Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Clases con el profesor Green por TokiitaNaruLoveBK

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ya tenía un tiempo desaparecida .-. Pero por fin he regresado con un pequeño oneshot! :3 Espero que les guste: 

 

Dedicado a: 

Eri. 

Una lectora que me había dejado RW en mi fic "Experimentando contigo" y a quien yo le prometí un fic. Aquí lo tienes, perdón si me tarde, la verdad era que no es que no hubiese querido hacerlo, la escuela me comió y en vacaciones me la pasé con la familia, perdón y espero que lo leas y que lo disfrutes. 

Clases con el profesor Green
UchihaNaru

 

La escuela puede ser aburrida, pero todo depende del maestro que te dé.

 

Un maestro es una persona con capacidad de enseñar y compartir sus conocimientos con otras personas, denominadas alumnos, muchas veces pueden ser aburridos, graciosos, inteligentes o incluso… Atractivos. Demasiado como para considerarlos un factor de enseñanza, después de todo, siendo razonables ¿A qué le prestarías más atención, a la materia o al perfecto rostro, cuerpo y voz de aquel sujeto?

 

Red lo sabía muy bien, tal vez esas eran las clases más aburridas de aquel segundo semestre de la universidad pero en verdad que no le importaba tener que aguantar estas tres horas de clases con tal de ver al profesor Green moviendo su cabello castaño a punto de ser rojo de un lado para otro, o esos ojos que repetitivamente creía sentir sobre él.

 

Suspiró. Era tonto de su parte estar fantaseando a sus 19 años recién cumplidos con su profesor de Geofísica, en ese momento se encontraba haciendo una pequeña monografía del tema recién visto, él no estaba concentrado en lo que hacía puesto que su vista continuamente se fijaban en el profesor Green, quien se mantenía sentado en su escritorio leyendo un libro de Geofísica avanzada, se veía concentrado y lo primero que pensó en ese momento era que el maestro se veía realmente bien.

 

-Red… Oye, Red –La voz en forma de susurro de Gold, su compañero de clase y “amigo”, le sacó de su ensoñación, sus ojos inexpresivos se fijaron en él y este le sonrió al captar su atención –Hoy llevare a Red al veterinario, ¿Te gustaría acompañarme? –Red era el gato de Gold, quien le había puesto de esa manera tan solo por molestarlo un poco, cosa que no causo alguna reacción en él cuando se lo dijo.

 

-¿No puedes ir mañana? –Gold tenía más de cinco años conociendo a Red, así que sabía interpretar una pregunta corta como un dialogo que su amigo evitaba decir, pues lo que su amigo quería decir era: que tenía un compromiso esa tarde, pero que, como le gustan los animales, le gustaría acompañarlo al día siguiente.

 

-Claro, le pediré al veterinario que cambie la cita –La conversación quedó ahí, no había necesidad de decir más pues Red era una persona de pocas palabras, pero a la hora de hablar o de decir algo, lo hacía de manera directa, era conocido por todos que era muy callado y serio, pero a pesar de ser así, se preocupaba muchísimo por lo que sucedía a su alrededor. Era por eso, que la mayoría de sus compañeros lo apreciaban muchos, y era por eso que de igual manera muchos de sus compañeros se fijaban en él… Inclusive un distinguido profesor.

 

Pero en fin, Red se concentró en su tarea, las horas pasaron, las clases con el profesor Green terminaron y Red fue el único que se quedó en el salón, necesitaba terminar un trabajo que le tenía que entregar al profesor de Ambientalismo al día siguiente, y conociéndose, sabía que no lo haría en su casa puesto que de solo pensar en llegar y ver su cama, solo soñaba con dormir, era por ello que había decidido que por ese día se quedaría hasta tarde en la Universidad.

 

-Red-kun – El susodicho se exaltó, pero su expresión seria se recompuso al fijar su mirada en el profesor Green, quien lo miraba atento desde su escritorio -¿Necesitas algo? –El interés del profesor sobre Red era bastante obvio, incluso los alumnos lo habían notado, pero Red al parecer no, era por eso que el profesor quería aprovechar ese momento, los dos estaban solos y nadie entraría a ese salón hasta el día siguiente, tenía una oportunidad, tenía que aprovecharla.

