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Paraíso Shota por Ritsuka chan

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Notas del fanfic:

La idea de hacer este fanfic me nació después de escuchar la canción del ova: Shounen maid kuro kun.

No pienso alargar mucho este fic solo será de unos 3 o 4 capítulos a lo mucho.

 

Notas del capitulo:

*Antes de que lean quiero dejar en claro que no estoy a favor de la pedofilia. Esta es solo una historia ficticia que se me ocurrió más no significa que me guste*

Ya aclarado este punto: ¡Que disfruten de la lectura!

Capítulo 1: TE DAS CUENTA DE QUE NO TODA TU VIDA HA VALIDO MIERDA, CUANDO AL MORIR NO HAS LLEGADO AL INFIERNO…


"¿Estaré vivo o muerto?.. .no, de ninguna manera… debo estar muerto, yo mismo vi cuando ese camión estaba frente mío apunto de aplastarme, es imposible que haya sobrevivido… entonces… ¿Por qué siento esta intensa luz sobre mis ojos?... ¿De quienes son esas voces? si en verdad hubiera muerto no debería sentir ni escuchar nada ¿o sí? Y si intento moverme… si, de esa manera podré saber si aún sigo vivo o si, por fin, he llegado al único lugar donde merezco estar… el infierno".

Primero intento mover sus dedos, al sentir que sus dedos respondían los junto en forma de puño. Ahora trataba de apoyar sus manos en el suelo, dio un respingo al tocar esa superficie tan… suave, como si de algodón se tratara…

Pero qué diablos es esto, ¿Dónde estoy? “Pensó.

Irguió su espalda quedando sentado en aquel piso tan “esponjoso”. Poco a poco abrió sus ojos, muy despacio, ya que la luz que empezaba a colarse en ellos era muy brillante.

Puso su mano encima de su rostro para poder abrirlos completamente, más sin embargo, nunca se imaginó lo que sus ojos verían. Se quedó pasmado, viendo enfrente de él un inmenso y hermoso cielo celeste que llegaba a todos los rincones de aquel lugar, como si no tuviese comienzo ni fin. Inmediatamente fijó su mirada a la superficie que hace unos momentos lo había asustado con su solo tacto; era de un color blanco y suave, como el algodón, lo acarició despacio como no creyendo que fuera real.

-¡Hey, tu! El nuevo por aquí – grito una voz a sus espaldas, haciendo que girara su cabeza al instante- que bien que ya despertaste –un chico de cabello oscuro, ojos fríos y veintitantos años se acercaba rápidamente hacía el con una sonrisa en los labios.

-¿Dónde estoy?- fue lo único que logró articular cuando el otro ya se encontraba a su lado.

-¡Pues que no ves, estas en el cielo!- le dijo señalando con su dedo índice hacia lo todo y a la vez hacia la nada- ¿que acaso no recuerdas? acabas de fallecer- dijo tranquilamente aquel chico de apariencia emo.

Al fin entendió todo. Y efectivamente estaba muerto. Tembló. Pero eso no era lo que más lo asusto, si no pensar el hecho de que al morir, por equivocación lo hayan llevado precisamente a él al cielo.

- ¿Pero porque estoy aquí?-contesto alterado- yo no soy una buena persona, es una equivocación, yo no debo estar aquí…- antes de que siguiera el otro lo interrumpió.

-Espera, tranquilo–el otro puso sus manos sobre sus hombros intentando que se calmara- vamos tenemos que ir a otro lugar, haya todo te será explicado, yo solo he sido enviado a buscarte, anda sígueme- obedeciendo, lo ayudó a levantarse, empezando aquel recorrido, hacia su destino.

Durante el camino el chico se presentó su nombre era Yesung, mejor dicho así lo conocían, el también sé presento. Intento sacarle información, aunque más pronto de lo esperado desistió de tal acto. Caminaban por un caminito rosa que al parecer los llevaría al lugar donde debían ir, el único que se encontraba a la vista en aquel lugar. No podía dejar de observar maravillado,todo a su alrededor era tan…inverosímil.Todo en ese lugar parecía haber sido sacado de la historia más loca jamás escrita. Pero lo que lo tenía totalmente absorto como en una especie de trance, no era el paisaje, sino el sonido de hermosas voces, como de mismísimos ángeles cantando. Las mismas voces que no había dejado de escuchar incluso desde antes de despertar, de eso, estaba seguro.

