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Feo por pri_sasukelove20

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Notas del capitulo:

 

¡Hola lectores!

Quería hacer un one-shot de este estilo. Espero les guste, desde ya perdonen mis faltas ortográficas. Estoy con sueño, más tarde y con tiempo, me pondré a corregirlas.

(Los personajes son de Masashi)

 

Como todas las mañanas, subía al autobús que llegaba al instituto privado donde sus padres le habían inscripto con mucho esfuerzo. Pero no llegaban a imaginar lo que tenía que pasar día a día, más que una escuela, ese lugar le parecía un infierno. Vio aproximarse el bus, quien paró de inmediato y subió buscando asiento al fondo. Sus compañeros y otros de grado mayor le miraron con burla y le sacaban la lengua como ya era costumbre. Y uno de ellos, sin que él lo supiese, puso el pie a mitad de su camino y tropezó irremediablemente. Las risas estallaron y el conductor solo seguía manejando.

—Oye, cuatro ojos, ¿te dolió?-preguntó sonriendo.

—No-respondió con los ojos húmedos intentando contener el llanto. La humillación una vez más. Se puso de pie y se sentó rápidamente teniendo el privilegio de mirar hacia la ventana y perderse en sus pensamientos.

Permanecieron mirándole como si fuera un bicho raro y luego volvieron con sus conversaciones entre sí.

¿Cuatro ojos, eh…?

Una sonrisa amarga se posó en sus labios viendo los malditos frenos en su dentadura. Miró por el reflejo de la ventana su propio yo, y sí, era un cuatro ojos. Su nombre era Naruto Namikaze, un chico de quince años que soñaba con ser profesor de literatura. Amaba leer. Su apariencia era muy poco ¿cuidada? Tenía que usar lentes en todo momento, eso era desde que prácticamente nació con un problema en su visión. Lamentablemente a eso no podía llamársele un par de anteojos, más bien parecían las gafas negras que usaría un anciano de ochenta años. Sus padres no podían gastar más de lo debido. Tenía el cabello largo, rubio, hasta tapar el cuello y chato, sin ninguna forma en su cabeza, el flequillo tapaba casi sus ojos. Tenía que correrlos a un lado para poder ver el pizarrón. En lo único bien que podía tener, es que usaba el mismo uniforme que el resto, a pesar de tener un cuerpo delgado. Aunque sus prendas, eran muy anchas. No podía verse con claridad que figura poseía su cuerpo. También tenía unas curiosas líneas en cada lado de su mejilla.

Así que… era el típico chico feo al que molestaban siempre en la escuela. ¿Por qué lucia así? Ni él lo sabía. Tal vez, sí, había descuidado su apariencia, pero tan solo un poco. Recordó todos los exámenes que sufrió en el instituto anterior en el extranjero. De repente su padre dijo: “Nos vamos a Japón” y su vida cambió radicalmente con la esperanza de que en este nuevo trabajo su familia ganase más. No estaba yendo tan mal, pero las cosas sí que costaban y se abstenían de gastar demasiado.

Desde que entró a Konoha con ese aspecto, fue la burla de todo el mundo. Y admitía, admitía tener bajo autoestima y ser un tanto tímido. Solo conversaba con los profesores cuando había algo que no entendía, al salir del aula, los insultos no se hacían esperar. ¿Por qué soportaba tanta humillación? Según él, a su padre le costó mucho poder anotarlo en una de los principales colegios de Japón, quería que tuviera un perfecto estudio e iniciara una carrera. Bien, esta escuela lo tenía todo. La carrera que él tanto quería seguir estaba ahí, a solos unos pasos y dos años más de esfuerzo y voluntad.

Venía asistiendo a la escuela un año y medio. ¿Amigos? No en la escuela, si en el barrio. Tres amigos que lastimosamente no iban a un instituto prestigioso como él. Rogó a su padre para estar con ellos, pero fue en vano. ¿Enemigos? Todos, excepto los profesores y director. ¿Vida sentimental? Tristísimo solo eso. ¿Sexo? Si no hubo novia, ¿Cómo tenerlo?

—¡Llegamos!-anunció el conductor. Las puertas mecánicas se abrieron y comenzaron a bajar con prisa.

Largó un suspiro. Se levantó del asiento y comenzó a dirigirse a la salida. Otros chicos estaban detrás de él, sonrieron cómplices y le empujaron hacia adelante haciéndolo caer fuera del autobús y directo al duro suelo de cemento. Rieron y lo dejaron tirado, mientras el vehículo arrancaba y se iba de ahí. Se paró controlándose, tenía la boca y la frente raspada al dar de lleno con el asfalto junto con el peso de la mochila. Pasó su manga por todo el rostro y siguió su camino hasta dentro del establecimiento.