 

-No – Fue la simple respuesta de Red, el profesor Green sonrió con nerviosismo, se le había olvidado lo difícil que era hacer hablar a su alumno, ya había escuchado hablar a otros de sus estudiante sobre el frio pero adorable comportamiento de Red, solo que no había imaginado que en verdad fuese difícil entablar una conversación con él.

 

-¿Y qué haces, entonces? –Green, con la intención de tener un contacto más amistoso con Red, decidió acercarse a su alumno para espiar lo que hacía, la respuesta a su pregunta nunca llegó, Red pudo sentir que se acercaba y se dio cuenta que no había necesidad de decir algo si él iba hasta él y lo descubría por si solo –Tarea de Ambientalismo, según tus notas esa materia no es tu fuerte –Cruda verdad.

 

Red era un excelente estudiante, sus notas eran ejemplares y nunca le causaba problemas a ningún maestro, Ambientalismo era la única excepción. El sujeto que impartía esas clases era el profesor MÁS ABURRIDO DE TODA LA UNIVERSIDAD. La voz de aquel maestro era como una canción de cuna, era hablar, hablar y hablar durante dos horas seguidas sobre un mismo tema, habían clases en las que no podía evitar quedarse dormido, tener que escuchar música discretamente, o de plano salirse por un buen rato para recuperar energías con la excusa de querer ir al baño, por consecuencia de todo esto, su conducta en clase y su aprendizaje de esta misma, eran muy bajos.

 

El profesor Green sonrió con malicia, en su mente algo ingenioso se le ocurrió, él era un hombre de ética, sabía que lo que haría no era correcto, pero ¿Qué más daba si podía tenerlo por fin para él con algo así?

 

-Te propongo algo, Red-kun – El menor lo miró a los ojos, esperando a que el más grande hablara -¿Qué te parece si hacemos un trato? Yo te daré las respuestas de cada examen de Ambientalismo, si tú me das LO QUE YO QUIERA –Las palabras eran tentadoras, Red sabía que si obtenía esto era un 100% probable que por fin pasara esa materia, pues, según lo que el profesor de ambientalismo les había indicado él el examen valía el 70% de la calificación, más un 10 de asistencia y el otro de tareas. 

 

-¿Está hablando en serio? –A pesar de que sabía que si decía que si tendría la vida resuelta, algo no cuadraba bien ¿Qué podría querer un profesor de un alumno? ¿Qué podría querer el profesor Green con él? Claro que, al final, él haría lo que fuera por ese sujeto, si es que también le favorecía a él.

 

-Hablo muy en serio Red-kun –El profesor Green se encaminó hasta su escritorio y se sentó en el borde de este, su mirada superior al igual que su sonrisa juguetona hacían que Red por momentos se desconcentrara, el mayor se lamió los labios de solo pensar en el hecho de que si el otro decía que sí, podría degustar de aquel hermoso chico –Pero recuerda, solo te las dares si haces lo que yo quiera – Red miró esto con algo de desconfianza, pero a esas alturas no creía que nada fuera tan malo, decidido y sin tomar en cuenta alguna consecuencia respondió con un corto “Esta bien” – Perfecto – Green miró a las ventanas, los alumnos eran casi nulos en el patio, sabía que no había ninguno en las afueras del salón y que los profesores se estarían preparando en la sala de maestros para las clases de la tarde, lo que quería decir que estaban solos, completa y absolutamente solos. –He notado que siempre me miras con demasiada atención durante las clases –Ante este comentario, Red se exaltó –Te atraigo – No lo estaba preguntando, era una afirmación, a Red se le subieron los colores a la cabeza, bajó la mirada y gracias a su gorra inseparable, su rostro se tapó -¿Sabes cuál será mi primera petición? –Green mantenía su voz en forma de superioridad combinada con seducción, para Red ese era el momento más vergonzoso de su vida, pero aun así no podía evitar ese pequeño estremecimiento al escuchar la voz de Green –Te quiero a ti –Las palabras del profesor le hicieron levantar la vista sorprendido, Red lo miró como preguntándose si en verdad hablaba en serio o era solo una broma de mal gusto, pero al mirarlo a los ojos Red no encontró ningún deje de burla, la cosa era en serio, y él no se iba a negar a Green.

