Abrió sus ojos abruptamente y se incorporo en la cama de la misma forma, había tenido una pesadilla que aunque no lo había perturbado del todo si lo había hecho despertarse, dirigió su vista hacia el reloj despertador con brillantes dígitos rojos que destacaban en esa oscuridad al igual que sus orbes color escarlata.
- 2:45
No se sentía orgulloso de ello pero reconocía que era un adolescente con horribles hábitos de sueño. Se puso de pie lentamente buscando a tientas su ropa, lo último que había hecho antes de tirarse a dormir fue desvestirse, su sueño era tal que no se tomo la molestia en ponerse algo más apropiado para descansar, bueno era comprensible después de estar más de veinticuatro horas sin dormir, el problema es que ahora se había despertado y estaba difícil que volviese a conciliar el sueño al menos por ese día que recién estaba comenzando, lamentó haberse despertado a una hora tan difícil , no había mucho que pudiese hacer en ese horario pero tampoco quería quedarse encerrado en su habitación haciendo nada, así que sigilosamente salió de la pieza dirigiéndose con pasos perezosos hasta a la cocina.
-Hola.
Dio un pequeño respingo al escuchar la femenina voz en la oscuridad, afilo la mirada y pudo distinguir un pequeño bulto sentado en la mesa.
-¿Qué haces sola y a oscuras?- preguntó sin verdadero interés mientras se dirigía al frigorífico y entrecerraba los ojos cegados por el refulgir de la fría luz de este al abrirlo.
-Es la hora de mi medicamento y vine por un vaso de agua, olvide subir uno a mi habitación. – respondió mientras los grises ojos seguía los movimientos del recién llegado hasta que la luz del refrigerador la hizo apartar momentáneamente la mirada hasta que la puerta se cerró una vez el pelinegro hubo tomado una lata de duraznos en almíbar de este.
-bueno que descanses.- se despidió el recién llegado después de tomar un cubierto y comenzar a comer directamente de la lata dejándola nuevamente sola en medio de la negrura.
-Lo que me faltaba, ver a ese monstruo.
-Lo que me faltaba, encontrarme con esa idiota.- no sabía bien hacia donde dirigirse, su idea era darse un atracón en la cocina pero ver a esa otra huérfana le quitó el apetito o al menos las ganas de permanecer ahí, podía ir a la biblioteca o a la sala de entretenimiento, al menos Wammy House tenía un sinfín de espacios de los cuales podía disponer aunque no estaba seguro de que todos estuviesen abiertos a esa hora, Roger tenia la manía de cerrar algunos.
Mientras caminaba por el pasillo que lo llevaría hasta al estudio principal pasó frente a uno de los ventanales recibiendo una gran vista del exterior engalanada por la majestuosa luna, se quedó absorto observando el paisaje que gozaba desde el segundo piso, seguía totalmente apresado cuando algo llamo su atención: mas allá de la pared que rodeaba los jardines de la mansión se acercaban un par de luces que de inmediato identificó.
-Es el auto de Watari, ¿Qué horas son estas de llegar?
Siguió con las orbes escarlata su recorrido hasta que el vehículo estuvo lo suficientemente cerca para desaparecer detrás de los muros.
-Es raro que él visite la mansión, me pregunto qué vendrá a hacer ahora, me pregunto si vendrá ese chico también o lo habrá dejado en la ciudad. – se giró sobre sus pasos en busca de las escaleras, subió rápidamente hasta el tercer piso y se dirigió al ala oeste del edificio recorriendo mentalmente el camino, era raro que los huérfanos estuviesen ahí, no había más que habitaciones desocupadas o eso le había dicho Roger y la verdad no se había dado el tiempo de investigar, no creía que hubiese algo importante ahí, o eso era hasta hace poco que descubrió que había alguien que si era importante y se estaba quedando en una de esas recamaras.