—¡Oe, Naruto!

Vio correr al él una chica rubia y ojos azules como los suyos.  Suspiró, no otra vez.

—Tienes que hacer mi trabajo de biología, ¿sí?-juntó sus manos y le guiñó un ojo coquetamente.

—Ya te hice el de historia la semana pasada y también el de química.

—Este será el último, lo prometo-le miró suplicante.

Frunció el seño. Ya basta, Dios, ya basta de portarse estúpidamente. Estaba cansado de quedarse a alta horas a hacer un trabajo ajeno y que obtendría una excelente calificación para alguien que no lo merece en absoluto.

—Paso, Ino. Que alguien más lo haga.

—Pero…

—Tengo mis propios trabajos que hacer, ¿sabes? Pon algo de ganas y hazlo tú misma o busca a otro títere que manejar. Yo no lo seré más.

—¡Eres un maldito cuatro ojos!-la chica explotó enojada y salió empujando al resto por el pasillo.

Un trabajo menos. No soportaba más a Ino. Entró a su salón y se sentó en su lugar favorito, la primera fila. La clase transcurrió con normalidad y eso, eso era extraño. Siempre buscaban para hacerlo enfadar, y él se guardaba todo y los veía inexpresivamente hasta el punto de ahogar sus lágrimas. Llegó el recreo. Recogió su bandeja de la cafetería sin ser consciente que entre los integrantes que servían, había un compañero que buscaba hacerle pasar una gran vergüenza.

Se sentó solo en una mesa, siendo preso de las otras miradas. Vio el abundante puré de papá en un recipiente, tomó el tenedor y al hundirlo, notó algo. Duro. ¿Qué rayos…? Con algo de temor, comenzó a escarbar la comida y dejar descubierto la evidencia, la ridiculez. El que ocasionó dicha acción vio la cara estupefacta del blondo a solo una mesa de distancia. Se paró del banco y señaló a Naruto conteniendo la risa.

—¡Miren todos al feo! ¡Tiene un pene de goma en su plato, ja, ja, ja, ja!

Todo el cuerpo estudiantil lo observó sorprendido, para luego lanzar una fuerte carcajada.

—Mierda-apretó sus nudillos, se levantó y salió corriendo de la cafetería.

—¡No huyas, feo! ¡¿Te gustan los maricas, ja, ja,ja, ja?!

Esa fue… la mayor humillación de toda su vida. Mientras el huía de la escena, no se percató que a solo unos pasos de él, alguien le observaba sin emoción alguna de lo ocurrido y apretando sus nudillos con mucha fuerza.

—Ya llegué-entró a su hogar quitándose la mochila.

—¿Cómo te fue hijo?-preguntó su madre desde la cocina.

—Bien-respondió simplemente-Tengo sueño, mamá, despiértame para la cena.

—Okey. Recuerda que mañana tienes cita con el dentista, al fin podrás dejar de usar frenos.

—Sí…-se perdió por el pasillo y se encerró en su habitación… a llorar.

—¿Viste? Te dije que no dolería.

—Se lo agradezco-le sonrió al dentista.

—Ten, mira tus dientes-le pasó un pequeño espejo.

El rubio pudo corroborar de su perfecta dentadura. Dientes blancos y acomodados en su lugar, todos derechos. Valió la pena tenerlos por tanto tiempo y el cuidar de ellos le había resultado una verdadera tortura.

—¡Me veo bien!-exclamó feliz por primera vez.

—Tienes una linda sonrisa, Naruto. Es una lástima que no pueda verse a menudo.

—Lo sé-susurró-Son cosas... de la escuela.

—¡Hijo, te ves genial!-abrazó al rubio.

—¿Verdad, que sí? Ya quiero mostrarle mi nueva dentadura a papá.-comentó emocionado al salir del consultorio.

—Papá, llegará más tarde.

—¿Otra vez?-preguntó desganado.

—Estoy segura que mañana podrá verte-le animó-¿Vamos por un helado?

—¡Sí, de chocolate!

Cuando entró al día siguiente, no imaginó que lo tacharían de homosexual solo por tener la mala suerte de ser víctima de una broma. Tanto disimular que era heterosexual para que ahora todo fuera al caño por nada. Se consideró gay hace un año aproximadamente, empezó a sentir un gran deseo por los muchachos-especialmente en uno- y dejar de ver los cuerpos voluptuosos de sus compañeras. Que mierda. Por su mente pasó un horrible pensamiento… algo que jamás hubiera imaginado antes.