 

Sin decir palabra alguna, Red se levantó de su asiento y miró con intensidad al profesor, con decisión y sin vacilar caminó hacía su profesor, era la primera vez que se comportaba de esa manera, pero había algo en toda esa situación que le hacía perder la cabeza, solo habían sido unas simples palabras, ese Te quiero a ti, no solo le provocó un estremecimiento de excitación, sino también una pequeña esperanza que después de eso, la cosa se volviera más que un simple revolcón, esperaba que fuera… Amor.

 

Por otro lado, Green lo miraba lascivamente, recorriendo ese cuerpo que tantas veces había soñado con tocar y que sabía que ese día al fin podría hacerlo. Red se pegó al cuerpo del mayor, jalándolo con el borde del cinturón que Green mantenía ajustado a su cintura.

 

El menor inclinó su cabeza y juntó sus labios con el maestro, aceptando de una vez por todas que su atracción era más seria de lo que creía, el de ojos verdes puso sus manos en la cadera del más chico y bajaba juguetonamente a los glúteos, esta acción hizo sonrojar al menor, pues al mismo tiempo, Green lo pegaba contra él y pudo sentir algo rozar contra su hombría, algo duro y… enorme.

 

El mayor se despegó de la mesa quedando así completamente erguido frente a Red, demostrando que su estatura variaba por una cabeza siendo él el más alto, el menor quiso besar de nuevo a su maestro y este le sonreía mientras se acercaban lentamente, al final Red solo pudo rozar aquellos labios que lo volvían loco, pues en un movimiento rápido el otro comenzó a devorarle el cuello.

 

Las manos de Green eran rápidas, cuando Red se dio cuenta, su maestro ya le había bajado los pantalones junto a su bóxer rojo con rayas negras, esto lo hizo sonrojar, pero eso no evitó que él siguiera jadeando ante las caricias del mayor, quien mantenía sus manos recorriéndole los costados de su cuerpo, claramente impaciente por ir cada vez más rápido.

 

El menor también quería jugar, le quitó la camisa al mayor, pero incluso él otro ya le había ganado a él, pues ahora se encontraba con su camisa desabrochada, dejándolo casi completamente desnudo, mientras que él otro aun tenía su pantalón. Green al ver esto no pudo evitar sonreír y besar descaradamente al más chico.

 

-Hazlo –Red sintió un escalofrió recorrerle la espalda entera, miró al mayor mientras le preguntaba con la mirada si hacer eso era realmente necesario, era su primera vez, nunca había hecho esas cosas y no es que no quisiera hacerlas con aquel sujeto, pero tenía un poco de miedo –Hicimos un trato, jovencito – Con esas palabras Red comprendió que no le quedaba de otra y se arrodilló frente al más grande, quien nuevamente se había recargado en el escritorio, el menor pudo ver que el otro ya había bajado su ropa interior y sus pantalones lo suficiente para que así esa parte suya fuera la única a la vista.

 

Con lentitud, tomó aquella porción de carne y la comenzó a lamer como si de una paleta se tratara, primeramente con vergüenza y después de unos pocos minutos, con veracidad. Ante estos actos pudo sentir a su pequeño amiguito pedir atención, haciendo que su mano izquierda fuera para atenderlo, mientras que con la otra ayudaba a su boca para brindarle placer a su profesor.

 

De esta manera, los movimientos que fueron lentos se volvieron un tanto salvajes, Green tenía su mano en la cabeza del más chico, proporcionándole así la rapidez ideal al menor, unos jadeos guturales salían de su garganta, el menor lo miraba de vez en cuando y supo por ello que le gustaban aquellos sonidos, por eso, decidió que él también quería disfrutar de una sinfonía ejemplar y antes de que pudiese correrse, separó al menor de él y le indicó que pusiera sus manos sobre el escritorio para sostenerse, mientras se colocaba a sus espaldas.

