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Dark Sonata: Melodía de miedo y sueños. por LadyBlue

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Notas del fanfic:

Este fic es 100% mío, los personajes son de mi invención por lo cual queda proibida la copia. 


Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.

Notas del capitulo:

Todos los capítulos llevan el nombre de una canción que tiene relación con lo que pasa en el capítulo. Yo pondré el enlace de la canción aquí en las notas iniciales:(Del primer capítulo)  http://www.youtube.com/watch?v=dOXFdx9-z4w

 

Gracias por leer aviso que será largo y habrán capítulos algo fuertes (tampoco mucho no nos pasemos) me gusta mucho esta história y tengo pensada la mayoria de las partes (incluida el final).

Dicho esto espero que os guste :D

La oscuridad le envolvía completamente y formaba un escudo perfecto para su propósito. Deslizó la mirada a lo largo del callejón, se encontraba desierto. “Perfecto.” Todo estaba listo para atraer a su presa.

 

Empezó a andar, sin que sus pasos hicieran sonido alguno, por la estrecha acera. Su víctima no había notado su presencia. Él se acercaba, lo acechaba, como el lobo a caperucita roja.

 

Deslizó su mano hasta alcanzar el cuello del hombre al que había estado siguiendo. Él se da cuenta al fin de que la muerte se le ha echado encima y se prepara para pelear por su vida. Un gesto inútil. Los ojos ardientes del hombre se topan con una mirada de una frialdad glacial. Ese gesto es suficiente para despojar al hombre de todo su valor. La figura envuelta en oscuridad lo agarra con más fuerza y nota como la piel del hombre empieza a volverse fría bajo su mano. Lo miró por última vez, los ojos de su víctima, antes marrones y  ardientes, habían perdido su luz.

 

Ahora sólo quedaba cobrarse su premio: un alma humana.

 

Ashley abrió los ojos. Se notaba la frente empapada de sudor, y en su pecho, el corazón le latía desbocado. No volvería a tomar esas pastillas para dormir, eran un timo. Había dormido, sí, pero ese sueño había sido la peor pesadilla que había tenido en muchos años. Peor incluso que la experiencia que tuvo el día en que decidió probar las setas alucinógenas.

 

El chico se levantó de la cama. Se notaba que se había movido mucho durante la noche, pero no le preocupó, no pensaba hacerla por muy arrugadas que estuvieran las sábanas. Sabía que se volvería a meter por el mismo agujero y que seguramente dormiría mejor. Abrió el armario y sacó unos pantalones negros ajustados y algo desgastados por las rodillas. “Parecen de chico malo, y no hay nada más excitante que un chico guapo y malo.” Después se enfundó en la búsqueda de la camiseta más sexy posible. Ese día tenía que estar espectacular.

 

Después de buscar un poco la encontró, su camisa de la suerte, era su favorita; tenía rajas en partes estratégicas para desvelar la cantidad necesaria de su piel para resultar sexy sin cometer el error de parecer un stripper. Sus fans estarían encantadas, más si cabe, mojarían las bragas. Le sonrió a su reflejo en el espejo y se apartó algunos mechones azules de los ojos. Le gustaba ese color de cabello, se lo dejaría un mes más antes de volver a teñirse el pelo de otro color chillón. Para la próxima quizá se lo tiñera verde, rosa o blanco. O tal vez hacía un combinado de varios, ya lo decidiría después, ahora tenía prisa.

 

Se enfundó sus botines y se engalanó con cadenas y pulseras con pinchos. ¡Ya estaba listo! Lleno de confianza y dejando de lado ese ridículo sueño, se fue a reunirse con sus colegas para su gran día.


El local Bahamut era el más “famoso” en los barrios bajos de Florencia.Aunque famoso no fuera tal vez la mejor palabra para describirlo ya que su existencia era, en parte, secreta. Se trataba de un local que se encontraba camuflado bajo un edificio en ruinas a las afueras de la ciudad. Para poder acceder se necesitaba de una contraseña, la cual cambiaba cada semana y solo unos pocos conocían. Sin embargo montones de jóvenes se reunían allí cada semana, para acceder tenían que localizar a uno de los pocos aventajados que conocían la contraseña y acceder con él al local, eso sí, con los ojos vendados. Un conjunto de medidas extrañas que servían para proteger el mayor núcleo de traficantes de sustancias ilegales y prostitución de la ciudad. Sin embargo, el nombre de jóvenes que accedía cada fin de semana al local sólo iba en aumento. ¿La razón? Simple, la vida en la ciudad era monótona y una sola noche en Bahamut era un subidón de adrenalina increíble. Además el aura que desprendía aquel lugar era misteriosa y excitante. Una aventura que implicaba desafiar a las autoridades, drogas y alcohol. Un auténtico reclamo para los jóvenes más alocados.