-Me pregunto si vendrá a dormir o se quedara en su estudio, bueno esperare un momento acá.- se detuvo frente a la puerta de una de las habitaciones, la observó un momento antes de alejarse y recargarse en la pared contraria en espera de que el inquilino apareciera, no tuvo que aguardar mucho, unos diez minutos después escucho un andar característico, era raro por que el que se acercaba era silencioso casi como un ente pero por alguna extraña razón él siempre lo sentía cuando se acercaba aunque no podía distinguirlo completamente por la oscuridad sabía que era él, el recién llegado por el contrario ni siquiera reparó en la presencia del otro que yacía cubierto por las sombras.
-Que descuidado.
Abrió la puerta de su habitación pero algo lo detuvo, levanto levemente su cabeza mientras olfateaba el ambiente.
-Huele a duraznos.-el chico de ojos escarlatas dibujo una sonrisa mientras el otro se daba vuelta y sus miradas se encontraban.
-Beyond… ¿qué haces ahí?
- Te estaba esperando.
-Das un miedo de infarto ahí donde estas… tus ojos no ayudan.- el aludido amplió mas su sonrisa mientras se despegaba de la pared y empujaba al pelinegro a su habitación.
-Anda entremos que quiero que me cuentes que has estado haciendo sin mi- cerró la puerta tras de sí.
. . .
Era la hora del almuerzo pero como siempre se lo estaba saltando, solo cogió un bote de jalea de fresa y comenzó a comer directo de este mientras arrastraba sus pasos hacia el jardín, había unos cuantos jóvenes ahí aparte de él y entonces en la parte más alejada justo donde empieza una pequeña zona boscosa (artificial) en la propiedad pudo reconocer una silueta.
-¿Qué haces? – interrogó el pelinegro una vez se acerco silenciosamente a su objetivo, lentamente la joven castaña de dieciséis años se volvió hacia él escrutándolo con sus penetrantes y afiladas orbes grises, este solo le devolvió la mirada curioso con una sonrisa apenas dibujada en su rostro.
-Nada en especial- desvió la fría mirada mientras cruzaba sus brazos e intentó ignorar el hecho de que el pelinegro comenzó a asomarse para ver tras de ella.
-Anda dime, no seas mala.- no le gustaba esa chica, habían llegado casi juntos al hogar de Wammy, hasta donde sabia ella era Sueca, era casi tan alta como él, de tez muy pálida y cabello castaño rojizo, era la única chica a la que consideraba inteligente y de hecho tenían algunos intereses parecidos pero aun así le desagradaba, igual y podría deberse a que la primer vez que se vieron ella le dijo Monstruo.
-“Esos son los ojos de un demonio”.- le respondió una vez le cuestiono porque lo llamaba así, a lo que este le dijo que era un estúpida granjera, lo dijo con malestar pero también por la apariencia de ella, casi siempre andaba con jeans y camisas a cuadros aparte de su eterna trenza francesa que le llegaba a la cintura, además era fanática del cereal.
-Ya te dije que nada, solo observaba algo- respondió con molestia mientras se volvía y señalaba algo con un movimiento de cabeza, el pelinegro dirigió sus ojos hasta que encontró un pequeño bultito peludo tirado cerca de ahí.
-Una ardilla… y por lo que veo muerta, que mala, asesinaste a ese pobre animal.- siseo sonriente mientras se abría paso hacia el animalejo.
-No está muerto, lo encontré y pensaba en curarlo- informó mientras lo seguía.
El pelinegro dejo a un lado su recipiente de jalea y tomó entre las manos al pequeño roedor, efectivamente estaba vivo.
-Tengo la solución.- le dijo a la chica mientras esta lo veía con recelo, la sonrisa del joven se amplió un poco mas mientras le torcía el cuello al animal, este ni siquiera hizo ruido alguno cuando la vida escapo del pequeño cuerpo que luego fue lanzado al suelo. –Listo.
-¿Por qué hiciste eso?- interrogó molesta e indignada.
-No tenia escapatoria, no seas necia, solo ibas a extender su sufrimiento.- le informo sonriente.