 

-Espera – La voz de Red le hechizó, había sonado sorprendentemente erótica y sabía que se debía a la falta de atención que hasta el momento se le había negado, por ende, decidió ignorar la petición de esperar y, con sus dedos húmedos por su propia saliva, buscó la dichosa entrada del más chico.

 

Los jadeos y gemidos de Red invadían toda la estancia, el prepararlo no llevó mucho tiempo, Green recorrió con la mirada el cuerpo de su alumno, ese universitario era lascivamente hermoso y no podía evitar querer poseerlo sin piedad, pero tenía que ser paciente, tenía que demostrarle al otro que, aunque fuese un el primer revolcón de muchos, él significaba algo para su persona. Tal vez no sentimentalmente, pero al final, tenía un valor para él.

 

Después de quedarse por unos momentos absorto en sus pensamientos, Green apoyó sus manos en la cintura del menor y después de acomodarse, lo penetró de una sola vez, el grito pasional pero lleno de dolor del menor hizo que una electrizante sensación recorriera el cuerpo del más grande, quien después de esto, no espero mucho tiempo y comenzó a embestirlo con lentitud.

 

Los movimientos de Green, después de disfrutar la asfixiante y encantadora sensación de las primeras estocadas, se volvieron rápidos y casi sin piedad después de sentir como Red movía las caderas, buscando un poco más de fricción.

 

-Green… Ah… Animal –Ante este insulto el mayor sonrió con prepotencia, haciendo sus movimientos más fuertes a propósito, los gemidos de los dos se combinan con el aire, Red sentía que no podía haber mejor momento que ese, compartir esos momentos con el profesor, con la persona a quien más quería y atraía, era realmente asombroso. Por otro lado Green solo estaba disfrutando la situación solo por el sexo, él sabía de los sentimientos de Red, sabía que era malo aprovecharse de eso, pero había estado queriendo aquello desde que lo vio por primera vez, y simplemente no se había podido retener. 

 

-¡Ya… casi! – Green estaba en su límite, Red estaba igual, el menor se tocó así mismo mientras sentía como su profesor le daba con todo, los movimientos eran certeros, rápidos y un tanto brutales, pero al final, sorprendentemente buenos, después de algunas estocadas más, los dos se corrieron sin poder evitarlo, Green dentro de Red, y él más chico manchando uno de los lados del escritorio del profesor.

 

Sus respiraciones eran lentas, los dos trataban de recuperar el aliento, Green salió del menor e instantáneamente el otro cayó de rodillas al suelo, sus piernas no tenían fuerza, el cansancio era muy evidente, Green sonrió por eso con superioridad, Red por otro lado aun seguía algo sorprendido y sin poder creer lo que había ocurrido, Green se inclinó sobre él y le hizo alzar la mirada, tomándolo por la barbilla delicadamente. 

 

-Buen trabajo, Red-kun –El profesor Green lo besó en los labios, tomó sus cosas como si nada y salió del salón dejando solo a Red, el más chico miró a su alrededor, trató de pararse y una vez que lo logró sintió sus piernas temblar, además de un liquido blanquecido recorrerle las piernas. Decidió que era mejor irse a casa rápido.

 

A la mañana siguiente, cuando Red se despertó para ir a la escuela, un intenso dolor en su cadera le hizo dudar entre querer ir o no, sin embargo, sabía que tenía que ir, la semana de exámenes se acercaba y sería imprudente faltar, con algo de dificultad y mucho flojera de por medio, Red se levantó y, tomando todo el auto control que poseía, caminó directo a la universidad.

 

-Buenos días Red-kun – Gold, quien ya estaba sentado en su respectivo lugar, lo saludo con una mirada encantadora y una linda sonrisa, Red solo levantó la mano en forma de saludo y se dejó caer en el asiento, exhausto –Vaya, es la primera vez que te veo tan decaído, amigo –Gold lo miró con curiosidad, ante lo dicho, solo recibió un gruñido de parte de Red, esto lo hizo sonreír, ese chico a pesar de ser casi un adulto no dejaba de comportarse como un adolescente.