 

Esa era la primera vez que Gabriel y Violet visitaban aquel lugar. Sabían de sobras que los otros dos miembros de su banda habían ido muchas veces. Pero Gabriel era el líder de la banda y como tal era el más responsable, cuando los otros volvían borrachos él se encargaba de recogerlos en su furgoneta y cuidarles. En cuanto a Violet, no le entusiasmaba demasiado lo de salir cada fin de semana de fiesta. Ella prefería quedarse en casa jugando a videojuegos o relajarse cenando tranquilamente con sus amigos.

 

Pero allí estaban, hoy iban a tocar en aquel antro de pecado y la verdad es que la idea los tenía emocionados. Cuando les llegó la invitación para que su banda hiciera un concierto en aquel lugar habían llegado a pensar en decir que no por el miedo que desprendía aquel lugar. Pero ahora, el miedo inicial había dejado paso a la apremiante necesidad de empezar.

 

Gabriel avanzó unos pasos y buscó la trampilla por la cual podía acceder al edificio. La encontró disimulada entre bloques de escombros. Sacó su invitación al local donde se encontraba escrita la contraseña de esa semana. “Llamar 4 veces y esperar respuesta. Al número de golpes que te devuelvan sumarle 1 y responder. Seguidamente esperar la respuesta, ignorarla y responder con un golpe para completar el proceso. Cuando se abra la trampilla hay que pronunciar en voz alta Skin Deep. Entonces uno de nuestros hombres se encargará de guiarlos dentro de la sala.” Gabriel siguió los pasos uno por uno y la trampilla se abrió para que él y Violet pasaran.

- Skin Deep.- Al instante su visión se ensombreció. Pero Gabriel no perdió la calma, ya se esperaba que le vendaran los ojos hasta llegar al lugar del concierto. Escuchó como alguien caía y supuso que Violet estaba a su lado.

- Como me metáis mano aprovechando que tengo los ojos vendados os corto los huevos.- Sí, definitivamente esa era Violet, ni una pizca de finura en su forma de hablar.

 

Entonces empezaron a andar, con el vigilante guiándonos a través de ese laberinto de corredores, hasta que, aproximadamente 15 minutos después les quitaron las vendas. Lo que vieron en ese momento fue suficiente para turbar la expresión calmada de Gabriel y hacer que Violet abriera completamente la boca.

La sala del concierto se trataba de un gran salón circular cuyas paredes estaban cubiertas por unas elegantes cortinas rojas de cachemir. En cada punto dónde las cortinas se separaban había una puerta que, durante la noche, podía conducir a un bar, al lavabo o a otros lugares más oscuros... Pero lo impresionante del salón era el escenario, estaba situado justo en el medio de la sala. Se trataba de una plataforma circular lo bastante grande como para que cupieran todos los miembros de la banda con sus respectivos instrumentos y pudieran desplazarse cómodamente. Para rematar el ambiente encima de la plataforma había una gran lámpara de araña antigua encendida únicamente con velas. En definitiva, si querían causar una fuerte impresión al público no había mejor lugar que aquél.

- ¡Yo! Ya era hora que llegarais Gabriel-kun, Violet-chan.- Ante ellos se encontraba Vladimir (cuyo verdadero nombre era Hayate) el bajista de la banda, que les sonrió mientras apagaba el cigarrillo que se había estado fumando. Era un chico de ascendencia japonesa que desprendía un aura de hostilidad. Su rostro era fino y su mirada oscura y penetrante se acentuaba con el perfilador negro que siempre llevaba puesto. Llevaba su pelo largo teñido de rubio y siempre vestía con ropa de estilo gótico antiguo. Según él era un estilo originario de su país llamado “Visual Kei”. Gabriel no estaba seguro de si sería por la ropa o por la manera de ser de Vladimir, pero encajaba perfectamente en esa extraña sala de conciertos.

