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* S i n n e r * por Tsukiyuki

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Notas del fanfic:

Que les digo??? .... *^*

Hoy ando moribunda ;^;

cof cof cof cof

PERO!!!

se celebra SAN VALENTIN!!!!!

*celebra sola porque es bien forever alone(?)*

Ok bueno ... les vengo a compartir mi shot *--------------*

Ganador del concurso en el grupo Jongkey Shippers ;;^;;~ ♥

 

¡¡Gane, gane!! ok ya xDDD

Notas del capitulo:

Para que no se confundan hay unas aclaraciones como:

  • El pasado ira en cursiva
  • El presente en normal 
  • Y lo  que pase en la corte con Key en Negritas

Sin mas disfruten *^* 

 

* S i n n e r *

Llega caminando por el pasillo azul dejando las huellas de sus pies descalzos, que se desvanecen con la misma rapidez con la que aparecieron. Tiene dos guardias a cada lado, tomándolo de los brazos para guiar su camino, a un chico con el rostro oculto hasta el cuello.

El hombre en la puerta da el anuncio de su llegada.

-          El acusado entra- Usa su báculo para golpear el suelo y abrir las puertas blancas, dejando a la vista a este chico con el rostro tapado.

Es dejado entre los barandales del pecado sólo para quitarle  la máscara. El publicó abre los ojos sorprendido, y hay quienes tapan sus bocas incrédulos. El color gris está esparcido por varias partes de su rostro, como pequeños rayos, cada mancha más grande la otra todas extendiéndose hasta su cuello y sus orejas.

-          Que comience el juicio.

 

『*』『*』『*』『*』

 

Mis ojos se alzan y miran el reloj de pared que dejaba avanzar sus manecillas sin detener el tiempo… un tiempo que para mí ya no existe.

El olor a libros viejos y el cuero de los sillones inunda por completo mis pulmones, nada es comparable a ti.

Tic tac, tic tac…

Los tacones se escuchan desde el otro lado de la puerta de madera, mi cuerpo se desparrama entre ese sillón largo y suelto un suspiro cansado; hastiado de  todos y sus suposiciones de locura en mi.

 Los pasos paran y mis ojos se enfocan en la perilla dorada que es girada con lentitud, el crujido del material y sus tacones vuelven a resonar dejando pasar a la persona que ahora quieren que escuche mis “alucinaciones”.

Una sonrisa se dibuja en su rostro, quizás quiera hacer todo más fácil con algún tipo de amabilidad comprada.

-          Eres Kim Jonghyun ¿No es así?- Mis ojos se enfocan a su rostro y no digo nada, ella toma asiento tranquilamente, no le intimida mi mirada molesta. -Bueno, según tu ficha, si, eres la persona correcta- Toma su mentón con la mano derecha y mira detenidamente su pequeña libreta. -Tienes dieciocho años, deberías estar  terminando la preparatoria, ¿No?- Por fin me mira y espera a que diga alguna palabra, pero no le contesto- Jonghyun,  sólo has venido a contar tu historia, no hay nada que temer- Desvío mi vista y bufo sin darme por vencido. Los papeles moverse es lo único que escucho, ella respira cinco veces con tranquilidad antes de volver a dirigirme la palabra. -Dicen que le llamas "Key"- Mis ojos se abren sorprendidos al escuchar ese nombre desde sus labios. -¿Cuánto tiempo tiene desde que lo creaste?- Era de imaginarse, todos dicen lo que quieren.

-          ¡YO NO CREE NADA! – Me enfurece, me enoja que las personas digan esa clase de  mentiras.

-          Tus tíos creen que después de pasar por una especie de trauma has creado…

-          ¡Cállese!- Mi respiración se agita  y puedo sentir mi mandíbula tensarse. -Él es tan real como usted o yo- Nadie lo entiende, nadie lo quiere creer.

-          Entonces ¿Por qué no me cuentas tu historia?– Ella se mira distinta, luce realmente intrigada; y la esperanza absurda se hace presente en mí, ese tipo de esperanza donde quizás si hablo mas de ti, el tiempo de espera para que regreses sea menor.

-          Porque todos piensan que estoy loco, por eso me han mandado con usted- No, nadie lo creerá. Por más que lo cuente, nadie lo creerá.