 

-Esto apesta –Red alzó la mirada, a pesar de parecer tranquilo, su corazón no había dejado de latir desde la mañana que despertó, había recordado lo que había pasado el día anterior, lo que había sucedido con el profesor Green, ¿Cómo iba a verlo a la cara después de eso? Además, había reconocido que le gustaba, que no era una estúpida atracción de universidad, no, ese sujeto le gustaba.

 

Pero… Ahora que se ponía a pesar ¿Qué pensaba de él el profesor Green? ¿Le gustaba? ¿Podría pasar algo más serio entre los dos? O para el profesor Green solo había sido ¿Sexo?

 

-Buenos días jóvenes, saquen su libro de Ambientalismo en la página 42 –La clase había empezado pero Red no le prestó la más mínima atención, Gold no notó nada extraño en eso pues esa clase no era precisamente la preferida de su amigo, por esas razones, Red se quedó absorto en sus pensamientos, preguntándose las verdaderas razones de Green, tanto que perdió la noción del tiempo y, la hora libre de estudio, llegó.

 

-Red, iré a la biblioteca – Gold lo miró de reojo y él solo le asintió, el salón estaba casi vació, la mayoría había ido a la biblioteca para estudiar o simplemente se habían salido del salón, los pocos que quedaban eran o porque se habían quedado dormidos o porque no tenían ganas de hacer nada, Red era uno de estos, no quería moverse, no tenía intenciones de hacerlo, pero necesitaba hablar con Green, quería saber ¿Por qué le había pedido hacer todo esto en primer lugar?

 

Con decisión, el menor salió del salón, caminó por los pasillos hasta llegar a la oficina persona del profesor Green, quiso entrar, pero la voz de una chica lo detuvo. Era una voz que venía desde la oficina, Red supuso que su profesor estaba ocupado y que lo mejor era esperar hasta la hora de salida, sin embargo, la tentación lo invadió, con algo de miedo acercó su oreja a la puerta y agudizó sus sentidos, para poder escuchar la conversación.

 

-Profesor Green, tiene que ayudarme –La voz de la chica era de preocupación, pero Red no pudo identificarla, aun así, se le hacía conocida, tal vez se trataría de una chica de su salón.

 

-¿En qué puedo ayudar a una jovencita tan hermosa como tú? –La voz de Green era seductora, Red se quedó sorprendido al escuchar el mismo tonó que había utilizado con él el día anterior, sus manos se apretaron en puños.

 

-Necesito pasar este año su materia, Profesor Green hare lo que sea, pero por favor, ayúdeme a salir de la universidad –Red escuchó unos pasos de tacones, seguramente la chica se había acercado a Green y ahora lo seducía, la esperanza de que por supuesto, Green le dijera que no, le invadió.

 

-En todo caso, es obvio lo que quiero de ti, hermosa –

 

¿Había escuchado bien? ¿Green había aceptado las insinuaciones de una chica tonta? Red sintió su corazón palpitar de dolor, él era malo con las cosas relacionadas con los sentimientos, no recordaba la última vez que había llorado, no recordaba haberse enamorado de alguien y realmente nunca pensó que eso podría pasar, aun así, cuando conoció al profesor, su corazón palpito como nunca y pensó que por fin había encontrado algo capaz de hacerlo feliz. Y ahora… Ahora ya no estaba tan seguro de eso, sus ojos se pusieron vidriosos, sintió que sus mejillas se mojaban y no pudo reprimir un gemido provocado por la resistencia del llanto.

 

¿Quería recibir una respuesta? La había obtenido, para el profesor Green, el solo era un pasatiempo. Red salió corriendo, quería irse a casa, pero las clases aun no había terminado, tenía una hora para calmarse y la azotea era el único lugar que a esas horas se encontraba abandonado, quería estar solo, solo quería… Alejarse de Green.

 

Por otro lado, en la oficina del profesor, después de que la chica recibió aquella respuesta de Green se sintió realmente feliz, puesto que no solo tendría la oportunidad de aprobar la materia, sino que también, acostarse con el tipo más codiciado de la universidad.

