-Ya te lo había dicho antes… No quiero que te acerques tanto a los demás… -susurró mientras acorralaba al menor contra la pared. Las cámaras no grababan durante la noche, así que era uno de los momentos que tenían para estar tranquilos, cosa que aprovechaban cuanto podían. Aunque siempre surgía el mismo problema.
-Pero iba a hablar si no hacía algo… era la única opción que me pareció buena –replicó mordiendo un poco su labio inferior.
-No hacía falta que le dieras de comer en la boca, él sabe perfectamente hacerlo solito, y si no es así que venga otro a enseñarle… -sentenció mirándole muy serio, tal como siempre era. Su cabello caía sobre sus ojos, cubriendo en parte el izquierdo, ya que sus lentes descansaban en la mesa de luz de la habitación.
-Yah, no fue para tanto… ¡Solo le di de comer! Nos vino de maravilla además… -hizo un puchero, intentando parecer tierno frente al mayor, pero bien sabía que eso no serviría de nada.
-Juro que si las cámaras no hubieran estado grabando… -lentamente se acercó al rubio, dejando un beso en sus labios, saboreándolos lentamente.
Sin dudarlo el beso fue correspondido, mirándole luego a los ojos- Eres un maldito celoso…
-Y tú un maldito cariñoso con demasiadas personas… En especial con Sandeul… ¿Por qué siempre te ponen con él? En las sesiones de fotos muchas veces aparecen juntos… Me molesta –dijo sin rodeos mientras le observaba fijamente
-Relájate… Es Sandeul, no pasará nada… No quiero un pato cuando puedo tener un oso –comentó sonriendo algo apenado, mostrando aquellas enormes paletas que reposaban en su dentadura blanca.
-Llega a hacer algo y juro que lo mataré… No importa que tan bien me caiga, la ardilla es mía… -su tono posesivo estaba tan presente como la cercanía entre ambos. Aprovechando esto se apegó un poco más a su cuerpo- Si dices que no estás muerto… -dijo con una pícara sonrisa en sus labios
-¿Quién dice que no? ¿Quién, eh? –empezó a reprochar, inflando un poco el pecho, como queriendo hacerle frente, pero el aura que emanaba el mayor, más la debilidad que tenía sobre su persona no pudo hacer más que desviar la mirada- Ya cálmate… No volverá a ocurrir… -dijo mirándole ahora con sus pequeños pero penetrantes ojos color café.
Al escuchar esto ShinWoo sonrió, acariciando un poco su mejilla- Sé que no volverá a ocurrir… Porque sino terminaré por matarte a ti y a Sandeul… -dijo antes de volver a besar sus labios, bajando la mano hacia su trasero, el cual pellizcó levemente- Debería colocar mi nombre ahí… Así nadie más se acercaría
-¿Tu nombre? Recuerda que, aunque te pertenezca, tengo nombre propio, así que no llevaré tu nombre escrito, sino el mío –canturreó tontamente ya que su argumento no tenía convicción o lógica.
-¿So? –rió levemente- Solo prométeme que te cuidarás de ese pato molesto… Lo harás, ¿verdad, Baro? –le observó con sus orbes, levemente más claras que las del menor.
-Lo haré, hyung… Lo prometo… -susurró antes de sonreír y acercarse a besar sus labios- Vamos a dormir, que seguramente tendremos que levantarnos temprano mañana –dijo mientras tironeaba del otro, llevándole a la habitación una vez más.