¿Y si me quitó la vida?

¡No! ¡No!

Corrió al baño y se encerró en un cubículo respirando de forma irregular. Sus ojos desmesuradamente abiertos por tal estupidez que asaltó a su mente desprotegida.

—Voy a explotar… voy a… voy a… ya no puedo más. Algo… alguien… ayúdeme, por favor…-imploró entre dolorosas lágrimas. Se tapó la boca y lloró hasta el comienzo de clases. Cuando entró a su salón, sus ojos rojos e hinchados fue motivo de murmullos entre todos sus compañeros. Su profesor, decidió guardar silencio, así era la escuela. 

Durante el recreo no fue a la cafetería por temor a que hicieran lo mismo. Sin embargo, al entrar del patio, la pesadilla comenzó. Lo rodearon sin darle un minímo espacio, todos eran chicos, las chicas miraban a un lado la situación curiosas.

—Feo… ¿estuviste llorando, no? Típico de los maricones.-le encaró.

—No sé porque tendrías que llorar. Todo lo que te pasa, te pasa por feo y por ser homo.

—¡Lo del plato fue obra de alguien!-gritó con angustia.

—Alguien que sabe de tus gustos, seguramente.

—Encima de feo, eres gay, ja, ja, ningún gay se va a fijar en ti, Naruto. No tengas esperanzas.

—Veo que te han quitado los frenos, pero sigues siendo nada. Solo basura. Como si sacarte los frenos fuera a arreglar tu horrorizada imagen, ¿estoy en lo cierto, chicos?-miró al resto. Estos asintieron sonriendo.

Comenzaron a empujarlo de un lugar a otro en medio de ese círculo. Empezó a marearse.

—¡Basta!-gritó, empujando al que tenía adelante.

—¡Maldito estúpido!-le agarró de la solapa de la camisa blanca-¡Toma!-y le plantó un puñetazo en la mejilla, solo por, por haberle empujado había recibido una tremenda paliza.

El blondo cayó al piso y cuando escupió sangre, comenzaron a mirarse y darse cuenta que estaban llegando a los límites.

—Hirai… ¿Q-que has hecho?-miró a Naruto intentando levantarse.

—¡Me tocó! ¡Ese gay me tocó!-se sacudió rápidamente el saco.-Que asco.

—Vuélvele…-susurró una voz detrás de él colérico, rebosando de ira contenida-Vuélvele a golpear… y te arrancaré la lengua junto a los ojos.

Al chico le tembló el pulso para moverse. Sus ojos se abrieron y quedó aterrado ahí, dejando caer sus brazos a un lado de su cuerpo, muy lentamente. El grupo que le seguía fue retrocediendo queriendo estar lejos de ese tipo a toda costa.

—Sas-Sasuke…. yo…-tartamudeó.

—¡¡Cállate!!-lo empujó a un lado, tirándolo al piso por la fuerza proporcionada, Hirai salió huyendo casi con los pantalones mojados. Con calma, con delicadeza, sujetó al blondo de la cintura y lo hizo quedar de pie con la mejilla hinchada y resto de sangre en sus labios y dientes.

—¡Sasuke, él es gay, no te acerques!-gritaron las mujeres.

—¡¡QUE SE LARGUEN, CARAJO!!

Las chicas retrocedieron asustadas por su mal temperamento, y tan solo, se quedaron observando junto al resto, el cómo ese azabache de ojos negros miraba al feo de Naruto.

 —¿Te duele mucho? ¿Te llevo a la enfermería?-preguntó muy preocupado.

—No… no hace falta-respondió con esfuerzo, le dolía la dentadura-Estoy acostumbrado-le sonrió entre lágrimas.

El moreno se conmocionó con sus palabras, con su sonrisa, con sus lágrimas, le tomó suavemente la mejilla que no estaba lastimada.

—¿Sabes quién soy?-preguntó con voz extremadamente cariñosa.

—Uchiha Sasuke del quinto año C. E-eres… el chico más popular de esta escuela. Todas las chicas quieren contigo…-respondió sonrojado—Después de todo eres muy guapo.

—Ja, ja, ¿tan así? No me veo de esa manera. Tú eres el hermoso, Naruto. Te he observado desde hace semanas.

—¿Qué estás… diciendo? Soy feo, ¿eres ciego o qué?

Sasuke sonrió.

—Sé mi novio-se arrodilló ante media escuela sosteniendo la mano de un estupefacto rubio.

—¡¡¡¿¿¿Queeeeeeeeeé???!!!-gritaron sorprendidas las muchachas.