-          Demuéstrame lo contrario, dime la verdad sobre… ¿él?- Sus palabras pueden ser banales pero aun así no lo puedo evitar, tu imagen se cruza por mi cabeza y mi sonrisa sale en automático de mis labios.

 

『*』『*』『*』『*』

 

¿Cómo ha sucedido el primer encuentro? ¿Por qué violaste las reglas?

Yo solamente quería que volviera a sonreír, el se veía muy destruido y yo…sólo quería que volviera a sonreír.

 

Mis ojos no dejaban de mirar el cielo nocturno, las lágrimas borraban cualquier rastro de imagen. Cada noche era lo mismo, cada noche desde ese accidente… donde todo desapareció en un abrir y cerrar de ojos, volviéndome un intruso en casa de mis parientes,  porque ellos no tenían más remedio, debían de cuidarme sólo porque llevaban la misma sangre que la mía.

De repente escuche el pasto crujir y el respirar de alguien, cerré mis ojos con fuerza tratando de exprimir lo último de mis lagrimas volteando mi rostro a otra dirección.

-          ¿Alguna vez has contado todas las estrellas en una noche?- Su voz aterciopelada y algo infantil tintineo en mis tímpanos, haciendo que girara y lo mirara; su perfil era hermoso y delicado, mantenía sus brazos alrededor de sus piernas y le pestañeaba al cielo. No le respondí, realmente no entendía que lo mantenía ahí para intentar hacerme  conversación. -Yo lo he hecho una vez-  Me contó con avidez  mientras con una de sus manos me mostraba el dedo índice.

-          ¿Qué cosas dices?- Esta vez me escondí entre mis brazos, me daba vergüenza que una persona extraña mirara mi rostro hinchado por tanto llorar. Sin embargo en vez de preguntarme la razón de mis lágrimas decidió soltar su decepción en un tono infantil.

-          Es que no tienes idea, ¿Acaso sabes lo difícil que fue?- Se quejó cual niño que hace la tarea de historia. -Me tardé horas y al otro día cambiaron completamente de posición,  estoy casi seguro de que habían más- Era ridícula su conversación, de eso no cabía la menor duda, sin embargo, algo en su tono de voz  o su manera de expresarlo me hizo querer llorar y reír al mismo tiempo.

-          Eso es…

-          Te lo juro; las estrellas son engañosas,  no les creas- Explicó dramáticamente y yo sin poder evitarlo me reí a carcajadas y él me acompaño en esa música de risa, nunca había escuchado algo tan ridículo como eso.

-          ¿Así que son engañosas?- Destapé mis ojos después de reír y volteé para mirarlo, pero él ya no estaba ahí.

 

Había extrañado mucho su sonrisa

Eso no justifica tu falta de lealtad con el juramento de los guardianes.

 

Después de ese momento… no volví a llorar, es como si mi alma se hubiera liberado con aquellas risas, como si todo lo malo se fuera con un simple dolor de estómago por tanto reír.

 

『*』『*』『*』『*』

Miré a la chica, quien no dejaba de anotar en su libreta, e hice una pausa para mirar detenidamente su expresión.

-          ¿Y?- Preguntó al notar que mi boca parecía sellada y recelosa para seguir contando mi historia.

-          Se esfumó…- Parpadeó varias veces y volvió a anotar en su libreta. -Pero regresó unos meses después– Sus ojos castaños me miraron impacientes, incitándome para seguir contándole mi relato.

 

Sabe que no había más razones para volver desde ese día.

 

Oh, no señor, usted está equivocado, había razones de sobra, su alma es tan frágil como el cristal y yo tenía que protegerla de que no se quebrara.

 

『*』『*』『*』『*』

 

Había llegado una fecha que, suponía, tenía que ser de alegría, o así debería ser para cualquier persona viva, ese tipo de fechas donde la celebración debe ser acompañada de un pastel enorme de tu sabor preferido, velas para los deseos y tu familia…. Pero ya nada de eso existía… ni la familia, ni la cumpleañera.

-          Deberías llevar uno de fresas, son realmente deliciosos- Mis oídos no lo creían, y no fue hasta que vislumbre su flequillo rosa que reparé en que verdaderamente se encontraba ahí. -Aunque… su favorito era el de chocolate ¿No es así?- Arrugó un poco el ceño inconforme, y yo asentí con suavidad, esperando que con el acto no hiciera que se esfumara. Su ropa  lucia un tanto peculiar; unos shorts rosas con una camisa de manga larga blanca y un gorrito azul.

