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¿Podrías fingir que te importo? por ArielHellishKoneko

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Notas del fanfic:

=w= el escrito fue hecho especialmente para San Valentín para el concurso de MundoYaoi 

Notas del capitulo:

Esta historia y los personajes en ella son ficticios, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. 


“¿Podrías fingir que te importo?”

 

 

Nunca había odiado San Valentín. Para mí solo era una fecha más, aunque el día se volvía un poco ruidoso, el olor a chocolate estaba por doquier y que, curiosamente, nunca había tenido pareja en esas épocas. A pesar de todo eso yo nunca había odiado San Valentín. No era como esas personas que detestaban el día porque no tenía a alguien especial con quien celebrarlo. Después de todo también era el día de la amistad y yo tenía unos cuantos amigos con quien celebrar.

Pero este año era diferente, este año la fecha se había convertido en algo importante para mí. Porque al menos por este año, tenía una persona especial con quien celebrarlo. Su nombre era Nathaniel, había sido mi mejor amigo desde los 5 años y era mi novio desde hace 1 mes. Nathaniel era algo bajo, cabello negro, ojos azules y piel pálida, muy parecido a mí, excepto por los ojos, ya que los míos eran negros y la altura, ya que yo era más alto.  

-¡Max!- me gritaron a la vez que sentía que algo caía en mi cabeza. -¡Despierta!

Fruncí el ceño y me sobé la cabeza.

-¿Qué se te ofrece?

Giré la silla para encarar a quien me había sacado de mis pensamientos. Mi amigo, Mike, me miraba con una sonrisa burlona mientras que con una cartulina enrollada volvía a golpear mi cabeza.

-Deja de pensar en tu novio y pon atención en el trabajo- me dijo golpeando esta vez mi cara.

-Cállate- le ordene volviendo a voltear mi silla.

Soltó una risa burlona y dejo la cartulina y otros papeles en el escritorio de al lado. Comencé a teclear cosas en la computadora sin prestarle atención a Mike. Solo pude escuchar la silla chillar cuando fue jalada y un golpe en mi rodilla.

-¡Max!- volvió a gritar Mike con una sonrisa de oreja a oreja.

Lo miré de reojo y suspire. Cerré el programa de la computadora y giré de nuevo mi silla para verlo de frente.

-¿Qué?- pregunté molesto.

-Eres tan grosero, Max- se quejó casi llorando –Yo solo quería platicar contigo.

Fruncí el ceño de nuevo, me cruce de brazos y lo miré por un buen rato.

-Tu ceño fruncido contrasta tan hermoso con tus ojeras.

-¿Qué quieres, Mike?- pregunté fastidiado.

Me sonrió y se recargo en el respaldo de su silla.

-¿Qué le vas a dar hoy a Nathaniel?

Me alcé de hombros y giré la silla para volver al trabajo.

-No sé.

Abrí de nuevo el programa y me concentré en el trabajo que tenía pendiente. Tenía que terminar rápido para poder ir a ver a Nathaniel sin recibir regaños de parte de mi jefa por dejar el trabajo a la mitad. Mike decidió dejar el tema por un momento y se enfocó en su trabajo. Agradecí en silencio por eso. Aunque una media hora después estaba de nuevo molestándome con una cartulina.

-¡Vamos, Max!- imploró casi con lagrimas en los ojos –Quiero saber que harán.

-¿Conoces el puente de los enamorados?- le pregunté sin despegar la vista de la computadora.

Mike acercó un poco más su silla y asintió repetidas veces con la cabeza.

-Pensaba…

-¿Pensabas llevarlo ahí?- me interrumpió con una sonrisa de oreja a oreja.

-Quería ver una película con él, pasear por el parque y terminar ahí.

-¡Cute!- gritó con los brazos extendidos -¿Harán lo del candado?

Lo miré y enarque una ceja. Cerré de nuevo el programa y giré la silla para mirarlo.

-¿Candado?- pregunté arrugando la nariz.

-Eres tan tonto- murmuró frunciendo la boca –Se supone que en el puente de los enamorados uno compra un candado, después se escriben los nombres de ambos, se pone el candado con llave en el barandal del puente y se tira la llave al rio, es para demostrar su amor.

Lo miré por un momento, giré de nuevo la silla y abrí el navegador para buscar en Internet información sobre eso. Mike sonrió y acercó la silla hasta quedar pegada a la mía. Abrí la primera página que apareció con información y leí los detalles sobre ese “ritual”.

-Es de una película- le dije sin dejar de leer.