 

-No se emocione tanto, señorita Clara, lo que quiero de usted es simple –Green se acomodó sus lentes, su expresión que hasta el momento había sido amable y pícara, se había puesto seria, Clara, la chica, se preocupo por esto –Quiero que salga de mi oficina, ¿Quieres que te ayude a aprobar? Por lo menos tomate la molestia de ir a clases, además, ¿Tu objetivo acaso era que me acostara contigo? –Green recorrió con la mirada el cuerpo de la chica, la imagen del cuerpo perteneciente a Red fue comparado con la de esa chica en su cabeza, y no pudo encontrar ni una sola similitud –No te ofendas, pero no eres mi tipo, yo ya tengo a alguien especial, ahora largo –Clara salió de la oficina de Green, enojada, el profesor se quedó en silencio en su oficina, pero después de unos minutos suspiró.

 

El día anterior había hecho algo malo, se había aprovechado de un alumno y eso no era correcto, más que nada, se había aprovechado de Red, quien era la persona que se había prometido nunca tocar, mucho menos obligar, aun así, al ver la oportunidad perfecta para poseer a la persona que más quería en ese mundo, lo cegó y sin más… Se aprovecho de la situación.

 

Tenía que hablar con Red, disculparse y pedirle que olvidara todo. Solo esperaba que a esas alturas, el chico, no lo odiara…

 

Green salió de su despacho, era la hora del almuerzo y necesitaba relajarse con un cigarrillo, la azotea fue el primer lugar en donde supo que nadie le recriminaría nada, estaba prohibido fumar frente a los alumnos y en lugares cerrados, así que esta era la única opción.

 

Al llegar ahí abrió la puerta con cuidado, sin fijarse mucho lo que había a su alrededor caminó hasta el barandal y se recargo en él, sus cabellos se mecieron al instante con el aire y en seguida prendió su cigarrillo, inhalando un poco de aquel tóxico y placentero objeto, para continuamente, exhalar el humo.

 

Green se metió en sus pensamientos lo suficiente como para perder interés en todo lo que le rodeaba, en ningún momento se había tomado la molestia de ver si en verdad estaba solo, tanto que no se había dado cuenta de la presencia de cierto alumno suyo.

 

-Ni siquiera ha notado que estoy aquí –Red miraba con atención la espalda de su maestro, mientras estaba solo había pensado en la posibilidad de que lo mejor era no volver a encontrarse con Green, nunca espero que tan solo pensar eso, el otro se apareciera frente a él -¿Por qué, aunque sé que no me ama…Por qué no puede dejar de gustarme? – Red se paró en silencio de su lugar, no sabía si debía llamar la atención del profesor o salir de ahí antes de que se dieran cuenta de su presencia.

 

Prefirió salir de ahí, para empezar un alumno no tenía permitido entrar a la azotea, así que era mejor no meterse en problemas, Red caminó sin fijarse por donde caminar, no se había dado cuenta que sus agujetas estaban sueltas y el pelinegro tropezó por ellas, cuando se vino a dar cuenta su cara estaba pegada al suelo y un profesor asustado y preocupado se encontraba a su lado preguntándole por su bien.

 

-¿¡Red?! ¡¿Te encuentras bien?! ¿Qué haces aquí, la azotea está prohibida para los alumnos? –Red se incorporó de manera que quedara sentado en suelo, no quería ver los ojos de Green y mantuvo su rostro hacía abajo, tapando sus ojos en el proceso, Green vio esto con preocupación y le tocó el hombro para transmitirle un poco de apoyo -¿Red? –

 

