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En busca de un sueño por Mitsusuke19

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Notas del capitulo:

Aqui les dejo este segundo capitulo 

Aquella noche en una de las habitaciones de la mansión se encontraba  Zen  sentado en su escritorio, mirando un mapa del mundo a la vez que pensaba a que país se podría mudar con su madre. Sin embargo por mas que se  esforzara pensado no lograba decidirse por uno dado  que  existen muchos países en el mundo por lo cual no era fácil elegir solo uno.

 

El adolecente continúo observando el plano hasta que sin querer cambio su mirada hacia la derecha donde tenía un juego dardos.  A los cuales miro con determinación al mismo tiempo que se le ocurría una idea en la cual mataba dos pájaros de un tiro dado que con la ayuda de los pequeños objetos tendría su respuesta.   

 

Zen se paró de la silla con el mapa en la mano, lo pego en una de las paredes con cinta adhesiva para después tomar uno de los dardos a la vez que se alejaba unos pasos del plano. Cuando ya estaba lo suficientemente alejado, se detuvo, cerró los ojos y lanzo el pequeño objeto el cual se clavo en el mapamundi.

 

El joven abrió sus ojos, se acerco el mapa, quito el dardo y se dio cuenta de que este había caído justo en el  país de Japón. Luego de ver su respuesta ante sus ojos Zen sonrió y salió corriendo rápidamente hacia el cuarto de su madre para contarle que ya sabía a qué país se quería ir. 

 

Al llegar a este entro como si nada dejando a su progenitora atónita por la falta de respeto de entrar sin tocar al cuarto de una mujer.

-         Madre ya se a que país deseo ir – dice rápidamente antes de que su mama lo regañe por su falta de modales.

 

-         ¿Cuál es?- pregunta un poco interesada a la vez que  se olvida del otro tema.

 

 

-         Japón – responde Zen con una gran sonrisa.

 

-         ¿Estás seguro que quieres ir a ese país tan lejano?- interroga Nadia atónita ante el país mencionado por su hijo ya que nunca pensó que su pequeño se quisiera ir tan lejos.

 

 

-         Si- responde el joven serio y decidió.

 

-         Bien-suspira- y ¿en qué ciudad quieres vivir?

 

 

-         Pues -piensa unos minutos y responde- a Kanagawa

 

-         De acuerdo mañana en la mañana mandare a compren los pasajes para irnos lo antes posible – menciona su madre a la vez que le sonríe a su consentido.

 

 

-         Si, gracias madre – dice Zen muy pero muy feliz ante la actitud positiva de su progenitora.

 

-         Por nada

 

-         Que descanse- menciona el joven a la vez que sale de la habitación de su mama.

 

-         Igualmente

 

 

Luego de despedirse el adolecente se volvió a su recamara para acostarse a dormir con una sonrisa de oreja a oreja por la felicidad que sentía en ese minuto y nada y nadie se la iba a poder borrar.

 

Al otro día la madre de  Zen se despertó como todos los días, se sentó en la cama y dio el pase al mayordomo quien le traía el primer  té de la mañana ya que  una de las costumbres de  Londres es tomar una tasa de te antes del desayuno.

 

-         Buen día mi señora – saluda cortésmente el sirviente a la vez que le sirve la taza  de té.

 

-         Buenos días, ¿has terminado con tus deberes?- pregunta Nadia al mismo tiempo que bebe un pequeño sorbo de liquido.

 

 

-         Si

 

-         Bien,  entonces ahora necesito que tomes este dinero- le pasa un sobre con cincuenta libra esterlina- y con el vallas al sala de ventas de boletos de barco y compres de pasajes para Japón.

 

 

-         Como ordene – menciona el mayordomo y se retira del cuarto haciendo una reverencia.

 

El sirviente con el sobre en sus manos sale de la mansión hacia el puesto de ventas de tickets para embarcaciones en donde compra los dos boletos y con ellos en sus manos regresa a la casa en donde trabaja. Sin embargo al llegar ahí, se sorprende a no ver a ninguno de sus otros colegas haciendo sus deberes sino que están todos reunidos en la sala de estar por lo que el también va a quedarse en ese lugar.

 

Después de que el mayordomo llegara a la sala todo se mantuvo en silencio por más de una hora hasta que tanto madre como hijo bajaron las escaleras y cada uno traía una maleta consigo.