-No quita el hecho de que es romántico.

Volteé a verlo enarcando una ceja. Me sonrió y volvió con su silla a su escritorio. Miré por un rato otras páginas con información, mientras de reojo miraba a Mike trabajar. Me mordí los labios pensando si a Nathaniel le gustaría un detalle como ese.

-¿Piensas hacerlo?- preguntó Mike con una sonrisa de lado.

Me encogí de hombros y volví a mi trabajo. Termine el trabajo media hora antes de lo planeado, apagué mi computadora, ordene un poco mi escritorio y tomé mis cosas dispuesto a marcharme e ir en busca de Nathaniel. Mike me miró torciendo la boca  y rebusco algo entre sus cosas.

-Sabía que no tendrías el toque romántico que se necesita en estas cosas- me dijo sacando una bolsa blanca pequeña –Así que me tome la molestia de comprar el candado por ti.

Miré la bolsa y la tomé en cuanto me la extendió, dentro había un candado y un plumón.

-No te preocupes, no costó mucho- me sonrió y volvió a su trabajo.

-¿Gracias?- pregunté algo asombrado, Mike no era de dar cosas.

-Tendrás que contarme como estuvo la noche.

Solté una risa burlona y tomé mi chamarra para poder irme. Me despedí rápidamente de él y casi corrí fuera del edificio. Tenía muchas ganas de verlo. Tomé un taxi y llegue al lugar acordado con Nathaniel una media hora antes. Escondí el candado en la bolsa de mi chamarra y espere en un poste a que Nathaniel llegara. Sonreí como un tonto pensando en todo lo que haríamos ese día, en todas las cosas que podría decirle y en las cosas que él podría decirme.

Esperé casi una hora hasta que vi a Nathaniel corriendo a unos metros de donde yo me encontraba. Le sonreí y lo salude moviendo la mano por encima de mi cabeza. Se quedo quieto unos minutos y retomo la marcha para llegar más rápido a donde yo me encontraba. En cuanto llegó me saludo sonriendo y tomó una gran bocanada de aire. Solté una pequeña risa y revolví su cabello.

-Perdona la tardanza- murmuró tomando aire de nuevo –En la oficina no me dejaban salir.

-No importa.

Me sonrió y me abrazo por el cuello, correspondí el abrazo y lo jale para que camináramos en dirección al cine.

-¿Pensaste que película ver?

Se llego un dedo a la boca y frunció el ceño.

-Quiero ver esa nueva de asesinatos.

Sonreí y le di un beso en la mejilla, se sonrojo hasta las orejas y agachó la mirada.

-No hagas eso- murmuró soltándose del agarre de mi mano con la suya.

Bufé levemente y me conforme con caminar al lado de él. A veces le molestaba que lo besara frente a las personas, pero creía que se acostumbraría después de un tiempo, supongo que me había equivocado. Llegamos al cine y pedimos entradas para la película, entramos a la sala y a diferencia de  las películas de amor en esta no había tanta gente, una que otra pareja y uno de otro grupo de amigos. Buscamos un lugar donde pudiéramos ver bien y nos sentamos.

Habíamos comprado palomitas y refrescos, cuando las luces se apagaron aproveche y me acerque para besarlo. Me correspondió a secas y me susurró que quería ver la película. Suspiré y me acomode en mi lugar mientras comía palomitas y tomaba refresco alternadamente. En la sala había uno que otro grito de alguna chica. Mire a Nathaniel y rodeé sus hombros con un brazo, lo acerque un poco y le di un beso en la mejilla.

Cuando la película acabo lo lleve a el parque que tenía planeado. Platicamos de varias cosas y dejó que lo tomara de la mano. Estaba comenzando a obscurecer y antes de que se hiciera más tarde le propuse ir al puente. Me miró unos segundos algo confundido, torció la boca y agacho la cabeza. Acaricie su mejilla y levante su rostro para que me mirara.

-¿Pasa algo?- pregunté un poco preocupado.

-Tengo que decirte algo.

-Dímelo.

Me miró mordiéndose los labios y negó rápidamente con la cabeza.

-Tú aun querías ir a un lugar, ¿no?

 -Puedo esperar.

Negó de nuevo con la cabeza y me jaló de la chamarra.

-Vallamos a ese puente- ordenó jalándome fuertemente esta vez del brazo.

Lo seguí sonriendo, me sorprendió que a pesar de ser un lugar que se frecuentaba ese día solo había un par de parejas. Nathaniel siguió caminando hasta que se cansó y se recargo en el barandal del puente. Solté una risa burlona y acaricie su cabello.