-          Le encantaba el de chocolate con nueces- Tragué saliva e intente sonreír pero nada más salió un intento de sonrisa. Me tenía muy nervioso, su imagen había vagado por mi mente durante esos meses, pero lo que me molestaba era sólo recordar pequeñas cosas, como el ligero brillo de su cabello y su perfil perfecto tras esa piel tan transparente.

-          Entonces estás en el lugar equivocado- Su mano tocó la mía con suavidad y pude sentir un ataque de pánico en mi corazón. -La pastelería de unas cuadras más allá tiene unos hermosos pasteles y muy deliciosos –

-          ¿Ah?-

No me dio tiempo de hablarle, ni tampoco pude articular nada bueno en ese tiempo, juntos. Solamente era él con su aroma, su suave y cálida piel y sus hermosas risas.

Era como volar entre sensaciones delirantes y desconocidas, podía zambullirme en la tristeza y la melancolía, pero al mismo tiempo él se encargaba de que no me ahogara en ellas, llevándome de  la mano a la montaña rusa de la felicidad absoluta.

Él era único.

-          ¿Cómo te llamas?- Sostuve con fuerza su mano, el sol pronto saldría  y algo me decía que el desaparecía de nuevo, como en ese día  junto al río. Necesitaba saber algo de él, aún cuando  sólo fuera eso, necesitaba el nombre de aquel que ahora merodeaba por mi cabeza muy campante, y me taladraba los pensamientos con sus risas.

Sus pasos se detuvieron un momento, y los míos juntos con los de él. Sentí nuestras manos separarse y entonces verlo frente a mí de un solo brinco, con su sonrisa única de niño travieso.

¿Cuánto tiempo más quedaba?

-          Key- Le miré confundido, sentí su aroma estamparse en mis fosas nasales y un ligero susurro que erizó mi piel. -Ese es un mi nombre-. Mis ojos se cerraron por la cercanía y lo último que sentí fue ese cálido contacto en mi mejilla izquierda.

-          ¿Dónde estás?- Le hable al aire, mi Key había desaparecido.

 

Yo solo quería que no recayera.

『*』『*』『*』『*』

 

-          Entonces lo que me dices es que… Key, esa persona es alguien que aparecía cada que había una fecha que te causaba tristeza ¿No es así?- La miré directamente a los ojos, descubriendo lo que realmente me quería decir, ella seguramente pensaba que mi mente lo creaba para soportar el dolor. Me reí  y me volví a tirar al sofá suspirando cansadamente.

-          Así es- Le di la razón por ese instante, pues de esa manera fue en un principio.

-          Ya veo- Bajó la vista a su libretita y apuntó algo con un color de pluma diferente -Pero…- Detuvo su mano sobre el papel y se quedó quieta esperando a que siguiera hablando. -Después el vivió conmigo un tiempo.

-          ¿Cómo?- Su rostro bañado en confusión. -Sé que vives en casa de tus tíos hasta que cumplas la mayoría de  edad.

-          En eso tiene razón, ahí resido por ahora y por esa razón se creen con la libertad de juzgarme.

-          Ellos nunca mencionaron de otra persona aparte de ti. 

 

『*』『*』『*』『*』

 

Cinco encuentros “casuales”  y en cada uno había una despedida más difícil que la anterior. Yo me aferraba con fuerza a esa delgada mano y le miraba suplicante con un "no te vayas, por favor".

-          Jonghyun- Acariciaba mi mano con su dedo pulgar y sonreía cándidamente.

-          ¿Sabes? Es extraño- Miré mis pies, huyendo de su delgada mirada. -Tú sabes todo de mí. Extrañamente sabes todo sobre mi- a complete  y una carcajada se escapo de sus labios

-          ¿Te da miedo?- Se burló y le miré de reojo aguantándome la risa.

-          Un poco, quizás- Reí. –Pero es injusto, yo sólo sé tu nombre- Él se soltó de mi mano para adelantar su caminata mirando los árboles del parque, abriendo los brazos como si intentara abrazar al aire. -¿Key?

-          Me gusta mucho este lugar- Ahí iba de nuevo, cambiándome de tema, haciéndome suspirar derrotado.