-¡Inadmisible!, te dije que quería curarlo y le mataste, lo hiciese a propósito.
-Que no tonta, ese pobre animal de todas maneras se iba a morir así que solo les ahorre tiempo y falsas esperanzas a ambos, deberías ser agradecida conmigo por ser tan benevolente.
Ambos se sostuvieron la mirada, la escarlata era encendida y divertida buscando molestar a la gris que era dura y penetrante, ciertamente había notado que la molestaba con sus aires irreverentes y no dudaba en portarse así.
-Como sea- desechó inmediatamente el asunto la chica sabiendo que de no hacerlo la que saldría más molesta seria ella- ¿ya escuchaste el nuevo rumor?
Solo enmarco sus cejas mientras su sonrisa volvía a ser reservada y asentía lentamente, curiosamente algo que los dos compartían mucho era el tema concerniente a alguien en especifico.
-¿Te refieres a que L está en la mansión? , si de hecho lo vi anoche. – la joven apenas agrandó un poco sus orbes con una pisca de sorpresa.
-¿Lo viste?, entonces sí es cierto, me hubieses llamado.
-Nah, estarías dormida. – desechó aunque de ninguna manera le hablaría para eso estuviese despierta o no, ambos se volvieron caminando tranquilos hacia la mansión hablando casualmente.
-Escuche que resolvió un nuevo caso, pedí que me consiguieran todos los periódicos que hablasen respecto a eso aparte de que investigue por mi cuenta también- el pelinegro la miro de reojo mientras escuchaba, la miro con una pizca de odio. - sin duda esta vez fue algo sencillo, me pregunto si se retirará ya que últimamente no han salido casos importantes o que valga la pena analizarlos, de hecho es probable que por eso haya regresado.
Seguía parlando mientras por su parte el pelinegro se sumía en sus pensamientos, la chiquilla era odiosa para su gusto pero en sus platicas siempre conseguía algo de información aparte de que le interesaba el fanatismo que esta tenia hacia L, la chica no era tonta, todo lo contrario, incluso suponía que era la mente más brillante de Wammy superándolo a él, incluso al mismo L, pero a pesar de ser una genio con un alto IQ la inteligencia no le es todo, hace falta perspicacia y un poco de sangre fría y a esa chica le faltaba, era buena ocultando la mayoría de sus sentimientos, generalmente se escudaba en su dura expresión de nacimiento.
-Por cierto Beyond, te has estado viendo con él verdad.- esa pregunta definitivamente regresó su atención hacia ella apartando momentáneamente sus cavilaciones.
-¿De dónde sacas eso?- respondió sonriente
-Simple suposición, hay detalles que simplemente no se pueden dejar pasar. – sonrió para sí mismo, de hecho se le hacía raro que no se hubiese dado cuenta, para alguien tan minuciosa como ella era cuestión de tiempo para que sospechara, aunque claro estaba segura de nada.
-Secreto.
-Quiero mostrarte algo- prácticamente lo arrastro hacia su habitación, una vez ahí comenzó a sacar varias cajas y archivos que se encontraban debajo de su cama, el chico solo los miro sorprendido, la mayoría eran recortes de periódicos y revistas que hablaban de L o si no de los casos en los que él había participado, además de que había también copias de expedientes policiacos y privados también.
-¿Cómo conseguiste todo eso?- esa chica sí que era una fanática de hueso colorado, él mismo había investigado por su cuenta también algunos casos en los que L estaba trabajando pero normalmente se limitaba a hackear y guardar en su cerebro la información, esta chica la había recolectado a raudales en papel.
-¿Bromeas?
-Pregunta estúpida, lo siento, quise decir ¿Por qué tienes todo esto?
-Me gusta seguirle.- fue la burda respuesta mientras miraba con añoranza su archivo, esto lo hizo enfurecer y la tomó del cuello acercando sus rostros.