- Hola Vladimir. ¿Ya has empezado a montar las cosas?- Preguntó Violet.

- Sí, ya he colocado los “amplis” y me he enterado de cómo van las cosas por aquí. ¿Has visto el edificio? Parece el sitio perfecto para llevar a una hermosa joven y probar su sangre...- Ese tipo de comentarios sádicos eran típicos del bajista, el principio eran inquietantes pero, con el tiempo, el grupo se había acostumbrado a ellos hasta el punto de ignorarlos completamente.

 

- Entiendo que te guste este antro. Es muy de tu estilo.

- Buena observación mi querida princesa oscura. Pero ¡Oh! ¡Qué veo! - Vladimir hizo un gesto de pura indignación y sacó algo de una maleta que se hallaba bajo sus pies.- Como de costumbre no vas vestida con propiedad. Eres una dama, no puedes lucir una imagen tan poco elegante en un acto público.

- Sólo debo tocar la guitarra, para eso no hace falta arreglarse demasiado.

-Disparates, o te pones ahora mismo el adorable vestido que elegí con tanto esmero para ti... o te desnudo yo para ponértelo.

 

Vladimir dirigió una sonrisa maligna a Violet quien rendida cogió la suave tela que le tendía el japonés y fue a cambiarse.

            - Es una pena... - Murmuró Vladimir.

- ¿El qué?- Preguntó Gabriel que había estado presente en toda la conversación.

- La segunda opción me parecía mucho más atractiva.

 

Gabriel suspiró, hacía ya varios años que se conocían pero aún así no sabían mucho acerca de la extraña relación de Vladimir y Violet. Este solía llamar a Violet su “princesa oscura” o su “hada de la muerte”. Que si tenemos en cuenta la personalidad de Vladimir debían ser apodos cariñosos. Sin embargo Vladimir era un mujeriego y se había enrollado con más de una. Por otro lado Violet era como una hermana pequeña para Gabriel, ella era bonita y alegre además ese sentimiento se fraternidad aumentaba cuando ambos pasaban las tardes jugando al God of War en vez de salir de fiesta. Por todas esas pequeñas cosas Gabriel nunca aceptaría que un loco como Vladimir tocase a su pequeña.

 

Ashley llegó al edificio en ruinas y pasando olímpicamente de esas ridículas contraseñas que iban cambiando todo el tiempo, hizo palanca con un palo hasta abrir la trampilla y deslizarse por ella. Sabía exactamente qué camino tomar para llegar a la sala de conciertos.  Lo había recorrido varias veces solo “para explorar”. Cosa que le había puesto en algunos aprietos con el dueño del bar, pero gracias a su habilidad había conseguido transformar esos “problemas” en esta tremenda oportunidad. Por supuesto eso no se lo había contado a Gabriel, su mejor amigo y líder del grupo, porque le hubiese regañado como si fuera un niño de cinco años.

 

. ¡Hola a todos! Ya podéis dejar de sufrir, vuestra estrella ha llegado.

 

Sonriente y avanzando de manera despreocupada Ashley se dirigió hacia Gabriel y lo abrazó. Después le besó tiernamente la mejilla y le susurró al oído.

- No te nos pongas nervioso ahora líder. Sabes que lo harás genial, no hay quien te supere en la batería.

- No estoy nervioso... Bueno sólo un poco. ¿Tanto se me nota?

- No mucho, sólo lo he visto en esa manía tuya de limpiar tus baquetas cuando estás inseguro.

- ¿Y tú? Bueno no sé ni porqué pregunto.  Tú nunca te pones nervioso en estas situaciones.

- Cuando se es tan perfecto como yo no se necesita estar nervioso. Pero debo admitir, que hoy estás bastante guapo. Tendrías que vestirse así más a menudo. Entonces encontrarías novia y dejarías de gastar tu valioso tiempo estudiando todo el día.

 

Gabriel resopló y se alejó de Ashley. Este sonrió, su amigo era realmente guapo, con ese pelo negro rebelde y esos ojos tan azules como el cielo. Además ese look de chico solitario y poco interesado en las típicas discotecas causaba estragos en los corazoncitos de las chicas. Poco sabían ellas del verdadero Gabriel, un chico alegre y responsable cuya única pasión era la música. El líder del grupo, el que siempre estaba allí cuando tenían un problema. El único amigo que Ashley había tenido en secundaria, el periodo más duro de su vida. Ashley siguió sonriendo mientras miraba a su amigo hasta que algo más invadió su campo visual.