-          Si, es un parque….-  Le miré parar y aspirar el aire con los ojos cerrados, mientras las hebras de su cabello se mecían por el viento. -Muy hermoso- Él dejó caer ambos brazos a su costado y abrió los ojos mirando las hojas verdes.

-          Me refiero a este mundo- Yo me reí, pero en realidad su voz sonó seria. Se volteó mirándome fijamente, intimidándome un poco con sus ojos afilados, y después volvió a cambiar de expresión mostrándome sus pómulos subir al cielo con una sonrisa.

-          ¿Key?

-          ¿Me dejas quedarme un poquito más?- Yo asentí efusivamente al escucharle decir esas palabras, no deseaba que se fuera, cada vez lo necesitaba más y esa sensación, aunque me daba un poco de miedo, de igual manera la adoraba.

-          El tiempo que tú quieras- Caminé sin tropiezos hasta llegar a él y por primera vez nuestros ojos se cerraron aspirando fuertemente, haciendo a nuestros labios unirse en un sólo beso… nuestro primer beso.

 

 

 

Tus mayores dicen que no volviste durante casi una semana.

Dicen que regresaste debilitado.

Dicen que has pecado y no puedes negarlo, que las marcas grises en tu cara y cuerpo lo demuestran.

 

Si, lo hice.

 

『*』『*』『*』『*』

 

-          ¿Todo este tiempo lo mantuviste escondido en tu habitación?

-          Algo así- Sonreí al recordar ese tiempo. - Después de dos días… huí de casa y me fui a casa de un compañero, pagué un cuarto con los ahorros que escondía. Key se quedó conmigo durante cinco días más y desapareció…- La vi revisar sus apuntes apresurada y entonces encontró lo que buscaba.

-          Si, lo dice… huyó por...- Me miró confundida. -Aquí dice que fue un mes.

-          No me puede culpar…- Miré el estante y aspiré profundo. -Yo lo esperaba…. Aún lo espero-Rectifiqué.

 

『*』『*』『*』『*』

 

Llegamos a una pequeña habitación grisácea, con ventanas chuecas y cortinas deslavadas, no es mucho lo que podía conseguir pero si lo suficiente para que estuviéramos los dos.

Mi mente había planeado miles de maneras de sobrellevar esta vida, mi edad ya me permitía trabajar en cafeterías o supermercados y de esa manera poco a poco podríamos crear nuestro propio hogar.

Y la mejor parte de todo esto es que Key ya no desaparecería jamás.

-          ¿Cómo pagaste todo esto?- Miró con ojos brillantes a su alrededor como si de verdad fuera una mansión  en vez de un cuartucho de segunda. 

-          Dímelo tú-  Me reí antes de sentarme a su lado en el pequeño mueble que había frente al televisor. -Tú sabes todo sobre mí ¿No?- Al instante lo vi pararse y caminar hasta una silla un tanto lejos, haciéndome sentir un poco rechazado.

-          Los ahorros debajo de tu cama- ¡Bingo, adivino! Le miré asombrado.

-          En serio das miedo- Una ligera carcajada volvió a salir de su boca.

-          Realmente te sorprenderías, si supieras todo lo que sé– Me guiñó un ojo y lo vi acercarse hasta las mochilas que trajimos, sacando las cosas y empezando a poner todo en su lugar.

“Una vida junto a Key”… Eso fue lo que se cruzó por mi cabeza al verlo tan alegre arreglando las cosas y ordenándome qué hacer con la limpieza.

“Una vida junto a Key”, eso es realmente lo que quería.

 

 

-          ¿Por qué sonríes tanto? – Puso ambas manos en sus rodillas y me miró extrañado. Me puse de pie y camine hasta quedar a su lado, me agaché y le susurré en su oído. 

-          Hoy… dormiremos juntos, Key- Me enderecé y pude ver desfilar un sinfín de colores por su pálido rostro, haciendo que poco a poco abriera la boca con sorpresa.

-          ¡NI LO PIENSES KIM JONGHYUN! – Se había puesto de pie de un sólo brinco, formando una equis frente a su pecho con ambos brazos.

-          ¿Por qué?- Me quejé al ver su exagerada reacción.

-          No dormiremos en la misma cama- Sus cejas se juntaron y sus ojos afilados me amenazaban.