-Escucha Alex, esto es en extremo enfermo además de peligroso, se supone que nadie sabe que L está en Wammy House pero si de repente alguien encuentra esta basura tuya seguramente podrían relacionarlo, por otro lado si lo que quieres es hacerla de detective lárgate de este lugar y encárgate de tus propios casos no seas una maldita copiona.
-¡Oye suéltame!- forcejeo hasta liberarse mientras tosía con esfuerzo. –me lastimabas estúpido, además de qué demonios hablas, admiro a L así que por eso sigo sus pasos, es mi afición pero no tengo el más mínimo interés de recorrer su camino.
-Dijiste que sigues sus pasos, tonta.
-No dije que los recorra, solo los vigilo, ¿no es lo que un fan hace?- respondió sonriente- además ya te dije que no tengo interés en convertirme en detective o algo así, L estará bien con ello pero yo no, para hacer algo debe interesarte ¿no es así?, resolver casos y cosas así por mi cuenta no es algo a lo que quiera dedicarme, eso tal vez iría mas contigo que eres en extremo curioso y amante de los desafíos y acertijos, yo por otro lado no tengo interés en hacer algo por la justicia, prefiero simplemente actuar como una persona justa.
-¿Crees que L actúa por justicia?- interrogó divertido ante la mirada sorprendida de la joven- bah olvídalo, te creía inteligente pero me doy cuenta de que no es así, y tienes razón definitivamente no tienes madera para ser detective, tienes las pistas contigo pero no sabes usarlas para deducir nada, eres una idiota, ¿no acabas de decir que para hacer algo debe interesarte?, ¿entonces eso de por si no es ya una razón de peso para que L haga lo que hace?, él no lo hace por justicia, lo hace porque es lo que sabe y quiere hacer.- dio una rápida mirada al archivo de la chica- será mejor que te deshagas de eso, a Watari no le va a gustar encontrar algo así.- sin más salió de la habitación.
…
-Estoy celoso.
El joven detective se volvió lentamente hacia su interlocutor de ojos escarlata, estaba absorto sentando en el barandal que rodeaba su balcón mirando el paisaje tras de sí con el sol ocultándose como fondo hasta que el otro pelinegro lo interrumpió de repente.
-¿Qué haces aquí?
-¿No puedo visitarte?
-Se supone que nadie debería venir a este lado de la mansión, si Watari se entera se enfadará.- el otro chico se acercó rodeándole de la cintura y escondiendo su cara en el abdomen del detective.
-¿No tienes miedo de irte de espaldas al vacio?
-No es posible que me caiga a menos de que en estos momentos me empujes.
-No haré eso.
-Lo sé.
Beyond despego su rostro del cuerpo del joven detective y tomó la barbilla de este con delicadeza mientras se incorporaba para darle un beso en los labios.
-Sabes a melón.
-Tú como siempre a fresas, ¿no puedes comer algo más que eso?
-no puedo evitarlo, la mermelada de fresa es mi favorita, pero me comería cualquier cosa que tú me des- respondió sonriente, un breve instante se miraron a los ojos antes de que el joven detective volviese de nuevo su atención al paisaje a sus espaldas volviendo su rostro a esa dirección.
-Que frio eres, vengo a verte por que te extrañaba y diciéndote que estoy celoso y tú me ignoras.
-¿Por qué estas celoso?
-Porque pasas mucho tiempo con Watari.
- . . . ah
- Por que no me extrañas, también porque te estás haciendo más famoso.
-Eres extraño.- se rasco incomodo la cabeza.
-El gato hablando de bigotes.
El detective se volvió a mirar al chico de nuevo quien permanecía con su sonrisa burlona.
-Watari ha decidido buscar sucesores. – Beyond arqueo las cejas por el cambio de tema y asintió lentamente aceptando la nueva conversación. – Me ha dicho que he estado haciendo muy bien el trabajo y confía en que seguiremos así, él está muy feliz con los resultados por lo que me sorprendió cuando mencionó lo de los sucesores, me dijo que L se ha convertido en una institución que necesita ser instaurada y preservada o más bien, se ha convertido en algo así como en un héroe que debe permanecer inmortal.
