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Casa de Muñecas por Agnes-San

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Notas del fanfic:

Lo hice pro que me pico la mosca de hacer uno Jungboon, y por que me di cuenta que no hay xDD 

espero que no les espante el hecho de que es yuri, es la primera vez para mi haciendo esto, generalmente no me gusta pero vamos que yo ao a Gwiboon  :P

Gwiboon es mi amor lesbico :P 

aunque de por si ya me siento lesbiana amando a Key, ya que él es super femenino

Notas del capitulo:

Espero que les guste xD

y amen a Gwiboon tanto como yo :P

Casa de Muñecas.


 


Habían abierto una cafetería estilo maid, como esas que hay en Japón, donde las empleadas visten vestidos exóticos y muy lindos pero que no cualquiera los puede lucir como se debería, seguro el dueño era un pervertido que le gustaba ver  niñas vestidas como muñequitas y él nombre de la estúpida cafetería lo decía todo:


Casa de Muñecas; definición, pervertido acosador de niñas con vestido.


Sin muchas ganas de entrar pero tampoco de llegar a casa abrí la puerta de aquella cafetería pintada en un bonito color rosado, con toques celestes, ese lugar sin duda era muy bonito e infantil, con una gran cantidad de azúcar por todos lados, seguro mi cabello era un desastre debido al viento que había afuera.


Me senté en una de las mesas más pequeñas y algo alejada, extrañamente solo había dos personas ahí, aunque el local era grande, la primera era la chica que cobraba lo que se consumía y la otra una niña de cabello corto, que parecía más pequeña.


—    ¿Te puedo servir algo?  —pregunto una voz dulce como todo en ese lugar, en especial los pasteles que se exhibían.


—    Un café americano. — voltee a pedir mi orden y ella lo apunto en su libreta en forma de gato, misma que también portaban las demás chicas; Ok me equivoque ahí atendían tres chicas.


La del cabello corto, al del cabello lacio y largo y por ultimo estaba la de colitas con moños rosas y vestido del mismo tono,  un bonito vestido que le quedaba por encima de la rodilla, con un delantal blanco y varios moños, y aparte llevaba unas orejas de gato rosa.


Sacaba la lengua de lado al escribir, luego se marchó.


—    Gwiboon, ¿a qué hora llega tu mamá? —pregunto la de cabello lacio y ella solo encogió los hombros.


—    Gwiboon, ¿puedes ayudarme hoy con mi tarea? — dijo la otra chica, la de cabello corto.


—    Claro, ven a mi casa y te ayudo. —tomó una de las tazas de rosas y un plato antes de dirigirme una sonrisa, entrecerrando sus ojos de gato, esos que hacían juego junto a sus orejas.


Se dirigió hacia mí y su amiga a otra mesa donde un chico no paraba de mandarle ojitos.


Gwiboon era su nombre.


Gwiboon era muy bonita, y el vestido le quedaba estupendo a su cuerpo bien definido y delgado.


Gwiboon era el único nombre que pensaba en las clases de matemáticas. Cada que miraba algún gato cruzando la calle o saltando desde algún tejado casi podía recordarla y sus movimientos felinos.


—    Junghee, ¿hoy vas a ir a entrenar? —Cuestiono Minjung.


Ambas formábamos parte del equipo de futbol femenil, ella era la delantera y yo una de las defensas, un deporte algo rudo, pues generalmente siempre terminábamos con uno que otro raspón, cortada o algo, pero eso solo aumentaba la emoción.


—    Y cuando termine la práctica te llevare a tomar un café. — dije pasando uno de mis brazos sobre su cuello, aunque me costaba un poco por que la tonta creció mucho más que yo.


—    Tú pagas. Y recógete el cabello si no quieres que se te haga feo. —me dijo dándome una liga para que me la pusiera.


—    ¿Desde cuándo te importa el cabello de las demás personas? —cuestione, pues generalmente ella solía ser más “varonil” como las demás chicas decían, aunque a ella le importaba un comino lo que le dijeran.