 

(Nota: Albert es el mayordomo)

 

-         Los hemos reunido para darles una noticia – dice Nadia en voz alta para llamar la atención de todos los presentes.

 

-         ¿Nos van a despedir?- pregunta una sirvienta con temor.

 

-         No, nada de eso – responde Zen con una sonrisa tranquilizadora la cual relaja a la mayoría.

 

-         ¿Nos van a bajar el sueldo?- pregunta el jardinero.

 

 

-         No, tampoco – contesta el adolecente con ternura para calmar el temor de sus empelados.

 

-         ¿Entonces?- interroga el chef.

 

 

-         Pues Zen y yo nos iremos de viaje por un tiempo ilimitado por lo que esta mansión quedara en manos de Albert, así que  deberán obedecerlo en todo hasta que nosotros regresemos- los mira seriamente- ¿alguna duda?

 

-         No

 

 

-         Perfecto eso era todo ahora vuelvan a sus trabajos- les ordena la dueña de la casa.

 

-         Yes, my lady – responden todos los sirvientes al mismo tiempo y se van a seguir con sus deberes.

 

 

-         Bien, Albert ven y entrégame los pasajes- le ordena Nadia y el obedece el mandato de su ama- tú te harás cargo de todo en mi ausencia

 

-         Si mi señora- dice Albert haciendo una reverencia y retirándose del lugar.

 

 

-         Estupendo-se gira a su hijo- vámonos zen

 

-         Si

 

El joven y su madre salen de su casa en donde toman un taxi el cual los lleva al puerto. Al llegar a este los dos bajan del vehículo  y comienzan a caminar en dirección hacia el barco que los llevaría a su nuevo hogar.

 

Ambos se suben a la nave, se van a su camarote para descansar y disfrutar de este largo viaje. El cual no duraría una semana sino un mes completo aproximadamente si es que no hay tormentas de lo contrario puede que tome hasta dos mese la travesía marítima.

 

Durante todo el mes el viaje fue muy tranquilo sin ningún sobresalto hasta que por fin el barco había llegado a su destino. Al llegar al puerto madre e hijo bajaron de la embarcación y caminaron hasta un taxi en el cual se subieron para dirigirse a la ciudad de Kanagawa en donde el padre de Zen tenía una casa de veraneo.

 

La cual se usaba cada vez que Saúl venia a Japón de vacaciones o por trabajo, la única que conocía esta residencia era Nadia ya que antes que Zen naciera ella viajaba con su marido a todos lados pero después que su hijo nació ella se tuvo que quedar en Londres.

 

El taxi se detuvo frente a una hermosa casa la cual tenia de todo.

 

 

 

La madre del adolecente pago la carrera y entro en la casa como si nada donde fueron recibidos por una sirvienta quien tomo las valijas de ambos y se retiro en silencio. Mientras que la señora se encargaba de hacer unos cuantos llamaditos para arreglar algunas cosas.

 

 Por otro lado Zen caminaba por una plaza que quedaba frente a su casa mirando todo a su alrededor cuando de repente ve a un joven carisbajo cruzar la calle sin fijarse que estaba a minutos de ser atropellado por un auto por lo que el adolecente no lo pensó dos veces y se tiro a salvar al chico desconocido logrando que los dos terminaran sobre la vereda.

 

-         ¿Se encuentra bien?- pregunta Zen preocupado mirando al chico que estaba debajo suyo.

 

-         Si, gracias por salvarme la vida- responde el joven desconocido con una dulce sonrisa.

 

-         No, tiene nada que agradecerme- dice el adolecente parándose de donde estaba.

 

 

-         De todos modos lo hare- lo mira- no te había visto antes ¿eres nuevo?

 

-         Sí, me llamo Zen y vengo de Londres- menciona Zen a la vez que estira su mano.

 

 

-         Mucho gusto Zen yo soy Seiichi – responde el japonés el gesto del chico de Londres.

 

Ambos se dan las manos y estas al juntarse ambos sintieron de que este era el comienzo de una nueva y muy bella amistad.

 

 

CONTINUARA

CAPITULO 3

CONOCIENDO A SEIICHI Y EL PRIMER DIA DE CLASES 

Notas finales:

Espero que les guste

Dejen sus comentarios

Cuidense 

Adios 


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