Red Thread of Fate
Autor: CMHolic_Love
Categoría: Romance-Drama
-Capítulo 1-
Tic..Tac…
Tic...Tac…
El silencio se ve interrumpido por el constante caminar de las manecillas del reloj. El día apenas comienza y ya se escucha un poco de barullo fuera de aquél cuarto. El sol entra a hurtadillas entre las cortinas dando justo a los pies de la cama.
Entre los pequeños pitidos que emite un monitor se puede distinguir una suave respiración que es tan débil que apenas se alcanza a escuchar, esta proviene de un muchacho de castaños cabellos, piel blanquecina y labios resecos, en otros tiempos estos se veían rosados y carnosos pero el pasar del tiempo en aquél lugar y la falta de sol sobre su piel ha logrado su estado actual.
Nadie parece interesarse en aquella habitación numerada como la D-607, las enfermeras y médicos solo pasan por el pasillo ignorándola. El joven quien no se da por aludido lleva 2 años en coma y parece no querer despertar. Sufrió un accidente en carretera, su automóvil se había volcado en ella a causa de las constantes nevadas de la época, que aun siendo febrero caían con fuerza en la ciudad.
Fue casi un milagro que en la desolada carretera un par de paramédicos estuvieran haciendo ronda preventiva, encontrando el coche completamente desecho de la parte de enfrente y su cuerpo sujeto por el cinturón de seguridad; sorprendiéndose al notar que no tenía heridas de gravedad, solo algunos rasguños en el rostro, una pierna y costilla fracturadas. Pero una vez en el hospital encontraron un trauma craneoencefálico que ya no le permitió despertar. Desconocían que tanto pudo afectar a sus condiciones motoras y/o del habla.
Desde entonces se encuentra en ese cuarto, nadie fue a buscarlo o preguntar por él, no saben su nombre no llevaba identificación o papel alguno que les ayude en averiguar quién es. Lo conocen como “Ranita”, el Médico que lo atiende le apodó así por los ojos grandes que posee y que por desgracia nunca ha podido verlos abiertos.
Como si invocado fuera, el Doctor entró por la puerta, vestido con su pulcra y bien planchada bata blanca, un pantalón de vestir negreo y zapatos del mismo color. Llevaba lentes de montura algo gruesa, casuales dándole un aire intelectual. Era Shim Changmin el Médico más joven del hospital, y uno de los mejores.
-Buenos días Ranita-
Se escucha una voz profunda mientras una sonrisa ladea su rostro, con interés toma nota de los signos del monitor, su mirada se torna un poco triste y preocupada. No había cambios importantes en el estado del menor. Su ritmo cardiaco y últimos chequeos demostraban que se encontraba en óptimas condiciones, no se explicaba el por qué no despertaba. Tal vez él ya no quería hacerlo, pero solo quedaba esperar. Shim se encargaría de que su Rana abriera ese par de luceros que le gustan tanto.
-Todo sigue igual, ¿verdad?-
Se acerca a la cama y se sienta con cuidado viendo de reojo la entrada cerciorándose de que nadie esté cerca. Deja de lado el Ipad que lleva en manos y mira fijamente el rostro del castaño. Su cutis está ligeramente amarillo, pero no deja de ser hermoso a los ojos del morocho. Acaricia delicadamente su mejilla derecha y un suspiro sale de sus labios. Se había enamorado perdidamente de aquel muchacho; sin conocerlo, ni siquiera sabía el tono de voz o si su mirada sería dulce. Pero sentía como si ya lo conociera, como si hubiera algo que los uniera.
- Red thread of fate…- Ríe quedo al darse cuenta de las tonterías que dice. –Como si eso fuera posible.-
Shim aún recuerda cómo fue que conoció al paciente, era la primera semana en la que él empezaba a trabajar en ese lugar. Dormitaba sin cuidado en una de las bancas de la recepción. Eran cerca de las 3:00 am cuando una ambulancia llegó sobresaltándolo, haciéndolo caer al suelo, desorientado se levanta y ve pasar la camilla con un muchacho que no pasaría de los 21 años, al verlo inconsciente un dolor se expandió desde su pecho hasta la garganta impidiéndole hablar. Se ofreció para ser quien vigilara el estado y progresos de ese muchacho a quien no le auguraban nada bueno, ya que los diagnósticos decían que no despertaría, sería un vegetal.
Esto le cayó como balde de agua helada al morocho que siendo así de terco como es, no descansaría hasta encontrar una solución para el estado del castaño. Es por eso que se graduó de la SNU con Especialización en Neurología a su joven edad de 26. Decide levantarse al escuchar pasos cercanos, da un último vistazo a la cama y se dirige a la entrada. Choca con un hombre unos cuantos años mayor que él.
-Tsk, Deberías comprarte otros anteojos hyung esos ya no te sirven.- Dice despectivamente al otro mientras se soba de forma infantil su frente.
-¿Qué dices mocoso?- El mayor se ofende ante lo dicho, pero eso lo deja para después, tiene cosas más importantes que decirle a su malagradecido dongsaeng. –Deja de decir tonterías, sabía que estarías aquí- Mira el número de cuarto y sonríe. –Tengo noticias para ti y “Ranita”-
Changmin abre de forma desmedida los ojos al escuchar lo que Jung ha dicho, lo toma por las solapas de la bata y exige que le diga lo que sabe. El mayor logra tranquilizarlo y lo lleva a la cafetería del hospital, ambos tenían descanso y debían aprovecharlo. Toman dos bandejas en la entrada y caminan al centro donde se encuentra la barra de alimentos. Jung Yunho quien es el mejor amigo de Shim, solo toma un bowl de fruta y una taza de café, mira (ya no sorprendido) como el morocho toma un poco de todo colocándolo sobre la bandeja. Caminan hasta una de las mesas más retiradas de lugar, a un lado de la ventana permitiéndoles observar la calle. El menor mira distraído por ella, hay muchas personas fuera pero no le da importancia.