-          Pero  ¿Por qué?- Intenté caminar para acercarme a él, pero con cada paso que daba él retrocedía dos.

-          No… tú, tú, tú… ¡NO!– Cerró sus ojos y sin querer termino cayendo de espaldas en la cama, me quede en silencio viendo como protegía su cuerpo con sus brazos.

-          Ya entendí… No te preocupes, no dormiré contigo- Retrocedí todos los pasos que había avanzado y miré la puerta- Regreso en un rato, iré por algo para que cenemos- Mi voz salía decepcionada y algo triste, podía sentir el rechazo y me dolía.

Cerca del supermercado vi a una de las amigas de mi tía  y antes de que se percatara de mi presencia me escondí… esperando que se fuera, la señora tardo horas en quitarse y al regresar hasta el cuarto que compartíamos ya eran pasadas las 11.

“Quizás Key ahora este durmiendo” eso fue lo que pensé y para no hacer el menor ruido abrí con lentitud la puerta, escuché unos hipidos… Me quedé plantado frente a la puerta en plena oscuridad, sólo escuchando esos sollozos tintinear en mis tímpanos.

-¿Key?- Asenté la bolsa en el piso y corrí hasta estar cerca de la cama, quería abrazarlo, quería acariciar su cabellera rubia y decirle que se calmara, que no había nada porque llorar, pero recordé que él no quería estar cerca de mí, así que me detuve antes de hacer todo eso y asustarlo. – Key…

Perdóname.

Nos mantuvimos de esa manera durante unos minutos más, con sólo el ruido de los coches en la calle, las risas de las personas al pasar cerca de nuestro cuarto y… los sollozos de Key.

Éramos tontos y torpes… pero ante todo nosotros éramos aun muy jóvenes y novatos en el amor.

 

 

-          Me da miedo…- Key había encogido su cuerpo, abrazando sus piernas  y asentando su mentón sobre sus rodillas, mientras yo me encontraba hasta el otro lado de la cama, asentando mi espalda a la fría pared.

-          ¿Mmh?- Le miré dudoso- ¿Qué es lo que te da miedo?- Él desvío su vista a otro lado y torció un poco la boca antes de contestar.

-          Yo…-  Le mire aún más confuso, realmente no entendía nada. -Esto de ser cada vez más humano es complicado- Suspiró derrotado con sus propios pensamientos. -Para mí siempre ha sido analizar todo antes de actuar, pero hay veces en las que este cuerpo intenta moverse por voluntad propia, por puras emociones y me asusta.

-          Key... ¿Qué es lo que realmente eres?

-          No te lo puedo decir, lo juré- Volvió su mentón a sus rodillas y me miró. No pregunté nada más y simplemente intenté acercarme lentamente a su cuerpo, mirando esa expresión en su rostro, esperando que no se asustara con cualquier movimiento que yo hiciera. Quedé justo enfrente de él sentándome de rodillas con cada una al lado de sus piernas, sus pupilas temblaban y lo noté. 

-          Key- Sus ojitos se abrieron un poco más al escucharme tan cerca. -Por favor, no me tengas miedo- Le supliqué mientras tomaba esas manos que se encontraban abrazando sus piernas y las entrelace delicadamente con las mías; pude escuchar su corazón palpitar con fuerza dentro de su pecho y sonreí al notarlo, su corazón latía por mí. Solté una de sus manos y acaricie su rostro. -Key…- Con mi dedo pulgar acaricie su labio rosado, tan suave como un pétalo de flor, y miré directamente sus orbes oscuras. -Yo… te amo- Sus ojos se cristalizaron y dos gotas furtivas se escaparon de sus ojos. Era fascinante, se podía ver el universo estampado con estrellas en cada una de sus lágrimas. Las comisuras de sus labios temblaban curvándose un poco hacia abajo en un intento de aguantarse el llanto. -No llores, esto no es malo, no tienes que llorar- Su frente chocó contra la mía y pude ver como sus ojos se cerraron derrotados soltando lagrimas de estrellas, temblando junto con su llanto.

 

『*』『*』『*』『*』

 

-          ¿Doctora?- Detuve por un momento mi relato, intentando entender ese instante.

-          ¿Sí?- Ella se veía realmente inmersa en la historia, que la tomó por sorpresa que la llamara.