Siguieron caminando, hasta que se divisó a lo lejos lo que parecía un edificio enorme, como los que se podían ver comúnmente en la ciudad de Seúl. Se detuvieron frente a la enorme puerta que daba la entrada a aquel recinto, entrando enseguida.

Al momento, de entrar, pudo ver a mucha gente, corriendo de aquí para allá, como si estuvieran muy ocupados. Le era extraño ver a esa gente, ya que durante el trayecto no había visto a nadie, más sin embargo, allí estaba atestado de gente por todas partes, unas sentadas en sillas, como esperando que los atendiera algún doctor o algo parecido, otros corriendo de un lugar a otro, chocando y tropezándose entre ellos.

Algo que llamó su atención fue la enorme fila que estaba en medio de esa sala, no supo cuantos exactamente, pero calculó que probablemente, eran miles de cientos de personas las que se encontraban en ese momento haciendo fila frente a un pequeño cubículo, en el que una persona los atendía.

-No te preocupes, tienen “mucho” tiempo para que los atiendan-comento el pelirrojo al darse cuenta que no dejaba de observar hacia esa fila, asciendo énfasis en la palabra mucho.

-Creo que ahora tienes más dudas ¿cierto?- este solo asintió- bueno, solo te diré que todos ellos también están muertos, y ahora lo que hacen es esperar su turno para poder, digamos, tener su entrada a sus respectivos cielos - no entendió lo que dijo, pero igual no le dio demasiada importancia.

- Ahora solo tenemos que dar vuelta en esta esquina y caminar un poco más adelante, así llegaremos al lugar indicado- le dijo mientras le señalaba por donde tenían que ir.

-Aquí es llegamos- dijo Yesung con alegría, al llegar a un cubículo vacío- ¡Ah, ese bueno para nada… casi no tiene trabajo, y cuando se le necesita no está!- dijo exasperado.

- Al parecer tendremos que esperarlo. No entiendo que le pasa, él sabía que llegarías, pero al parecer vendrá cuando le dé la gana- lanzó un suspiro de frustración, alzando sus brazos para acomodarlas detrás de su cabeza, mientras caminaba en círculos.

El prefirió sentarse en una silla que se encontraba cerca. Las preguntas de nuevo volvieron a atacarlo. Esto en verdad iba en contra de lo que jamás el hubiera pensado. Trataba de encontrar las respuestas que no le habían dado a su mente llena de dudas. Si a lo mejor, el haber salvado a ese pequeño, le había hecho merecedor del perdón por todos sus pecados pasados, abriéndole automáticamente las puertas del cielo.

Tal vez sea eso” pensó.

De pronto escucho pasos por el pasillo, interrumpiendo sus recientes pensamientos.

Por el pasillo un chico de aproximadamente 15 años, no muy alto, cabello rubio mostaza, delgado y con lentes se acercaba hasta ellos.

Parece un ángel”, pensó. Rápidamente se levanto de un salto, suponiendo que era a quien estaban esperando.

-¡Hasta que por fin llegas, omma!- grito el chico “emo” de forma sarcástica- que no ves que el pobre ya lleva mucho esperándote aquí- le señaló- por poco y nos convertimos en piedras – Yesung rió.

El recién llegado solo sonreía tímidamente por las tonterías que escuchaba.

-Hola kyuhyun-shii, lamento la demora, pero tenía varios pendientes-sonrió de forma amable el chico.

- En realidad no llevamos mucho esperando-habló por primera vez, tratando de mostrar una sonrisa- pero… ¿Cómo sabes mi nombre?-estaba realmente confundido.

-Yo lo sé todo de ti Cho kyuhyun, no por nada soy el ángel encargado de esta sección- sonrió de nuevo, notando como un pequeño hoyuelo se formaba en su mejilla izquierda.

-Mi nombre es Park Junsoo pero todos me conocen como Leeteuk, gusto en conocerte- continuó, haciendo una venia.

-No el gusto es mío Leeteuk-shii- al instante el rubio empezó a reír, “¿Qué? Acaso dije algo gracioso” pensó enojado.

-No me llames así, llámame hyung, por mi apariencia crees que soy menor que tú, pero no es así, soy mucho mayor- se veía tan pequeño “¿Como puede ser menor que yo?” Pensó.

-Bueno creo que ahora que ya estás aquí podemos ir directo a hacer tú tramite de entrada-comenzó el rubio.

Dudó un momento antes de hablar hasta que se decidió.