-¿Qué es lo que querías decirme hyung?- Toma un Sándwich de jamón y le da una mordida esperando una respuesta.
-Alguien ha preguntado por tu paciente preferido, Ranita en realidad se llama Minho, Choi Minho.-
Saca una foto del bolsillo de su bata, deslizándola por la mesa hasta quedar frente a un sorprendido morocho quien la toma con cuidado mientras aleja su plato de él. En ella puede verse a Minho un poco más joven y con el cabello corto, con uniforme de preparatoria.
-¿Quién ha sido?- Baja la foto y mira con detenimiento el rostro de Jung.
-Su hermana menor, Choi Jin Ri.- Da un sorbo a su tasa de café y la deja de nuevo sobre la mesa. Entrelaza sus dedos debajo de su mentón. –Lo daban por muerto desde hace un año, pero ella no había perdido la esperanza de encontrarlo. Revisó cada hospital y morgue que hay en la ciudad. No pudo hacerlo de tiempo completo porque su padre se lo impedía.- Desvía la mirada a otro lado de la cafetería donde se encuentra un joven pelinegro de risa contagiosa. -Al cumplir 19 años abandonó su hogar. Actualmente trabaja en una librería del centro, es la dueña. Pudo sobresalir gracias a la herencia que les dejó su abuelo materno a ella y Minho.-
-¿Cómo supo que se encontraba aquí?- Changmin deja caer su cuerpo en el respaldo de la silla, una de sus manos masajea el puente de su nariz intentando evitar el dolor de cabeza que se avecina.
-Ya te lo dije, visitó cada hospital existente hasta llegar aquí.-
Shim solo da un largo suspiro, y ve con detenimiento el techo, tiene sentimientos encontrados, una parte de él se alegra al saber por fin el nombre de ese muchachito. Pero el miedo crece en su interior al ver la posibilidad de que lo alejen de Él.
-Sé que es un momento difícil para ti, pero no conoces nada del niño.- Yunho se levanta de la mesa y toma la bandeja con el plato ya vacío. –Mi turno inicia de nuevo.- Lo mira fijo. - Es su familia, piénsalo.-
Max solo observa como Yunho se aleja de la mesa, sabía que tenía razón en lo que decía, pero él se había encargado de los cuidados y gastos de Minho desde que llegó y no permitiría que se lo arrebataran, por muy su familia fuera.
-Tengo que conocer a aquella chiquilla.-
Deja la bandeja aun con comida sobre la mesa y corre hasta la oficina de su hyung, tenía que preguntarle muchas cosas todavía. Tan ensimismado estaba que no nota a una joven menuda de cabello largo y ojos avellana, chocando con ella en el pasillo haciéndola caer de sentón.
-¡Auch!-
La joven cierra los ojos y de forma inconsciente lleva una de sus manos a su trasero intentando calmar el dolor. Llevaba puesto un lindo vestido color salmón de tela ligeramente vaporosa con holanes, descubría sus blancos hombros y un listón de seda adornaba su cuello. Su cabello estaba recogido en una coleta. Al abrir los ojos queda muda por el guapo hombre que se encuentra frente de ella.
-Lo siento mucho señorita, debí poner más atención.- En realidad a Changmin no le importaba, esa niñata se había metido en su camino, pero Jaejoong lo dejaría sin cena como se enterara que “maltrataba” a un paciente o visitante. Le ofrece una de sus manos para levantarse, la niña acepta y con algo de fuerza la jala. Ella le sonríe agradecida y hace una pequeña venia.
El morocho la observa detenidamente, debía admitir de que era muy linda, se notaba que era de buena familia y bastante educada. Sus ojos eran almendrados y poseían unas largas pestañas, le recordaban ligeramente a…
-Minho…- Susurra
-¿Eh? – Lo mira sorprendida -¿Conoces a mi hermano?- Le toma las manos emocionada, entrelazando sus dedos. - ¿Eres el Doctor que Yunho Oppa me dijo?-
¿Oppa?, ¿Qué confianza se tenía esta cría con su hyung?, estaba a punto de decirle que lo soltara de la manera más cortés que pudiera cuando ciertas palabras hicieron eco en su mente “mi hermano”.
-¿Tu hermano?, ¿Quién eres?-
-Oh, disculpa mis malos modales, Soy Choi Jin Ri, pero puedes decirme Sulli- Una risilla escapa de sus labios, se cubre estos con una de sus manos al reír. –Y mi hermano es Minho, el bello durmiente al que cuidas. ¿Debe ser el Doctor Shim, cierto?-
El mayor asiente y de forma discreta retira su mano que aún sostiene la muchacha. No pensó que se encontraría con ella tan fácilmente, esta era una oportunidad que no podía desaprovechar. Sin embargo al querer hablar con ella nota la mirada triste que le dirige.
-Hay algo que tengo que decirle en privado.-
Todo rastro infantil que poseía su cara se perdió al pronunciar esas palabras. Changmin intrigado la conduce al elevador para llevarla a su consultorio. Se encontraba en el mismo piso que la habitación del Minho, en el sexto. Al llegar deja pasar a la menor, retirando una de las sillas para que ella se siente; cierra con pestillo la puerta, no quiere interrupciones. Se sienta enfrente de ella solo separados por el escritorio.
Sulli no lo mira, sus manos están recargadas en sus rodillas y se nota un ligero temblor en su cuerpo. Entre murmullos e hipidos logra decir.
-Necesito que esconda a Minho-