-          ¿Por qué cree que él lloraba?- Le miré un poco dudoso, esperanzado a que ella supiera darme una respuesta.

-          Porque su corazón le dolía…

-          ¿A qué se refiere?

-          A veces…. Sólo a veces, el corazón duele de tanto amar y, según por lo que me cuentas,  Key sintió toda esa opresión en un cuerpo completamente nuevo para él.

 

Te podrías arrepentir Key.

Muestra que realmente te arrepientes, pide perdón con sinceridad.

Sólo borraran tu memoria para asignarte a alguien nuevo.

Arrepiéntete.

Yo… lo siento por haber roto las reglas, pero… a pesar de todo, no me arrepiento de nada.

 

-          ¿Cómo es que una historia tan hermosa como la suya terminó de esa manera?- Le miré con  la mente en blanco, sintiendo el aire faltar.

-          No lo sé… Realmente no lo sé-  Cerré los ojos recordando la última noche que  él estuvo conmigo.

 

『*』『*』『*』『*』

 

Tragué saliva con dificultad un poco nervioso al verlo frente de mí con las luces apagadas, donde lo único que le iluminaba era la luz artificial que se colaba por la ventada de la habitación.

-          ¿Estás seguro?- Sus ojos se tornaron berrinchudos.

-          ¿Tienes que hacer tantas veces esa pregunta?- Reí por su comentario, pero me acerqué con lentitud y sólo miraba su cuerpo que temblaba mientras uno de sus pies se preparaba para retroceder, realmente quería saber hasta donde sería capaz de llegar.

-          No tengas miedo, Key- Le susurré al llegar frente a su rostro, pasé mi brazo izquierdo alrededor de su cintura y tomé su mejilla con la otra mano. -No hay…- Besé su mejilla. -…nada…– Besé su nariz. -…que temer…- y terminé en sus labios.

Tan dulce como la miel, tan agrio como el limón… era un roce entre nuestros labios, los abría lentamente y atrapaba esas suaves labios con los míos, estirándolos solo un poco, delinee el contorno con mi lengua y con suavidad la metí entre su boca, apretándolo más contra mi cuerpo, escuchando como su respiración se cortaba, me separé sólo un poco y aprecie sus ojos vidriosos y sus mejillas coloradas, acaricié su mejilla tocando ese color carmín y le sonreí mostrando mis dientes blancos, escuchando el retumbar de nuestros corazones. Caminé de reversa llevándolo conmigo hasta topar la cama con mis piernas.

-          Siéntate.

Él obedeció, un tanto nervioso e inseguro. Tomé mi camisa y la subí por mi torso para deshacerme de ella, sus ojos se posaron apenados en mi cuerpo y se desviaron rápidamente…Me acerque hasta él y le robé un pequeño beso de sus labios distrayéndolo mientras tomaba la orilla de su camisa  para sacarla de su delgado cuerpo, con suavidad le acomodé contra el colchón mientras sus labios se masajeaban con los míos, y sus manos algo dudosas se asentaban en mis hombros.

-          No estés nervioso-

Yo era tan inexperto como él en las relaciones sexuales, sin embargo no debía mostrarme inseguro.

Quizás nuestras manos fueron un tanto inútiles, quizás nuestros besos eran demasiado cortos, quizás las respiraciones eran muy exageradas pero absolutamente todo valió la pena, mis dedos acariciar sus piernas desnudas, sus manos arañar mi espalda y su cuerpo aferrarse a mí.

-          Key- Jadeé con dificultad su nombre, su cuerpo era demasiado estrecho y mi paciencia estaba llegando a su límite, sus ojos brillaron nuevamente mientras su entrecejo se arrugaba tiernamente. Sentí el frío contacto de sus manos contra mis mejillas y un beso de sus carnosos labios. Tan sólo tenía a medio cerrar mis ojos y fui espectador de cómo una lluvia de estrellas se deslizaban por las orillas de sus afilados ojos. -Ah ~ - Gemí al encontrarme en su interior por completo, latía dentro de él y aprisionaba con delicadeza mi miembro. -¿Te duele?- Acomodé mi frente contra la suya y le miré respirar por la boca. -Lo siento…- Él negó rápidamente, pero sentía que le hacía daño a una persona pura.