-Eso te pasa por correr- le dije recargándome en el barandal.

Bufó molesto. Esperé a que su respiración se normalizara y que a la pareja que estaba cerca de nosotros se fuera. Me giré un poco y saque el candado de la chamarra. Sonreí y cubrí el objeto con mi mano.

-Max- me llamó Nathaniel con voz baja –Debo decirte algo.

Lo miré y asentí con la cabeza.

-Es que… yo te quiero…-murmuró con la cabeza gacha.

Mi sonrisa se extendió de oreja a oreja, tomé su mano e intente besarlo pero me empujo fuertemente.

-No entiendes- dijo sin mirarme –Yo… me di cuenta que te quiero… como amigo.

Lo miré sin entender lo que decía, tarde un par de minutos en poder ordenar las ideas en mi mente.

-¿Qué quieres decir con eso?

Me miró de reojo y agacho la vista.

-Eres una persona especial para mí, alguien muy importante, pero, no te quiero de esa forma, yo… yo… -miró mis ojos por un instante y apretó los puños –Yo no te quiero más que como un amigo.

 Mi cuerpo perdió fuerza y entendí perfectamente lo que dijo. Estaba terminando conmigo. Lo miré con los ojos abiertos como platos y la boca entreabierta intentando decir algo. Tragué saliva sintiendo un enorme nudo en la garganta.

-¿Es en serio?- pregunté con la voz a punto de cortarse.

-Perdóname, por no habértelo dicho antes, fui cobarde.

Agaché la mirada y apreté los puños, me giré y me lleve la mano a la boca. El nudo en mi garganta se intensifico y mis ojos se empezaban a nublar. Un dolor en mi pecho me hacía saber que todo esto era real. Me mordí los labios e inhale aire por la nariz, sentí una lagrima resbalar por mi mejilla y me sentí estúpido. No quería llorar frente a él.

-Max- me llamó con voz baja -¿Estas enojado?

Reí de forma burlona y me limpié la lágrima, tomé aire y parpadeé varias veces.

-No estoy enojado. De alguna forma ya lo sabía.

Nos quedamos en silencio por un rato. Me recargue en el barandal y me jalé un poco el cabello.

-Por favor, no te deprimas.

Solté una risa burlona.

-No lo haré.

-Creo que sería mejor si yo me voy.

-Si es lo que quieres.

De reojo vi que trataba de darme un abrazo pero inmediatamente me aleje.

-Perdóname, Max.

Negué con la cabeza y él me dio un beso en la mejilla, se despidió de mí y se fue por el lado contrario a donde habíamos llegado. De reojo lo mire hasta que se perdió entre unos árboles. Enterré los dedos en mi cabello y solté un largo sollozo, cerré los ojos y dejé que las lágrimas salieran de mis ojos y recorrieran mis mejillas. Dolía como el infierno mismo. Me mordí los labios antes de volver a sollozar. Pateé el barandal y me deje caer al suelo, abrace mis rodilla y volví a soltar un gemido de dolor.

Después de un rato de llorar y golpear el piso me sentí un poco más relajado, aunque las lágrimas seguían saliendo de mis ojos. Vi el candado tirado y lo tomé sonreí sin dejar de llorar y saque el plumón de la chamarra, escribí su nombre y el mío. Lo miré sin entender porque lo había hecho, escribí la fecha y volví a dejarlo en el piso. Me limpié los ojos y me levanté del piso, tomé el candado y le até la llave. Recordé cada cosa que me había dicho y volví a sollozar.

Miré el candado y fruncí el ceño, levanté el brazo y miré el rió y la luna reflejada en este. Yo nunca había odiado San Valentín, y no lo haría solo por una decepción amorosa. Tomé impulso y arrojé el candado junto con la llave. Escuche el sonido cuando impacto con el agua y suspiré. Me tallé los ojos y limpié los rastros de lágrimas, tomé aire una vez más, traté de relajarme y de alejar los pensamientos que me hacían recordarlo. Era mejor simplemente olvidarlo que guardarle rencor que no serviría para nada. Me encamine hacia la salida del parque.

Yo nunca había odiado San Valentín y a pesar del dolor que acaba de tener no lo odiaría. Pero al menos por ese día, al menos por ese momento, San Valentín se podía ir a la mierda.

 

 

 

 

Notas finales:

Espero les haya gustado =w= 

 

Un review me haría feliz. MUCHAS GRACIAS POR LEER.


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