-¿Por qué no deja de jugar conmigo? ¡Sería más fácil para mí olvidarme de usted! –Red no soportaba oír la voz de preocupación de su profesor, eran esos tonos los que lo confundían, era esa actitud que le hacía tener una esperanza ¡Pero no, él había escuchado como una chica se le insinuaba y Green había aceptado! ¡Él no tenía intereses en su persona, tenía que entender de una vez! -¿Por qué en vez de estar aquí conmigo haciendo de estúpido se va con esa tipa y se revuelcan como lo hizo usted conmigo? – Green se sorprendió por estar palabras, ¿De qué estaba hablando Red? –Yo… Quise preguntarle porque me había hecho eso ayer, y en verdad creía que lo había hecho porque le interesaba aunque fuese un poco, pero luego escuche su conversación con esta tipa y… me di cuenta que fui todo un tonto – Red comenzó a llorar, eso era lo último que quería porque lo que menos esperaba era que su profesor se sintiera presionado, pero a esas alturas ya nada se podía evitar, no podía parar de llorar, solo quería que todo acabara rápido, pues no soportaba más la pesada mirada de su profesor.

 

-Te amo – Green miró lo que esa palabra le provocó a Red, sin embargo, no pasó nada, Red se quedó quieto, mudo, incluso podía jurar que la respiración de su pequeño alumno había parado, y no sabía cómo debía interpretar eso  -Esa chica ciertamente se me insinuó, pero no va conmigo aprovecharme de mis alumnos –Vaya, que irónico sonaba eso –Lo que hice contigo ayer, lo lamento, no pude controlarme, vi la oportunidad de poder estar a tu lado y no me tome la molestia de preguntarte sobre tus sentimientos, yo soy tu profesor Red, yo no puedo estar con un alumno, pero aun así… No puedo soportar estar ni un momento más sin ti –Green alzó la cara de Red tomándolo de la barbilla, ni siquiera pudieron mirarse fijamente a los ojos cuando el más grande ya estaba besando al menor, era un beso suave, pero aun así necesitado de una reacción, Red en ese momento no supo qué hacer, por dentro se sentía feliz por comprobar que su sensei realmente lo quería, pero su cuerpo no reaccionada, pues aun estaba en shock.

 

-Sensei –Después del beso no correspondido, Green supuso que lo que había hecho había sido algo apresurado, al separarse miró los ojos de Red dispuesto a disculparse de nuevo, pero los ojos de su alumno estaba vidriosos y su cara estaba roja, era algo precipitado pensar en una conclusión, pero estaba casi seguro que su alumno estaba… excitado, y la causa había sido él –Yo lo amo sensei, no me importaría tener que guardar este secreto si es por su bien… Porque yo quiero estar a su lado –Red estaba avergonzado, no estaba acostumbrado a expresarse de esa manera, sus manos al comenzar a hablar se habían dirigido a su gorra, jugando con ella sin ser capaz de calmarse, Green sonrió con ternura, ese chico podía estar lleno de sorpresas y esperaba vivir lo suficiente como para descubrir cada una de ellas.

 

-Red, no soy la quinta maravilla del mundo, pero espero poder ser digno de tus sentimientos –Green besó nuevamente a Red, está vez el más chico le correspondió pasando sus brazos por el cuello del mayor, sus cuerpos se juntaron más y después de un rato sus rostros se separaron.

 

-Te amo, sensei – Green sonrió, había tenido que esperar mucho tiempo para escuchar esas dulces palabras, había pensando incuso que nunca sería capaz de oírlas si no fuese en un sueño, Red ahora era suyo, y no de la mala manera, ahora era suyo porque sus sentimientos eran correspondidos.

 

-Yo igual te amo, Red –Por otro lado, Red no se podía sentir más contento, pensar que la vida podía dar un giro increíble de un día para otro era sorprendente de creer, pero había sucedido, y ahora estaba con Green.

 

El amor que se sentía en la atmosfera era increíble, se podía sentir el romance en el ambiente, Green y Red estuvieron mirándose por minutos, sin importarles que la campana ya hubiera tocado tiempo atrás, en ese momento solo existían ellos dos.

 

Ese día Red admitió dos cosas, que la escuela muchas veces podía ser aburrida, pero… Si el maestro que te impartía la clase era como el profesor Green, definitivamente todo podría dar un cambio muy radical. Y todo por ese tonto sentimiento adictivo, todo por ese tonto pero hermoso:

 

AMOR.

Notas finales:

Espero que les haya gustado ^^ 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).