 

Una figura femenina con el pelo castaño acabado en puntas más rubias, ojos de un verde vivo y una sonrisa pícara en el rostro.

 

            - Vladimir... Exactamente... ¿cuando me compraste esto?

            - Lo vi en una web mientras buscaba ropa para mí y pensé en lo mucho que me gustaría verte con un bonito vestido. Así que lo compré.

            - La verdad es que me encanta, no tengo muchas oportunidades de vestirme así.

 

Ashley miró a Violet ese vestido de estilo antiguo le sentaba bien y verla maquillada y con tacones la cambiaba completamente. Pasaba de ser una niña a ser la sexy guitarrista del mejor grupo de la ciudad.

            - Sí, sí, Violet estás muy guapa. Pero no te olvides de que a quien va a mirar el 90% del público es a mí.

            - No me extraña, pero sabes que vendes por tu imagen sexual. ¿No podías venir directamente desnudo?

            - Claro que si... Pero hubiese sido más que lo que los pobres corazones de nuestras fan hubiesen podido soportar y no creo que hacer un concierto para mujeres desmayadas hubiese sido un éxito.

 

Ante ese comentario los demás miembros del grupo no pudieron evitar estallar en risas y con ese ánimo tan alegre siguieron preparando los instrumentos y haciendo pruebas de sonido hasta que llegó la hora de empezar la función.

 

 

 

La sala principal de Bahamut se había convertido en un hervidero de jóvenes excitados. La noticia de que Blue Daga iba a tocar esa noche se había extendido como la espuma y nadie en su sano juicio iba a perderse esa noche de puro frenesí.

 

Todos habían rodeado la gran plataforma circular que permanecía en la penumbra, de repente toda la estancia quedó iluminada por un rayo de luz que cegó a los asistentes, seguido de un ruido ensordecedor y acto seguido la estancia queda cubierta en niebla. Los espectadores tosieron y se frotaban los ojos mientras poco a poco la niebla se disipaba y las figuras de cuatro atractivos jóvenes se iban dibujando en el escenario.

 

No dijeron ni una palabra, tampoco esperaron a que la niebla se disipara del todo, para empezar a tocar. Los primeros golpes de la batería marcaron el ritmo y fueron la señal de salida para que el bajista y la guitarrista empezaran a crear sus fantásticas melodías. Después de una introducción que duró más de un minuto la voz suave de Ashley invadió la sala junto a los gritos de las fans. Al terminar la primera canción Ashley sonrió ampliamente y se dirigió a su querido público.

 

- ¿Veis? Eso es a lo que yo llamo empezar fuerte. Lo que acabáis de escuchar es nuestra canción de bienvenida. Original nuestra al 100% ¿Os ha gustado?

- ¡Sí!

- ¡Claro! ¡Por supuesto que os ha gustado! Está hecha por mí. Bueno toca presentarnos por si hay alguien de aquí que todavía no nos conozca. Nosotros somos Blue Daga y el grupo está formado por: ¡Gabriel a la batería!- La sala se inundó de aplausos y gritos de emoción. - ¡Vladimir al bajo! - Los aplausos siguieron y se les sumaron otros tantos. - ¡Violet a la guitarra! - En esta ocasión los aplausos no fueron tan numerosos pero aún así inundaron la sala.- y por último... ¡YO! ¡Ashley el vocalista! - La sala estalló en euforia, todos amaban al carismático y atractivo vocalista y él lo sabía. Después de esa increíble presentación los chicos tocaron durante tres largas horas mezclando canciones originales con otras de grupos que les gustaban. Pasándoselo en grande e interactuando con el público. Hasta que llegó el momento de dar por terminado el concierto.

 

- Para terminar esta increíble velada tocaremos “Save me” de Avenged Sevenfold. Disfrutadlo... Mientras podáis claro. - Y con una sonrisa sombría empezaron a sonar las primeras notas de la última canción de la noche.




En otro lugar de la ciudad un hombre pedía con sus últimas fuerzas que alguien lo salvara mientras una figura oscura le arrebataba la vida en un instante.

Notas finales:

Comentarios, son mi energía :D

 


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