—¿¿¿Sasuke es gay??? ¡No, es una tragedia!-se agarró su cabello rosado otra muchacha.

—¿Por… porque… estás…?-se le formó un nudo en su garganta, las lágrimas no dejaban de salir-¿Es otra broma acaso?

—No. Es la verdad. Me gustas, Naruto-le sonrió.

—¡Pero soy feo! ¡Tú… tú eres… eres alguien que podría tener a cualquiera! ¡No te entiendo! ¡No puedo entenderte!-gritó molesto y confundido.

—No hace falta que lo entiendas. Así es el amor, incompresible.-se puso de pie, con una mano le quitó las gafas y la otra levantó el fleco hacía arriba dejando ver sus ojos azules húmedos-Eres hermoso, y nadie más que yo ha visto tu belleza.-besó sus labios en un tierno beso dejando pasmado a todo estudiante y al mismo blondo, que cerró sus ojos por instinto y correspondió con torpeza y bochorno ese dulce contacto.

Se separó de Naruto quien estaba más que rojo y había sorprendentemente parado de llorar.

—¿Qué me dices? ¿Me aceptas como tu pareja?-puso sus gafas en su lugar y le miró con media sonrisa.

—S-sí…-susurró apenado.

¿Esto era un sueño? ¿Se había matado al final?

 El moreno le tomó la mano y se la apretó suavemente. Lo condujo por el pasillo y a medida que avanzaba, el resto de sus compañeros se alejaba de ellos por miedo a él. Naruto recordó la sangre en sus labios, miró al azabache.

—Yo… ¿no te dio… asco mi…?

—No-respondió cortándole la oración el oji-azul-Eres mi novio, ¿Por qué darme asco? Amo todo de ti.

Nauto comenzó a llorar. Esto resultaba demasiado irreal, irreal, porque Sasuke… Sasuke era…

—Naruto-se detuvieron a un costado, y le abrazó con fuerza-No llores. Ahora estaré contigo. Tuve que aguantar las ganas de matarlos, siempre que quería ayudar, tú te ibas o me apartaban de ti con mentiras.

—T-te a-amo…-murmuró apretando sus manos en el saco del azabache.

—¿Qué?-preguntó asombrado.

—Te he amado… desde… desde hace un año. Desde que descubrí mis verdaderos gustos...

—Naruto-le separó de él y le tomó el mentón-¿De verdad?

—Sí…

—Que feliz me hace escucharte, no voy a abandonarte, te vendrás conmigo.

—¿Eh?

—Nos cambiaremos de escuela, ¿Cuál te gustaría?

—Pero mis padres…

—Me ocuparé de ellos lo antes posible. Debes presentarme con tu familia, la mía está ansiando conocer a los padres de mi novio.

—¿Q-que?

—Ssshh… sé que son muchas cosas por asimilar, por ahora, solo asimila esto: Que estoy profundamente enamorado de ti sin importar tu apariencia. Eres hermoso por dentro, y por fuera-le besó dulcemente los labios y el blondo se dejó hacer con muchas, maravillosas sensaciones, o como debe decirse, mariposas en su estomago.

 

 

Naruto cambió radicalmente su apariencia al mes de su noviazgo con Sasuke. A pesar de las burlas del resto, Sasuke le amaba incondicionalmente, pero ya era hora de cerrarles la boca a esas malas personas que le juzgaban con la mirada. Un corte en la peluquería, ojos de contacto, cortesía de sus padres en su cumpleaños dieciséis, que con tanto esfuerzo obtuvieron. Un cambio de look en su ropero y listo.

—Te están mirando mucho-gruñó, apresándole la cintura por la plaza que caminaban.-Antes no tenía de que preocuparme…-suspiró-Ahora me pasó el día observando que nadie te toque y te mire con lujuria, si serás dobe-sonrió.

—Sasuke…-le dio un beso corto en sus labios-Me encantan tus celos-rió.

—Tks…-desvió la mirada a otra dirección sumamente sonrojado.

—¡TE AMO!-saltó a sus brazos repentinamente. Sasuke cayó de espaldas al césped con su novio encima rodeando su cuello.—¡Te amo, Sasuke!-sollozó-¡Tú me cambiaste la vida, tú me has hecho feliz!

—Tú me has hecho feliz a mí, y también... Cambiaste mi vida, dobe-le secó las lagrimas que escapaban de sus ojos-Te amo.-susurró juntando sus labios a los ajenos en una apasionada muestra de amor.

 

Notas finales:

 

Espero les haya gustado y… ¿llorado? XD

BESOS.


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