El pelinegro lo miró sorprendido y luego comenzó a carcajearse ruidosamente ante la mirada atónita del joven detective.
-Ese viejo me sorprende, es un idiota, pero bueno ya sabía que realmente no le importamos un comino.
-¿Qué quieres decir?
-Lo que te estoy diciendo, ¿no acabas de comentar que estaba orgulloso de L? Mas sin embargo, al mismo tiempo ya está pensando en su reemplazo, al maldito viejo no le importas un comino solo quiere que el héroe quede bien.
-El señor Wammy nos tiene acá con el fin de educarnos y reintegrarnos a la sociedad, eso habla muy bien de él, además de que no duda en usar su dinero en ayudarme parte de que el dinero que gano como detective es para mí.
-Patrañas, a él solo le interesa el éxito que está teniendo L, como diablos dice que te esta reintegrando a la sociedad cuando es lo contrario, estas más aislado que nunca.
-Estoy bien con ello.- las orbes escarlata lo penetraron fríamente.
-No sé porque en estos momentos… te odio.- el joven detective volvió su vista nuevamente a lo que esta tras de sí.
-Si no lo sabes tú, ni cómo ayudarte.
Un poco irritado se dirigió el también hacia el barandal apoyando sus brazos sobre la baranda, una suave brisa meció ambas cabelleras azabache.
-Odio el tema concerniente a los sucesores y odio aun más el hecho de que te muestres de acuerdo.
No era la primera vez que se tocaba ese tema, ya casi habían pasado cinco años la última vez que se hablo sobre ello pero en ese momento no le dio importancia, aparentemente L le había preguntado casualmente a Watari que pasaría si por alguna razón él dejase incompleto un caso a lo que el mayor respondió que si era necesario se buscaría a alguien más para que lo concluyese en nombre de L, ni el detective pensó mas sobre eso ni a Beyond le volvió a preocupar el tema, pero ahora de entre las cenizas volvía a surgir y por alguna razón le molestaba.
- Hablar sobre otros “L” me pone de mal humor, es como decir que eres un objeto reemplazable.
-Todos somos piezas reemplazables.
-Estaría de acuerdo contigo si fuésemos parte de un tablero de ajedrez- sonrió un poco ante la idea y sus ojos escarlata adquirieron un brillo extraño- yo no tendría inconveniente alguno en ser tu peón – el joven detective se volvió a mirarlo un poco incomodo- pero claro tu serias mi reina.
-Sigues diciendo cosas extrañas.
-¿No quieres ser mi reina?
- . . . ¿Por qué tengo que ser la Reina, no sería mejor ser el Rey?
-No, tú no tienes nada de Rey… además yo en mi calidad de peón no me movería por el Rey, pero si por ti.
- . . . no tienes remedio- ambos quedaron en silencio sumergidos cada quien en sus cavilaciones. – Aunque… déjame decirte que tampoco tienes algo de peón.
-Bueno, probablemente esa sea la razón por la cual no somos piezas de ajedrez.- respondió serio.
-Beyond… Watari dijo que él se encargaría de buscar a un correcto sucesor pero me dijo que si tenía a alguien en mente se lo hiciera saber y lo consideraría.
Súbitamente el chico de orbes escarlatas se incorporo tomando del cuello al detective mirándole con furia sorprendiendo a este último quien lo observó con sorpresa mientras mantenía el equilibrio sujetándose de los brazos captores que lo empujaban hacia atrás.
-Escúchame muy bien, vuelves a sacar ese asqueroso tema y no dudare en tirarte al vacio para comprobar que parte de ti se rompe en mil pedazos.
-Tran…quilizate…- el pelinegro lo soltó volviendo a acomodarse en la baranda, el detective por si las dudas se bajó emulando la posición de Beyond recargado sobre sus brazos.
-Eres muy impulsivo.
-Correcto.