-          No te lamentes, esto no es malo… ¿No es así?- Abrió los ojos y me regaló esas palabras que hacía unos días yo le había dicho con una sola mirada, ataqué sus rosados labios tan alegremente dando la primera estocada sin querer. -Ah~ -

-          Así es, esto no es malo… amar nunca lo es- Me deslicé nuevamente de dentro hacia fuera, haciendo fricción con su sexo y complementándonos una vez más.

-          Jong ~- Sus gemidos chocando contra mi rostro y mirando sus labios querer atrapar los míos. Nuestros cuerpos estaban llegando a su final, y en las ultimas estocadas al correrme dentro de él y él entre nuestros cuerpos pude apreciar como su espalda se curvaba haciendo que cientos de plumas blancas y brillantes explotaran a su alrededor.

 

 Fue entonces que temí mucho, y pensé que quizás después de todo, lo que hicimos si era malo.

『*』『*』『*』『*』

 

-          ¿Para ti que es el amor, Kim Jonghyun?

-          ¿Para mí?... Es quizás gracioso escucharlo, pero para mí el amor tiene otro nombre.

-          ¿Key?

-          Si, Key.

 

¿Cómo se declara?

Culpable.

Ángel guardián Key, usted está condenado al exilió del cielo.

Se le mandara la tierra como un simple mortal, sin embargo el humano que custodió se le removerán todos los recuerdos que tenga de usted.

No

Quítenle sus alas y envíenlo a la Tierra.

¡NO! Por favor, no le hagan olvidarme…

Se cierra la sesión.

 

『a33;』『a33;』『a33;』『a33;』

Asenté mi barbilla contra mi mano derecha viendo la gente entrar, el tiempo se había vuelto aburrido y nada había cambiado. Mis tíos dicen que tuve un episodio donde mi memoria inventaba cosas, pero al final regresé a la normalidad con los medicamentos de un especialista, perdí todo un año escolar tras tantos tratamientos y al final terminé cursando de nuevo el último grado.

-          ¡Jong!- Me habló mi amigo Minho, va en el mismo curso que yo pero es un año menor.

-          ¿Mmh?– Le miré algo aburrido.

-          Vamos a jugar- Me mostró el balón de soccer y sonreí de lado.

-          No gracias, pero puedo ir a ver cómo te destrozan los del equipo contrario-  Tomé mi mochila y arrastré la silla hacia atrás para poder ponerme de pie.

-          Ya quisieras- Al verme a su lado me atrajo con su brazo desde el cuello y sobó su puño contra mi cabello mientras caminábamos, yo  me reí.

-          Ya, me lastimas- Me quejé.

-          Ese es el punto, ¿Tú que creíste que eran? ¿Caricias? Condenado perro callejero- Me empujó e hizo que mi cuerpo trastabillara, escuché el ruido de unos libros caer.

-          Mira que eres bruto- Mire hacia mis pies y vi unas hojas sobre mis zapatos.

-          Anda ahora te alcanzo- Le empujé con un brazo antes de agacharme a recoger las cosas. -Perdona mi torpeza y la agresividad de ese cavernícola.

-          No… no… no te preocupes- Algo en mi tintineó, terminé de recoger las cosas y subí para entregárselas al dueño, fue realmente extraño pero pude sentir mi pulso acelerar con una sola mirada.

-          Mi nombre es Kim Jonghyun- Me apresuré a presentarme, tendiéndole una de mis manos mientras con la otra sostenía aun sus libros, él tenía un ligero carmín entre sus mejillas y pude ver unas gotas transparentes caer desde las orillas de sus ojos afilados- Tienes… tienes estrellas en ¿tus lagrimas?- Sorbió la nariz y rió por mi comentario mientras limpiaba con ambas manos los rastros de debilidad.

-          Yo soy Kim Kibum, gusto en conocerte- Tomó mi mano y la estrechó.

-          Vamos, te acompaño- Le sonreí mostrando todos mis dientes y él guardó una sonrisa al desviar su rostro.

Podría ser que este si era un día diferente después de todo.

 

『*』『*』『*』『*』

 

 

-¿Lo seguirás esperando?- Preguntó, quizás un poco esperanzada la doctora, yo sólo atiné a sonreír.

-Yo lo esperaré todo el tiempo que sea necesario.

Notas finales:

El fin~

 

*------------*

¿¿Que opinan??

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