Era un día triste, taciturno y apagado, un gris vacío inundaba el cielo mientras que innumerables lágrimas caían de las oscuras nubes mojando cada objeto y ser que se encontraran. Todo se veía negro, ninguno entendía nada, nadie sabía como habían llegado a este punto. Todo pasó tan rápido que ni siquiera les dio tiempo a reaccionar y ahora se encontraban todos vestidos de negro, con trajes elegantes y las miradas puestas en los dos recipientes que portaban tantos recuerdos.
La lluvia los abrazaba, no les importaba, al revés, las pequeñas gotas que empapaban a cada uno disimulaban a la perfección las lágrimas que salían de los ojos de todos los presentes. Se podría decir que toda la cuidad ¿Qué digo? Que todo el mundo estaba allí, ¿Cómo no estarlo? Claro que estaban allí, los vengadores por supuesto en primera fila, claro que asistirían al funeral de los dos compañeros más importantes del grupo de superhéroes.
Decidieron enterrarlos juntos, uno al lado del otro aunque no se hubieran llevado bien en vida debía estar acompañados en su sueño eterno. Uno de los ataúdes era adornado con la bandera americana y el otro portaba en su tapa el característico casco de Iron man que había depositado minutos antes la joven rubia amiga suya.
Dos carteles permanecían justo atrás de aquellos recipientes, uno mostraba la cara sonriente y brillante del Capitán América y el otro con una sonrisa juguetona y sarcástica mostraba al famoso Anthony Edward Stark. Ya ambos carteles estaban empapados aunque a ninguno le importaba este echo.
Las gotas golpeaban la madera, exigían penetrar en ella para llegar a su interior donde descansaban los cuerpos de dos grandes héroes. El cura estaba dando un maravilloso discurso de la vida y la muerte, hablando del destino que aquellas almas llevarían mientras que con sumo cuidado bajaban ambos ataúdes en la tierra, en el perfecto agujero que habían cavado para su descanso eterno. Antes que confinaran a sus compañeros a aquel final cada uno de los vengadores decidió dar un paso.
Primero fue Thor quien con paso decidido adelantó a todos para tirar con cuidado en ambos huecos dos hermosas flores azules que brillaban a las gotas de lluvia. Traídas desde el mismísimo reino de Asgard las cuales significaban “Descanso y armonía”. Se retiró en un leve movimiento de cabeza mostrando su orgullo a aquellos hombres.
El segundo fue Bruce Banner, quien con cuidado dejó el escudo del héroe americano en la tapa encima de la bandera teniendo sumo cuidado en no caerse en el interior de aquel agujero, tras volver a levantarse se dirigió a lo que sería la tumba del que se convirtió en su mejor amigo dejando caer en esta una foto de ambos en el laboratorio, los cuales mostraban una gran sonrisa tras haber finalizado un experimento.
Le siguió la joven señorita Potts quien sin aguantarlo más se derrumbó entre ambas tumbas llorando y gritando el nombre del que fue su amigo y amante. Con ayuda de todos volvió a donde estaba.
Clint y Natasha fueron los últimos en acercarse los cuales dieron una hermosa despedida a sus amigos con unas palabras de sincera tristeza.
No tardaron en cubrir de tierra ambos huecos que ocultaban a dos grandes personas, distintas pero increíbles.
Tras un largo tiempo en silencio el cura preguntó de alguien quien quisiera decir algunas palabras a lo que decidieron que Banner las pronunciara por todos, el aludido volvió a dar unos pasos aclarándose la garganta para normalizar su voz y que no sonara desquebrajada por el llanto.
-Eran dos grandes cabezotas sin remedio...-Comenzó ganándose una mirada de sorpresa de todos los presentes, sonriendo levemente por esto- ...Pero a pesar de todas las peleas o discusiones eran dos personas dignas de conocer, dos grandes corazones llevados por el bien. Almas llevadas por el camino de la justicia y el honor, almas que aunque fueran distintas viajaran juntas hasta el descanso eterno, cuidando de todos nosotros. Esto no es el fin, sino el comienzo de una historia que durará durante siglos. La muerte habrá llegado a ellos pero su historia vivirá en los corazones de todos aquellos que hoy lloran al borde de lo que ahora es su hogar...-Se le corta un poco la voz por las lágrimas- Solo quiero desearles un buen y merecido descanso a estas dos personas que tanto significado le dieron al mundo. Nunca os olvidaremos.
Tuvo que bajar la cabeza porque un nuevo llanto afloraba su garganta volviendo sus pasos a sus compañeros los cuales estaban incluso peor tras las hermosas palabras del científico.