-También eres cruel.
-Un poco- una sutil sonrisa se dibujo en su rostro.
-Quiero pedirte un favor.- la sonrisa desapareció en el rostro del pelinegro y afiló su mirada amenazante hacia el detective. – No llegamos solos.
-¿De qué hablas?
-En la madrugada, cuando llegue con Watari, alguien más nos acompañaba- observó a Beyond quien ahora lo miraba totalmente extrañado. – Soul venía con nosotros. – un bufido salió del pelinegro, se había preocupado por nada.
-¿Esa perra?, no es como si me importe.
-No quiero que la molestes, has sido muy diabólico con ella.
-Dile que se mantenga alejada de mí y tenemos un trato…
-Beyond…- le reprochó con un puchero que lo hizo sonreír, extendió sus brazos hasta el detective y lo atrajo envolviéndolo inmediatamente en un posesivo abrazo antes de robarle un beso.
-Suficiente del mundo, quiero que te concentres solo en mí en estos momentos. – con una de sus manos tomó con firmeza el rostro del joven detective y volvió a juntar sus rostros en un beso casi forzado.- quedémonos juntos toda la noche.- puntualizó.
.
.
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Agitado tomó aire una vez logró escapar del apasionado beso del que lo había hecho prisionero el pelinegro de ojos carmesí, sus labios eran libres pero los ajenos se apoderaron de su cuello, lamieron, besaron, mordieron antes de pasar a su oído para introducir su húmeda lengua.
-Hmmm.- no pudo evitar gemir, era su punto flaco, trató inútilmente de apartar el rostro del otro pero su fracaso fue rotundo, Beyond tenía una habilidad espantosa para pegarse a él como si de un chicle se tratase, sus manos se ocupaban muy bien de sujetarlo y acariciarlo a la vez de impedir que se aleje.
-Detente- la habitación se le hizo pequeña al descubrir que ya estaban a un lado de la cama, ambos se dejaron caer.
-No es conveniente que nos detengamos, mira como me tienes- Beyond le tomó de una de sus manos y la dirigió a su miembro ya empalmado, no pudo evitar sonrojarse y rápidamente trató de alejarla solo que el pelinegro no lo dejó. –Quiero que me toques- lo sujetó de la barbilla mientras volvía a besarlo en un demandante beso francés mientras recorría la nívea piel de su pecho, le dio un pequeño pellizco a uno de sus pezones y siguió su camino hacia abajo repartiendo caricias en el trayecto antes de posarse sobre su entrepierna, con lentitud abrió la bragueta buscando deslizarse debajo del elástico de su bóxer hasta tomar su miembro entre sus dedos.
-Ahh..-
El suave gemido del detective lo hizo sonreír mientras comenzaba a masajear a la vez que nuevamente se lanzaba a su cuello haciéndolo presa de sus besos.
-Vamos a ayudarnos mutuamente, anda- lo animó mientras guiaba la mano del joven detective para que lo masajeara de la misma forma que lo hacia él.
Debía aceptarlo; las sensaciones que despertaban ese tacto eran enormemente satisfactorias y deliciosas, era la primera vez que sentía algo igual, normalmente con el ojirojo compartían manoseos y besuqueos pero era la primera vez que se tocaban tan íntimamente o al menos debajo de la ropa, casi siempre Beyond trataba de deslizar sus manos debajo de su jersey o su pantalón pero siempre se lo impedía, esta vez sin embargo desconocía la razón por la que se estaba dejando arrastrar; pronto los dos estaban apoyados cada quien en la frente del otro mientras se masturbaban sentados sobre la cama, Beyond miraba complacido el rostro del joven detective que era un poema; mantenía sus ojos cerrados mientras un sonrojo general en su rostro lo hacía ver adorable, rara vez lo descubría de esa manera, normalmente permanecía imperturbable sin importar las veces que intentara sorprenderlo y/o atacarlo, pero esta vez se hacía evidente su timidez y la forma en que cerraba sus ojos pretendiendo evadir su vergüenza se le hacía bastante ingenuo, posiblemente el joven detective no era ni siquiera era consciente de las sensuales expresiones que le estaba regalando.