-Hyung…–“Oh, Que estúpido se escuchó, me debería dar vergüenza”-creo que tengo derecho a saber que hago aquí ¿no?

-Claro, kyuhyun-shii, pero antes tenemos que hacer otra cosa-respondió. Kyuhyun seguía sin entender a lo que se refería el de apariencia adolescente.

El mayor se dirigió hasta el pequeño cubículo que estaba vacío, entrando en el- Ven, vamos a ver tu hoja de vida- hizo ademán para que se acercara.

-¡Vaya! Salvaste a un niño de ser arrollado, en definitiva era una muerte segura- decía mientras miraba lo que él llamaba su hoja de vida- mmm…aja…- fue lo último que escucho ya que luego se quedo callado, concentrándose en lo que leía allí, olvidándose de su presencia.

Después de un rato, levanto su mirada, dejando de lado la hoja, y quitándose los lentes que traía puestos. En el tiempo transcurrido Yesung, había estado parado, leyendo algo que tenía entre sus manos, supuso que debía ser interesante, ya que no le había hablado para nada.

-Bueno, Kyuhyun-shii, me alegra decirte que estás admitido en el cielo o más bien, en esta sección del cielo-dijo con una pequeña sonrisa, no supo cómo reaccionar.

¿Que no saben quién soy? O es que acaso están dementes, ¿Cómo una persona como yo va a estar en el cielo?” Pensó Kyuhyun.

- Leeteuk hyung, esto es una equivocación, yo no pertenezco aquí, yo soy una mala persona, se equivocan, cuando salve al niño, iba con malas intenciones, yo..- no pudo seguir, ya que el de apariencia juvenil poso un dedo sobre sus labios.

-Esto no es una equivocación, veo que Yesung-shii no te explico mucho de cómo son las cosas aquí cierto?- asintió, Leeteuk aún mantenía su dedo presionado sobre sus labios.

-Te explicaré…aquí en el cielo existen, diferentes secciones, no es como siempre te lo han dicho, aquí las personas, de acuerdo a sus preferencias, se reparten entre los distintos cielos, por ejemplo, antes de llegar aquí al entrar viste una enorme fila, esa fila, es la de los heterosexuales, y si te das vuelta por aquella esquina también hay otra fila, no tan larga como esa, pero si con varios cientos de personas, esa es la de los homosexuales...

Kyuhyun tenía los ojos abiertos como platos, no podía creer lo que escuchaba, siempre había creído que todos los que no fueran “normales”, solo tenían un destino al morir… pero se había equivocado.

- También si caminas más adelante ve…-antes de que pudiera continuar Kyuhyun lo interrumpió, ya no podía más debía de obtener respuestas de una vez o se volvería loco.

-¡Pero si esa fila es la de los heterosexuales y la de los homosexuales esta allá, entonces esta es…-ahora el que interrumpió fue Yesung.

- El de los pedófilos- dijo tranquilamente Yesung, quien aparto su atención de aquel libro, mirándolo fijamente a los ojos- por eso es que esta tan vacía, aunque esta no es exactamente de “pedófilos normales”, esta es la de los pedófilos que les atraen solo los niños varones

Kyuhyun no supo que decir, se sentía avergonzado y a la vez sorprendido ¿En verdad existía este lugar?, jamás ni en sus sueños más locos, se hubiera imaginado que existiera tal lugar, y menos en el cielo.

-No te preocupes, aquí no serás juzgado- Leeteuk ya había salido del cubículo y se encontraba a su lado, apoyando una mano en su espalda- este lugar fue hecho para las personas como ustedes, los que a pesar de sus inclinaciones, jamás en vida dañaron a un niño, más sin en cambio los protegieron- este sonrió de manera tierna y sobó su espalda como tratando de transmitirle confianza.

-Espera, personas como “ustedes”- no entendía a que se refería puesto que él era el único pedófilo en ese lugar o eso creía.

-Sí, que acaso no te diste cuenta, yo también soy como tu- habló Yesung acercándose a él.

-Entiendo que estés confundido, yo también lo estuve en su momento, no te avergüences, no tienes por qué estarlo, jamás hiciste nada malo mientras estuviste vivo- este ya se encontraba a su otro lado con una mano encima de su hombro.

-Siempre fuiste una persona buena, jamás lastimaste a ninguno, es más salvaste a un niño de morir, eso te ha dado el derecho de llegar aquí, algo que no es muy común, ya que la mayoría de nosotros cae en la tentación muy pronto, y por lo tanto pierden esta maravillosa oportunidad de llegar al paraíso.