—    Sigo siendo chica. —habló corriendo hacia la cancha.


AL final terminamos antes por que el estúpido viento no nos dejo seguir adelante, al Minjung, la capitana nos dejo ir antes.


—    Bien, vamos por mi café. — dijo ella, volviéndose a poner la mochila de lado, mientras que yo la cargaba en la espalda.


 


 


***


 


—    ¿Casa de Muñecas? —cuestionó como no creyendo. —Eso suena a pervertido japonés.


—    Lo sé, yo pensé lo mismo. —vocifere soltando una risa.


Caminamos hacia el local y ella abrió la puerta, dejándome pasar a mí también, busque por todas partes a Gwiboon, mi Gwiboon, aunque no era mía.


—    ¡AH! —grité antes de caer al suelo, alguien me había puesto un escalón que me quería asesinar.


Escuche el taconeo de alguien que se acercó un poco.


—    ¿Te encuentras bien? —pregunto su voz dulce.


Esa chica bonita era la Gwiboon infantil y que sacaba la lengua cuando escribía solo que ahora estaba diferente, tenía el cabello suelto, llevaba un vestido blanco y unas botas altas, que la hacían ver aun más alta de Minjung.


Me pare con mucha vergüenza por que ella me viera caer, en realidad estaba muriendo de vergüenza, aun más cuando me pare frente a ella y claramente era más alta que yo y con esos tacones, me sentía un hobit a su lado.


—    ¿Te encuentras bien? —volvió a preguntar.


—    Si… gracias. — le sonreía y ella me regreso la mueca.


Nos sentamos en una mesa y ella se dirigió donde sus compañeras que ya estaban con sus vestido de maid, sin embargo ella luego desapareció detrás de una puerta, y la que nos atendió fue la del cabello corto.


Luego de un rato salió Gwiboon con su vestido rosa que dejaba ver parte de sus piernas antes de ser cubiertas por las medias blancas, con esos zapatos de suela nivel piso se miraba mucho más chiquita, igual de femenina.


—    Toma, esto es para tu rodilla; estaba sangrando. —dijo ella tendiéndome una pomada.


—    Gracias. —vocifere y Minjung se me quedo mirando algo extrañada.


—    Tienes lindos ojos, parecen los de un puppy — habló ella y entonces me di cuenta que era muy social. — Y lo de la pomada, ponte un poco, luego me a regresas porque Eunsook no tarda mucho en seguirte los pasos. —se rio bajito y posterior a ellos la de cabello largo y nariz chistosa cayó al suelo. —Te lo dije.


—    Enseguida me puse como ella me indicó y regrese la pomadita, par que fuera a auxiliar a su amiga.


—    Me llamo Gwiboon. —dijo ella, aunque eso ya lo sabía.


—    Junghee.


 


***


 


—    Junghee mala, acompáñame a comprar un vestido.  —hablo ella.


—    Tengo mucha tarea Gwiboon —dije y ella hizo un puchero.


—    Junghee, por favor. — se aventó en mi cama y su vestido de florecitas se levanto un poco de las piernas.


—    Está bien, pero luego me ayudas con la tarea. —ella sintió echando un saltito.


A veces tenía arrancas de amor, y  llegaba de la nada y me pegaba un beso en la mejilla dejándome sus labios marcados, algunas otras era una caprichosa berrinchuda y no perdonaba hasta que le rogaba.


Gracias a una estúpida pomada me hice amiga de la chica más bonita que jamás vi, la más coqueta también  y la que más tenía chicos babeando por ella, y ella simplemente seguía moviendo el trasero para todos y ninguno llegaba a su altura.


—    Te amo Junghee — me abrazo efusiva y yo rodee su cintura estrecha.


Ella siempre tomaba mi mano cuando caminábamos y aunque a muchas personas les parecía extraño no me importaba, solo me interesaba la felicidad de Gwiboon, y si ella era feliz yo también lo era.