-Mirame- solicitó pero el detective solo negó con un leve movimiento de cabeza sin abrir los ojos, Beyond sonrió divertido; dejó de tocar al joven detective haciendo aquel un pequeño y casi silencioso reclamo a la vez que abría los ojos topándose con los dos iris escarlata que lo miraban con un deseo descarado, con firmeza Beyond lo tumbó sobre el colchón y comenzó a deshacerse de los jeans del sorprendido pelinegro.
-Espera ¿qué intentas hacer?- intentó detenerlo pero Beyond no abandonó su tarea.
-Hacer esto mas divertido todavía, no te preocupes te va a gustar.- con trabajo el detective intentó incorporarse pero nuevamente fue derribado y pronto la boca del otro joven envolvió su miembro haciéndolo jadear mientras sentía como las fuerzas lo abandonaban de su cuerpo para hacerlo sentir las más dulces, placenteras y adictivas vibraciones de placer.
Las estrellas estaban en lo más alto del firmamento, la relatividad del tiempo era sorprendente; parecía que apenas habían estado conversando de temas generales en la terraza pero lo cierto es que ya llevaban al menos un par de horas en el juego de placer que había iniciado el rebelde pelinegro, al irse ocultando el sol la cordura del detective también se iba retirando con él, entregándose completamente a sus bajos instintos; para ese momento Beyond lo sostenía con una firmeza que contrastaba con la suavidad con la que lo estaba tratando a la vez.
-Confía en mí- le susurro pero por alguna razón sintió una pisca de maldad en su voz que lo hizo tensarse además de que las frías manos del que sería su sucesor comenzaron a moverse hacia sus nalgas, apretó una de ellas y se abrió paso hasta su recto.
-No…- fue callado con un beso antes de poder protestar algo mas, se tensó al sentir un dedo invasor, abrió los ojos sorprendido para encontrarse con los escarlatas que lo mi miraban con malicia a la vez que sus labios eran prisioneros y víctimas de los fugaces besos. Beyond de nuevo tomó el miembro del detective entre sus manos y comenzó a masturbarlo haciendo que el detective se perdiera de nuevo en esa sensación y así tener más fácil la tarea de dilatarlo, tenía que tomarse su tiempo y hacerlo bien, si el detective por alguna razón comenzaba sentirse inseguro y con miedo o sentía mucho dolor era capaz de darle una buena paliza; esa era la verdad; ese hombre que estaba bajo su cuerpo gimiendo y temblando descontroladamente es fuerte, era por eso que el placer de tenerlo ahí a su merced no se podía comparar, a pesar de su apariencia tenía una gran habilidad y fuerza física además de una voluntad casi inquebrantable, es por ello que era un gran logro sacar otras emociones de ese ser que se esforzaba por mantener una actitud estoica y barrera impenetrable. Todo en L era falso, su actitud, sus palabras, sus emociones, todo lo que él le mostraba a los demás era una farsa, no era más que un buen actor con una buena mascara aparte; eso era lo que le atraía de él, esa retorcida personalidad; en ese sentido eran parecidos pero no tanto, el mismo Beyond actuaba naturalmente y era más genuino, a diferencia del detective que dependiendo a quien tuviera enfrente adaptaba su personalidad con el fin de hacer que se hicieran una idea de él bastante particular todo con la finalidad de no dejar al descubierto sus verdaderos pensamientos y pasiones.