Yesung se levanto, tomando la mano de un Kyuhyun, que ya se recuperaba de la impresión. Leeteuk le dijo que se calmará que pronto entendería el porqué de su llegada. Se despidieron. Al parecer Leeteuk tenía algunas cosas importantes que hacer, así que le encargo a Yesung que llevará a Kyuhyun a donde se suponía que los de su tipo tenían que estar.

Antes de irse Yesung gritó algo-“Omma, salúdame a Appa de mi parte”- algo que hizo sonrojar al ángel y que el pelirrojo se echara a reír.

Aun no lo podía creer, ¿en serio había un cielo para los pedófilos?

Caminaron lentamente por entre los pasillos que parecían no tener fin, había más cubículos, con gente esperando a que los atendieran, se preguntaba que eran, no había tantas personas como en la primera que había visto, ni en la de los homosexuales, que habría mínimo unas 900 personas, si no es que rebasaban las 1000.

También había visto ya la de los pedófilos, ya que él estaba en la de los pedófilos “gays”, allí se encontraban solo unos cuantos, menos de una docena. Se la habían pasado hablando de como estaban separados las diferentes secciones y porque. Kyuhyun solo asentía, mientras que Yesung le explicaba todo con detenimiento, preguntando solo debes en cuando.

-Yesung hyung- llamó- quisiera preguntarte algo.

-Sí, dime Kyuhyun-shii -contestó amablemente el mayor.

-Bueno es que quisiera saber…¿Cómo fue que llegaste aquí? – Yesung le sonrío, suspirando profundamente, preparándose para relatar su historia.

****

-Así fue como llegue aquí, ¿Creo que me lo merecía, no?- Kyuhyun le dio una patada fuerte en el trasero, y este solo se sobaba, exagerando una cara de dolor.

-¡Hey, que confianzas son esas respétame que soy tu hyung!- dijo jugando, a lo que Kyuhyun solo se reía.

Yesung al igual que él se sentía atraído hacía los niños, solo que su caso era particularmente diferente. Se había enamorado de su hermanastro de tan solo 10 años de edad, al cual protegía y cuidaba como a su propia vida, de su padre, quien los maltrataba, emborrachándose desde que su madrastra los dejó. Hasta que un día llego más alcoholizado y furioso de lo normal e intentó matar a su hermanastro con un arma, interponiéndose él a tiempo salvándolo. Después de muerto se enteró que su padre se suicido, debido a la culpa por haberlo asesinado, y que su hermanito, fue adoptado por una buena familia.

-Hace cuanto fue eso, Yesung-hyung

-Hace 15 años, yo tenía 27 cuando pasó todo- en su rostro se formo una expresión de tristeza.

-Ya no has sabido nada de él

-Ehm… si, hace un par de meses. Supe que se caso con su novia de la universidad- su cara empezó a cambiar ahora parecía ¿feliz?

-Sabes cuando llegue no quería estar aquí, yo solo quería regresar a casa y seguir protegiéndolo. Pero al poco tiempo de que fallecí supe lo de mi padre, y como él fue adoptado tiempo después por una buena familia, ahora te puedo asegurar que solo lo veo como a mi pequeño hermanito, al que quiero mucho, se que pronto nos veremos, pero eso a su tiempo, y cuando eso pase, yo lo recibiré con los brazos abiertos. Ahora la persona que más quiero con todo mi corazón se encuentra aquí arriba, se llama Ryeowook, pronto lo verás, es toda una preciosidad… ¡Oh! Mira ya llegamos.

Una puerta de color azul claro, se encontraba frente a ellos, Kyuhyun no se había dado cuenta que habían dejado atrás a todas esas filas, era de madera sólida, muy fina, había corazones en toda la puerta hechos con pequeñas incrustaciones de zafiros, y extrañamente el pomo era goma del mismo color de los zafiros, en el suelo había un tapete del mismo color, con la leyenda de “Bienvenido”, pero además venía con pequeños dibujos, semejando a pequeños niños, sonrientes.

-Vamos, entra- Yesung puso su mano en el pomo, haciendo que girara, abriendo la puerta, dando paso a una luz cegadora- Bienvenido al Paraíso o como todos lo llaman…“Paraíso Shota



Fin del capítulo…

Notas finales:

Espero les haya gustado mucho y me regalen de sus hermosos reviews.

Besitos Cutosos~

 


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