Pasaron las horas en las que ya todo el mundo fue retirándose tras terminar aquel evento, solo quedaban ellos, el equipo de vengadores y la joven Pepper, hasta los agentes de S.H.I.E.L.D se habían retirado. Tras varios minutos de silencio la rubia propuso ir a la famosa Torre Stark para pasar la última noche todos allí antes de que se volvieran a separar. Claro está que todos accedieron no sin antes dar un vistazo a las visibles estatuas que adornaban sus lápidas con sus bustos.
No tardaron en ingresar en el piso correcto donde vivía el millonario donde todos se sentaron casados en los sillones aun empapados. Ninguno sabía que decir hasta que el Dios asgardiano formuló la pregunta que a todos perforaba el cerebro. “¿Qué demonios pasó?”
Nadie lo sabía, todo pasó muy rápido, Steve con varias balas incrustadas en su pecho y estómago y Tony...su trágico final fue descubierto por Pepper quien ingresó en el piso tras volver de una reunión importante y encontrarse al famoso millonario a dos pies del suelo balanceándose en la gruesa cuerda que adornaba su cuello. “¿Qué demonios había pasado?”
Luego de varias hipótesis más que absurdas, J.A.R.V.I.S el famoso ayudante artificial del castaño hizo acto de presencia informando a los presentes que, antes de morir, Tony había dejado algo para ellos. Todos se sorprendieron y ansiosos por conocer la verdad exigieron saber que era.
Con suma delicadeza, la máquina dejó caer de algún sitio un folio agarrado inmediatamente por Bruce viendo que este se trataba ni más ni menos de una carta de Steve. Antes de proceder a leerla en voz alta la voz artificial comunicó que esa carta había sido el causante de la muerte de su amo a lo que todos aún más ansioso aguardaron en silencio esperando con impaciencia que el científico comenzara:
“A mi enorme cabezota:
Hola Tony, te preguntarás por que no he vuelto aún de mi misión, ya se que te prometí volver para nuestro primer aniversario juntos pero me temo que no será posible.
Antes que nada debo decirte que no soy yo quien escribe esta carta si no un joven reportero que escucha mis últimas palabras y le he rogado que escriba esto para ti.
Me siento un miserable al no poder cumplir mis promesas, me siento un idiota al saber que la última vez que hablamos fue una discusión porque no querías que viniera, irónico ¿Verdad? Me siento un mierda por saber que la última vez que he podido ver tus ojos estos me ha mirado con tristeza y odio.
Lo siento mucho, se que solo son palabras y que ahora debes odiarme pero esto es para decirte lo mucho que te amo. Lo mucho que estoy deseando volver y abrazarte, dormir a tu lado una vez más, escuchar tus bromas o tus motes, ver tu sonrisa, esa que solo me dedicas a mi cuando estamos solos, esa que me dedicas cuando estamos con los demás discreta y oculta.
¿Sabes? Estando aquí te había comprado uno de esos colgantes tan cursis donde se abren y se ven la foto de cada uno, me tomé la molestia de poner nuestras fotos y me hubiera encantado ver tu cara de “Eres un maldito cursi Capi” y esa sonrisa de “en el fondo me encanta”. Ese collar es el que estoy apretando ahora mismo como si fuera tu mano.
Mi vista comienza a nublarse y escucho que mi muerte es inevitable y lloro, lloro al saber que no volveré a verte, saber que esterás enojado conmigo, saber que me rogaste quedarme contigo. No sabes lo mucho que me arrepiento.
Cada lágrima que derramo, cada llanto es por ti, solo por ti.
Ya no me queda fuerzas ni para hablar correctamente, tengo frío y mucho sueño pero quiero aguantar solo para ti.
Ojala pudiera oír por última vez tu voz, besar esos labios que bien sabes me hacen desconectar de todo.
Eres la persona más especial de todo mi mundo y lo sabes, no te lo digo mucho y se que me dirás cursi como siempre pero te amo Tony, te amo con todo mi corazón y te deseo una vida feliz.
Te esperaré haya donde vaya, te protegeré esté donde esté y algún día volveremos a estar juntos.
Lo siento mucho...
Te amo
Steve.”
Reinó un enorme silencio, todos lloraban de nuevo. Lloraban por saber que que tuvieron que estar escondidos, lloraban por las últimas palabras del Capitán y lloraban al saber que el millonario se había quitado la vida para estar de nuevo con quien tenía su corazón.
Lloraban por aquella pareja que en secreto se amaban, que por miedo no dijeron nada y por último lloraban por el final de cada uno, lejos de su persona amada, solos ante la muerte y la desesperación.
Aunque también había lágrimas de alegría, felices de saber que ambos aún habiendo perdido la vida seguían juntos para siempre. Sus almas permanecerá unidas y por fin nunca más tendrán que esconderse de nada.
“Adiós y sed felices” Fueron las últimas palabras que pronunció Thor antes de salir de allí todos dejando a aquella máquina guardián de aquella valiosa carta.
Fin