L lo sabía; Beyond estaba disfrutando esto mayormente por que estaba sacando todo lo que había dentro de él, incluso en medio de esa ola de placer sentía un poco de decepción de sí mismo por permitirse mostrarle ese lado suyo, desde el principio ha sido a quien le ha mostrado parte de su verdadero ser aparte de Watari claro, el mayor realmente si lo conocía muy bien, con el no usaba mascaras y era de su absoluta confianza, él ponía su vida en manos de Watari, hasta ese punto llegaba su ciega amistad; así deberían ser las cosas: no confiaba en nadie y dudaba que algún día fuera a hacerlo pero de repente surgían unas pocas personas en su vida a las que se permitía abrirse un poco pero aun así, siempre iba un poco de desconfianza por delante. Le molestaba aceptarlo pero sabía que Beyond conocía muy esa forma suya de pensar y le molestaba aun más el saber que esto le estaba causando una gran satisfacción al rebelde pelinegro.
-En que tanto piensas… relájate tonto, solo déjate llevar- como si de un hechizo se tratase la voz de Beyond de nuevo lo arrastro al torrente de lujuria del que se quería zafar; pronto estaba centrado completamente en las sensaciones de su cuerpo, en su interior ya se encontraban cuatro dígitos. –Ya casi estás listo.- un estremeciendo recorrió todo su cuerpo al sentir como el pelinegro tocaba un punto sensible dentro de él, acompañado de un sugerente gemido terminó en la mano de Beyond a lo que aquel sonrió satisfecho, retiro lentamente sus dedos y cedió hasta alcanzar los labios del joven detective quien correspondió el intenso beso, el joven de mirada escarlata acomodó un poco perezoso deshizo el beso y colocó las piernas del joven detective a los costados de su cuerpo antes de sujetarlo de las caderas, lentamente dirigió su miembro a la entrada de este.
-Beyond…- llamó a modo de reclamo pero no opuso resistencia sólo se llevó ambas manos a su rostro cubriéndolo por la vergüenza; ahogo un grito de dolor al sentir como la extensión del otro pelinegro entraba lentamente, llevó uno de sus brazos a su boca mordiéndolo tratando de ahogar las gritos mientras su otra mano se aferraba a las sabanas; sentía como Beyond le abría mas de las piernas.
-¡No!, ¡suficiente!- asustado trató de zafarse, aun con sus piernas sujetas trató de incorporarse y empujar al otro con todas sus fuerzas, de ninguna manera iba a continuar con esto; no iba a debilitarse más ni a darle el gusto a Beyond de verle así pero si él era fuerte también el otro lo era, con fuerza lo sujetó del cuello devolviéndolo a la cama sin dejar de ahorcarle, luchaba por zafarse pero solo sentía como al agarre se ceñía más a su cuello, decidió que intentaría todo por parar al violento pelinegro pero de pronto sintió como sin piedad y con fuerza el viril miembro se introducía completamente dentro de él.
-Dices eso pero están tan duro, eres una puta.
-NOOOOOOOOOOOO- se levantó de golpe de la cama respirando violentamente, la oscuridad lo envolvía mientras miraba a todos lados tratando de encontrar a alguien más dentro de la habitación; pero estaba solo, inconscientemente se llevo la mano al cuello; había sido un sueño, pero se había sentido tan real, trató de normalizar su respiración al igual que sus pensamientos que estaban hechos un caos.
-Qué clase de sueño fue ese, no puedo creerlo…-se llevo ambas manos alrededor de su cabeza sujetándola como si temiese que se le cayese de su lugar. -¿Por qué?- no entendía, por supuesto que tenía que reconocer que le gustaba “tontear” con Beyond , no lo demostraba pero así era, al principio le incomodaba, le molestaba esos abusos que sentía que Beyond le hacía pero la curiosidad era mayor, todo era por curiosidad y poco a poco se fue haciendo adicto a esas sensaciones tan incomodas pero placenteras; aunque ahora este sueño lo había perturbado, ¿acaso en lo más profundo de sus entrañas deseaba llevar este tipo de relación con el pelinegro?, negó con la cabeza, eso no podía ser, no veía a Beyond de esa forma.
-O eso creo…-mortificado llevó sus ojos hasta su entrepierna, y sí ahí estaba; un bulto que se veía amenazadoramente apretado – No puede ser… maldición.