por uno, un dulce y tierno niño y a un hombre sumamente cruel y peligroso, probablemente otro se hubiera alejado al saber de esto, y por el principal hecho de que ambos son hombres, pero él estaba igual o más loco como para rendirse ante las adversidades.
-Matt ¿Qué?, ¡ese es mi diario! ¿qué haces con el?- dijo con una tímida voz que parecía un susurro lanzado al viento más que una pregunta dirigida a el
-Maihel, también me gustas- el otro se quedo congelado y lloro silenciosamente con una dulce sonrisa en el rostro que lentamente se convirtió en una sádica y diabólica
-Pues a mí no, y ya devuelve ese condenado trozo de papel si no quieres convertirte en coladera-
-¡oh! Mello, antes puedo preguntarte algo-
-ya lo estás haciendo idiota
-sabes que no me refiero a eso
-no jodas, has tu maldita pregunta y devuélveme ese condenado diario
-¿por qué estabas fumando la misma marca de cigarrillo que yo?
-no lo sé, pregúntaselo al otro
-el no lo sabe, solo lo sabes tú Mello
-¿por qué tanta seguridad?
-Maihel no sabe fumar, en la escuela media lo intentaron obligar y casi le da un ataque desde entonces no ha vuelto a tocar un tabaco, además en el diario dice que me encuentra atractivo fumando, pero no dice que le interese para nada fumar igual que yo, en fin el solo no lo haría
-ha solo me apeteció nada mas, no me importo la marca, solo pedí una cajetilla y fue lo que me dieron
-mmm, estas mintiendo porque mejor no me dices que era porque querías saber el sabor de mi boca, si me hubieras preguntado sin dudar te dejaría probarlo
-es que eres idiota, no sé de qué me hablas- sus mejillas se tiñeron de carmín
-veras yo tengo una teoría, y es que ambos son la misma persona, solo que con actitudes distintas ante las diferentes circunstancias, además Mello tu amas el chocolate, y odias el cigarro, lo sé porque casi matas a un tipo que estaba fumando cerca de ti- el sonrojo aumento de nivel y sus ojos miraron al piso
-como es que sabes tanto de mi y… bueno de los dos
-porque los amo a los dos, o mejor dicho, amo todo de ti, lo que veo y lo que no estoy seguro que también lo amare, si se que suena cursi pero es lo que hay
-idiota- se abalanzo sobre él y lo beso con ternura, eso era raro, Mello no debería besar así y cuando vio sus ojos lo entendió, el muchacho ya no era dos en uno, era solo uno, se habían convertido en una sola persona, y su mirada era clara y decidida tenía el brillo de ambos y un nuevo más intenso
-ya no siento a nadie más dentro de mi cabeza- volvió a susurrar
-eso es bueno, ya no habrá debates de si convertirme en una coladera, solo tendrás que decidirlo y ya, no es genial
-imbécil- le sonrió con sadismo, y su cuerpo lo sintió, todo lo que pasaría en el futuro, sabía que estaría con un arma de doble filo, dulce y tierno y a la vez fuerte y feroz, de seguro una peligrosa combinación, pero que importaba a él le encantaban los retos y este sería uno que nunca estaría dispuesto a perder
FIN