—    Mañana va  haber un partido en mi escuela, me peguntaba si te gustaría venir. — dije y ella solo asintió.


AL final solo compramos dos vestidos, y un short para mí que ella y su madre pagaron, aunque la señora era adinerada y por eso tenía una niña tan caprichosa y bonita, que trabajaba en el  café.


 


***


 


Iba todos los días al café solo para ver a mi amiga, y Minjung a ver a Taeyeon, porque aunque pensaba que no me daba cuenta a ella le gustaba la niña, pero aun así para mi Gwiboon siempre era la más bonita,  mi muñeca de parcelana, una muñeca que todos veían por ser excesivamente coqueta.


—    Eunsook, dile a mamá que me tuve que ir, pero vuelvo en un rato a hacer las horas que me faltan. —habló antes de desaparecer.


Salió con una falda que le quedaba más arriba de lo usual, mostrando un poco más sus piernas  alechadas, curvilíneas y bonitas, esas que a veces envidiaba pero siempre las prefería en ella y una blusa de manga corta algo entallada.


Y tenía mi partido dentro de media hora y seguro llegaría tarde por culpa de una niña que caminaba conmigo de la mano y nos mirábamos extrañas porque ella era más lata que yo y mucho más femenina.


 


***


 


Al término del partido Gwiboon Gwiboon me abrazo de nueva cuenta y de nuevo su falda seguro y subió poco más de lo normal porque los únicos chicos que había ahí voltearon a ver sus piernas.


Como acto reflejo baje su falta un poco, solo para evitar las miradas de esos chicos, no me gustaba que la vieran menos pervertidos como esos.


—    Gwiboon exhibicionista — dije en su oído.


—    Aun así me amas. —habló ella y yo solo asentí con la cabeza sabia que todo lo que viniera se su boca era juego, pero tenía que demostrarle que en realidad la amaba, y no solo como mi amiga.


Gwiboon recibió la llamada de su madre diciendo que si deseaba no regresara y terminara pero que luego se las cobraría.


—    Bien vamos a tu casa. — dijo ella y yo solo asentí.


Mamá la invito a comer y ella asintió y por primera vez no la vi quejarse en cuento a la comida, solo comió en silencio y respondiendo cada una de las preguntas que mi madre le hacía.


Ella se puso a ver un programa de variedades.


—    Mira Junghee, ese chico se mira tan guapo —dijo escandalosa como siempre.


—    Si.


Mamá se marchó dejándonos a ambas solas.


—    Gwiboon, ¿puedo decirte algo? — hable con la vista baja y ya bañada, con el cabello algo húmedo.


—    Puedes hacerlo.


Me senté a su lado, nunca nadie me dijo que confesártele a alguien era tan difícil.


—    ¿Qué ocurre Junghee? —cuestiono ella  seria.


—    Nada, es solo que no me gusta que los chicos te miren como pervertido.


—    No te preocupes, jamás le haría caso a ese tipo de niños idiotas. —hablo haciendo un gesto algo extraño


—    Gwiboon, creo que me gustas. —dije de una vez por todas esperando a que me cacheteara.


Cerré los ojos ante lo que seguía y ella simplemente se acerco un poco más hasta chocar sus labios con los míos, tan dulces, me gustaban así de esponjosos y llenos de labial rosa. Si eso era un sueño no deseaba despertar.


—    Tu también me gustas. —dijo ella con voz de niña pequeña.


—    Pero yo te amo.


—    Yo  ti, desde que entraste a la cafetería.


—    Sabes, de toda la casa de muñecas,  tú eres la más bonita. —dije y ella sonrió tomándome la mano, la cual nunca soltaré.


 


 

Notas finales:

Se que no tendre muchos Rws por que es yuri pero no importa por que amo a las SHinee girls, en especial a Gwiboon

 

kisses 


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